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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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El laberinto de la Paz en Colombia


Los militaristas (r) quieren marchar de nuevo, ahora en contra
los primeros pasos por la paz.



Por: El Cachaco, Anncol


La Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro (ACORE) ha dado a conocer su posición frente al anuncio del Presidente Juan Manuel Santos y la Comandancia de las FARC E.P. de iniciar conversaciones para trabajar por la Paz en este sufrido y rico territorio sur americano. Es respetable la opinión que en ella se expresa. Como colombianos y militares en retiro están en todo su derecho de expresar sus opiniones, sin embargo creo indispensable emitir algunos juicios de valor sobre los puntos expuestos por el General (r) Jaime Ruiz Barrera a nombre de sus camaradas de armas.
En realidad el documento más que expresar una opinión es un manifiesto político que no sólo contiene puntos sumamente graves para la estabilidad y la democracia en Colombia, sino que es un ultimátum al Presidente de la Republica y atenta contra la autoridad presidencial, trasciende el derecho de los tres poderes del Estado y viola flagrantemente la Carta Magna del año 91, incluso de la vieja Carta de 1886.
El General (r) Jaime Ruiz Barrera moviliza y
amenaza para entorpeder el frágil proceso de paz 
ACORE se abroga el derecho de dictar las normas de conducta del Estado colombiano y su ejecutivo en torno a la preservación del Orden Público y la seguridad ciudadana, y el Estado de Derecho suplantando así a todos los poderes del Estado. Es al Presidente de la República legítimamente elegido por el pueblo a quien le compete dictar cuantas disposiciones y normas que se estime preserven la convivencia y la paz ciudadana, nadie puede usurpar ese derecho constitucional.

EL DOCUMENTO DE MARRAS NO solo es atentatorio contra el orden constitucional establecido, sino que es un llamado a las Fuerzas Militares a la insubordinación y mucho peor aún, sugiere propiciar un golpe de Estado de no cumplirse sus exigencias.
Groseramente escrito, propio de individuos educados en la Escuela de las Américas, en la practica del exterminio y amparados en la Doctrina de Seguridad Nacional, no sólo solicita encarcelamiento, condena, exclusión política de los insurgentes que se acojan a la desmovilización, mientras contradictoria y descaradamente plantea se le cobije y brinde impunidad a los militares sin importar que estos hayan cometido graves delitos contra la población civil y delitos de lesa humanidad, como los llevados a cabo durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez en los conocidos “Falsos Positivos”.
En su documento plantea: “militares que han defendido legal y constitucionalmente esta nación, condenados, humillados y confinados en las distintas cárceles del país”. O sea para el General estos militares son inocentes y han sido condenados injustamente. Con ese criterio ACORE ataca a la justicia colombiana y pone entredicho al Poder Judicial de Colombia.


SE ATERRA PORQUE EN LOS acuerdos de paz se pueda abolir la Justicia Penal Militar. Cabe preguntarse, ¿porqué los militares colombianos temen tanto a que la justicia militar sea abolida? La respuesta es sencilla, la Justicia Militar ha sido permeada y ha dado múltiples muestra de dejar en la impunidad crímenes, abusos y delitos atroces y esa es la Justicia que quieren mantener.
El documento prejuzga y se adelanta con un alto grado de superficialidad señala que “Bajo ninguna circunstancia podemos sacrificar nuestros principios y valores democráticos, con el fin de lograr inciertas soluciones” Bajo ese principio ACORE evalúa como inciertas la solución del conflicto y por tanto juzga al Presidente Santos y de hecho lo cuestiona.
En la continuidad de su arrogancia y en su tono dictatorial castrense el General Ruiz a nombre de ACORE afirma:
“Un manejo político inapropiado o equivocado frente a tan exageradas demandas, constituiría un daño irreparable al futuro de nuestro país. Se pondría en alto riesgo el porvenir de la Republica”

