Headlines News :
Con tecnología de Blogger.

Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

Blog ESTADÍSTICAS

BLOG DESTACADO

Que no mientan más sobre el conflicto interno: el ejército colombiano esconde a los militares muertos, ¿se los reporta a sus familias o los desaparece?

  por Joaquín Gómez(Tomado de Kaos en la Red)

Viernes, 08 de Junio de 2012 

hubo 14 militares muertos... PERO El parte oficial del Ministerio de Defensa al país fue de 4 militares muertos... ¿Y los otros militares muertos, qué? ¿Se lo comunican a la familia? ¿o los desaparecen como hacen en ocasiones con los guerrilleros y guerrilleras que capturan?... 
 
Que no mientan más sobre el conflicto interno: el ejército esconde a los militares muertos, ¿se los reporta a sus familias o los desaparece?
Que no mientan más sobre el conflicto interno
Escrito por Joaquín Gómez, Integrante del Secretariado Nacional de las FARC-EP   
Viernes, 08 de Junio de 2012
La muerte de cada soldado, policía o guerrillero disminuye la estatura humana de todos nosotros.

Ha sido práctica histórica de los distintos gobiernos colombianos tergiversar, mentir y silenciar los hechos relacionados con el orden público, cuando los resultados no son favorables a sus fuerzas. Así ha sido siempre, convencidos, como lo siguen hoy, de que el deseo, la impotencia y la mentira son armas suficientes para destruir al adversario y ganar guerras injustas, olvidando que la verdad por encima de todo es objetiva, obsesivamente terca y fiel amiga del tiempo, la que, gracias a él, termina siempre reinando.

Entre muchos, me referiré solamente a 5 hechos:

Durante los cruentos combates de El Billar, en El Caguán, las cifras oficiales sobre el número de uniformados muertos fueron criminalmente adulteradas, divulgando un número menor de víctimas, buscando  minimizar el duro golpe recibido, cuando estos hechos en las guerras prolongadas favorecen de manera  alternativa a cada una de las partes enfrentadas. Esta inveterada  práctica en el  Estado colombiano y  sus distintos gobiernos fue la causa de que 10 de los cadáveres de los desventurados compatriotas muertos en los combates de El Billar, quedaran por fuera del registro oficial del número de víctimas. Las FARC, por medio de la Cruz Roja, enviamos la razón al Ejército, expresando nuestra disposición a propiciar  las condiciones necesarias para el levantamiento de estos cadáveres, dignos de sagrada sepultura. La respuesta que el  Ejército dio fue que eso era una celada de las FARC, que todo ese terreno estaba  minado. Los cuerpos de estos infortunados militares terminaron siendo festín de los gallinazos. Nos surge una pregunta, ¿será que la Institución militar  comunicó a los familiares la muerte de sus deudos?  Lo dudamos.  ¿Será que figuran en la lista de los militares ahora reclamados por el Ejército a las FARC?  Es muy posible.
El 26 de febrero de 2011, a la 01:50 horas, unidades de la columna Teófilo Forero del Bloque Sur de las FARC asaltaron una patrulla de contraguerrilla del Ejército en Riecito,  jurisdicción del municipio de Puerto Rico (Caquetá), con un saldo de 10 militares muertos y la recuperación de una ametralladora. La acción duró 7 minutos. ¡Absoluto silencio de parte del Ministerio de Defensa!  ¿Será que  comunicaron la suerte de estos infortunados militares a sus familiares?
El 18 de octubre de 2011, unidades del Bloque Sur asaltaron una patrulla del Ejército adscrita a la Brigada 27, que cuidaba el  pozo petrolero “Yurilla”, en la vereda Nueva Arabia, jurisdicción del municipio de Puerto Caicedo (Putumayo), con el resultado de 8 militares muertos y 5 heridos. Recuperadas todas las armas de apoyo: ametralladora, mortero de 60 mm y un lanzagranadas MGL de 40 milímetros.  Propios, sin novedad.  ¡Hermetismo  total de parte del Ministerio de Defensa! ¿Les comunicarían a los familiares de estas víctimas los hechos y circunstancias del deceso de estos desgraciados militares?
El 26 de febrero del año en curso en combate sostenido por unidades del Bloque Sur con una patrulla de la Fuerza de Tarea Omega adscrita a la Brigada 27, en la vereda Aguas Negras del municipio de Puerto Guzmán (Putumayo),  hubo 14 militares muertos y 3 heridos. Recuperado abundante material de guerra, entre ellos,  una ametralladora calibre 2,23. Propios, dos guerrilleros muertos. El parte oficial del Ministerio de Defensa al país  fue de 4 militares muertos y 5 guerrilleros. ¿Y los  otros militares  muertos,  qué?
En los recientes hechos del 28 de abril del  presente año, en combate que se prolongó por 7 horas entre unidades del Frente 15 y una patrulla mixta conformada por Ejército y Policía, en la vereda “La Libertad” de la inspección de la Unión  Peneya,  jurisdicción del municipio de La Montañita (Caquetá) hubo 17 muertos y 12 heridos entre soldados y Policías, más un prisionero de guerra de nacionalidad francesa que  tenía más de 11 años de estar haciendo de periodista y de soldado.
Desde el mismo campo de combate, un militar comprometido en los enfrentamientos le comunicó al general Navas, Comandante de las Fuerzas Militares,  que las víctimas oficiales era 15, y éste así lo declaró públicamente. Una reportera caqueteña, cuestionando la versión del  comunicado oficial de Pinzón afirmando que los muertos eran solo 4, decía: “Aquí mismo donde yo estoy,  hay 6 cadáveres, y otros tantos van a ser trasladados”. Sin  embargo, ante todo el país y contra todas las evidencias, se impuso la  “verdad oficial”: el  número de muertos que le convenía aceptar al gobierno Santos era solamente 4 (un Sargento, dos soldados profesionales y un policía),  y así fue como subordinaron  la realidad a las conveniencias subjetivas del alto gobierno. ¡Puro Macondo! Al siguiente día, todos los medios y los reporteros al unísono repetían que los muertos habían sido solamente 4  ¡Pobre Navas!¡Pinzón  lo hizo quedar ante el país como un zapato!
Es la forma como continúan galopando sobre el tiempo y falseando la historia con mentiras  completas, verdades a medias, éxitos efímeros y fracasos ocultos; sembrando triunfalismos sobre tierras estériles, para cosechar sorpresas indeseables y desengaños previstos. Tejiendo telarañas de victorias con  multicolores hilos de mentiras.
No es que nosotros con estas alusiones estemos reclamando litros de sangre. Tampoco estamos asumiendo el papel de aves carroñeras, ni vanagloriándonos por las acciones en referencia, porque sabemos por experiencia propia que la característica más sobresaliente de Belona es la  infidelidad. Además de ser conscientes que el pueblo raso es el que pone todas las víctimas de este conflicto, llámense soldados o guerrilleros, en esta  extraña guerra  donde no habrá  ni vencidos ni vencedores, sino una sola perdedora, Colombia.
Únicamente estamos exigiendo que al país se le diga toda la verdad, por cruda y descarnada que sea, sobre la magnitud que ha alcanzado  el conflicto interno que estamos viviendo; que no se manipulen las cifras, que no se silencien los fracasos, que no se tergiversen los hechos, ni se llore de alegría por la muerte del adversario; que no se adopte una actitud maniquea como lo hacen muchos, cuando festejan la muerte de decenas de guerrilleros por los bombardeos de la Fuerza Aérea, pero, cuando los muertos son de la fuerza pública, los calificativos de esas mismas personas contra las FARC no se hacen esperar: terroristas, asesinos, dementes, cobardes…en fin; catalogan un hecho  de bueno o malo, no por hecho en sí, sino  por el bando que lo haya ejecutado. ¡Qué desgracia, los tuertos siempre opinan sesgados! Cómo no pensar que tanto los guerrilleros  como los soldados son hijos de Colombia; por igual tienen padres, madres, hermanas, hijos y sueños;  la muerte de cada uno de ellos en algo disminuye la estatura humana de todos nosotros.
Mientras se le siga mintiendo al país sobre el conflicto, la paz seguirá siendo esquiva. ¡Que se diga toda la verdad! ¡Que no se le mienta al pueblo! Y veremos, como bien pronto  nos enrumbaremos hacia la solución política del conflicto social y armado que por casi 5 décadas desangra a Colombia.
Hacemos un respetuoso  llamado a los periodistas  honestos, de sana y recta  conciencia y juicios sensatos, “fabricantes e inductores de opiniones”,  a que reflexionen y analicen la responsabilidad que les asiste en este conflicto; a que investiguen bien los hechos y no tomen como única fuente las “verdades oficiales reveladas”; porque la mayoría de las veces, son oficiales, pero no verdades; no sigan, algunos de manera consciente, haciéndole el juego a todos aquellos que han hecho de la guerra un negocio lucrativo; sirviéndoles de instrumentos para profundizar el conflicto, desfigurando los hechos y cultivando odios, a cambio de aplausos y abultados sueldos y prebendas  de parte de los usufructuarios de la injusticia social.
A  Juan Manuel Santos, si verdaderamente quiere pasar a la historia como un Presidente benefactor del pueblo y  no de la oligárquica clase a la que pertenece, que renuncie a  la demagogia y  al populismo  y que no siga usurpando la llave de la paz, porque esta llave le pertenece no al que manda a los hijos del pueblo a morir en la guerra, sino al que pare los hijos   que mueren en la guerra, que es el  pueblo. Que no olvide las palabras de Abraham Lincoln: “Se puede engañar a todo el pueblo parte del tiempo, se puede engañar a parte del pueblo todo el tiempo, pero lo que no se puede es engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.

