En
último término, el proyecto de Ley de Tierras y Desarrollo Rural, es
continuidad del desarrollo neoliberal, abriendo nuevos negocios con la
tierra, creando una nueva espacialidad del capitalismo, justificado en
la internacionalización de la economía.
El proyecto de Ley de Tierras y
Desarrollo Rural de la administración Santos, anuncia programas sociales
priorizando los territorios con “mayores índices de pobreza rural”. En
su Plan Nacional de Desarrollo Neoliberal 2010 – 2014, reportó la
pobreza rural por ingresos en 64.3% (2009).
No deja de extrañar que en
presentaciones de esta Ley siga utilizando esa cifra. La correspondiente
a 2011 es de 46.1 por ciento. En Colombia se ha demostrado que la
política más eficaz para la reducción de la pobreza, es cambiar la
metodología de medición.
Debemos aclarar desde un comienzo que
estas cifras son producto de la Misión de empalme de las series de
empleo, pobreza y desigualdad y ahora del DANE. Y aquí en Colombia en
Cifras hemos sostenido que el instrumento utilizado para el diseño de
políticas públicas es el SISBEN: Sistema de identificación de
Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales. Aquella es más
utilizada en la propaganda oficial y el SISBEN como criterio en la
asignación de algunos subsidios.
Consecuente con el
asistencialismo, éste proyecto de Ley ratifica el uso del SISBEN en el
artículo 252 referido al “Amparo de Pobreza”. Allí dice que “el Juez
concederá el amparo de pobreza a la población rural priorizada… los
beneficiarios del Programa de Formalización pertenecientes a los niveles
1 y 2 del SISBEN.” Así mismo utiliza los conceptos de focalización y
población vulnerable propios de esta metodología, para la asignación de
subsidios de vivienda rural, jóvenes, mujeres cabeza de hogar, seguridad
social rural, entre otros.
Repasemos las cifras de la
población y la pobreza rural con los diferentes indicadores utilizados
oficialmente por parte del Estado.
Población rural.
La
población en Colombia sumó en el censo de 2005, un total de 42.888.592
habitantes. De estos, el 74.36% habita el perímetro urbano y el restante
25.64% en la zona rural. En términos absolutos, la población rural se
acercaría a los 11 millones. Habría que matizar la cifra con 7 años de
desplazamiento forzado, de migración producto del abandono del campo, el
desempleo y la falta de oportunidades. A 2012 la población en Colombia
se proyecta en 26.5 millones.
Los porcentajes de eta ocupación no
dejarían mucho margen para una discusión sobre la obviedad de la
urbanización. Sin embargo, al utilizar un inventario más amplio de datos
es posible destacar el poblamiento rural, y por esa vía dimensionar las
magnitudes de la pobreza y los recursos que demanda resolverla.
Con
el censo de 2005, concluimos que de los 32 departamentos en que está
distribuida Colombia, 8 tienen un número de población rural mayor al que
habita el perímetro urbano; esos departamentos son: 1. Cauca: 61.98% de
1.268.937 habitantes; 2. Chocó: 50.74% de 454.030; 3. Nariño: 54.19% de
un total de 1.541.956; 4. Putumayo: 56.27% donde suman 310.132
personas; 5. Amazonas 62.11% de una cifra de 67.726 pobladores; 6.
Guainía: 69.36% de 35.230; 7. Vaupés: 64.67% de 39.279 y 8. Vichada:
62.35% de 55.872 habitantes.
A esto se suman 5 departamentos
cuya población está distribuida casi por partes iguales en ambas zonas:
1. Boyacá: 48.51%; 2. Caquetá: 44.99%; 3. Córdoba: 49.72%; 4. La
Guajira: 46.07% 5. Guaviare: 47.92%. En total la población de estos 13
departamentos representa el 17.92% del total nacional.
En el
caso de los municipios, de los 1098 existentes, 751 presentan un número
mayor de habitantes en la zona rural que en la urbana, a los cuales se
suman los 20 corregimientos departamentales. Esos municipios representan
68.40% del total. A lo anterior se agrega que 985 municipalidades, es
decir, el 89.71%, tienen hasta 50.000 habitantes, entre las cuales están
incluidas cinco capitales: Mocoa, Leticia, Inírida, Mitú y Puerto
Carreño.
En sentido similar se manifestó el
Informe Nacional de Desarrollo Humano del PNUD 2011, “Colombia Rural,
razones para la esperanza”. “Colombia es más rural de lo que se cree”,
dijo el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Según el
Informe, “no el 25% sino el 32% de los colombianos son pobladores
rurales, y en las tres cuartas partes de los municipios, cuya área ocupa
la mayoría del territorio nacional, predominan relaciones propias de
sociedades rurales.”
Uno de los vacios que se han
evidenciado no solo en el proyecto de Ley, sino en el Estado en general,
es sobre la información del campo. La ley no presenta ninguna cifra,
aunque propone el Sistema Integral de Información Estadística y
Geográfica del Sector Agropecuario, el cual se soportará en la
realización de censos rurales decenales, en una muestra rural y en un
sistema anual de encuestas inter-censales. (Artículo 13). Es claro que
estos instrumentos están encaminados hacia la planificación de mercados,
y no tanto para conocer y resolver problemas de la población.
Pobreza rural
Arriba
escribimos que en el Plan Nacional de Desarrollo Neoliberal 2010 – 2014
de Santos, se cuantificó la pobreza por ingresos en 64.3% en la zona
rural a 2009. Y que la última cifra correspondiente a 2011 es de 46.1
por ciento. Con los datos del censo del 2005, esto representaría algo
más de 7 millones de personas en la pobreza. Lo que se deja por fuera
del diagnóstico del Plan es el dato de Indigencia que en 2008 se calculó
en 32.6%. Es decir que la pobreza que recibió el actual gobierno copaba
casi la totalidad de la población rural.
Pero como los Santos
hacen milagros, veamos ahora los últimos datos. En el informe presentado
en mayo de este año, continuidad de la metodología de la Misión de
empalme de las series de de empleo, pobreza y desigualdad y ahora del
DANE, la pobreza se redujo del 49.7% (2010) a 46.1 en 2011. 16 puntos
porcentuales más que la zona urbana. Y 12 más que el promedio nacional.
La
pobreza extrema pasó de 25% a 22.1 por ciento. Algo más de 7 veces
mayor a la pobreza extrema de las 13 áreas metropolitanas. Y el doble de
la cifra nacional.
Según esta metodología, en centros poblados y
área rural dispersa, la pobreza multidimensional medida por el IPM se
mantuvo en el mismo porcentaje entre 2010 y 2011: 53.1%
Sobre el tema del SISBEN escribimos
en un reciente informe titulado Pobreza y Desigualdad en Colombia 2012.
Allí sostenemos que en los avances del SISBEN III no se rebaja la cifra
de 30 millones de personas en la pobreza, incluso con la persecución de
los “colados”: etiqueta asignada por los tecnócratas a quienes ellos
consideran no tienen por características de pobres.
Sería pertinente que el gobierno
publicara resultados de la zona rural. Más aun si tenemos en cuenta que
una de las novedades del nuevo SISBEN es incluir tres rangos
geográficos: las ciudades grandes, las pequeñas y las áreas rurales.
"Antes sólo se miraba el campo y la ciudad, ahora separamos las 14
principales ciudades del resto de capitales y el campo, porque una
persona que no tiene acueducto en Bogotá es pobre, mientras que si esta
misma situación ocurre en un hogar de Yondó, no es indicador exacto de
pobreza". Esta perla la dijo Esteban Piedrahita, director de Planeación
de Uribe. (Portafolio, 21 de mayo de 2010).
A nuestro modo de ver, los
resultados positivos presentados por la Misión de empalme y por el DANE,
se contradicen con la Encuesta de Calidad de Vida 2011, presentada por
el mismo DANE. Bien raro si tenemos en cuenta que algunas de las
variables de esta son contempladas por aquella. De ahí el mar de dudas
que generan y la incredibilidad del Pueblo, que además no necesita
instrumentos para darse cuenta del crecimiento de la miseria en nuestro
país.
• En el caso de los servicios
públicos, para la zona rural, la ECV dice que rebajó la cobertura en
energía eléctrica, gas, acueducto, alcantarillado, recolección de
basuras y teléfono. En cambio aumentaron los hogares que no cuentan con
ningún servicio llegando al 8.2%.
• El analfabetismo en mayores
de 15 años fue ubicado en el 13.6. Superando en 7 puntos que el dato
nacional y 10 más que los centros urbanos.
• Creció el número de no afiliados al Sistema General de Seguridad Social.
•
La tenencia de vivienda totalmente pagada bajó al 46.6%. Creció 6
puntos la tenencia por usufructo. Posesión sin título llegó a 5.7%. La
propia pagando pasó de 1.7 a 1.9. Y en arriendo bajó a 9.6.
• El 61.7% se desplaza a pie para ir a trabajar. El doble de la cifra nacional.
•
46.7 de los jefes de hogar manifestaron que no alcanza para los gastos
mínimos y 49.6 solo para los gastos mínimos. Esto es el 96.3 por ciento.
• Finalmente, la ECV 2011 reportó que el 68.2% se considera pobre.
Para
concluir, podemos sostener que el proyecto de Ley de Tierras y
Desarrollo Rural pretende aparecer generoso y preocupado por los pobres
en las zonas rurales, pero no está innovando en absolutamente nada en
polìtica social. Por el contrario, ratifica el mismo asistencialismo ya
convertido en fracaso, pues los programas ofrecidos hacen parte del
desastre neoliberal.
Lo mismo se puede afirmar de los
“escenarios de participación de la población, en la definición,
ejecución y seguimiento de los proyectos que los involucre.” (Artículo
22). Convocar la participación de la población sin rectificar el camino
de la democracia participativa convertida en promesa incumplida es pura
demagogia y estrategia de cooptación ante la creciente movilización
popular, indígena y campesina.
En último término, el proyecto de
Ley de Tierras y Desarrollo Rural, es continuidad del desarrollo
neoliberal, abriendo nuevos negocios con la tierra, creando una nueva
espacialidad del capitalismo, justificado en la internacionalización de
la economía. La Ley no comienza ahora. Tiene antecedentes en el
copamiento militar y paramilitar del territorio, en el desplazamiento
forzado y en el despojo. La Ley es el siguiente paso en la
institucionalidad. Socialista el futuro será.