SEMEJANTE DISPARATE NO PUEDE bajo ninguna circunstancia estar suscrito por oficiales pundonorosos y que realmente amen a su país. En primer termino porque aviesamente acusa al Primer magistrado de la Republica de realizar un manejo inapropiado o equivocado y califica de exageradas las demandas. Demandas que no se han formulado aún y por tanto solo existen en la cabeza de quienes elaboraron este documento, o como Pitoniso el general se le va la chaveta y pone la carreta delante de los bueyes. Mientras que por otra parte acusa al señor Presidente de poner en alto riesgo el porvenir de la República. Acusación sumamente grave cuando se trata de un General de la Republica y más en su carácter de Presidente de una agrupación de militares en retiro.
Por otra parte en el punto cinco ACORE plantea:
Militares caidos en combate con la guerrilla en el
municipio de Corinto el 10 de noviembre de 2009. Pero el
general Ruíz quiere seguir la guerra a cualquier costo.
“La paz podría ser la victoria, pero, como bien se dice, para alcanzarla, hay que ganar la guerra. Ganar la guerra es quebrar la voluntad de acción de los terroristas. Es debilitarlos tanto como sea necesario para lograr que renuncien a sus aspiraciones y se sometan a las leyes de la Republica. Esto no implica exterminar hasta el último terrorista.”
Con este punto queda claro que ACORE no esta interesado en la paz, sino en continuar la guerra y debilitar a la insurgencia, a la cual califica de terrorista, término que acuñó y acuña el ex presidente Uribe Vélez y el gobierno de Pastrana al producirse la ruptura del proceso del Caguán, al solicitar a Estados Unidos y Europa que incluyeran en la lista deterrorista a las FARC y al ELN.
Lista por demás cuestionada, pues hoy por hoy no se puede definir quienes son los terroristas, ¿o es que los que usando armas químicas, biológicas y convencionales atacan a países pequeños y arrasan a pueblos enteros con sus drones son paladines de la libertad y la democracia, mientras que aquellos que luchan por conquistar un mundo de equidad, respeto y justicia social son los terroristas?

CUANDO EL SISTEMA HA SIDO INCAPAZ de solucionar un conflicto como el que lleva cerca de 50 años en Colombia, entonces sus albaceas usa la calificación de terroristas en descomunal campaña, manipulada por los medios masivos de comunicación al servicio de las transnacionales y de la oligarquía colombiana, para sembrar el odio y descalificar políticamente no sólo a los actores armados, sino también a organizaciones sociales y políticas como pide el general Ruiz de eliminar a los integrantes de la Marcha Patriótica y así lo señala en el punto numero ocho del documento de ACORE donde acusa a esta organización de ser el brazo político de la guerrilla, vergonzosa y peligrosa afirmación, que lo único que hace es poner en peligro a sus integrantes y en la mirilla de los enemigos del pueblo y de la paz.
¿Como ACORE no se le ocurrió sacar un documento similar cuando el presidente Uribe Vélez inició el proceso con los narcoparamilitares en Santa Fe de Ralito? ¿Porqué no cuestionó el movimiento “No al despeje” en el sur del Bolívar cuando el gobierno de Pastrana pretendió iniciar un proceso de dialogo con el ELN? Por sólo citar algunos ejemplos.
El alcance del documento de ACORE es muy grave, pues además de todos los cuestionamientos arriba señalados contra el Presidente de la Republica, y reeditando las noches girondinas, el General se atreve a calificar de extrema izquierda no sólo a los compatriotas que militan en Partidos y organizaciones políticas legalmente constituidas, sino que acusa a otros gobiernos de la región al señalar: “implantar un régimen de extrema izquierda, al estilo de los ya existentes en nuestra región”. Lo cual es una grave ingerencia en los asuntos internos de otros países y muestra la gran intolerancia y el extremismo de ultra derecha, ojala de un reducido grupo en las Fuerzas Militares colombianas, que pueden ser calificados de fascistas.