http://www.resistencia-colombia.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1304:joaquin-gomez-integrante-del-secretariado-nacional-de-las-farc-ep&catid=21&Itemid=36

El Tribunal Mundial de Libertad Sindical condena al estado colombiano

Por homicidios, torturas y otros atentados graves contra la libertad sindical

Tribunal Mundial Sindical

EL TRIBUNAL MUNDIAL DE LIBERTAD SINDICAL resuelve: Condenar al Estado de la República de Colombia por ser responsable de los hechos sistemáticos de violación del principio de Libertad Sindical, en calidad de autor directo, coautor, cómplice o encubridor de homicidios, lesiones, torturas, privaciones ilegítimas de la libertad, atentados, amenazas, despidos y represalias con motivo del ejercicio de la actividad sindical." 

Tribunal Mundial de Libertad Sindical  COLOMBIA Bogotá D.C., veinticinco (25) de mayo de dos mil doce (2012).   El Tribunal Mundial de Libertad Sindical integrado por los siguientes Magistrados: LUIS ENRIQUE RAMÍREZ, Presidente; LYDIA GUEVARA RAMÍREZ, Secretaria; LUIZ SALVADOR, OSCAR ALZAGA, JOSÉ LUIS CONTRERAS MONTES, GRETEL HERNÁNDEZ OLIVA y SEBASTIÁN VISCUSO, reunidos en sesión plenaria, en el expediente caratulado “Sindicatos de Colombia c/ República de Colombia s/ Violación del principio de libertad sindical” (Causa No. 001/ 2012.), dicta la siguiente sentencia
I.-objeto de la controversia  

El Tribunal ha recibido una demanda general que resume la presentada por 81 organizaciones sindicales y por trabajadores independientes, cuyo detalle se realizó en el auto de admisión de la demanda, de fecha 23 de mayo de 2012. En ella se denuncian graves violaciones al principio de libertad sindical por parte de la República de Colombia, alegándose que los trabajadores de este país, “siempre han sido blanco de los ataques de la clase política tradicional”, situación que se habría agravado a partir de 1965, según los demandantes, cuando “se acogió por el Estado la doctrina de la seguridad nacional o del enemigo interno”. Dice la demanda que “el paramilitarismo se ha convertido en una política de Estado, cuyo blanco principal son los defensores de derechos humanos, los opositores y los trabajadores.”

Luego la demanda desarrolla y fundamenta este punto, explicando la responsabilidad de los Estados Unidos en la actividad paramilitar en Colombia y la complicidad de los partidos políticos tradicionales. La demanda también relata otras violaciones graves a los derechos humanos, cuyo origen se vincula al derecho de libertad sindical, que prácticamente es impedido su cabal ejercicio por los trabajadores.

II.- Competencia

En el auto de fecha 23 de mayo de 2012 el Tribunal fundamentó su legitimidad y su competencia para conocer en el presente caso. En primer lugar, por estar conformado por juristas y personalidades sociales de diferentes países, ajenos a la controversia planteada. Decíamos en esa oportunidad, que el Tribunal Mundial de Libertad Sindical – Colombia (TMLS), es un tribunal ético internacional, fundado por representantes de la sociedad civil que pretenden denunciar y hacer visible, ante la comunidad nacional e internacional, la sistemática violación en Colombia de una de las libertades fundamentales de la persona humana: la libertad sindical. Es un tribunal ético, porque nace con el propósito de generar conciencia sobre la degradación de ese derecho humano, que la institucionalidad no ha podido, o querido, preservar. Su existencia se explica por el fracaso de las estructuras políticas formales, en dar una respuesta adecuada a las agresiones que sufre la libertad sindical en este país.

Cuando los sistemas judiciales convencionales se muestran impotentes para suprimir esos comportamientos, por ser incompetentes, tolerantes o, peor aún, cómplices, entonces las víctimas y los pueblos tienen el derecho de reapropiarse democráticamente de la justicia, generando un espacio para la denuncia, la condena y la difusión de los hechos de violación de la libertad sindical, identificando a sus responsables.

 El Tribunal no sustituye a los tribunales formales, sino que coadyuva a que las normas nacionales e internacionales se reconozcan y apliquen. Sin lugar a dudas, este es un paso para terminar con la impunidad, al exhibir ante la comunidad local e internacional hechos que repugnan a la conciencia social de la humanidad, y que van a contramano del siglo XXI, que es el siglo de los derechos humanos. Se trata, ni más ni menos, que desenmascarar la injusticia, y forzar la reacción de aquellas personas e instituciones, que tienen la capacidad de movilizar mecanismos correctivos de estas conductas socialmente reprochables.

 Cuando la violación de los derechos en general, y de la libertad sindical en particular, pasan a ser parte del escenario de lo cotidiano, y cuando las conciencias parecen estar anestesiadas, seguramente como mecanismo de defensa para poder sobrevivir a semejante degradación social, entonces las instituciones entran en una profunda crisis. Pierden legitimidad porque pierden credibilidad. Y llegado a este punto, los pueblos tienen el derecho a exigir y buscar justicia, la que les permite alzar la voz y denunciar a los violentos, a los corruptos, a los delincuentes, a los explotadores, que degradan las instituciones republicanas y, en nuestro caso, a los que sistemáticamente violan el principio de libertad sindical en sus diversas manifestaciones.

III.- Trámite ante el Tribunal

Recibida la demanda, al estar designadas las partes y pertenecer los hechos denunciados al marco de competencia del Tribunal, se ordenó notificar al Presidente de la República de Colombia, Señor Juan Manuel Santos Calderón para que pueda ejercer el derecho de defensa. Paralelamente, se dispuso la producción de la prueba ofrecida por la parte demandante, ordenando que por Secretaría y atento a su volumen, sea reservada y archivada la documentación, y que se tome declaración a los testigos ofrecidos realizándose las audiencias los días 23 y 24 de mayo de 2012 en el horario de 09:00 a 12:30 y de 14:00 a 16:30 horas.

