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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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Muere Andy Whitfield, protagonista de "Spartacus"

Lun 12 sep 2011. Por  Cine 54
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  El actor ha fallecido a los 39 años después de luchar desde marzo de 2010 contra el linfoma no-Hodgkin. Su enfermedad le había obligado a dejar la serie "Spartacus: Sangre y Arena", siendo reemplazado por Liam McIntyre.

Whitfield nació en Amlwch (Gales, Reino Unido), aunque residió prácticamente toda su vida en Australia. De hecho, ha muerto en aquel país, en concreto en la ciudad de Sidney.

"En una bonita mañana soleada de primavera en Sidney, rodeado de su familia, en los brazos de su querida esposa, nuestro hermoso y joven guerrero Andy Whitfield ha perdido su batalla de 18 meses contra el cáncer de linfoma", ha comentado su esposa Vashti en un comunicado.

Cuando Whitfield se presentó al casting de "Spartacus: Sangre y Arena", que en España ha emitido con gran éxito Cuatro, era un desconocido para el gran público. Sin embargo, se hizo popular en un tiempo récord por las escenas de sexo y violencia que le tocaron interpretar.

La cadena norteamericana Starz ha lamentado esta pérdida, tanto en su sitio web como en diferentes redes sociales. Sus directivos confiaban en que Whitfield superaría este tipo de cáncer en la sangre, hasta el punto de haber creado una precuela de "Spartacus" para posponer la segunda temporada y no tener que cambiar de protagonista.

Acerca del estado actual de la teoría del gobierno

Por Quiñones Paez Julio

Resumen


El presente artículo indaga por las formas de organización del Gobierno en las sociedades capitalistas contemporáneas y, en especial, por la relación que guardan dichas formas con los patrones de dominación imperantes en el mundo del trabajo. En esa dirección, el texto reflexiona, en primer lugar, acerca de los vínculos existentes entre la producción fordista (con unidades productivas de gran formato y producción masiva estandarizada) y el Gobierno en los estados de bienestar, el cual se desenvolvería como rama ejecutiva autonomizada que se ocupa de proveer las condiciones para un consumo estable; y, de otra parte, se analizan los principales rasgos organizativos del toyotismo (desterritorialización productiva, división de los trabajadores en núcleo y periferia, etc.), para tratar de identificar los nexos entre las relaciones de fuerza que se derivan de allí y la actual faceta dual encarnada por el Gobierno: centralización autoritaria y gobernanza.

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Los trabajadores en lucha en todo el mundo y el derrumbe del capitalismo

Cambio Total.

Hemos estado observando los últimos meses una explosión de lucha de los trabajadores en diversos países. Cuando nadie lo esperaba se dió la explosión luchadora de los países árabes. Egipto, Bahrein, Túnez, demostraron el poder de los trabajadores y su inmenso internacionalismo, cuando en Egipto al tiempo de su lucha manifestaban su apoyo hermosamente solidario a la lucha de los trabajadores de Wisconsin.

En la Europa en la que ”la historia estaba acabada”, los trabajadores dijeron presentes contra las políticas del FMI que ha llevado al colapso a varios de ellos. Las multitudinarias manifestaciones de trabajadores en rechazo de los programas económicos que son peores que la enfermedad ha producido el resquebrajamiento de la ”monolítica” Europa. En Grecia, día tras día, y cada cuando sus organizaciones lo determinan, los trabajadores griegos se manifiestan con una capacidad organizativa que ya ha sido admiración de todo el mundo. 

En Islandia, se lleva a cabo un programa de reestructuración liderado por la socialdemocracia que le ha dado el podeen r al pueblo para que adelante las reformas imprescindibles para superar el derrumbe del capitalismo . En España, los trabajadores soportan un paro nunca conocido en la historia de ese país, y han sido liderados por los maestros que luchan por mejores condiciones de trabajo y de vida. Igual sucede en Portugal, golpeada también por la crisis.

En Italia, el indecente Berlusconni, sube el IVA y recibe enseguida como respuesta la masiva manifestación de los trabajadores que se lo rechazan y plantean su no aplicabilidad.

Hasta en Israel, los trabajadores se manifiestan y en número de 100.000 exigen una sociedad diferente y acabar con la política de exterminio del pueblo palestino. 

Por su parte, en el continente americano, las desarticuladas masas de trabajadores producto de la represión del golpe militar de 1973 en Chile, han rearticulado sus organizaciones y adelantan la lucha. Los estudiantes están jugando un papel fundamental y el rechazo a la reforma de la educación –una reforma regresiva a lo Piñera-, ha originado que los estudiantes se manifiesten masivamente liderados por sus organizaciones estudiantiles, apoyados por la CUT chilena. 

En Colombia, por su parte, los trabajadores continúan su lucha contra el régimen oligárquico narco-paramilitar y los maestros, liderados por su organización FECODE, adelantaron la semana pasada unas jornadas históricas. Es necesario resaltar que el tema de la Paz vuelve a ser aireado por los caompesinos, obreros y pueblo en general, entendiendo que la única salida es la salida política negociada al conflicto interno.

En Venezuela, los trabajadores continúan con su proceso de organización clasista, después de largos años de conciliación de clase entre los sindicatos y el estado, y adelantan su lucha apoyados por la revolución bolivariana, liderada por el comandante Chávez. Corresponderá a los sectores revolucionarios dotar la lucha de un derrotero clasista, de un bolivarianismo con orientación marxista, única garantía de que la revolución sigue adelante su marcha triunfal.

Evidentemente que hemos olvidado algunos pueblos y países, pero estos ejemplos bástenos para ejemplarizar la lucha de los trabajadores, del proletariado mundial, contra sus explotadores, el gran capital. Sus organizaciones son disímiles e iguales su métodos. Mas el marxismo, con su enorme riqueza como guía para la acción, servirá de orientador en la lucha de los pueblos contra sus enemigos, el imperialismo estadounidense y sus lacayos de todos los países. El final del capitalismo está cada vez más cerca y ya no tiene respuesta a los ingentes problemas de la humanidad. Como fenómeno cultural está en involución y será definitivamente reemplazado por el Socialismo, en construcción de una sociedad sin explotadores ni explotados.