ES SIGNIFICATIVO QUE ACORE y su presidente el general Ruiz Barrera tampoco haya protestado y emitido un documento oficial cuando el ex presidente Uribe Vélez violando la Constitución del 91 permitió los asentamientos de más de 7 bases militares norteamericanas en suelo colombiano, pisoteando la soberanía y la independencia del territorio sagrado de la Patria.
Tengo muchas dudas de que oficiales serios y cuerdos, miembros de ACORE suscriban u apoyen el documento suscrito por el general Ruiz Barrera, quien ha convertido a esa organización a partir de este documento en una organización beligerante y ha desafiado al Presidente y a todos los poderes del Estado colombiano. El reciente llamado de la paz en Colombia con este pronunciamiento de un sector de militares en retiro entra en su laberinto.
Corresponde al Presidente de la República poner orden las filas castrense o de lo contrario correrá igual suerte que el ex presidente Andrés Pastrana Arango, cuando en mayo del 1999 el ministro de Defensa Rodrigo Lloreda renunció a su cargo y con él la insubordinación de 30 generales y coroneles de las Fuerzas Militares, en lo que yo denomino golpe de Estado Técnico Militar al proceso de Paz.
A partir de esos hechos conocidos a medias por la opinión publica, las consecuencias fueron nefastas, pues a partir de ese momento y luego de la reunión en Tolemaida del presidente Pastrana con los oficiales descontentos, tuvo que compartir las riendas del proceso de paz que llevaba a cabo con las FARC-EP en el Caguan, con esa espada de Damocles sobre su cabeza, hoy desde ACORE esas mismas fuerzas oscuras y siniestras fueron las que entre otras razones, condujeron al fracaso de los diálogos de paz tanto con las FARC-EP como con el ELN.


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Publicado por ANNCOL para OPINION EN ANNCOL el 9/06/2012 08:35:00 p.m.
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Quién es Jesús Santrich?


Iván Márquez y Jesús Santrich.

Revista Cambio Total.

De los negociadores de las FARC-EP quizá el menos conocido es Jesús Santrich, a pesar de que es conocido por toda la guerrillerada y por una inmensa cantidad de gentes de Colombia.

Santrich es un sucreño que como su tierra es alegre, mamador de gallo, buen amigo, camarada, y dicen, dicen, como buen costeño, bien enamorador. Quizá ésta última cualidad, vista en sentido positivo y no negativo, ha hecho que él sea uno de los mejores cuadros de las FARC para entablar relaciones y diálogos con personalidades, camaradas y amigos.

Su inteligencia es reconocida y además de haber sido miembro de la Dirección Nacional de la JUCO, es abogado y especialista en Historia de Colombia. Además es escritor, poeta, dibujante y pintor, compositor de música folclórica colombiana y un poco bohemio (en sus años mozos).

Estas cualidades de poeta y pintor le permitió convertirse en el ”creador” de más de un romance entre los guerrilleros y guerrilleras ya que ”voy a ir donde el camarada Santrich a que me haga unos versos que el sabe hacer que dejan rendidas a las mujeres”, y si no puedo enamorarla ”le pediré al camarada me lea las cartas pa’saber el momento preciso para echarle el lazo”.

Entre tantas ocupaciones encomendadas por la Dirección y los guerrilleros rasos y no tan rasos sacaba tiempo para escribir la historia de Simón Bolívar, la cual conoce como el que más, y para escribir la Historia de las FARC.

Este sucreño que no habla golpeao, más pareciera acachacao, tomó su nombre del verdadero Jesús Santrich, su compañero de militancia en la JUCO, el cual fue asesinado por un agente del DAS en Barranquilla quedándose la JUCO sin el gran muralista que era este militante de la JUCO.

Postrero homenaje de un guerrillero a un luchador comunista. No hay nada más que agregar.

Por qué ahora sí Santos quiere la Paz?

Los medios anuncian que el comandante del frente 33 de las FARC, Danilo García habría muerto en un bombardeo: ¿Esa es la 'paz' del régimen Santos para Colombia?


Allende La Paz, Revista  Cambio Total.

Las acciones políticas siempre tienen una motivación y un o unos objetivos. La paz, como sumum de la política, no podía ser la excepción. Por ello, en este momento más de una persona se ha preguntado por qué ahora JMSantos sí quiere la Paz, y por qué no la quiso antes?

Intentaremos interiorizanos en el pensamiento político de Santos para tratar de dar una respuesta.

La motivación de JMSantos para buscar la paz está en que sabe que es la única garantía para zafarse de la espada de Damocles que pende sobre su cabeza por cuenta de las ejecuciones extrajudiciales cometidas durante el tiempo que fungió como Ministro de Defensa y por la Masacre de Angostura, Ecuador, cuando violando la soberanía del país hermano atacó un campamento en donde pernoctaban Raúl Reyes y otros guerrilleros a fin de charlar con ciertas personalidades (Crímenes de Lesa Humanidad).