IV.- El marco normativo
Para resolver la controversia planteada, el Tribunal ajustó su decisión a la Constitución Política (CP) de la República de Colombia, artículos 25, 39, 53, 55 y 56; al Código Sustantivo del Trabajo (CST), a los Convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), números 87 (1948) sobre libertad sindical y protección del derecho de sindicación, 98 sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva (1949), 151 sobre las relaciones de trabajo en la administración pública (1978) y 154 sobre el fomento de la negociación colectiva (1981); a la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (art.23); a la Declaración Universal de Derechos Humanos (arts. 20 y 23.4), a los llamados “Pactos de Nueva York”, el relativo a los Derechos Civiles y Políticos (art. 22.1) y de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (art. 8.1), el Protocolo de San Salvador (art. 8) y demás tratados que conforman el Derecho Internacional de los Derechos Humanos en materia sindical. También se tuvieron en cuenta los dictámenes y resoluciones de los organismos internacionales de interpretación y aplicación de dichos tratados y convenios, como, por ejemplo, la Comisión de Expertos, la Comisión de Aplicación de Normas y el Comité de Libertad Sindical de la OIT. Por último, pero muy especialmente, el Tribunal apoyó su decisión en la doctrina de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en particular en los casos “Baena, Ricardo y otros” (02/02/2001) y “ Huilca Tecse c/ Perú” (03/03/2005).

El Tribunal destaca que la profusión de normas internacionales que consagran el principio de libertad sindical, permite considerarlo como un derecho humano fundamental integrante del “ ius cogens ” o derecho consuetudinario de gentes, obligatorio para todos los países, conforme al Convenio de Viena sobre Derecho de los Tratados.   

V.- La libertad sindical
Ingresados en el siglo XXI, el Tribunal considera innecesario explayarse mayormente sobre la libertad sindical, uno de los pilares de toda sociedad democrática.

Baste decir que la libertad sindical comprende tanto a la llamada libertad sindical individual, consistente en la facultad de constituir sindicatos, afiliarse, no afiliarse o desafiliarse, como la libertad sindical colectiva o autonomía sindical, que permite a las organizaciones sindicales realizar toda actividad lícita, incluida la huelga, para la defensa de los derechos e intereses de los trabajadores. La función de los sindicatos, en las sociedades modernas, es crear una fuerza social que contrarreste los poderes empresariales. Pero el desconocimiento sistemático de la libertad sindical deriva en una situación de debilidad estructural de las organizaciones gremiales, lo que facilita los abusos y atropellos a los derechos de los trabajadores.

La libertad sindical está íntimamente vinculada con la subsistencia del trabajador y de su familia, con la protección y mejoramiento de sus intereses y derechos, ya que es la garantía para el ejercicio de sus derechos laborales, como son al trabajo digno y estable y a una remuneración justa. Y si la libertad sindical está relacionada con la subsistencia de la persona, entonces está vinculada con el derecho a la vida, que es el primer derecho humano. Esto explica que la propia O.I .T diga en sus informes, que la libertad sindical y la libertad de asociación son un derecho humano fundamental y un valor medular del sistema, cuyo propósito principal es que los trabajadores defiendan sus derechos adquiridos y aún puedan mejorarlos.

Las normas constitucionales y la ratificación de los tratados internacionales sobre derechos humanos y los Convenios de la O.I.T., es un dato importante para juzgar la situación de la libertad sindical en Colombia. Pero lo verdaderamente esencial es el grado de aplicación efectiva de esa normativa.

Este Tribunal ha podido comprobar, con las pruebas producidas, que en Colombia existe una enorme brecha entre la norma jurídica protectora y su aplicación en la realidad. Se viola la libertad sindical cuando el ordenamiento jurídico interno crea condiciones para la existencia de organizaciones de trabajadores débiles y sin capacidad de acción sindical. También cuando se reglamenta el derecho de huelga para que sea inofensiva, o cuando la negociación colectiva es un burdo simulacro.

Pero la más grave violación de la libertad sindical se produce cuando la violencia contra el sindicalismo es permanente, en el marco de una evidente impunidad, sobre todo de los grupos paramilitares, lo que nos habla de un Estado ausente o, peor aún, cómplice.

La Corte Interamericana de Derechos Humanos, en el caso “ Huilca Tecse c/ Perú” (03/03/2005), ha dicho: “El estado debe garantizar que las personas puedan ejercer libremente su libertad sindical sin temor de que serán sujetos a violencia alguna, pues, de lo contrario, se podría disminuir la capacidad de las agrupaciones de organizarse para la protección de sus intereses”. Agregando: “Por lo tanto, la ejecución de un líder sindical, en un contexto como el del presente caso, no restringe sólo la libertad de asociación de un individuo, sino también el derecho y la libertad de un determinado grupo a asociarse libremente, sin miedo o temor”.

La O.I.T ha señalado: “un clima de violencia, de presiones y de amenaza de toda índole contra dirigentes sindicales y sus familiares no propicia el ejercicio libre y el pleno disfrute de los derechos y libertades que consagran los Convenios núms . 87 y 98 y todo Estado tiene la ineludible obligación de fomentar y mantener un clima social donde impere el respeto a la ley, como único medio para garantizar el respeto y la protección a la vida”. (Véase Recopilación de 1996, párrafos 61 y 62; 306 .º informe, caso núm. 1903, párrafo 489, 331. Informe, casos núms . 1937 y 2027, párrafo 106; 327 .º informe, caso núm. 1787, párrafo 342 y 333. Informe, caso núm. 2268, párrafo 755.)

La experiencia indica que el ejercicio de la libertad sindical está claramente condicionado, por el nivel de respeto que exista en un país de las libertades individuales, en particular el derecho a la seguridad de las personas, la libertad de opinión y expresión, la libertad de reunión, el derecho a la defensa en juicio ante tribunales independientes e imparciales y el derecho a la protección de los sindicatos. En un país en el que se verifican graves violaciones de las libertades civiles, no puede existir libertad sindical. Colombia es un ejemplo, pues la sola existencia de los paramilitares es un atentado contra la legalidad y el Estado Social de Derecho.

Estrechamente vinculado con esta situación, aparece generalmente una administración de justicia deficiente, lo que sirve para incrementar aún más el clima de impunidad e inseguridad existentes. Las restricciones civiles y políticas constituyen una de las principales causas de violación de la libertad sindical, reconoce la O.I.T., lo que explica que casi la mitad de las quejas que recibe el Comité de Libertad Sindical se refieran a violaciones de derechos humanos. El mismo organismo internacional ha dicho, reiteradamente, que el concepto de derechos sindicales carece totalmente de sentido, cuando no existen las libertades civiles. Por ello ha insistido que un clima de violencia e inseguridad, es extremadamente perjudicial para el ejercicio de las actividades sindicales.

Es responsabilidad directa del Estado garantizar a los dirigentes sindicales, no sólo su vida, su integridad física, o su libertad, sino también la libertad de movimientos y de circulación, sin temor a represalia alguna. El Tribunal, conforme a la abrumadora prueba producida en esta causa, considera que el Estado colombiano no cumple con esa responsabilidad. 

VI.- Sobre los hechos comprobados
El Tribunal ha podido comprobar que en el Estado y sectores empresariales colombianos existe una especie de cultura antisindical, que corre en paralelo con una cultura de la violencia como forma de resolver los conflictos. Un comportamiento es cultural cuando más allá de su legalidad o legitimidad está socialmente considerado como incorporado al orden natural de las cosas. Está demostrado que la violencia ejercida desde el Estado o desde los grupos económicos, reduce la sindicalización y dificulta enormemente la formación de nuevos sindicatos.

En 1970 había una sindicalización del 14% de la población económicamente activa, y en la actualidad es menor del 4%, resultando que sólo el 2% de los trabajadores está amparado por la negociación colectiva. Con procesos de violencia contra la fuerza de trabajo se ha logrado en este país deslaboralizar la contratación individual, disfrazada como contratación civil, y sustituir al trabajador formal por trabajo subcontratado o tercerizado .