Solicitud de protección de la vida e integridad personal de Piedad Córdoba Ruíz

Firme aquí.
Con el fin de que el Estado colombiano proteja la vida y la integridad personal de la ex senadora Piedad Córdoba Ruíz, el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo”, convoca a las organizaciones sociales, defensoras de derechos humanos, sindicatos, estudiantes, trabajadores, personas independientes para que acompañen con su firma, el siguiente texto, que será remitido al Presidente de la República Juan Manuel Santos.
 Leer todo en: Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo >>

El partido de la U y el carrusel de contratación en ICBF y alcaldía de Bogotá

NotiColombia Press

Nuevamente se pone en la palestra algo ya dicho en NotiColombia Press. El partido de la U, dizque el partido de Uribhitler y del hoy presidente JM Santos, está hasta los tuétanos implicados en los casos de los ”carruseles de contración”.

Una representante del partido Verde, Ángela Robledo, pidió que investigaran las denuncias de que miembros del partido de la U fueron ”favorecidos” por el cartel de la corrupción con contratos en el ICBF y en la alcaldía de Bogotá.

“Cooprosperar y otras empresas relacionadas con los dirigentes del Partido de la U habrían firmado contratos con la Secretaría Distrital de Integración Social por cerca de 162 mil millones de pesos, para suministrar refrigerios escolares y alimentos a comedores comunitarios en Bogotá, durante el gobierno de Samuel Moreno. Pese a la mala calificación que dichas empresas recibieron por parte de la Contraloría de Bogotá (2009), las operaciones con esas firmas corresponden al 28% del total de la contratación de la SDIS entre 2008 y 2010 en la capital”, dijo la representante Robledo.

Esta información evidencia lo que hemos venido sosteniendo en NotiColombia Press. El partido del presidente de la República está implicado en el ”cartel de los contratos”, forma utilizada por los corruptos para apoderarse de los dineros de todos los colombianos. Por ello, así como a Vargas Lleras le llega la lucha anticorrupción hasta que le denuncian a su partido en estas prácticas, así al presidente Juan Manuel Santos le llega su cruzada hasta la puerta de su partido. Y ni uno ni otro dicen nada de estas prácticas corruptas de sus correligionarios.

Razón tiene el adagio popular: ”Dime con quién andas y te diré quién eres”.

Adriana Pérez esposa de Gerardo Hernández: “Nuestro principal objetivo será ser felices”

Por Yaniris Hurtado Sánchez, estudiante de Periodismo
Tomado de Alma Mater- Cuba Debate


Cuando Adriana Pérez O’Connor llegó de pagar el teléfono, llevábamos unos diez minutos sentados en su sala. Le había dicho a la vecina que nos recibiera y dejara pasar. Al entrar y ver al fotógrafo, dijo: «de haber sabido que tomarían fotos me hubiese arreglado el pelo». A partir de entonces intercambiamos preguntas y respuestas. Durante todo el tiempo, nos acompañó el silbar de los pajaritos que, junto a las plantas sembradas por ella y su esposo Gerardo Hernández Nordelo, decoran el largo pasillo que conduce a la puerta de su casa.

¿Por qué crees que el Gobierno estadounidense considera que eres «un peligro para la seguridad del país», razón por la cual te han denegado la visa durante trece años consecutivos?
En el caso de René y Gerardo tiene un doble sentido. Ha sido un proceso totalmente amañado dado que se realizó en Miami, por lo cual aún el Gobierno estadounidense sigue insistiendo, a través del chantaje y de la tortura psicológica, en lograr que alguno de los Cinco cambie de posición. Para un preso, la familia juega un papel sumamente importante. No se puede olvidar que a René le pusieron como condición decidir entre su esposa e hijas y la posibilidad de defenderse. Hablamos de los dos casos más críticos, el mío y el de Olga, pero no podemos obviar que durante todos estos años las visas han sido la carta del Gobierno de Estados Unidos para torturarlos. Se han ensañado con Gerardo y René, por considerar que Gerardo es el jefe de la red y René el único que tenía a su familia allí.
Recuerdo una vez que pedí visa en la Oficina de Intereses en La Habana y una de las funcionarias, de forma muy arrogante, intentó burlarse y ofenderme preguntándome: «¿qué tiempo llevan ustedes de casados?» y cuando le respondí, me dijo: «llevan más años separados que casados, ya eso no es un matrimonio.» Fue algo muy irrespetuoso, su comportamiento debe ser totalmente profesional y, sin embargo, lo que quiso decir fue: rompe ese matrimonio porque él nunca va a regresar.
Hace  nueve años el Gobierno de los Estados Unidos te concedió la visa y al llegar allí, el Buró Federal de Investigaciones te sometió a un interrogatorio, para finalmente, después de once horas, ordenarte regresar a Cuba, ¿qué sentiste entonces?
Fue un momento difícil que reafirmó una vez más las intenciones del Gobierno estadounidense con los Cinco. Una vez obtenida la visa, se suponía no existirían dificultades porque yo no he tenido ningún problema con la justicia norteamericana. Condenados hacía un año, otros familiares los habían visitado y pensé cesarían todas las presiones, pero cuando llegué al aeropuerto me separaron de todo el grupo, me interrogaron y las autoridades de ese país, que dicho sea de paso, no fueron las autoridades migratorias, ordenaron mi regreso a Cuba. Consciente de que sería larga la espera regresé sin ver a Gerardo. Él estaba atento, sabía que la visita sería al día siguiente, conocía la hora en que yo arribaría al aeropuerto de Houston. La incertidumbre aumentaba, pero siempre esperamos que Estados Unidos intentara algo. Demostraron su poder sobre cada uno de nosotros. En ese momento empezó una lucha que ha durado hasta el día de hoy y seguirá, para lograr al menos una visita familiar, un encuentro.
En los momentos en que la soledad, el tiempo y la distancia son más fuertes que tú y te pueden hacer flaquear ¿qué haces  para levantar el ánimo y recuperar las fuerzas?, ¿has llegado a pensar alguna vez «hasta aquí, no aguanto más?»
Yo diría que no te hacen flaquear, sino reflexionar, analizar por qué has hecho todo esto hasta hoy, y siempre encuentras una sola respuesta: los Cinco han sido más fuertes que las presiones, entonces, te dices: «si no han podido con ellos, no me harán desmoronarme.» No oculto que existen momentos de tristeza, nostalgia, añoranza, pero ellos te dan la seguridad de que todo eso se revertirá en un mejor futuro, en una unión permanente con tu esposo, compañero, amigo, para disfrutar de lo que durante todo este tiempo te han tronchado.
Tratamos de ser felices haciendo uso de la imaginación y la creatividad. Al despertar te  sacudes y dices: «hoy no tengo tiempo para dedicárselo ni a mi nostalgia, ni a mi tristeza», además ellos transmiten siempre tanta firmeza y confianza que eres incapaz de hacerles llegar esos sentimientos que en algún momento, como tú dices, pudieran hacerte flaquear, pero que a nosotros nos han hecho meditar en cómo superarlos.Además, es un reto el compromiso social, el defender tus ideas, tu verdad en el exterior, donde te expones a un grupo de cosas que son muy duras de asumir.
Tú y Gerardo ven a los hijos como una extensión del amor y una bendición, que debido a la separación, no han podido nacer…
Nosotros no necesitamos hijos para sentirnos más unidos, como he dicho en otras entrevistas. Seguiremos insistiendo, pero las autoridades norteamericanas se niegan a cualquier tipo de solución. Hemos aprendido a vivir nuestro matrimonio sin ellos  y continuaremos aprendiendo porque llegará el momento en el que el reloj biológico no nos lo permita. Aunque no constituye una prioridad para poder seguir juntos, si nos dieran la posibilidad de tenerlos por una u otra forma, lo haríamos; pero si no, seguiremos alimentándonos de otras cosas. Tenemos muchos sobrinos, naturales y «postizos», que nos llenan de cariño, nos esperan además muchos planes y cosas que hacer como disfrutarnos el uno al otro, así como la vida que tengamos por delante. Nuestro principal objetivo será ser felices.
¿Qué peso crees que ha tenido el papel de los jóvenes cubanos a lo largo de estos 13 años de condena?
Muchos de esos jóvenes eran unos niños cuando esta batalla comenzó, otros nacieron estando ya los Cinco presos. Gerardo, René, Antonio, Ramón y Fernando son el resultado de lo que nos dejaron todos nuestros mártires y los que hoy siguen liderando nuestra Revolución. Es el ejemplo convertido en valores, que se transmitió a esa generación de la cual yo soy parte. Lo que han hecho los Cinco es entregarle su ejemplo a esa juventud que va creciendo, darles su valentía. En el décimo aniversario de estar encarcelados, Gerardo en una carta, expresó: «nosotros nos mantendremos firmes en la medida en que haya uno de ustedes luchando por nosotros».
¿Cómo te sentiste al saber que Gerardo no estaba incluido entre los tres que serían resentenciados?
Mientras hemos ido escalando cada parte legal, se ha mantenido el poderío de la comunidad de Miami, donde las presiones se imponen por encima de la ley. Por supuesto, siempre te ampara la esperanza de que en algún momento del proceso se haga justicia. No esperaba ni siquiera que permitieran la resentencia de tres de ellos, pero esto no implica un proceso justo, no da garantías de sinceridad, de un acto honesto en las cortes.  Pretenden  limpiar la imagen que hoy tienen por la falsedad de sus leyes, de su proceso respecto al caso de los Cinco. Si no ha salido ninguno de la cárcel, da igual las cadenas perpetuas de Gerardo o los 30 años de Ramón, los 15 años de René o los 18 de Fernando, para mí las condenas son todas iguales.
Cuando Danny Glover y Saul Landau fueron en febrero de este año a visitar a Gerardo a la cárcel y le preguntaron qué creía del artículo de Jay Weaver en The Miami Herald del 6 de diciembre de 2010 titulado «Jefe de espías cubanos asegura ahora que el derribo de los Hermanos al Rescate sucedió fuera del espacio aéreo cubano», él respondió: «Eso es ridículo» ¿Qué crees tú?