Los objetivos a lograr son un poco más simples a primera vista. En primer lugar, JMSantos fue llevado a la presidencia por la clase empresarial colombiana, la misma que le pidió arreglar los problemas con Venezuela que le tenía enmochilados casi 1.000 millones de dólares, aún a sabiendas de su reconocido y  nunca ocultado anti-chavismo, es decir, el odio a la Revolución Bolivariana corporizado en el odio a Chávez como dirigente de la revolución venezolana.

Esa misma clase oligárquica desde hace años viene rumiando que el sector financiero es el más favorecido con las políticas adelantadas desde el Estado en favor de los ricos del país y es uno de los grandes damnificados con la guerra que adelanta el estado contra el pueblo colombiano y contra las FARC-EP. Son ellos los que desde el Caguán han comprendido que seían ellos los que más perderían porque de darse un triunfo de las guerrillas ya que el capital financiero es un capital tránsfuga y rápidamente sacarían lo poco que tienen depositado en los bancos colombianos.

Entre los cálculos de JMSantos está el de querer convertirse no sólo en el ”salvador” de su clase, sino quedar registrado en la historia como el presidente que ”pacificó Colombia”. Evidentemente es un cálculo supremamente egoísta y no ha tomado en cuenta que por los mismos cálculos han pasado los anteriores presidentes -hasta Uribhitller!-, a los cuales su inconsecuencia los condujo al fracaso de los anteriores procesos.

Está por verse -hechos concretos- si la subclase financiera, la militarista, y los mafiosos oligarcas permiten concretar en la realidad lo que se aprueba en la Mesa de Negociaciones. Además, el pueblo colombiano y las FARC mismas conocen el ”almendrón conque están tratando”. Esa oligarquía -y sus politiqueros corrompidos- acostumbrada a la trapisonda, a la trampa, a la ”fullería” de tahúr de póker, tratará por todos los medios de ”ganar en la mesa” lo que no ha podido en el campo de batalla, ”vencer a las FARC”.

Sabemos las capacidades y debilidades de los delegados gubernamentales y su pensamiento profundamente reaccionario. Sabemos que son especialistas en las ”cartas marcadas” y la manipulación de lo aprobado. Mas sabemos de la calidad de los delegados por parte de las FARC. Sabemos y hemos visto las capacidades de Iván Márquez. Conocemos a Jesús Santrich y su enorme e inaudita inteligencia. Conocemos el talante de los otros compañeros
de las FARC.

Todo ello nos lleva a la necesidad de contar con el respaldo popular al proceso de Paz y a sus Acuerdos, convirtiéndolos en suyos porque ese es el objetivo central de las FARC como Ejército del Pueblo. Las FARC así lo han entendido y lo han planteado en sus discursos y anuncios.

De nuestra parte, desde la Revista Cambio Total iremos publicando análisis de nuestros periodistas y reproduciremos aquellos otras de otros medios que mejor esclarezcan las situaciones confusas cuando se presenten, si es que se presentan.

La Paz merece todo nuestros esfuerzos. Nuestro modesto trabajo se pone al servicio -como siempre-, de la causa popular.

Colombia- En Ituango, en Caloto, en todo el territorio… que cese la represión contra el pueblo organizado


Kaos en la Red. por José Antonio Gutiérrez D.
Colombia- En Ituango, en Caloto, en todo el territorio… que cese la represión contra el pueblo organizado
Que el gobierno de Santos tiene intenciones de profundizar la guerra sucia queda claro(...) se intensificaran la militarización y la impunidad a las fuerzas represivas del Estado(...)es preocupante que en un contexto de negociaciones de paz el garrote de la represión oficial y paramilitar...
Publicado en Amèrica latina 

Maestros y estudiantes marcharon en Colombia contra privatización de la educación


por Kaos en la Red. América Latina
Maestros y estudiantes marcharon en Colombia contra privatización de la educación
Estudiantes y maestros colombianos marcharon este miércoles por las calles de las principales ciudades de Bogotá para expresar su rechazo hacia la privatización de la educación. Durante la movilización los manifestantes pidieron la derogación de los convenios educativos con los colegios privados.
Publicado en Colombia 

FARC: no vamos al proceso "a firmar nuestra rendición"

Timoléon Jiménez 'Timochenko'.
Revista Semana
CONFLICTOEn un video el jefe de las FARC, Timoleón Jiménez , 'Timochenko', señaló que se presentan a la mesa de "igual a igual".
Jueves 6 Septiembre 2012
En otro video difundido este jueves por las FARC desde la Habana, Cuba, Timoleón Jiménez afirmó que las FARC se han sentado de "igual a igual" con el propósito de acordar una agenda de discusión "con miras a la concertación de un acuerdo que ponga fin al largo conflicto social".