Paralelamente, este proceso ha sido acompañado por una fuerte ofensiva contra el derecho a la negociación colectiva, desnaturalizándose e incumpliéndose los convenios colectivos de trabajo vigentes, cuyas cláusulas son sistemáticamente violadas, tanto por el Estado como por los empleadores privados. La violencia antisindical ha posibilitado la aparición de cooperativas de trabajo asociado fraudulentas, que disfrazan como socios cooperativos a quienes no son otra cosa que trabajadores dependientes.

Otro fenómeno similar es la utilización fraudulenta de las agencias de servicios eventuales o temporarios, que pretenden reemplazar a los trabajadores efectivos por trabajadores que originan un menor costo laboral y que representan una fuerza de trabajo de difícil o imposible sindicalización. 

Este Tribunal considera que la mayoría de los trabajadores colombianos se encuentran en una situación laboral, que podríamos calificar como la prehistoria del Derecho del Trabajo, situación a la que se llega merced a los hechos reiteradamente mencionados y denunciados en esta causa.


Frente a la violencia irracional, generalmente originada en función de la protección de los intereses de los grupos económicos y de las empresas multinacionales, la reacción del Estado colombiano, reiteradamente denunciado y condenado por los organismos internacionales, ha sido la de desarrollar ineficientes procedimientos de protección de los dirigentes sindicales, omitiendo atacar con auténtica convicción política las causas que motivan dicha violencia.

El Tribunal da por acreditado que en Colombia existe una indisimulada alianza entre el Estado y los grupos económicos y financieros, locales y extranjeros. Por lo tanto, resulta evidente que existen poderosos intereses para mantener un movimiento sindical débil y fragmentado, situación que a veces se agrava por la actitud de alguna dirigencia sindical, que actúa según sus propios intereses. Ante los hechos notorios de graves violaciones a los derechos humanos de la clase trabajadora el Tribunal tiene por debidamente probada la impunidad con la que actúan los responsables de dichas violaciones. Y en este fenómeno es clara la responsabilidad del Poder Judicial. Los fueros sindicales, que son la herramienta que permite garantizar la actividad de los representantes sindicales, y que están reconocidos en la Constitución Política de Colombia y en los Convenios de la O.I.T., son sistemáticamente violados. El Tribunal ha podido comprobar, que el despido arbitrario de los dirigentes y activistas sindicales es un hecho que se reitera con llamativa regularidad. Situación que se ve agravada cuando con total impunidad se desconocen órdenes judiciales de reintegro de los trabajadores afectados.

En Colombia las relaciones laborales no son democráticas ni participativas. Son profundamente autoritarias. El trabajador es un sujeto sin voluntad, que deja en la puerta del establecimiento sus derechos ciudadanos. La empresa es, en general, una estructura autocrática, donde uno manda y los demás simplemente obedecen. Se desconoce el acuerdo bilateral y democrático de las partes que integran la relación laboral. El trabajador es un simple engranaje, fácilmente sustituible, de una maquinaria cuyas palancas son movidas por manos, cuyo dueño ignora. La estabilidad laboral es la madre de todos los derechos laborales, porque un trabajador sin estabilidad tiene escasas posibilidades de defenderlos.

El Tribunal ha podido comprobar que en Colombia las relaciones laborales son inestables, violentándose el principio de la permanencia del contrato de trabajo. La ausencia de libertad sindical, que lleva a un sindicalismo débil y fragmentado, permite que relaciones laborales que deberían ser por tiempo indefinido, por responder a necesidades empresariales permanentes, terminan disfrazadas como relaciones por plazo determinado, o como contratos de naturaleza civil, o como relaciones cooperativas, todas claras situaciones de burdo fraude laboral.

Es lógico que en este escenario, con una fuerza laboral temerosa de perder su puesto de trabajo, la discriminación, el abuso y la prepotencia patronal sean una consecuencia natural. El contrato de trabajo es, de por sí, una relación de poder; poder que se descontrola cuando no hay libertad sindical, como en el caso de Colombia. La debilidad del movimiento obrero en este país no es una casualidad, ni un hecho inevitable de la naturaleza. El Tribunal tiene por demostrado que hay un plan para que en Colombia exista una mano de obra dócil y barata. Y para ello es necesario que el sindicalismo no sea un obstáculo.

El procedimiento seguido para alcanzar este objetivo ha quedado a la vista en este expediente: la represión de la actividad sindical, la violencia extrema y la impunidad, dignas de los albores del siglo XIX y no de una sociedad democrática y moderna.

En este marco de franca desprotección de la clase trabajadora colombiana y de extrema debilidad del sindicalismo, no debería extrañar que el índice de siniestralidad laboral sea elevadísimo, lo que se ha podido comprobar a pesar de la ausencia de estadísticas oficiales confiables. Las condiciones de trabajo de un importante sector de trabajadores, son deplorables. Tales condiciones llevan a que un reducido número de trabajadores alcance los servicios de la seguridad social, desprotegiendo a la mayoría. La protección de la vida y la salud del trabajador, que son su único patrimonio, es considerado un costo laboral, que no todos los empleadores están dispuestos a pagar. A ello se suma la ineficacia de los organismos estatales, que deberían controlar el cumplimiento de las normas de higiene y seguridad laboral.

El Tribunal se hace cargo que el discurso oficial pretende, especialmente en los foros internacionales, alegar que Colombia es un país en el que actualmente se respetan los derechos de los trabajadores y la actividad sindical. Sin embargo, la mejor prueba de la falsedad de tales afirmaciones es la resolución adoptada por la Corte Constitucional de Colombia en el caso P 750/2011, en la que expresamente se declara “la actividad sindical en el país es de alto riesgo”.

VII.-NORMATIVIDAD REGRESIVA 

1. Aún está vigente el artículo 430 del Código Sustantivo de Trabajo (CST) que prohíbe la huelga en una amplia gama de actividades económicas que no son servicios esenciales, pese a que los organismos de control de la OIT, especialmente el Comité de Libertad Sindical, en varias ocasiones ha recomendado reglamentar el derecho de huelga, conforme a los criterios de la propia OIT en materia de servicios esenciales.

2. Las federaciones y confederaciones tienen prohibido declarar la huelga en el artículo 417 del CST.

3. Frente a más de un millón de empresas y 19 millones de trabajadores y trabajadoras que hay en Colombia, la negociación colectiva negociación colectiva El proceso de negociar términos y condiciones de trabajo mutuamente aceptables, así como de regular las relaciones laborales entre uno o varios representantes de los trabajadores/as, sindicatos o centrales sindicales por un lado, y un empleador, un grupo de empleadores o una o más organizaciones patronales por el otro, es prácticamente marginal. 

4. Véase convenio colectivo La negociación colectiva cubre a menos del 2% de los trabajadores colombianos. Por la exclusión de un gran número de trabajadores de la aplicación del régimen laboral del Código Sustantivo del Trabajo, de los 19´138.000 trabajadores, solo al 30% se les aplica dicho Código, y sólo 124.200 trabajadores se benefician de algún tipo de acuerdo colectivo. Se aprecia una grave exclusión del derecho de negociación colectiva de los trabajadores con vínculo diferente al contrato de trabajo.

5. La Ley 1453 reformó el artículo 200 del Código Penal, condenando a quien perturbe reunión, asociación o huelga. Esta protección es insuficiente. Es una norma inane, a la fecha no se ha estrenado y no se conoce una sentencia que aplique esta disposición.

6. El Estado colombiano expidió el Acto Legislativo No 01 de 2005, prohibiendo el tema de pensiones en la negociación colectiva.

7. El Estado colombiano expidió el Decreto 535 de 2009, por medio del cual se reglamenta la concertación de las condiciones laborales de los empleados públicos, con lo cual se niega la negociación colectiva de dichos trabajadores. Pero aún con la “concertación” se niega asuntos que excedan el campo laboral, tales como: la estructura organizacional, las plantas de personal, las competencias de dirección, administración y fiscalización del Estado, los procedimientos administrativos y el principio del mérito como presupuesto esencial de la carrera administrativa.

