La oligarquía santo-fesina y narco-paramilitar colombiana es maestra en el arte de quitarle el sentido a las palabras y darle una connotación diferente a la que tienen.

Ahora el presidente JM Santos con el íntringulis que lo caracteriza su tartamudeo, habla de las ”llaves de la paz” que si las analizamos un poquito en profundidad vemos que no son más que las mismas y eternas propuestas para desmovilizar la lucha de la insurgencia armada y la lucha del pueblo por sus reivindicaciones más sentidas.

Como el pueblo colombiano ha demostrado fehacientemente su deseo por alcanzar la solución política al conflicto, ahora el señor Santos y todo su equipo, incluyendo claro está a sus ”replicadores de opinión” –los periodistas de los diferentes medios en su poder-, habla de ”las llaves de la paz”. Y cuáles son esas ”llaves”? Pues las mismas armas que han usado los anteriores regímenes. La desmovilización es una de ellas. 

”Novedosa” propuesta de utilizar como ”llave de paz” actos que se consideran actos de guerra.

Pretenden ”meterle el dedo en la boca” a los colombianos y hablan de un supuesto favorecimiento de los guerrilleros que se desmovilicen, lo cual será avalado por una ley aprobada por el Congreso de la República (el cual tiene más del 25% de sus miembros que son miembros de las bandas narco-paramilitares, o lo que es lo mismo, narco-para-políticos uribistas, hoy ”santistas” porque ellos bailan al son que le toquen, es decir, del ”son del billete”, del ”son de la corrupción”).

Qué tiene de novedosa la propuesta de la desmovilización en la era uribo-santista? Nada. Es la repetidera de la repetidera de los ofrecimientos que los presidentes que han pasado por la Casa de Nariño, hoy ”Casa de Nari”, hacen a los insurgentes guerrilleros para que entreguen las armas y con ellas la esperanza de construir un país mejor.

Y con una desfachatez sin igual –ya conocida- el señor JM Santos recordó en Japón, en donde está ofreciéndoles ”el oro y el moro” a los inversionistas de ese país, que ”los problemas económicos que vive gran parte del mundo son generados por asuntos políticos, como la falta de gobernabilidad y la polarización política, ambiente que según el mandatario no se vive en Colombia y que se convierte en prenda de garantía para las nuevas inversiones. “Por fortuna en Colombia tenemos una gran gobernabilidad, una democracia respetuosa de la ley” y de los contratos y las reglas de juego, lo cual “para los inversionistas es muy importante”, aseguró” el presidente colombiano.

En vez de ”agarrar el toro por los cachos” y sentarse a dialogar con las FARC y el ELN, el gobierno-régimen Santos hace maromas para convertir en ”llaves de paz” meros hechos desgastados de guerra. En política hay que ser serios, y eso es lo que nada tiene la oligarquía santo-fesina y narco-paramilitar en el sóleo presidencial. Los Santos se creen ”políticos” porque usan la marrullería, la trampa, la hipocresía, como ”cualidad”. No, señores. Los políticos verdaderos se caracterizan por darle el verdadero sentido a las palabras y por darle a sus palabras fuerza de ley, es decir, ”palabra de gallero” es palabra de hombres y mujeres que morirían por el cumplimiento de la palabra empeñada.

Con tipejos como los Santos no se puede esperar nada diferente a lo que estamos presenciando. Igual que Uribhitler que vivía ”reciclando” viejas propuestas y las presentaba como ”nuevas”, así el régimen santista –continuidad y herencia del anterior- retoma la propuesta uribista y en malabarismo de mal payaso de circo la quiere presentar como ”llaves de paz”. 

”A otro perro con esos huesos”, señores!