En el video, el máximo jefe de las FARC, 'Timochenko', afirmó que "son vanas las ínfulas triunfalistas de quienes juzgan que acudimos a la mesa de diálogos a firmar nuestra rendición y entrega".

En la mesa estaba junto a 'Iván Márquez', miembro del secretariado y del equipo negociador de las FARC, y otros jefes de la guerrilla. Señaló también que llegan al proceso "convencidos de que el pueblo colombiano nos acompañará en el desmonte de las causas que originaron y alimentan el grave conflicto interno".

Afirmó además que "las FARC siempre hemos asumido que la salida política de la confrontación constituye una anhelada bandera del pueblo colombiano" y "sentarse a trabajar con toda honestidad y seriedad por ella engrandece a quien lo hace y envilece a quien se opone".

En el video, divulgado antes de la rueda de prensa de la comisión presente en La Habana, dijo que existen lo que calificó de "poderosos enemigos" que buscan acabar el proceso, "con el propósito de sabotear y anular cualquier posibilidad de negociación".

"Nunca hemos estado más fuertes y unidos, se equivocan por completo quienes intentan leer debilidad en nuestro incansable accionar por la paz". Pidió a los colombianos que estén atentos al proceso y quienes no están de acuerdo con este.

Finalmente, afirmó que las FARC "hacemos el compromiso de perseverar sin tregua en este proceso", y que esa organización está "más fuerte que nunca".

Timoleón Jiménez: “Otra Colombia es posible y entre todos podemos modelarla”

“Padre de la selva Colombiana”, 2008. Obra de la artista, pintora y guerrillera Anti Maleywa


Trascripción Stolpkin.net:Nota Stolpkin.net: La siguiente transcripción, completa, es la declaración de las FARC-EP a través de su Comandante en jefe Timoleón Jiménez sobre “el anuncio oficial del inicio de conversaciones de paz con el Gobierno de Colombia”.





Comandante Timoleón Jiménez:
Las FARC-EP deseamos hacer también del dominio público, el anuncio oficial del inicio de conversaciones de paz con el Gobierno de Colombia.

Timoleón Jiménez
Efectivamente, en la ciudad de la Habana, en la Cuba revolucionaria de Fidel y el Che, en la patria socialista de José Martí, nuestros delegados suscribieron el día 27 de agosto del presente año el denominado Acuerdo General Para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera.

Con él se desata de nuevo un proceso de diálogos encaminado a la consecución de la paz en nuestra patria; una noble y legítima aspiración que la insurgencia colombiana defiende desde hace ya medio siglo. Adjuntamos el texto de dicho acuerdo.

Consideramos un deber insoslayable reconocer la invalorable colaboración del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, encabezado por el señor presidente Hugo Rafael Chávez Frías, que resultó determinante para la conclusión de este acuerdo; así como la inmejorable actuación del Gobierno del Reino de Noruega, que jugó un papel fundamental… (Interrupción).

Sin la preocupación y gestión del Gobierno presidido por Comandante Raúl Castro, esta larga faena no habría llegado a tan exitoso puerto. A todos ellos, nuestros formales y sinceros agradecimientos. Estamos seguros que toda nuestra América aplaude su generosa actuación. No nos cabe duda de que nuevas naciones seguirán sumándose al propósito de brindar este nuevo esfuerzo.