VIII- Violaciones contra la vida e integridad personal, al derecho de asociación y negociación colectiva, persecución sindical, criminalización de actividad sindical. 

Para simplificar la lectura de la presente sentencia y atento a la significativa cantidad de casos que han sido presentados ante el Tribunal durante las audiencias de los días 23 y 24 de mayo de 2012 y los que han continuado llegando durante el desarrollo de las sesiones del Tribunal, el detalle de los mismos se contiene en el Anexo No. 1, que debe considerarse formando parte integrante de esta Resolución.

IX. En mérito de todo lo expuesto y sobre la base de la prueba colectada, El Tribunal Mundial de Libertad Sindical , RESUELVE:
  1. Condenar al Estado de la República de Colombia por ser responsable de los hechos sistemáticos de violación del principio de Libertad Sindical, en calidad de autor directo, coautor, cómplice o encubridor de homicidios, lesiones, torturas, privaciones ilegítimas de la libertad, atentados, amenazas, despidos y represalias con motivo del ejercicio de la actividad sindical.
  2. Exhortar al Gobierno de la República de Colombia a que adopte todos los recaudos necesarios para garantizar en el país la Libertad Sindical, suprimiendo de inmediato todos los obstáculos y restricciones que han sido denunciados en esta causa.
  3. Exigir al Gobierno de la República de Colombia que prohíba, cese y sancione con el rigor necesario, todos los comportamientos violentos, cualesquiera que sean sus autores, que afectan el libre ejercicio de la actividad sindical.
  4. Dirigirse a cada una de las empresas e instituciones públicas involucradas en la denuncia recibida, para que cesen en sus actos y políticas antisindicales. En el caso de empresas multinacionales, el Tribunal se dirigirá a la casa matriz.
  5. Poner en conocimiento de la Organización Internacional del Trabajo la presente sentencia. Designar a la Dra. Gladys Delgado de Rodríguez para realizar los trámites de notificación.
  6. Comunicar a todo el movimiento obrero organizado, local e internacional, lo resuelto en esta causa.
  7. Notificar esta sentencia a los organismos defensores de los Derechos Humanos, locales e internacionales.
  8. Pasar a un cuarto intermedio, hasta la fecha y en el lugar que oportunamente se fijarán, para analizar la evolución de la situación de la Libertad Sindical en Colombia.
Más sobre la convocatoria del Tribunal Mundial Sindical y la demanda contra el Estado colombiano en el sitio de la Marcha Patriótica: http://www.marchapatriotica.org/index.php?option=com_content&view=article&id=523:tribunal-mundial-de-libertad-sindical-colombia&catid=37:en-la-marcha&Itemid=94

Resumen APAS Semana 24


El sistema carcelario
Una vida por diez pastillas
La provincia de Buenos Aires, pero la Nación también, reclaman a gritos un enfoque integral de la ‘agenda seguridad’, concebida desde una matriz democrática; por otra parte la única desde la cual se podrá desmontar también la maquinaria de miedo y disciplina social dirigida por los fuertes poderes hegemónicos. (*)

Por Víctor Ego Ducrot
Un constructor del Nunca Menos
Duhalde, más Luis que nunca
La inquietante relación de un luchador por los derechos humanos y las coordenadas de su tiempo. La memoria de un militante y la militancia por la memoria.
Por Ernesto Espeche (*)
Participación política
La repolitización como reaseguro de no retrocesos
Las miradas clásicas intentan explicar el actual proceso histórico como algo transitorio derivado de algunas ventajas económicas y de políticas asistenciales. Desconocen así el rol protagónico de sujetos sociales decididos a ser artífices de su destino.
Por Daniel Gonzalez Almandoz
Tiempo de bifurcación
YPF: entre intervención y expropiación
La decisión del gobierno de tomar el mando de la empresa petrolera no tiene vuelta atrás. Un proyecto de declaración de los hidrocarburos como “de interés público” es el paso necesario. Dos posibles vías hacia la toma del control es el dilema que el gobierno debe resolver.
Por Emilio Meynet
Contra la malicia periodística
Integrados al mundo y soberanos
El ataque mediático más artero y reiterado contra el proyecto político nacional y popular sostiene sin base alguna que nuestro país se aísla del mundo y por lo tanto no recibe inversiones ni puede desarrollar un comercio exterior sustentable.
Por Julio Semmoloni
La institución madre de APAS homenajea a Kirchner
En la educación y el periodismo, Néstor presente
La Facultad de Periodismo de la Universidad Nacional de La Plata, en la cual nació nuestra agencia, inaugura instalaciones bajo el nombre del ex presidente argentino. Reproducimos un texto de la Dr. Florencia Saintout, decana de la casa de estudios, al respecto.
Por Florencia Saintout (*)
El oscurantismo católico I
En el Sur también existe
El periodista y militante de derechos humanos referencia el afincamiento de sectores ultra conservadores de la Iglesia católica en el sur de la provincia argentina de Mendoza. Hoy lo hace a partir de la publicación de una novela que alude al tema, en próximas ediciones sabrá Dios cómo más.
Por Ramón Ábalo (*)
Crisis siria
Las dos caras del Imperio
Al tiempo que Damasco aceptó poner en marcha un plan que propicia una salida pacífica al conflicto, Estados Unidos propone una doble jugada: acepta la propuesta pero financia a los grupos opositores armados sirios.
Por David Garcia
Operaciones fuera del área estéril
Vapuleo al vice y cuentas a tres años
La operación mediática y judicial contra el vicepresidente argentino, Amado Boudou, deriva en movimientos que la ubicarían como parte de la campaña para posicionar al gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, como candidato a la presidencia en 2015, en potencial disputa interna con el segundo de Cristina Fernández.
Desde la Redacción de APAS
Justicia fuera de su justo espacio
Las leguas largas
En los últimos días siguió la embestida mediática y política contra el vicepresidente argentino. En conferencia de prensa, Amado Boudou denunció las patrañas del monopolio y sus cómplices en la justicia.
Desde la Redacción de APAS
APAS | Agencia Periodística de América del Sur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.

La mujer, un enemigo a vencer


NotiColombia Press

La mujer es triplemente explotada en la sociedad capitalista. En el trabajo, en la casa, y sexualmente. Si a ello le sumamos que es el blanco de la violencia de pareja, la situación se torna más dramática, y much´simo más cuando hablamos del conflicto interno colombiano.

Es sabido que en la primera forma, en el trabajo, la mujer experimenta la violencia machista de los patronos y, por ignorancia, de sus compañeros de trabajo. Mucho se ha escrito sobre el tema y los artículos pululan, mas sin embargo se siguen repitiendo a diario los casos de violencia a la mujer de parte de hombres que no sólo muestran ”su poderío” en las diferencias de salario, sino también en acoso sexual, como el sufrido por una agente de policía en el departamento del Magdalena de parte del comandante, un Coronel, que la presionó y amenazó con dañar su hoja de vida si no accedía a sus peticiones, lo que al final logró convirtiéndola en su amante.

En la sociedad capitalista el ”macho” es el macho. Y como ”macho” no le compete nada de los oficios de la casa. Así nos educaron, así nos siguen educando. Incluso las mismas mujeres siguen enseñando a sus hijos varones que un ”macho” no se mete en esas cosas de mujeres. Es la dominancia del patriarcado que ha imbuído nuestras neuronas hasta el máximo y quizá sólo cuando desaparezca el capitalismo de la faz de tierra desaparecerán sus secuelas. Pero los revolucionarios, los de verdad verdad, debemos ir a diario haciendo esfuerzos para vencer esa tara hereditaria que nos disminuye a los ojos de ellas.