Gerardo lo resumió en una frase: «eso es ridículo». Ahora, yo pregunto: ¿dónde lo publicaron?, en la prensa miamense, ¿dónde se puede generar tal grado de maldad si no es precisamente en Miami?, de ahí esperamos cualquier cosa. Esta es una de sus últimas manipulaciones para debilitarlos e intentar que Gerardo, como cualquiera de ellos, negocie con la fiscalía.
Lo que Gerardo ha planteado en su Habeas Corpus es que independientemente de dónde cayeran los aviones él no es responsable del derribo, no tuvo vínculos, ni cometió ninguna acción para que se llevara a cabo. Desde el primer momento, se plantea que ha sido el cargo que politizó el caso, pues de no haber existido, no lo hubiesen llevado a cortes y además, satisfacía la demanda de los congresistas de Miami y de toda esa fuerza político-económica existente en el sur de la Florida, con gran influencia en los diferentes gobiernos norteamericanos. El artículo tiene la intención de desmoralizar la posición que ellos han mantenido, dividirlos y debilitar el movimiento solidario por los Cinco que comienza a golpear al Gobierno estadounidense, razón por la cual aceptó la propuesta de reducción de sentencias para Ramón, Tony y Fernando. Quiero que todos los que luchan por ellos conozcan que ninguno va a traicionar sus ideas, si no lo hicieron en un primer momento, cuando recibieron todas las posibilidades, no lo harán ahora que tienen el apoyo popular de Cuba y del mundo entero.

Terrorismo de Estado: Asesinatos de sindicalistas

Cambio Total

Los asesinatos de los sindicalistas es una constante histórica que se ha mantenido en el tiempo y espacio, producto de la lucha de clases en Colombia, del enfrentamiento entre explotadores y explotados. Son los explotadores, llámense terratenientes, multinacionales como Chiquita y Dole, o empresarios nacionales, los que hace uso de la violencia –la eliminación física- contra los trabajadores que son elevados a puestos directivos en las organizaciones populares.

La oligarquía en el poder ha aplicado sistemáticamente el exterminio de los sindicalistas, en aplicación de la ”combinación de todas las formas de lucha”, persiste en el asesinato como práctica de aplicar el Terrorismo de Estado y su sustento, la Doctrina de Seguridad Nacional, que tantos miles de miles de muertos ha producido a lo largo de latinoamérica.

En el artículo de NotiColombia Press titulado ”Por qué asesinan a los sindicalistas?” se llama la atención sobre el fenómeno y se pregunta ”por qué no hay asesinado ningunos de los sindicalistas de Estados Unidos o Europa?” Es que es una política a ser aplicada en lationamérica y su prueba está a la vista. Para ello han utilizado a las bandas de narco-paramilitares estatales y compañías multinacionales como la Chiquita y Dole para un porcentaje de cada caja de banano exportado a las bandas de asesinos que hacían el trabajo sucio contra los trabajadores, sobre todo en época de negociaciones colectivas, muy bien expuesto por el periodista sueco, Dick Emanuelsson, en ”Así fue el ”servicio paramilitar integral” para Dole yChiquita”. ( Ver también: Multinacionales con olor a sangre, Multinacionales, paramilitarismo y Estado.)