Han transcurrido 10 años, desde cuando Andrés Pastrana decidió echar en sacos rotos sus propósitos de paz, y decretar una nueva etapa en la larga confrontación civil colombiana. Daba así cumplimiento a la persistente amenaza de su primer Ministro de Defensa, que nos advertía, comenzando el proceso del Caguán, que tendríamos dos años para pactar nuestra entrega. So pena de sufrir un exterminio ejemplar, por cuenta de la arremetida que preparaba el Estado contra nosotros. Es claro que todo fue un ardid oficial para ganar tiempo. Cuánta muerte y destrucción; cuánto dolor y lágrimas; cuánto luto y despojo inútiles; cuántas vidas y sonrisas cercenadas, para finalmente concluir que la salida no es la guerra sino el diálogo civilizado. Pueda ser; y Colombia entera debe ponerse en pie para impedirlo. Que no suceda lo mismo esta vez; nuestra patria no merece esta guerra que declararon contra ella. Pero una década atrás, no sólo se vino sobre Colombia y su pueblo una espantosa y embestida militar, paramilitar, judicial, económica, política y social que hoy parece reconocerse como vana; también cayeron sobre nosotros como aves de presa, los propagandistas del régimen con su discurso difamatorio y venenoso. Cuál de los más viles adjetivos no se lanzó contra quien asumiera una posición política próxima a nuestra palabra; de qué estigma infamante no fuimos cubiertos quienes hicimos frente a la guerra y la violencia desatada con frenesí desde el Poder; cuál de los más horrorosos crímenes dejó de sernos imputado; también tan denigrante envilecimiento del lenguaje terminó siendo inútil.

Volvemos a un mesa. Reconocidos como adversarios militares y políticos; convidados y protegidos por quienes nos persiguieron; acompañados y avalados por la Comunidad Internacional.

Definitivamente tanta manifestación de odio, carece de sentido. Quizás para la satisfacción de quienes el Gobierno Nacional ha reiterado una y mil veces, tanto en el escenario exploratorio como en sus múltiples declaraciones públicas, su inamovible decisión de no permitir ninguna de las que califica como concesiones en el terreno de la guerra. En su extraño parecer, cualquier posibilidad de cese al fuego, tregua, armisticio o despeje, únicamente contribuye a la creación de incentivos perversos.

Es claro para nosotros entonces que pese a las manifestaciones oficiales de paz, los alzados llegamos a este nuevo intento de reconciliación asediados, no sólo por el mismo embate militar desatado una década atrás, sino compelidos abiertamente mediante su acrecentamiento a recoger nuestras aspiraciones políticas y sociales a cambio de una miserable rendición y entrega. Pese a tales señales, las FARC-EP guardamos la sincera aspiración de que el régimen no intenta repetir la misma trama del pasado. Pensamos simplemente que están en evidencia las enormes dificultades que tendrá que afrontar este empeño, la consecución de una paz democrática y justa, merece afrontar los más difíciles retos.

Por encimas de ellos, somos optimistas. La historia siempre ha sido labrada por las fuerzas sociales que apuntaron al futuro. Estamos convencidos de que la realidad nacional impondrá la voluntad de las grandes mayorías, que creen y necesitan de la paz con justicia social.

A un lado del camino deben quedar los firmantes de fabulosos contratos derivados de la guerra; los que encuentran en los grandes presupuestos de Defensa un rápido camino al enriquecimiento; los que acrecientan velozmente sus propiedades e inversiones con base en el pillaje contra los indefensos.

A la obsesiva e indolente posición de identificar la paz exclusivamente con la victoria; de alcanzarla mediante brutales operaciones militares y policiales de aniquilamiento; de conquistarla con base en devastadores bombardeos y ametrallamientos; de identificarla con la consagración de la impunidad para la arbitrariedad de sus agentes; de tejerla con millares de capturas masivas, allanamientos, persecuciones, desplazamientos y toda clase de represiones contra la población colombiana que reclama sus derechos; de asimilarla a la aceleración de la locomotora de la infamia, resulta urgente enfrentar una concepción distinta, justa, realista y constructiva.

Una paz fundada en la verdadera reconciliación, en el entendimiento fraterno, en las transformaciones económicas, políticas y sociales, necesarias para alcanzar el punto de equilibrio aceptable para todos; en la extirpación definitiva de las razones que alimentan la confrontación armada. Sobre tales certezas, se elaboró conjuntamente la parte introductoria del Acuerdo General.