Ni se diga lo que sucede una vez se apagan las luces. ”Machos” que todos los fines de semana llegan borrachos, con su aliento agrio etílico, con los deseos sexuales disparados y sólo busca su placer. Un cuerpo de mujer a ser tomado por asalto para satisfacer a la bestia, y la bestia si acaso aguanta 5 minutos cuando ya ha eyaculado y después se escurre babosamente dejando a su pareja mirando lejos en la oscuridad. Cuando la mujer se niega es una de las causas de la ”violencia doméstica” -que no tiene nada de doméstica-, a la que se suma la situación de celos y económica de la pareja (diferente es la del ”rico” que es violentador consuetudinario de su pareja, generalmente de menor poderío económico que el ”macho, machote, gran maricote”).

Evidentemente que hay otra forma de ”vencer al enemigo”, es decir, vencer a la mujer para vencer al gallardo hombre que lucha por su familia. La mujer es víctima del Conflicto Interno Colombiano y ésta problemática ha sido asumida por Allende La Paz en sus artículos ”Mujer y el Conflicto Interno I” y ”Mujer y el Conflicto Interno II” (Ver abajo). Según algunos investigadores consignan en sus investigaciones ”en la guerra, al hombre lo matan, a la mujer... la violan”, lo cual ha sido variado en el conflicto interno colombiano: ”En la guerra, al hombre lo matan; a la mujer... la violan, para después matarla”.

Es sabido que las violaciones de mujeres relacionadas con el conflicto interno corre por cuenta de las fuerzas militares-narcoparamilitares del estado (”braguetas rápidas”). Son miles las denuncias que hacen las mujeres víctimas de éstas violaciones, las cuales caen en saco roto porque en éste sistema una mujer violada es poca cosa. Es dramático el caso de las mujeres desplazadas (el 80% del total de desplazados) que han sido víctimas del asalto carnal de los ”heroicos” narco-paramilitares y militares del estado, como para dejar una marca indeleble en su cerebro, además del despojo de su tierra y el asesinato de sus maridos, hermanos, padres, etc.

En ese orden de ideas, queremos señalar que la solución defintiva será, siempre lo decimos, con la superación del sistema capitalista. Lógicamente que debemos luchar por las banderas de lucha de las mujeres, así como luchamos por las de los hombres, y las del pueblo en general, y nostros los hombres debemos poner nuestro ”granito de arena” no sólo luchando con ellas por las objetivos generales del pueblo, por las reivindicaciones propias de cada género, sino haciendo desaparecer el ”fantasma del género” en las relaciones de pareja del pueblo. Debemos recordar que como dice un investigador colombiano: ”En la sociedad hay contradicciones antagónicas y no antagónicas. Las antagónicas las superaremos dialécticamente con la lucha del pueblo y el cambio de sistema. Las no-antagónicas las superamos dialógicamente mediante la racionalización, el diálogo y, sobre todo, el amor”.

.....................................................................................

Mujer y Conflicto Interno I

Las mujeres víctimas del conflicto interno colombiano. En el 2002, 866 mujeres perdieron la vida víctimas de masacres, homicidios selectivos, desaparición forzada y muertes en la confrontación armada.

Las mujeres, junto a los niños, son las víctimas más dolorosas del conflicto interno que sacude a Colombia, conflicto que en su última etapa lleva más de 41 años. Desde 1964, cuando se agredió a Marquetalia, con el Plan LASO, a 48 campesinos -46 hombres y 2 mujeres-, la mujer es la primera víctima del conflicto armado interno colombiano. 48 hogares destruídos que hoy representan a miles de miles de colombianos y colombianas que padecen la agresión de las fuerzas estatales y para-narco-estatales que cumplen al pie de la letra los dictados imperiales.

Dice Amnistía Internacional en su informe del 2004: “El 6 de octubre, presuntos paramilitares mataron a tiros a la dirigente comunitaria Teresa Yarce en el área de la Comuna 13 de Medellín. Las fuerzas de seguridad la habían detenido en noviembre de 2002 sin que hubiera contra ella ningún cargo, y posteriormente fue amenazada, todo esto después de haber informado sobre violaciones de derechos humanos cometidas durante una operación efectuada por las fuerzas de seguridad en la zona.”
Cuánto sufrimiento, cuánto dolor, cuánta sevicia, cuánta sangre derramada por defender los intereses de una oligarquía parásita y de un imperio que quiere apoderarse de nuestros recursos naturales, de nuestros hijos e hijas, de nuestra biodiversidad, de hasta nuestros genes, y para ello le importa lo más mínimo asesinar el recinto sagrado de la vida: la mujer.

Hoy quiero mostrar el papel de la mujer como víctima del conflicto interno y como luchadora por un mundo mejor, particularmente durante la administración del personero de la mafia de la Casa de Nariño, el “Don” Álvaro Uribe Vélez.
Presento resumidos algunos datos de informes de organizaciones de Derechos Humanos, como el Comité Permanente de los Derechos Humanos (CPDH), Amnistía Internacional (AI), y de la Red Nacional de Mujeres, que nos muestran la aterradora y cruel realidad que viven las mujeres del pueblo en Colombia. Más información se puede conseguir en las páginas web de las mencionadas organizaciones (Ver www.anncol.org/, en enlaces).

Dice el CPDH en su Informe del 2002: “Punto especial es el registro y análisis de la situación de las mujeres víctimas de violaciones de derechos humanos. El seguimiento territorial y la composición social, son aspectos que permiten observar de un lado la profundidad del conflicto interno que vive el país y, de otro lado, el papel cada vez más destacado de la mujer colombiana en los diversos escenarios de acción por la dignidad humana, por lo cual se convierte en objetivo de los cometidos contra los sectores y fuerzas sociales que propugnan por una patria mejor.”

Mujeres víctimas de violaciones de derechos humanos

Dice el CPDH que “fueron víctimas en masacres, de homicidios selectivos, desapariciones forzadas y de ataques a población civil, 866 mujeres, durante el año 2.002, que representan el 10,42 del total de estos registros. Estos datos se discriminan en 218 mujeres muertas en masacres, que son el 9,94% del total de víctimas en este tipo de crimen; el 8,63% de los homicidios selectivos, 435 casos, fueron mujeres; 103 mujeres, el 14,03%, de las desapariciones forzadas tuvieron como objeto a mujeres y la mayor proporción fue de mujeres muertas en ataques a población civil, que alcanzó la cifra de 110, que representan 31,79% de las personas civiles fallecidas en medio de la confrontación armada.

En todos los casos examinados la cuota fatídica de mujeres ha aumentado. En masacres creció 1,26%, en homicidios selectivos aumento 0,62%, en desapariciones forzadas prácticamente la cifra se duplico, puesto que aumentó 6,55%.”

Mujeres afectadas por Masacres 


De las 218 mujeres víctimas en masacres (2002), de 79 (36.4%) no se tiene información acerca de su vínculo social. Eran mujeres campesinas 74, que representan el 34,1%. Del sector de servicios fueron víctimas 33 mujeres, esto es 15,2%. 27 mujeres fueron registradas como de otros sectores sociales, representando 12,4% de la composición social de víctimas de masacres.

Nótese que ninguna de las víctimas fue de clase alta, evidencia de que son las mujeres del pueblo las víctimas del conflicto interno.

Los presuntos responsables son las fuerzas narcoparamilitares a quienes se atribuyen 116 casos (54 %); las fuerzas militares, 9 casos (4%) y grupos armados no identificados 51 mujeres (23%), es decir a las fuerzas militares-narcoparamilitares se les atribuye el 58% de los casos, que sumado al 23% de grupos no identificados, serían 81% responsabilidad del Estado por acción u omisión.

A las fuerzas guerrilleras se les atribuyen 42 casos (19%).

Mujeres víctimas de Homicidios Selectivos


Las mujeres fueron víctimas de homicidios selectivos en el 2002 en 435 casos (8,65% del total de casos). En 28 departamentos –de 31 que tiene el país- ocurrieron los casos, siendo la tasa más alta en el departamento de Arauca (18,8 por cada 100), que significa que 23 mujeres fueron asesinadas en condiciones que comprometen la responsabilidad del Estado, que manifiesta el control social y político sobre la población, a través del terror de la muerte amparada en la impunidad que brinda la política de “Seguridad Democrática”.