Cifras incompletas de organizaciones sindicales dan cuenta de esta práctica asesina realizada desde el estado. Desde el año 1996 hasta la fecha han sido asesinados más de 2.517 sindicalistas, a manos de grupos narcoparamilitares y de fuerzas militares como denunció el periodista y líder sindical, Domínico Nadal, que ”en prueba que es una política estatal, en agosto del 2004, se denunció la Operación Dragón, para matar sindicalistas y a dirigentes políticos de izquierda. La investigación de la presunta, hasta ese momento, conspiración emprendida por la para-Fiscalía Genaeral de la Nación dió como resultado el descubrimiento de un documento confidencial redactado por la III Brigada del ejército, en el que se tachaba de subversivos a los sindicalistas de Cali, según lo afirmó Amnistía Internacional”. (Ver: Por qué asesinan lossindicalistas?)

Dice el mencionado dirigente sindical que ”en el 2002, denunciaban los sectores sindicales colombianos que desde 1987 hasta ese año habían sido asesinados 4.500 líderes de las organizaciones sindicales. No tenemos las estadísticas completas de algunas administraciones, pero si podemos señalar que tal fenómeno durante la administración Pastrana tuvo un dramático aumento, más 400 líderes sindicales en 4 años de gobierno (en aplicación del Plan Colombia”.

El total de sindicalistas asesinados durante el régimen de Uribhitler es de más de 527 víctimas, según Tarcisio Mora, miembro de la CUT colombiana. Dice Tarcisio Mora que ”Hoy existen dos instrumentos para la eliminación sindical. Uno es el instrumento físico, el asesinato de sindicalistas. Si antes mataban 100 hoy matan 80, pero mientras se redujeron los asesinatos, aumentaron las amenazas. Y el otro instrumento es el legal, el exterminio sindical por la vía legislativa. Mediante las leyes acabaron con los sindicatos”. Y ello, definitivamente, es responsabilidad del ejecutivo y del legislativo, los cuales trabajan para los poderosos de Colombia y del Imperio.

O sea, que en total ”Entre e el 1 de enero de 1986 y el 31 de diciembre de 2009 fueron asesinados en Colombia 2.739 sindicalistas”, nos dice Tarcisio Mora ("Genocidio sindical durante los 25 añosde la CUT”  ). Algunos corrigen y dicen que son 2.778 los sindicalistas asesinados (ver en: En Colombia asesinan el 60 % de sindicalistas en el mundo).

Esta política ha sido cuestionada desde diferentes visiones, mas todas coinciden que el gobierno debe parar tan criminal práctica. Mientras las condenas internacionales se producen, siguen los asesinatos de dirigentes sindicales, quienes para los terratenientes, los empresarios nacionales y las multinacionales son ”una piedra en el zapato” ya que son ellos los que adelantan la positiva labor de enfrentar las políticas patronales agenciadas por las empresas y desde el estado, prueba de ello es que "El 60% de los sindicalistas asesinados en el mundo son colombianos" (ver en: En Colombia asesinan el 60 % de sindicalistas en el mundo).

Quisiéramos mostrarles algunas de las consecuencias de esas políticas, que aunque son de años anteriores si nos muestran el desolador panorama de la sindicalización en Colombia y la realidad que le toca vivir a los trabajadores, tomado del artículo de Domínico Nadal.

Consecuencias de las políticas neoliberales y de terror imperiales

Queremos reseñar algunos datos importantes tomados de informe reseñado y el más reciente informe de la CUT:

* Colombia sigue siendo el país más violento del mundo para los dirigentes sindicales y líderes sociales. Desde el 1º de enero de 1991 y hasta el 1º de agosto de 2005, fueron cometidas 7.666 violaciones a los derechos humanos de trabajadores sindicalizados en Colombia, informa Domingo Arrieta director del departamento de derechos humanos de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Colombia; de las 7.666 violaciones registradas, 5.077 no tuvieron sus responsables descubiertos; solamente el 33,7% de los casos tienen pistas sobre los autores de las violaciones, lo que revela una continua y sistemática ocultación de los responsables. Desde 1991, 2.150 trabajadores sindicalizados fueron muertos, 3.035 fueron amenazados de muerte y 182 están desaparecidos. Cerca del 85% de esas violaciones contra la vida y la libertad de los trabajadores tienen como causa el ejercicio de la actividad sindical.

* La negociación colectiva sigue siendo marginal en Colombia. En el 2004 sólo 134.244 trabajadores y trabajadoras se beneficiaron de algún tipo de convenio colectivo de trabajo. 87.290 por convenciones colectivas, 46.842 por pactos colectivos y 110 por contrato sindical. Si a esta cifra le sumamos la cobertura del 2003 y la comparamos con la población ocupada, 17 millones 578 mil personas en el 2004, la contratación colectiva sólo benefició al 1.17% de esta población.

* Esta baja cobertura está relacionada con varios factores:
* La baja tasa de sindicalización (5.11%);
* La cultura y la práctica legal de sólo negociar a nivel de la empresa y excluir la posibilidad de acuerdos a nivel de rama o sector económico;
* Las políticas antisindicales implementadas desde el Estado y por el empresariado; * La violencia contra los sindicalistas;
* La existencia de una legislación laboral que restringe el derecho a la libertad sindical;
* La flexibilización en la contratación de trabajadores para reducir costos laborales, a través de la implementación de contratos a término fijo, la subcontratación a través de terceros, el uso de cooperativas de trabajo asociado o de contratos civiles para eludir las obligaciones que entraña el contrato laboral;
* La figura del contrapliego y el procedimiento de los tribunales de arbitramento.
* En los últimos 20 años fueron aprobadas –sin respeto de las posiciones de las organizaciones sindicales ni real negociación con las mismas - una serie de leyes que han llevado a la flexibilización de las condiciones de trabajo.

* Colombia ha ratificado 60 Convenios de la OIT, incluyendo todos los Convenios fundamentales. No obstante, una serie de leyes nacionales irrespetan estos Convenios y han tenido serias repercusiones en términos de avance de la pobreza y de la precariedad laboral.

* Sólo basta con mencionar la Ley 50 de 1990 que acabó con la estabilidad laboral, así como la reciente Ley 789, conocida como reforma laboral, que legalizó la flexibilización, la tercerización y desregulación laboral. Han desestabilizado aún más las relaciones capital-trabajo. A ellas se suma la Ley 617 del 2002, que ha reestructurado las entidades del Estado, atentando contra los trabajadores de dichas instituciones.

* Se ha acrecentado la vinculación al empleo mediante cooperativas o supuestos contratos de prestación de servicios para acabar así con cualquier forma de organización de los trabajadores (flexibilación laboral).

* Frente a estas políticas, el porcentaje de la población que goza de estabilidad laboral se ha reducido sustancialmente. La mayoría vive en la economía informal (11 millones de personas) o está desempleada (20%), lo cual significa en la realidad cotidiana que no tiene ningún ingreso y viven en la pobreza absoluta. Tal situación permite comprender las razones que llevan al aumento de la delincuencia común y de la violencia, sea cual sea su rostro. De igual manera permite entender el incremento del trabajo infantil: 2,5 millones de niños trabajan hoy en Colombia.

* En Colombia no todos los trabajadores tienen derecho a la huelga. Las excepciones se extienden más allá de los sectores definidos por la OIT. Excepcionalmente sólo el 2% de ellos la puede desarrollar.

· No pueden declarar huelga legal:
a) Los no sindicalizados que son el 94% de los trabajadores del país, porque:
1. Los empleadores no permiten asociarse.
2. No permiten la educación sindical.
3. Pertenecen a actividades donde no puede operar la sindicalización.
4. La ley imposibilita la sindicalización.
b) De ese 6% de sindicalizados se deben excluir del derecho a la huelga los empleados públicos que son el 65% de la masa sindicalizada.
c) De ese 35% del 6% tampoco pueden irse a la huelga los sindicatos de trabajadores oficiales en empresas de servicios públicos esenciales.
d) Del reducido número que queda tampoco la pueden declarar los sindicatos minoritarios.
e) Quienes teniendo derecho a la huelga no hayan presentado pliego de peticiones
· Muy pocas huelgas llegan efectivamente a realizarse. Cuando se dan, se producen muchos atropellos contra los trabajadores, incluyendo casos de amenazas de muerte, hostigamiento, etc.

* La pobreza y las disparidades sociales se han agudizado. Más del 50% de la pobreza vive debajo del umbral de pobreza.

* Hoy en día, la concentración de la riqueza se ha reforzado como resultado de la aplicación de un modelo irrespetuoso hacia los derechos sociales. En el campo, por ejemplo, el 1% de la población acapara más del 55% de las mejores tierras.

* La canasta básica no cubre ni siquiera las necesidades más elementales de los trabajadores y el poder adquisitivo se deteriora cada vez más. Esta situación se relaciona con la ausencia de ajuste de la misma a la inflación así como con el desempleo, la falta de estabilidad laboral y la consecuente ausencia de cobertura de los trabajadores a través de convenciones colectivas.

* El 83% de la población económicamente activa recibe menos de dos salarios mínimos y con este nivel de ingreso no se puede ni siquiera adquirir la canasta básica (la misma corresponde a 2,4 salarios mínimos).

/alp

La tenencia de la tierra: un problema en Colombia

Por Viviana Aydé Vargas Rivera - APR

En Colombia, el acceso a la tierra ha sido históricamente una gran fuente de poder político y de conflicto social, además un determinante clave en la productividad de la economía rural.

En nuestro país, la estructura agraria se caracteriza por la falta del aprovechamiento de tierras productivas, la tendencia a la reconcentración de las tierras y el riesgo ambiental a consecuencia del uso excesivo de la tierra para pastoreo de ganado. Esto produce la expansión de la frontera agrícola hacia tierras frágiles, generando un grave riesgo ambiental y problemas sociales.

En un país históricamente agrario como Colombia podemos observar que la gran mayoría de los conflictos sociales y bélicos del siglo 20 y lo que va del siglo 21 están enmarcados en el terreno de lo agrario.
No sobra mencionar la Masacre de las Bananeras, los pequeños conflictos generados por la bonanza cafetera, el problema desatado por la bonanza marimbera y la actual crisis generada por el negocio de la coca, sin mencionar los numerosos conflictos generados ante la intención de las grandes multinacionales de apropiarse de los campos colombianos para explotar nuestra gran riqueza natural.

A raíz de esto se ha producido una gran crisis humanitaria que viven los campesinos hace más de 50 años, por un conflicto social y armado en el que la élite pretende defender su poder político y económico poniendo en riesgo derechos fundamentales, económicos, sociales, culturales y ambientales de los campesinos.
Ante esta grave crisis se ha hecho necesaria una reforma agraria que no sólo solucione el problema de la repartición de la tierra sino que brinde condiciones de vida digna a los campesinos. En la actualidad, la política de tierras en Colombia ha servido más para generar un gran conflicto administrativo y de tipo fiscal al estado y no para solucionar los problemas de los campesinos.

En materia constitucional, la carta política actual en tres de sus artículos habla de condiciones de vida digna para los campesinos, protección del medio ambiente y buenas condiciones para la producción agrícola, todo esto enmarcado en el derecho que tenemos todos los colombianos a la igualdad.

La reforma agraria en Colombia

En Colombia existen problemas de desigualdad en la propiedad de la tierra y sobreutilización de la misma. El coeficiente de Gini para la propiedad de la tierra en Colombia está alrededor de 0.77 [1], lo cual es bastante alto. Y esto es debido a la subutilizacion de la tierra en Colombia: sólo 30% de las tierras dedicadas a cultivo explotan totalmente su potencial. La alta concentración en la propiedad, la utilización deficiente, el desempleo rural y la pobreza han demostrado la necesidad de una reforma agraria desde comienzos del siglo 20.

La ley 200 de 1936 es conocida como el primer intento serio de realizar una reforma agraria y fue el resultado de una concertación con el movimiento campesino en auge. Elementos importantes de la ley eran la creación de jueces especiales para dirimir conflictos de tierra, la introducción del concepto de la función social de la tierra y la figura de extinción de dominio.

A pesar de su reducida aplicación por la fuerte resistencia que encontró, la Ley 200 creó las bases conceptuales de la reforma agraria. Con la Ley 100 de 1944 se buscaba anular los posibles efectos de la Ley 200, declarando de conveniencia pública los contratos de aparcería y, con ello, la sujeción del campesino al terrateniente.

Entre 1946 y 1957, durante la Violencia, fue liquidada la confederación campesina e indígena que había liderado en los decenios pasados la lucha por la tierra.

La Ley 135 de 1961 era producto tanto de presiones sociales internas que habían que conjurar después de la Violencia, como de presiones internacionales, como, por ejemplo, la Alianza para el Progreso. Con ella fue creado el Instituto Colombiano de Reforma Agraria (Incora), que buscaba obligar a los terratenientes a modernizar sus explotaciones y permitir un uso más adecuado de la tierra bajo pena de extinción de dominio.
La dirección del proceso de reforma de la junta directiva del Incora estaba altamente politizada y contaba con una escasa participación campesina.

En 1967 se empezó con la organización de todos los usuarios de la reforma agraria, constituyendo así la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC), utilizada por el presidente Lleras Restrepo como factor de presión para llevar a cabo su reforma agraria, que tomó forma con la Ley 1 de 1968, que facilitó los tramites, hizo énfasis en los predios inadecuadamente explotados y en la entrega de tierra a los aparceros que la trabajaban.

Con la reforma agraria de los años 60 se intentaba mantener una estructura doble de la tenencia de la tierra a partir de la modernización del latifundio improductivo, que buscaba abrirse paso al desarrollo capitalista en el campo, y la constitución de unidades agrícolas familiares con el fin de ampliar el mercado interno, pero que en la practica resultaron ser minifundios inviables que perpetuaron la pobreza de los campesinos.

En 1972, bajo el gobierno de Misael Pastrana, se inició con el acuerdo de Chicoral una contrarreforma agraria, y desde entonces se ha apoyado sobre todo la gran propiedad como fundamento del desarrollo, dirigiendo el crédito hacia los empresarios agrícolas. La reforma agraria fue declarada terminada, y en lugar de crédito había sólo programas de asistencia técnica que se dirigían a los minifundistas.

La Ley 4 de 1973 incluía una serie de criterios para la clasificación de los predios con el objetivo de expropiación, que designaba casi cualquier predio como adecuadamente explotado, y cuyos complejos trámites diluyeron la posibilidad de hacer una reforma agraria.

Con la Ley 6 de 1975 se legalizó de nuevo la aparcería, pero a pesar de buscar la modernización de las relaciones entre propietario y aparcero, el principio de sujeción del trabajador se mantuvo. En este año se impuso el programa de Desarrollo Rural Integrado, pero no fue concebido como un complemento de la reforma agraria, sino como su sustituto y además resultó ser insuficiente y no logró cambiar de manera sustancial la situación del campesinado.

Durante varios años no se volvió hablar de reforma agraria. A partir de 1982, sin embargo, con la Ley 35 y el Plan Nacional de Rehabilitación se volvió a retomar la cuestión agraria, pero bajo otro esquema: la compra de tierra a precios de mercado y su venta a campesinos beneficiarios.

Después de tres proyectos que no fueron aprobados por el Congreso, en 1988 se aprobó la nueva Ley 30 que formalizaba la compra de tierra a precios de mercado. De esta manera se quería vencer la resistencia de los terratenientes, y efectivamente las adquisiciones del Incora alcanzaron niveles nunca antes vistos. Sin embargo ese procedimiento de reforma agraria está limitado por las restricciones presupuestales, de modo que la reforma siguió siendo marginal.

“Puede afirmarse, siguiendo a Antonio García [1970, 1982], que la reforma agraria en Colombia ha tenido carácter marginal: se ha tratado de una reforma dirigida a mantener el statu quo del complejo latifundio o minifundio, con concesiones a la mediana propiedad, a través de la canalización de las presiones sobre la tierra hacia las fronteras agrarias. Además, se ha privilegiado la titulación de baldíos y afectado las tierras del interior solamente en forma ligera, cuando lo ha exigido la confrontación social” [2].

Políticas actuales de tierras

Los tres programas gubernamentales más importantes en el mercado de la tierra han sido:
1. Titulación: Lo que se busca con este tipo de programas es aclarar los derechos de propiedad. La principal meta es otorgar títulos de propiedad a aquellos hogares que vienen haciendo uso de la tierra y que no tienen un documento formal que establezca la tenencia legal de la propiedad. El registro de dichos títulos permite el acceso a mayor información por parte del estado, que permite, a su vez, aumentar la base de recolección de impuestos y mejorar los planes de uso de la tierra a nivel local. En Colombia la mayoría de los pequeños propietarios carecen de título de propiedad, cosa que no ocurre con los medianos y grandes latifundistas, sin dejar atrás la ilegal apropiación de los grupos paramilitares de las tierras productivas de los campesinos.

2. Zonas de Reserva Campesina (ZRC): La frontera agrícola se expande cuando las oportunidades de supervivencia son pocas. Esto se ve en gran medida a raíz del conflicto social y armado por el que atraviesa nuestro país. Las minorías afectadas migran hacia zonas que en muchas ocasiones son ambientalmente frágiles y con alta posibilidad de desastres naturales. Lo que se busca con las ZRC es fomentar y estabilizar la economía campesina en zonas de colonización, controlando no sólo la expansión fronteriza sino también asegurando una mayor participación de las comunidades rurales.

3. Reforma agraria: Ha sido la forma principal de intervención en el mercado de la tierra. Debe ser una política estructural que busque una mejor distribución de la propiedad de la tierra, promoviendo mayor eficiencia en los patrones de uso de los suelos y un cambio en la estructura de distribución de las tierras con potencial de uso agropecuario, esto debe ir mas allá de la búsqueda de una división mas equitativa de la tierra. En nuestro país, programas rurales que no han incluido cambios en la tenencia de la tierra se han tomado como sustitutos de reforma agraria. Esto refleja la ineficacia del Incora y dando como resultado su reforma transformándose en el actual Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (Incoder).

Estatuto de Desarrollo Rural y Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos

El gobierno colombiano, haciendo caso a las recomendaciones del Banco Mundial, ha creado el Estatuto de Desarrollo Rural, que a grandes rasgos tiene tres grandes objetivos:

1. El Estatuto de Desarrollo Rural compila todas las normas sobre reforma agraria. Se compilan 14 leyes, 5 decretos leyes y 27 decretos que están vigentes, de las cuales la mayoría dejan en situación de vulnerabilidad a la población rural, puesto que no les ofrece garantías ni soluciones al problema de la pobreza en el campo.
2. Viabilizar el subsidio para proyectos agrarios, en los cuales habrá un proceso de convocatorias públicas abiertas, con el fin de otorgar el subsidio a los proyectos más rentables. Esto nos indica que los campesinos pobres y sin tierra no tienen la menor posibilidad de acceder a un crédito para trabajar la tierra, quedando sin posibilidades de comercializar productos y menos de garantizar su seguridad alimentaria.

3. Modernizar y reformar el Incoder para que funcione de manera más transparente, eficiente, equitativa y progresiva. A través de la historia de esta institución se ha demostrado que no ofrece una clara posibilidad de repartir la tierra equitativamente a los campesinos, por lo tanto su funcionamiento gira en torno a la lógica de que la tierra no es para quien la trabaja sino para el latifundista que la acumula de manera exagerada.

Lo referido al sector agropecuario en el tratado de libre comercio con Estados Unidos (TLC), en su capítulo de acceso a mercados, establece la liberación completa de las importaciones agropecuarias hacia Colombia en el curso de pocos años. Esto limitará en materia grave la capacidad de Colombia para alimentar a sus habitantes con su producción agraria y generará mayor miseria en el campo, con sus secuelas de inestabilidad social, violencia y cultivos de uso ilícito.

En Colombia el TLC ofrece un panorama de futura miseria para los campesinos. En relación con los subsidios en nuestro país, los campesinos no tienen tierra, y sí pocas posibilidades de obtener un crédito. En estas condiciones es difícil y casi imposible entrar a competir con agricultores de un país como Estados Unidos, donde reciben casi el 70% de subsidio para su producción agrícola, además de los privilegios que tienen en el sistema financiero. De igual manera, las cosas en Colombia respecto a la apertura económica siempre se han hecho al contrario, en esta ocasión aprobando el TLC antes de aprobar un sistema de amortiguación a los efectos del TLC, como se hace ahora con el “Proyecto Agro Ingreso Seguro”.

Conflicto social y armado, movimiento campesino y la reforma agraria

Nuestro país ha sufrido varios periodos de violencia, en los siglos 19 y 20. La mayoría se han dado por el problema de la tenencia de la tierra. Desde la mitad del siglo 20, los campesinos han sufrido de una aguda pobreza y violencia estatal. Todos estos factores han conducido a que en muchas ocasiones los campesinos tomen las armas en defensa de sus vidas, bienestar social y económico.

La tendencia hacia la concentración de la propiedad territorial, apoyada en la violencia estatal y terrateniente, ha ampliado sus límites al control de los territorios estratégicos pretendiendo así control de la tierra, de las aguas y otros recursos, como los mineros y áreas para futuros desarrollos viales y energéticos como megaproyectos.

La expansión del conflicto se ha profundizado en torno al control de territorios estratégicos por parte de grupos paramilitares, y esto ha generado el desplazamiento de comunidades enteras. A esto se le suma la práctica de liquidar organizaciones campesinas y a los opositores políticos, utilizando esto como mecanismo de hegemonizacion política y control estatal. La agudización de las confrontaciones bélicas en Colombia ha generado una fuerte reacción de los movimientos sociales que exigen la solución negociada al conflicto para llegar a una paz sostenible con justicia social.

Es urgente contar con una propuesta de paz de largo alcance concebida en términos de una política de estado que trascienda los límites de una administración.

Para los campesinos hablar de reforma agraria significa terminar con una estructura que a través de la historia ha subordinado sus vidas, cultura e intereses, para decidir por primera vez en la historia de Colombia como sujetos sobre su destino como comunidades campesinas.

En la actualidad conocemos el ejemplo de varias asociaciones campesinas como la Asociación Campesina del Valle del río Cimitarra, la Comunidad de Retorno al Cacarica, la Asociación Campesina del Catatumbo, la Asociación Campesina del Valle del Río Güéjar, la Asociación Campesina de Arauca y la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, entre otras.

Los campesinos buscan un modelo de desarrollo que considere la economía campesina como elemento central, sin negar la utilidad y necesidad de la agroindustria y de formas de explotación a gran escala. La propuesta parte de la base de que un campesino es un productor mucho más eficiente que el gran terrateniente.

La producción campesina tiene varias ventajas frente a la producción a gran escala, puesto que pueden proveer todo el tiempo productos frescos y baratos, garantizando un abastecimiento continuo cerca de los mercados.

El productor campesino sufre de dos grandes limitaciones: la falta de capital y la falta de tierra, lo que le impide aumentar la productividad, que sumado a su lógica de producción de subsistencia y pequeños excedentes, lleva a pensar que es ineficaz y no responde a los incentivos del mercado [3].

Pero todo esto se puede superar con la asistencia apropiada y con la formación de cooperativas para la obtención de servicios y con el fin de reducir los costos. Los campesinos no quieren la prescripción del estado actual porque significa la agudización de la pobreza.

En la actualidad los campesinos sufren sobre todas las brutalidades de la guerra y una contrarreforma agraria sin precedentes. El Plan Colombia facilita los recursos y hasta cierto punto el marco legal de esta reforma, impulsando con capital extranjero proyectos intensivos en capital a favor de los hacendados que nada tienen que ver con el modelo de desarrollo alternativo propuesto.

Por ello los campesinos luchan en primera instancia por la solución negociada del conflicto que termine con esta contrarreforma violenta. En el ámbito legal luchan contra expropiaciones violentas que hacen especuladores y transnacionales. Los campesinos proponen la aplicación de la expropiación por vía administrativa de las fincas necesarias para la reforma agraria y la extinción de dominio sobre aquellas tierras actas para agricultura que estén siendo desperdiciadas.

Las ZRC son un pequeño paso hacia la superación de la restricción del comercio y la concentración de la tierra. Por eso los campesinos exigen el establecimiento de cientos de ZRC donde se adelanten medidas de reforma agraria.

Las exigencias más claras de las organizaciones campesinas son: redistribuir el latifundio, cerrar la frontera agrícola, dar un uso técnico al suelo, reubicar a los colonos asentados en áreas frágiles, acabar con los cultivos de uso ilícito, incentivar y proteger la economía campesina y agropecuaria de acuerdo con los intereses de la nación, lograr una producción limpia de químicos e incrementar la organización social y empresarial de las comunidades para una verdadera participación, exigiendo junto a ello la salida política al conflicto y el respeto a todos sus derechos constitucionales.

[1] CEDE. Medición del impacto de un programa de reforma agraria en Colombia. 2005.
[2] http://www.kus.uu.se/CF/Cuaderno_no1.pdf
[3] Mario Valderrama y Héctor Mondragón, “Desarrollo y Equidad con Campesinos”, OP.CIT, PP 2 y 38

Colombia ante el mundo


Los días 7 y 14 de junio de 2011 tuvieron lugar desayunos de trabajo con periodistas, en las redacciones bogotanas del diario El Tiempo y el canal de televisión NTN 24, sobre el tema “Los vecinos del sur. Énfasis en los nuevos mejores amigos, Ecuador y Venezuela”. El ponente fue el abogado e internacionalista Eduardo Pastrana Buelvas, director del departamento de Relaciones Internacionales de la facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Universidad Javeriana. A continuación, una síntesis de sus planteamientos.
 
La historia muestra que la política exterior de Colombia no ha sido estratégica ni de Estado,  sino de gobierno. La secesión de Panamá produjo un shock en las élites colombianas. A la luz de este incidente el presidente Marco Fidel Suárez definió en 1920 lo que sería esa política exterior en el siglo XX, con el latinajo respice polum, “mira hacia el polo”. Significó subordinación a la potencia hegemónica, Estados Unidos.
El primer cambio se dio a final de los sesenta, en el gobierno de Carlos Lleras que procuró mayor autonomía, integración y fortalecimiento de un bloque regional, bajo un nuevo lema: respice similia, “mira hacia los semejantes”. Belisario Betancur lo profundizó al buscar liderazgo regional en el grupo de Contadora.
En los años ochenta, con Virgilio Barco, el narcotráfico trajo desestabilización del Estado, lo cual reforzó la subordinación extrema con Estados Unidos a la luz del principio de corresponsabilidad entre países consumidores y productores de drogas ilegales. La política exterior sufrió una narcotización o ‘securitización’. Ligadas a la lucha antinarcóticos, aparecieron las preferencias arancelarias para Colombia.
En la administración de Andrés Pastrana hubo dos tendencias, el hard power que privilegió el fortalecimiento de las fuerzas armadas y el componente militar del Plan Colombia de estrecha relación con Estados Unidos, y el soft power que propugnó por lo social, sustitución de cultivos y negociación de paz. A raíz del fracaso de este proceso de paz, se habló de ingobernabilidad,  Colombia como Estado amenazado y falto de confiabilidad.
El 11 de septiembre de 2001 cambió la estrategia de seguridad de Estados Unidos, cuyo eje central pasó a ser la lucha contra el terrorismo. El gobierno de Uribe instauró una democracia y diplomacia, no para la paz, sino para la guerra. El conflicto interno colombiano pasó a ser componente de la cruzada de Estados Unidos contra el terrorismo. Se generó una ‘terrorificación’ de la política externa de Colombia.
El teórico argentino Carlos Escudé formuló entonces el principio del Realismo periférico, de inspiración hobbesiana, según el cual los países no hegemónicos deben aliarse con actores internacionales poderosos para conjurar amenazas internas y perseguir su seguridad e interés nacional. Ante la ausencia de una autoridad mundial, la estructura internacional es anárquica y la seguridad es problema de juego de alianzas, determinadas por coincidencia de intereses, ideas y valores compartidos.
De esta manera las administraciones Uribe-Bush llevaron a una bilateralización extrema y personalizada de la política exterior colombiana. Se creyó que aliarse con Bush y los republicanos era aliarse con Estados Unidos, y de este modo se rompió el tradicional consenso bipartidista norteamericano hacia Colombia. Se produjo un aislamiento paulatino con los vecinos de la región que, unido a la cercanía con Estados Unidos, asimiló a Colombia con Israel. El aislamiento fue también frente a Europa y Asia.
Para Uribe, el mundo es una mesa de billar donde todas las bolas chocan y prima el conflicto. Es una lectura anacrónica, todavía en el marco de la guerra fría, preocupada por la supervivencia del Estado. Su lógica es de amigo-enemigo. Pretende imponer su enfoque de seguridad y no incorpora intereses y dilemas de seguridad de otros países. Instrumentaliza la política exterior al ponerla al servicio de la política interna. La diplomacia debe producir réditos a seguridad interna.
Juan Manuel Santos tiene una visión del mundo distinta, derivada de su formación en la London School of Economics cuyo rector Anthony Giddens desarrolló la tendencia de la ‘Tercera vía’. Esta escuela británica  de relaciones internacionales adopta los cambios de la postguerra fría y considera un mundo más plural y no confrontativo, que ya no es arena de lucha entre dos frentes.
Este mundo donde lo ideológico pierde importancia, es más interdependiente, tiene actores más plurales, y luego de década y media de poder hegemónico norteamericano, avanza hacia lo policéntrico y multipolar. En él las relaciones internacionales se diversifican, no solo en dimensión geográfica, sino en temática incluyendo cultura, ciencia, tecnología, medio ambiente, derechos humanos.
La relación estrecha de Colombia con Estados Unidos representa vulnerabilidad para aquella, como se vio en los casos de Venezuela y Ecuador, de manera que es preciso introducir diversificación económica y política. Siguiendo el modelo de Chile y Perú, la nueva consigna es respice omnia, “mira hacia todos”, lo cual incluye el conjunto del planeta, los vecinos y también Estados Unidos pero en relación ya no mediada solo por droga y seguridad. La agenda debe ser igualmente diversificada.
Para Santos, la relación con Estados Unidos es de socios, lo cual es más real que aliados pues la alianza es propia de actores simétricos con intereses geoestratégicos más allá de sus fronteras. Es una nueva relación de realismo interdependiente, según la condición actual del mundo. Más que mesa de billar, el mundo es red donde el otro no es enemigo ni se ve en términos confrontativos. Al otro se le reconoce su interés y se permite que los canales diplomáticos trabajen primero en casos necesarios.
Santos no reconoce amigos ni enemigos por fuera, pero sí intereses comunes. Construye medidas de confianza, con gestos fácticos como quitar el obstáculo de las siete bases militares colombianas utilizables por Estados Unidos, y se sienta a la mesa a pesar de las diferencias. Su reconciliación con los países vecinos es pragmática, pues Colombia necesita relanzar procesos de integración regional ya que los productos de mayor valor agregado van a la región mientras que a Estados Unidos van los extractivos.
Santos comprende que Colombia es país bisagra entre Sur y Centro América, la Amazonía y el arco del Pacífico, sin el cual no es posible reconstruir la unidad regional en la cual Brasil cumple papel clave. 
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Arturo Guerrero
16 de junio de 2011
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