Un importante logro en las discusiones del encuentro exploratorio. Se reconocen allí, entre otros hechos, incontrovertibles, que este proceso de paz, atiende al clamor de la población en su conjunto, y por tanto, requiere de la participación, sin distinción, de todos; que deben respetarse los Derechos Humanos en todos los confines del territorio nacional; que el desarrollo económico con justicia social y en armonía con el medio ambiente es garantía de paz y progreso; que el desarrollo social con equidad y bienestar, incluyendo las grandes mayorías, nos permitirá crecer como país; que la ampliación de la democracia es condición para lograr bases sólidas de paz. A pesar de ello, aún se escuchan con fuerza voces oficiales que abiertamente persisten en la salida militar. Allá ellos. Las FARC-EP asumimos, identificados con el pueblo de Colombia, que la introducción de esos axiomas en el Acuerdo General, constituye el marco teórico de principios que deberá ser materializado en los acuerdos finales sobre la agenda pactada.

Seis meses batallando por estas verdades nos permitió por fin conseguir del Gobierno Nacional su inclusión.

Para nosotros es perfectamente claro que la llave de la paz no reposa en el bolsillo del presidente de la república, tampoco en el comandante de las FARC-EP; el verdadero y único depositario de tal llave es el pueblo de este país. Es a los millones de víctimas de este régimen elitista y violento, a los afectados por sus políticas neoliberales de desangre, a los que sueñan con una democracia real en una patria amable, en desarrollo y en paz, a quienes corresponde jugar en adelante su rol protagónico por una nueva Colombia. Y a ellos, estamos dirigiéndonos los FARC con nuestro corazón en las manos. Porque ha vuelto a abrirse la puerta de la esperanza; porque repican las campanas llamando con fuerza a la plaza central, para que salgan de sus veredas, de sus viejas minas, de sus comunidades y resguardos, de sus barriadas pobres, de sus centros de trabajo, de las factorías que los consumen, de sus talleres domésticos, de su rebusque agónico de todos los días, de sus centros de estudio, de su confinamiento carcelario, de su incesante búsqueda de empleo, de sus pequeñas empresas, de sus fábricas amenazadas por la quiebra, de sus culturas ignoradas, de su nicho de desplazados, de sus escondites de amenazados, de sus rincones de víctimas, de sus hogares destruidos.

Se trata de marchar por la paz, por la construcción entre todos del nuevo país; se trata de cerrarles el portón a los amos violentos; de luchar por profundas modificaciones del orden vigente.

El espacio para la lucha de millones de colombianos está abierto. Es eso lo que significa que la paz es una cuestión de todos.

Tenemos que hacer de esta oportunidad un nuevo grito por la independencia.

Poco más de dos siglos atrás, clamaba José Acevedo y Gómez desde un balcón capitalino: “si dejáis escapar esta ocasión única y feliz, mañana seréis tratados como insurgentes. Mirad las mazmorras, los grillos y las cadenas que os esperan”.

La situación de hoy es asombrosamente semejante.

O los colombianos del montón, los secularmente humillados y ofendidos, los oprimidos y explotados nos ponemos de pie en defensa de nuestro territorio y sus riquezas, de nuestro trabajo, de nuestras libertades, familias, vidas y culturas, amenazadas por completo, o terminaremos con la marca del hierro candente en las espaldas, constreñidos por las bayonetas, lamentado sin consuelo haber sido inferiores a nuestro compromiso con la patria y nuestros hijos; o seguiremos sufriendo la prolongación indefinida y lacerante del conflicto para impedir por la fuerza semejante destino.

En días recientes, alguna revista reseñaba como una empirefollada señora de la alta sociedad, renunció de modo airado a su participación como socia en un exclusivo club de la capital, por haber visto bailando en uno de sus pasillos a un jovenzuelo atrevido que tenía, además, un cigarrillo en la mano. Una “afrenta intolerable”, a su juicio.

Que la gente de la alta sociedad proceda de ese modo, en sus clubes sociales, es un asunto de ella. Pero que no pretendan seguir obrando de igual modo con el país entero. No puede calificarse como bochinche y ruido innecesario, la participación general del pueblo colombiano en las discusiones de paz. Menos cuando ha sido éste quien ha puesto la mayor cuota de sangre y sufrimiento en el conflicto.

Llamamos por eso a Colombia entera a pronunciarse; a exigir su participación o a asumirla en las calles y carreteras, como ha aprendido a hacerlo por siglos. Ella también tiene su agenda.

En nuestro país se ve de todo. Vampiros sedientos de sangre acuden hoy a los cuarteles a llenar de consejas a los miembros de las Fuerzas Armadas a fin de lograr que se atraviesen en los esfuerzos de paz y de reconciliación. Peligroso asunto. Pero saldrán también derrotados. Nadie como las guerrillas para dar fe de la entereza y valor de los soldados y policías de Colombia. Combatimos a diario en todo el territorio nacional. Ellos nos causan nuestras bajas y son a su vez alcanzados con el fuego de nuestras armas. Saben bien que la necesidad los ha impelido a jugarse la vida; que alimentan a sus familias con el miedo permanente a la muerte o a la invalidez; son colombianos del pueblo que aman la vida y se sueñan con prolongarla; que sufren necesidades si ven a sus hijos crecer en medio de tan aciago panorama de incertidumbre social y violencia, que junto a los suyos no pueden querer esta guerra. Habrán en su cúpula elementos guerreristas y ambiciosos, que se prestan a los más sucios propósitos; gente como Rito Alejo del Río o Santoyo, penetrados hasta los tuétanos por las doctrinas imperiales de la Seguridad Nacional que convierten en hongos a los hombres. Pero también debe haber patriotas; militares honestos que se preguntan por qué razón las Fuerzas Armadas colombianas se encuentran al servicio de poderosas multinacionales que saquean las riquezas del país; por qué su papel se reduce a la intimidación, al aplastamiento de la población inconforme con las políticas antipatrióticas de gobiernos corruptos; que se cuestionan por su papel de garantes de un injusto orden de cosas; que se irritan al ver como sus altos mandos dan sumisos partes a generales extranjeros. A todos ellos, extendemos en esta hora nuestras manos abiertas en procura de reconciliación. Otra Colombia es posible y entre todos podemos modelarla.

Haber llegado a la Habana no fue fruto de la resistencia indoblegable de la insurgencia colombiana. Es, sobre todo, el triunfo del clamor nacional por la paz y la solución política. Es el resultado de cada consigna pintada en una pared; de cada acto de masas promovido en centenares de sitios; de esa movilización campesina, indígena y de negritudes que confluyó en Barrancabermeja en agosto del 2011; de las arrolladoras marchas en cada departamento y en la capital del país; de la protesta social; de la lucha contra las fumigaciones; de los paros y huelgas contra el gran capital transnacional; de todos esos encuentros de mujeres, de artistas, de estudiantes y jóvenes; de Colombianos y Colombianas por la paz; del Congreso de los Pueblos; de la Minga indígena; de la movilización de múltiples sectores; del grito adolorido de los habitantes del Cauca y Putumayo, del Cesar, del Huila y la Guajira, del Caquetá, los Santanderes y Arauca; de todos los rincones de nuestra geografía patria. Semejante torrente ya no podrá detenerse, estamos seguros que seguirá creciendo; que se llevará por delante los planes imperiales, los aviones cazas, los tanques de guerra, los infernales desembarcos, los batallones de combate terrestres, los brutales escuadrones antimotines, los falsos positivos, las amenazas y los emplazamientos, el paramilitarismo, los pedantes jurisconsultos, la falsedad mediática, la politiquería rastrera, las políticas neoliberales.

Por nuestra parte, llegamos a la mesa de diálogos sin rencores ni arrogancias, a plantear al Gobierno Nacional que considere importante los de abajo; que no juzgue la como ingenuidad de sus anhelos, que no los crea incapaces de emprender grandes empresas, que le reconozca su derecho a tomar parte en las grandes decisiones nacionales.

Con el cerrado apoyo de enormes muchedumbres, no pensamos en levantarnos de la mesa sin haber hecho realidad esas banderas.

¡¡¡Hemos jurado vencer y venceremos!!!

¡¡¡Viva la memoria y el ejemplo de Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas, Efraín Guzmán, Raúl Reyes, Iván Ríos, Jorge Briceño, Alfonso Cano, Marianita Páez, Lucero Palmera, y todas las guerreras y guerreros que ofrendaron su sangre por la paz de Colombia!!!

¡¡¡Viva Colombia!!!



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Publicado por ANNCOL
 

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