Norte de Santander le sigue a Arauca. Allí  68 mujeres, que representan una tasa de  9,8 por cada 100 mujeres del departamento, fallecieron víctimas de este tipo de crimen. Con 17 víctimas mujeres está el departamento de Caquetá, representando la tercera tasa, con 8,2 por cada 100 mujeres. Le sigue el Huila, donde 35 mujeres fueron objeto de este crimen, lo que significó en esta región una tasa de 7,5.

El número de mujeres víctimas de homicidios selectivos en los demás departamentos, fue: Antioquia 106, Atlántico 6, Bogotá 4, Bolívar 3, Boyacá 2, Caldas 7,  Cauca 21, Choco 3, Cesar 11,  Córdoba 9, Cundinamarca 8, Guaviare 2, La Guajira 1, Magdalena 19, Meta 2, Nariño 4, Quindío 1, Risaralda 17, Santander 24, Sucre 1, Tolima 19, Valle Del Cauca 20, y Putumayo 2.

De las 435 mujeres, de 155 mujeres no se obtuvo información acerca de su vínculo social, representando la mayoría de los casos, al alcanzar el 35% de esta estadística. Mujeres campesinas fueron las principales víctimas, llegando a la lamentable cifra de 107, el 25%. Otra cuarta parte de víctimas, el 24%, eran mujeres vinculadas al sector de servicios, lo que significa que 103 de ellas fueron asesinadas. 12 eran dirigentes sociales o políticas y 49 pertenecían a otros sectores sociales.  Del sector secundario de la economía, 9 fueron víctimas de este crimen.

Tampoco se presentan mujeres víctimas de homicidios selectivos en la clase alta.

La responsabilidad de homicidios selectivos fue atribuida a fuerzas narcoparamilitares en el 43%, 187 casos. A la fuerza Pública se le imputa la autoría en 10 casos (2,3%), es decir, 45,2% responsabilidad de las fuerzas militares-narcoparamilitares, que sumados al  37,5% (163 casos) en donde no se pudo establecer la identidad de los presuntos responsables, sumaría 82,7% responsabilidad del Estado por acción u omisión. 

Las fuerzas guerrilleras, se les atribuye el homicidio de 75 mujeres (el 17.2%.)

Mujeres víctimas de desapariciones forzadas


El 14,03%, de las desapariciones forzadas tuvieron como objeto a mujeres (103 mujeres). De ellas, doce en el departamento de Arauca, una tasa de 9,8 por cada 100 mil mujeres de esta región. Más mujeres fueron desaparecidas en Norte de Santander (18 víctimas), la tasa respecto de la población femenina es de 2,6. Le sigue en gravedad frente a este crimen de lesa humanidad, el departamento de Nariño, donde son víctimas 16 mujeres.

De las 103 desaparecidas, 45,6% (47 mujeres) están vinculadas a labores del campo. De 30 de ellas no se tiene información sobre su condición social. El sector de servicios 11 mujeres fueron objeto de desaparición forzada. Doce pertenecen a otros sectores. Y tres son el sector secundario de la economía.

Nuevamente, las clases media y alta no presentan víctimas.

A grupos paramilitares se atribuye la responsabilidad por la desaparición de 63 mujeres (61%). A grupos armados no identificados se imputan 38 mujeres desaparecidas. Y al Ejército se le atribuyen 2 casos. O sea, que el 100% es responsabilidad del Estado por acción u omisión

Mujeres víctimas en ataques a poblaciones

“El caso más destacado es la población civil afectada por los combates entre las FARC-EP y paramilitares en el municipio de Bojayá, Chocó, donde perecieron 56 mujeres (48% del total de víctimas), que representan una proporción de 28 mujeres victimadas por cada 100 mil mujeres del departamento. En el departamento de Caquetá 8 mujeres fueron muertas en estas circunstancias, mientras que en Guaviare dos. En los restantes 10 departamentos donde hubo mujeres víctimas de ataques indiscriminados, se registraron los  siguientes número de casos: Antioquia 18, Arauca 2, Bogotá 9, Bolívar 1, Boyacá 1, Caldas 3, Córdoba 4, Cundinamarca 1, Magdalena 1, Norte del Santander 2, Risaralda 1, y en Tolima un caso.”

La mayoría de las mujeres que perdieron la vida en ataques contra poblaciones eran campesinas, el 65%, esto es 73 mujeres. Del total de víctimas 11 eran estudiantes, 3 trabajan en su hogar, una era trabajadora en la industria, otra empresaria y otra profesional. De 20 casos no se obtuvo información.

Nuevamente son las mujeres del pueblo las que padecen las consecuencias del conflicto interno colombiano.

La segunda parte

En la segunda parte daremos un vistazo –aterrados- de la magnitud del drama que viven las mujeres del pueblo durante el año 2.003, por cuenta del conflicto interno, el mismo que el “Don” Uribe dice no existe en Colombia.
.......................................................

Mujer y Conflicto Interno [II]

Las mujeres víctimas del conflicto interno colombiano. En el 2002, 866 mujeres perdieron la vida víctimas de masacres, homicidios selectivos, desaparición forzada y muertes en la confrontación armada. La lucha que desarrolla la mujer del pueblo por su liberación, sean campesinas, amas de casa, estudiantes, educadoras, defensoras de derechos humanos, sindicalistas, las convierte en objeto de persecución y blanco militar de las fuerzas militares-narcoparmilitares.

* * *

Las mujeres en el gobierno de Uribe Vélez

Las mujeres han sido atacadas con particular sevicia durante la administración del “Don” Uribe. Las cifras recopiladas por las organizaciones de defensores de derechos humanos en medio de dificultades y persecuciones, demuestran que obedece a planes institucionales, no son casos aislados.

Dice el CPDH en su Informe del 2.003: “Pese a que la proporción de mujeres víctimas de las diferentes modalidades de crímenes, en comparación con los hombres, es baja, revela como los niveles de violencia en contra de las mismas se mantiene en el promedio de los últimos años. De todas formas la mujer colombiana sufre los impactos de la violencia cuando su familia es desplazada, su esposo o familiar es asesinado o desaparecido y debe asumir como madre cabeza de familia las responsabilidades de la sobrevivencia, situación indicativa de los niveles de degradación del conflicto, así como de su extensión.

Las mujeres han sido especialmente víctimas de detenciones arbitrarias en un 30% de los casos ocurridos contra ellas, seguido de los homicidios políticos 25,9%, las masacres 17,8%  y las amenazas políticas 17,7%.”

Mujeres afectadas por Masacres


El departamento que presenta el mayor número de víctimas es Antioquia, y en el Valle del Cauca, Caquetá, Bogotá, Arauca y Norte de Santander, se presentaron notorios incrementos en el número de víctimas de masacres, y son también los que presentan unos de los mayores porcentajes, en proporción superior al 41%.

El CPDH, donde se ha podido establecer la ocupación o sector social de las víctimas, que en el caso de las mujeres son 71 de cada 100, se tiene los ataques se han dirigido especialmente contra campesinas en un 45,2%, seguida de amas de casa 11,6% y estudiantes el 9,4%.

Las mujeres del pueblo siguen siendo las víctimas de las masacres, siendo fundamental resaltar que las mujeres de clase alta no son víctimas de esta forma de exterminio.

En relación con los responsables, existen mayores niveles de ocultamiento de los autores, pues 37 de cada 100 casos, el grupo autor de los hechos no se encuentra individualizado.

En los casos en que ha sido posible establecer la responsabilidad, el 66% de los casos es atribuible a la acción del Estado, bien directamente a través de la Fuerza Pública (3%) o de los grupos paramilitares (63%), es decir, el 66% de todos los casos.

En los casos donde existe individualización de la responsabilidad el 34% de los casos donde han sido víctimas las mujeres, son atribuibles a la acción de las guerrillas.

Mujeres víctimas de Homicidios Políticos


Del total nacional de víctimas de homicidio político que pudo ser recopilado por el CPDH, el 8,48% corresponde a mujeres, en el departamento de Antioquia (20%), Norte de Santander (14%), Magdalena (8,77%), Tolima (6,6%) y Santander (5,96%). Durante los dos últimos años, fecha en la cual inició la clasificación el CPDH por género, se observa que el número de crímenes en contra de mujeres mantiene un promedio porcentual.

En 76 de cada 100 casos, se ha podido establecer la ocupación o sector social de las víctimas, al igual que con las víctimas de masacres, una proporción cercana al 50% de los casos, son las campesinas (28,2%) y las amas de casa (21,3%).

Sobresalen las educadoras, las dirigentes cívicas y comunitarias, las estudiantes, sindicalistas y defensoras de derechos humanos, que dentro del total de mujeres representan el 20%. Mujeres de pueblo que luchan por sus reivindicaciones y derechos. Ninguna mujer de clase alta ha sido víctima de homicidio político.

En 62 de cada 100 casos no se ha podido establecer la autoría. Donde ha sido posible establecer dicha autoría, se tiene que el 80% de los casos es atribuible al Estado (74% paramilitares y 6% Fuerza Pública), mientras que presumiblemente un 20% corresponde a las guerrillas.

Mujeres víctimas de Homicidio Societal


Un total de 20 mujeres fueron asesinadas por razones de intolerancia social, el mayor numero de casos se presenta en el Valle del Cauca (25%), Huila (15%), Norte de Santander (15%) y Risaralda (15%).

En 70 de cada 100 homicidios societales en mujeres ha sido posible establecer la ocupación de las víctimas, el 46,6% corresponde a marginadas sociales, seguido de trabajadoras independientes en un 13,3 %; el 13,3% corresponde a menores de edad.
Los homicidios societales resultan ser los que presentan un mayor nivel de falta de información sobre los presuntos responsables de los mismos, siendo en un 80% de los casos el autor desconocido. El restante 20% se distribuye entre paramilitares (15%) y Ejército (5%).

Mujeres víctimas de Desaparición Forzada


Durante el año 2003, 65 mujeres fueron objeto de desaparición forzada, lo que equivale al 14% de los crímenes del total nacional.

El departamento de Tolima con un 12,3% ocupa el primer lugar (tercero en el total de desapariciones nacional, es el primero en este tipo de crímenes contra las mujeres, situación similar a la ocurrida en el Huila, que dentro del total nacional ocupó el lugar número 12, y contra mujeres comparte el segundo lugar), y le siguen Antioquia, Arauca, Bolívar, Huila, con un 9,2% en cada uno de ellos.

En el 84% de los casos no fue posible establecer la ocupación o sector social de las víctimas, al igual que ha ocurrido con las masacres y homicidios políticos, el sector social especial víctima de este crimen de lesa humanidad son las campesinas en un 48,1%, seguidas de las estudiantes en un 12,9% y las amas de casa en un 9,26%. No hay víctimas de la clase alta en la desaparición forzada.

Por la forma en que han sido ejecutados los crímenes, y el tratamiento dado por los medios de comunicación y el ocultamiento de la identidad por parte de los victimarios, en el 46% de las desapariciones ejecutadas contra mujeres, el grupo autor de las mismas no se encuentra identificado, aun cuando sabemos que este es un típico crimen del Terrorismo de Estado.

Amenazas Políticas


Durante el año 2003, 192 mujeres fueron objeto de amenazas por razones políticas, lo que representa un 21,9% del total nacional.

Se presentaron con mayor intensidad en Santander, Arauca, Bogotá, Antioquia y Tolima, resaltando como el departamento de Santander que presento tasas intermedias en el total nacional, resulta ser el mayor en el número de amenazas contra mujeres, por razones sociales o políticas.

En el 98% de los casos fue posible establecer la ocupación de las mujeres víctimas, y a diferencia de lo ocurrido con las masacres, homicidios políticos y desapariciones forzadas, el sector privilegiado para hacer víctima de estas amenazas son las educadoras (16%), seguidas por las defensoras de derechos humanos (11,7%), campesinas (11,2), sindicalistas (6,9%) y periodistas (6,4%). Son las mujeres que luchan y denuncian las víctimas.

En 80 de cada 100 amenazas ocurridas ha sido posible establecer la presunta responsabilidad de los autores de amenazas políticas, el 86% de los casos es atribuible al Estado (paramilitares 74% y Fuerza Pública 12%), mientras que a la guerrilla corresponde un 13%.

Violencia contra las mujeres 

* El 15 de julio, más de 10 soldados encuadrados en la IV Brigada violaron a dos jóvenes de 16 y 17 años en el municipio de Sonsón, departamento de Antioquia. Algunos de los soldados, según los informes, amenazaron a las jóvenes y a sus familiares cuando éstos dieron cuenta de la violación a la Fiscalía General de la Nación.

Los narco-paramilitares colombianos apuntan ahora contra las mujeres, nos dice  Guarino Caicedo N., en artículo que reseñamos a continuación:

“En un dramático 133% aumentó la violencia sexual contra las mujeres colombianas por parte de los paramilitares, denunció la Red Nacional de Mujeres. También se incrementó en 125 % las torturas contra el sexo débil.

…Entre julio del 96 y el mismo mes del 2004, 2.110 mujeres murieron por causas violentas. De las anteriores, el 7% fue por acción de agentes del Estado; el 62 % por omisión del gobierno.

…Cientos de miles de mujeres colombianas han sido obligadas a dejar sus hogares a causa de la violencia y amenazas de grupos armados. Según estadísticas del Gobierno, más de la mitad de los 2 millones de desplazados internos registrados por la Red de Solidaridad Social son mujeres. Muchas de ellas han sido víctimas de la violencia sexual y muchas han tenido que asumir el papel de cabezas de familia a causa de la muerte o desaparición de sus esposos. De cada 10 familias desplazadas, 4 tienen a una mujer como cabeza, mientras que en las familias no desplazadas la cifra es del 28%.

…Un estudio reciente que muestra que 52.3% de las mujeres desplazadas han sido víctimas de violencia doméstica, comparado con 41.1% entre las mujeres no desplazadas”.

La lucha de la mujer colombiana


 La mujer en la burguesa sociedad colombiana soporta la triple explotación: como trabajadora, como ama de casa y como compañera sexual. Sin embargo, sabemos que la liberación de esa triple explotación sólo se dará en una nueva sociedad, en donde hombre y mujer vivan armónicamente sin diferenciación de género ni económica-social.

La lucha que desarrolla la mujer del pueblo por su liberación, sean campesinas, amas de casa, estudiantes, educadoras, defensoras de derechos humanos, sindicalistas, las convierte en objeto de persecución y blanco militar de las fuerzas militares-narcoparmilitares, que las asesinan con sevicia, incluso destazándolas, abriéndoles el vientre con machetes y motosierras, como queriendo extirpar y hacer desaparecer de la faz de la tierra el germen de la lucha por un mundo mejor, por una Colombia en paz, con justicia social, soberanía nacional e independencia.

La degradación del conflicto interno colombiano ha corrido por cuenta de las fuerzas militares-narcoparamilitares que no se detienen ni ante una mujer, expresión de lo más sagrado que tiene una sociedad. Cuando las fuerzas que representan un Estado llegan a tal grado de inhumanidad, definitivamente están perdidos, están derrotados.

Así planteadas las cosas, dicen algunos estudiosos del tema que las mujeres del pueblo seguirán luchando, sabiendo y aplicando el dicho popular de “da que te vienen dando!”.


Upplagd av Mujer, Mujer...
Artigos Relacionados
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

Tendencias

.

Basta de Terrorismo de Estado

Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. CambioTotalRevista - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger