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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

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[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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Santos y Pinzón adquieren más armas y aviones para la guerra



C295 Diálogos con “ritmo” y rugido Luego del receso navideño el gobierno colombiano y la organización popular en armas, FARC-EP, retomaron los Diálogos.
Se trataría de esbozar los caminos que lleven hacia la Paz, que permanece escondida tras el rugido de aviones de última generación causando llanto y dolor en el pueblo, tras el absurdo enfrentamiento entre hermanos que data de tiempos lejanos.
Llaman la atención una vez más, las palabras del presidente Juan Manuel Santos, quien dijo ante la prensa “…pongamos en estas conversaciones bajo la idea de un nuevo ritmo”, agregando con la serenidad que lo caracteriza cuando enfrenta a las cámaras“…y yo quiero que eso le llegue a la opinión pública y también a las FARC”.
Ese nuevo ritmo propuesto tiene que ver con sus conclusiones de días atrás, cuando explicó que estos diálogos no deben durar mucho tiempo, fijando -unilateralmente- fecha en noviembre de 2013 para darlos por concluidos.
Llama la atención que en medio de estos Diálogos recomenzados hoy, 14 de enero de 2013, encontremos la noticia que habla del encargue que realizó la Fuerza Aérea de Colombia a Airbus Military, de un avión C295 que se sumaría a los adquiridos anteriormente. Estos aviones C295 son para transporte de misiones humanitarias y militares.
Todos sabemos que cuando se habla de misiones humanitarias en realidad se estaría hablando de más guerra; de reconstrucción de países luego de su aniquilamiento; o como para poner orden cuando los pueblos cometen el sacrilegio de elegir sus destinos. Lo hemos visto hasta el hartazgo en Oriente Medio, Europa y en Latinoamérica.
En esta mezcla rítmica de situaciones queda una preguntas flotando:
¿Para qué más aviones de guerra cuando estamos rasgándonos las vestiduras con el deseo de instalar la paz?
¿Será que para los colombianos en el poder, hablar de paz es hacerlo descargando bombas?
¿Harán falta más aviones en un país que tiene su sistema de salud y educación colapsado?
¿No es una provocación esa compra cuando la insurgencia declaró el cese de hostilidades - unilateralmente- y hasta el momento lo viene cumpliendo?
Este C295 es el segundo avión de ese porte pedido en el 2012 por Colombia a la empresa Airbus Military que se sumaría a los seis CN235-200 y seis de los aviones de pequeño porte C212 con que ya cuenta.
El ex presidente estadounidense y Premio Nóbel de la Paz 2002, Jimmy Carter, se mostró esperanzado en estos Diálogos de Paz. No sabemos qué habrá pensado luego de esta nueva adquisición, justamente en estos momentos y mucho más cuando sabemos que en Colombia no existe ningún riesgo de ataque externo.
Bajo estos conceptos de fortalecimiento del poderío bélico, es que se da comienzo a la nueva etapa de Diálogos en La Habana, entre la guerrilla y el gobierno de un país en el que se instaló la cuestión unilateral:
  • Entrega -unilateral- de prisioneros (por la insurgencia).
  • Cese de hostigamientos durantes dos meses-unilateral- mientras se desarrollan los diálogos (por la insurgencia).
  • Fecha de vencimiento -unilateral- de las conversaciones (por el gobierno).
(Es de desear que en estas instancias no subyazga un deseo también unilateral por encontrar la ansiada paz)
En ese cúmulo de unilateralidades imperdonables cuando estamos hablando de trabajar hacia la paz, el gobierno colombiano parece estar dando un mensaje subliminal al compás del nuevo ritmo que propone en éste, su paso por la historia de un pueblo harto de guerra y muerte: “Arranquen los motores, que aquí la guerra sigue…”
Nuevo pedido Colombia encarga un avión de transporte C295 adicional a Airbus Military
(Infodefensa.com/14/01/2013) Madrid – La Fuerza Aérea de Colombia ha encargado un avión C295 Airbus Military para misiones de transporte militar y misiones humanitarias, sumándose al último pedido de septiembre (ver nota).
Desde la adquisición el primer C295 en 2008, comunica la compañía, la Fuerza Aérea de este país ha incrementado su flota has operar en la actualidad cuatro unidades a la espera de la entrega de dos unidades más.
Además, la flota aérea militar colombiana cuanta ya con seis CN235-200 y seis de los aviones de pequeño porte C212 de Airbus Military.
Antonio Rodríguez-Barberán, vicepresidente Comercial de la compañía del grupo EADS manifestó que “este segundo pedido de C295 para Colombia en 2012 es una gran satisfacción” y confirma “la excelente reputación” de este modelo para la Fuerza Aérea de Colombia.
Este nuevo contrato aumenta el número de unidades vendidas de Airbus Military C295 y CN235 a 32 en el pasado año, siendo el total de unidades vendías de 115 y 93 en total, respectivamente, en 15 países distintos.

 Por Dick Emanuelsson y Nechi Dorado, ANNCOL

Dignidad Campesina / Documental (50 minutos)

“Organizar una inmensa red de colectivos en defensa del territorio”

Seminario “Planeta Tierra: Movimientos Antisistémicos”

desInformémonos

Palabras de Pablo González Casanova enunciadas en el seminario “Planeta Tierra: Movimientos Antisistémicos” en el Cideci, Chiapas, México, el 1 de enero de 2013.

“La posibilidad de crear esta organización mundial en defensa del territorio constituiría la posibilidad de enfrentar una política que tiende a irse a la extrema derecha del capital corporativo y de los complejos empresariales, militares, mediáticos y políticos”.
En primer lugar, propongo que enviemos un mensaje de solidaridad al extraordinario documento que es el comunicado que publicó el 30 de diciembre el Comité Clandestino Revolucionario Indígena y la Comandancia del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN). Es un comunicado de una enorme importancia.
Estaba pensando en cómo se vincula a los cambios que ha habido en este tipo de encuentros en varios sentidos: particularmente, en el énfasis que se está poniendo en la categoría del capitalismo corporativo, que nos permite un análisis mucho más profundo y preciso que la categoría del poder, desvinculada del poder del gran capital y su articulación con ese complejo empresarial, militar, político y mediático, que maneja un proceso mundial llamado globalización.
En segundo lugar, quiero decir que he aprendido mucho oyendo las reflexiones de los compañeros, producto de la memoria de sus luchas, de la práctica de sus teorías y del encuentro con las que vienen de los movimientos de liberación y emancipación de otros mundos, en particular del mundo occidental, pero también de África y Asia, particularmente de las que vienen de los años sesenta y setenta. Es muy interesante ver cómo se ha enriquecido y se ha precisado el discurso de lo uno y lo diverso.
Tuve la oportunidad de preguntar a un compañero tzotzil: “¿Cómo leyeron ustedes el comunicado?” Porque cada uno de nosotros lo leyó e interpretó de una manera determinada. Lo que me contestó es muy significativo para darse cuenta que uno lee de una manera especial y otros leen tal vez con más riqueza de la que uno halló.
Me dijo el hermano tzotzil: “No lo leímos como si nos dijera ‘¿quién eres?’, sino ‘¿cómo te vas a ver en este mundo de diferencias y que no es en todo diferente?’. Tenemos que encontrarnos y que actuar juntos”.” Eso se relacionó con algo que yo vi en el documento, que es el vínculo más estrecho con la organización nacional de los pueblos indígenas, así como el intento de aumentar los vínculos con los adherentes del movimiento zapatista y con otros movimientos sociales de México y del mundo. Esto me permitió replantear el problema del que les quiero hablar.
Ésta es la oportunidad para pensar y organizar una inmensa red de colectivos en defensa del territorio, de la Tierra (con t minúscula y con T mayúscula). Es una tarea fundamental si pensamos en la otra política desde abajo y desde la izquierda, y si pensamos en la dialéctica de las necesidades inmediatas, que muchas veces de oponen a las grandes luchas de largo plazo -pero que la organización de los pueblos más oprimidos, que aún conservan su territorio y que ven cómo se los quitan de una u otra manera, constituye una aportación a la vieja alternativa de reforma o revolución-.
Es una creación histórica nueva difícil de entender, no sólo por el pensamiento conservador, sino por aquellos que están acostumbrados a hacer política institucional, política al estilo del siglo XX.
La posibilidad de crear esta organización mundial en defensa del territorio constituiría la posibilidad de enfrentar una política que tiende a irse a la extrema derecha del capital corporativo y de los complejos empresariales, militares, mediáticos y políticos. Es una política de recolonización del mundo que usa dos elementos del poder, que son la propiedad y la fuerza; el dominio y la soberanía.
Son dos formas en las que se ha metido en los países y en el mundo, y en que ha transformado muchos intentos de reforma al capitalismo o de revolución frente al capitalismo. Los ha reestructurado de una manera tal que los ha destrozado y, al destrozarlos, comete uno de los actos que debíamos ver como críticos del sistema de dominación y acumulación capitalista: está destruyendo las mediaciones que hizo en la postguerra, para no irme más lejos.
Estas mediaciones constituyeron distintos proyectos, muchos de ellos originalmente deseosos de lograr el socialismo y la democracia a través de reformas, con genuinos luchadores que pensaban que por ese camino podían llegar; otros, que planteaban la revolución al estilo del 48 en el siglo XIX, o como la plantea Lenin, vinculando la lucha de los trabajadores con la lucha contra el imperialismo y la toma del poder de los zares.
Estos últimos, dentro de los países hegemónicos del mundo capitalista, constituyen partidos comunistas que luchan en los parlamentos pero que, en esta gran crisis de las mediaciones, no se distinguen ya de los reformistas, como ocurre también con esos que vinieron del nacionalismo revolucionario y adoptaron relaciones crecientes de dependencia en la propiedad y en el poder con el capital corporativo.
Tenemos que darnos cuenta de que tres grandes corrientes del pensamiento revolucionario, que querían lograr la democracia y el socialismo mediante la revolución, han sido prácticamente anuladas. Los vemos con una incapacidad ya no de hacer una crítica o de organizarse para luchar contra el capitalismo corporativo, sino que incluso sus programas, sus discursos y sus discusiones ya no son siquiera contra el neoliberalismo. Algunas políticas elementales que se les pide que firmen y sostengan, no las sostienen.
Ante esta gravísima crisis, surge un nuevo movimiento que cambia la geometría política, y ésta ya no sólo tiene centro, derecha e izquierda, sino abajo y arriba. Esto no es cualquier cosa. La nueva geometría nos indica que hay una serie de antiguos compañeros y hermanos que siguen luchando dentro de las normas, bajo el tipo de ideas y discursos y luchas que fueron válidas y significativas en un momento dado, y que han perdido su capacidad de reflexión y de acción.
Ha llegado un momento en que lo que llama el vocero del gran capital no negociable, que es la dictadura, se está aplicando en todos los terrenos de una manera tal que está provocando una crisis a la que podemos dar el nombre de crisis de espectro amplio, como a las guerras de espectro amplio del Pentágono.
Esta crisis de espectro amplio incluye mucho más que las crisis financieras y las económicas. No es una crisis coyuntural que se vaya a resolver en uno o dos años, como dicen muchos gobernantes -y constantemente se están equivocando porque siempre no se resolvió-. Es una crisis que no es cíclica, de corta duración, ni es una de larga duración; es una crisis del modo de dominación y acumulación llamado capitalista, movido no por el mercado, sino por la maximización de utilidades y la minimización de riesgos.
Éste es un problema de gran importancia para las ciencias hegemónicas y para las tecnociencias y, desde luego, para la llamada econometría, que son disciplinas dedicadas a maximizar utilidades y a minimizar los riesgos del Capital y de las hazañas que éste realiza en sus nuevas formas de depredación, de ocupación de territorios y de violación del derecho internacional que había establecido a raíz de la segunda guerra mundial.
Se está dando un fenómeno de crisis que tampoco alcanzamos entender muy bien porque es casi como la crisis de una era. Por una parte, en nuestra práctica de la teoría, no teníamos los elementos para pensar -y el error fue gravísimo para muchos de nosotros- que esfuerzos como los que realizaban Lenin y Mao iban a acabar en el desastre en que han acabado, que el heroico pueblo de Vietnam iba a terminar donde terminó.
Si nosotros vemos esta evolución con sorpresa, nos damos cuenta de dos cosas: por un lado, que hay una nueva forma de plantear los problemas y las alternativas, y que esta nueva forma tiene como origen una región del mundo que está en el sureste mexicano y que ocupan los antiguos pueblos mayas.
Ahí nació un proyecto universal que, desde un principio, fue un proyecto que en la diversidad encontró la unidad, que encontró que en la variedad inmensa del mundo hay ciertos elementos que tenemos todos. Se planteó no como un proyecto para una nueva política indianista o indigenista, sino como un proyecto de emancipación humana y como un proyecto de transición pacífica en la medida de lo posible, a partir de una política de la resistencia para vivir, para defender la tierra, el agua, el bosque, la vida.
Según el último comunicado, este hecho lo han logrado  los compañeros y hermanos zapatistas, que nos dicen cómo en su territorio los niños tienen escuela, los enfermos tienen hospital y medicina, y todos tienen alimento. Allí no hubo el narcotráfico, la inseguridad ni las matanzas que existen con la corrupción espantosa en el resto del país y en el mundo. Hablamos de un nuevo proyecto con todas las experiencias anteriores, que son muchas y en las cuales no sólo están movimientos como el de Lenin o el de Mao, sino también otros, como las guerrillas de los años sesenta y setenta.
Una segunda reflexión es que, al caer todos estos proyectos y al deshacerse todos estos países -que llegaron a ocupar una posición muy importante en la Tierra-, hay una pequeña isla que tenía 7 millones de habitantes, y que está allí. Podemos pensar que es un milagro o, si nos limitamos a un análisis político, tenemos que preguntarnos qué hubo ahí que una pequeña isla sigue resistiendo a la potencia imperialista más poderosa y agresiva del mundo.
Debe haber algo. Por más que le han hecho la campaña más espantosa que hay, este “algo” es una mezcla de la enorme cultura de la lucha por la independencia y de la lucha de clases, pero de otra lucha de clases. La lucha contra la esclavitud de Toussant L’Ouverture, en Haití, demostró, en medio de la tragedia, que el esclavo que se libera en un país colonial no se libera porque siempre vienen los ejércitos de los napoleones a acabar con el proyecto del esclavo.
Esto nos plantea a otro nivel, ya no de las comunidades de origen indígena de la primera conquista, sino de las comunidades nacionales: el problema de combinar nuestras luchas por la autonomía con nuestras luchas por la independencia. Todas ellas están vinculadas.
En el caso de Cuba, la conjunción muy seria y profunda de Marx y de Martí. Así como los zapatistas toman la palabra y el concepto de dignidad como forma de enfrentarse a la dictadura del poder, así los cubanos le dan a la moral un sentido político de resistencia y lucha, de articulación, cooperación, solidaridad, de fraternidad o de hermandad práctica que no se queda en las palabras, no se queda en la moralina de la que hablaba Benedetti, sino que es una realidad.
La gente que no tiene esta práctica de la moral cree que todo esto son tonterías y que nada más estamos hablando, pero ahí está una realidad que no podemos ignorar. Al abrirse hacia la diversidad del mundo, como lo acaba de hacer el movimiento zapatista, tenemos que plantear el problema de las resistencias frente a la nueva ofensiva del gran Capital o del Capital corporativo y de los complejos militares, empresariales, mediáticos y políticos.
En este momento vamos a confirmar que, aparte de las características de recolonización del mundo que tiene el capitalismo, su crisis es de la moneda, del salario, del crédito, del modo de acumulación. Pero no queda allí; no quiero decir que haya otro modo de acumulación, o que se repite lo que ocurrió en crisis anteriores.
En crisis anteriores también había una combinación de los modos de acumulación depredadora con los modos de acumulación salarial. La depredación o la explotación de las colonias, la ocupación de territorios, etcétera, se hizo desde antes. Ahora es mucho más serio porque la contradicción entre el modo de dominación y acumulación capitalista por la vía salarial y por las utilidades, por el crédito, por las finanzas, etcétera, está en plena crisis y no puede salir.
Aparte de esto, también está en crisis el proyecto del imperialismo único o dominante que durante un tiempo tuvo Estados Unidos, particularmente en los años ochenta. Estados Unidos invirtió durante todo este tiempo mucho más que todos los países juntos en armas y municiones. Este proyecto falló -lo ha analizado muchas veces Wallerstein- y está en crisis.
Se están formando dos bloques, informes todavía, pero manejados por aquello que Roosevelt temía mucho. Él dijo: “Le temo más a los negocios organizados que al crimen organizado”, pero se quedó corto, porque ahora se juntó el negocio organizado con el crimen organizado.
Todo esto revela una crisis muy fuerte que no sólo se da en Estados Unidos o Europa, sino en Rusia y en China, cuya capacidad de producción es inmensa y la capacidad de destrucción es fatal. En la teoría del Pentágono se habla desde hace mucho tiempo de la destrucción mutua asegurada. Se ha dejado de hablar de eso no porque sea ahora más lejano el peligro, sino porque ahora es mucho peor.
Las bombas nucleares y todos los aparatos que sirven para este tipo de guerra son un negocio gigantesco, y son el motor principal de la economía de estos países. Hace 50 años ya había suficientes para acabar con el mundo pero han seguido produciéndolas y mejorando los sistemas de lanzamiento. La capacidad destructiva es extraordinaria.
Hay otra crisis, que es gravísima, la de la sociedad del conocimiento. Hay una crisis del conocimiento tremenda en los rulers, en los gobernantes, ya sean jefes de gobierno que se convierten en gerentes que buscan que venga el capital a salvarnos porque “van a crear empleo”, y haciendo todo lo posible, incluso cuando se dicen socialistas: “Por favor, vengan a invertir acá, les damos todas las facilidades”.
No es sólo en este terreno, sino en el uso de la corrupción y la represión como armas para dominar a nuestros pueblos. Es ahí donde nosotros le ponemos un alto muy grande a la dictadura del capital monopólico. Cuando nos acordamos de que nos van a atacar, buscando cooptarnos, corrompernos o matarnos, les decimos: ¡no! No hablamos de moralina, hablamos de una moral de defensa de nuestro proyecto de emancipación humana en el terreno del conocimiento, de la producción, de la diversión, de la educación, de la vida.
Es necesario darnos cuenta de que no podemos, en algunos casos, generalizar la función política que tenemos en un lugar del planeta a todo el planeta. Como se puede advertir en la lectura que se hizo de este comunicado, hay elementos particulares en un país que no se dan en otro.
Dentro de la gama de la resistencia, vemos como la más avanzada a Cuba que, más que ser la última revolución marxista, es la primera del nuevo tipo, en el que si se inicia el proceso desde arriba y a la izquierda, se inicia con la lógica de que el Estado tiene un papel muy significativo en el desarrollo.
De todos modos, constantemente y desde el primer día, el proceso cubano establece vínculos con toda la población y practica algo que es muy importante, la pedagogía política. Ésta consiste no sólo en enseñar, sino en aprender todo el tiempo. Nunca la debemos olvidar, porque si en 1959 había unos cientos de seres humanos que sabían de todos estos problemas, ahora son varios millones, y esto no es cualquier cosa.
A partir de esto podemos ver a otros países, como en el nuestro. El EZLN primero se levantó en armas y tomó varias ciudades; después aceptó dialogar. Antes de los diálogos de San Andrés se tomó una medida extraordinaria -que en gran parte se debe a Don Samuel Ruiz- que hizo que se suspendiera el fuego en una guerra que estaba por empezar.
Es lo más raro en la historia de la humanidad que dos ejércitos que están a punto de pelearse firmen un pacto de no agresión y  de “vamos a hablar”. Vinieron los diálogos de Catedral primero, después los diálogos en el ejido San Miguel, después los diálogos de San Andrés. Hubo un momento en que se aceptó la lucha en este terreno. Pero ¿qué pasó con esta lucha? La traicionaron todos los partidos y después la traicionó el gobierno.
Fue entonces cuando dijo “ahora nos encerramos”, pero nunca su proyecto fue de nada más luchar abajo y a la izquierda. No, si podemos luchar arriba, también vamos a luchar arriba; el problema es mantener estos principios fundamentales y una gran disciplina en torno a ellos. Esto lo mostraron el otro día porque, a diferencia de los jóvenes estudiantes en cuyas filas se pueden meter los provocadores cuando se les da la gana, en estas filas no se podían meter ni uno.
Este tipo de cambios no provienen de posiciones teóricas o emocionales, son hechos. Tenemos la posibilidad en este momento de definir las luchas como proyecto de democracia, de autonomía, de libertad, con hechos.
En el proceso se encuentran otros países que están en la resistencia frente a ese proyecto colonizador. Entre ellos, a la cabeza está Venezuela -puedo equivocarme-; también se encuentra Bolivia; con más contradicciones y dificultades, Ecuador. Pero hay otros que están resistiendo, como el Uruguay, con mucha fuerza de una democracia muy vinculada a la cultura socialista y marxista. Se encuentran quienes de pronto se enfrentan a la toma de las islas Malvinas por el imperio británico, se enfrentan a la deuda externa y cancelan la deuda externa. Esas son resistencias nuevas en las que no estamos pero que tenemos que respetar.
Tenemos que aprender a acercarnos a un mundo que es diverso, que es distinto, pero que tiene problemas parecidos y que puede luchar de maneras distintas. También que no estamos luchando contra el poder en abstracto. Si el poder es nuestro, lo vamos a hacer muy distinto de lo que ellos tienen. Por eso es que el Subcomandante habla, con la capacidad de expresión que tiene, de una otra democracia muy otra. Vamos a hacer un muy otro poder. Muy otro no tiene nada que ver con esta porquería, con esta vinculación entre el poder de las corporaciones y el poder del crimen organizado, o con los paramilitares y la subrogación de trabajadores que están ya en situación casi de esclavitud.
No podría detenerme sin decirles lo agradecido que estoy con los compañeros de esta universidad magnífica, y sin pedirles que estudiemos mucho más a fondo el pensamiento de los zapatistas como un pensamiento que viene de la experiencia universal del ser humano y de la experiencia que han tenido en su lucha por la democracia, por la justicia y por la libertad los descendientes de los pueblos mayas.

Transcripción: Brisa Araujo/Desinformémonos

Fuente: http://desinformemonos.org/2013/01/organizar-una-inmensa-red-de-colectivos-en-defensa-del-territorio-pablo-gonzalez-casanova/

Debate y movilización popular en la batalla por la paz

Al reiniciarse las sesiones de diálogo gobierno y Farc en La Habana en este nuevo año pueden sacarse algunas conclusiones liminares. El proceso ha avanzado y mostrado su viabilidad, a contrario de los vaticinios de la ultraderecha y del poder mediático. La seriedad de planteamientos y la prudencia de las declaraciones muestran las diferencias pero reafirman la confianza en el camino escogido. Los detractores de oficio han perdido argumentos y existe una expectativa internacional que expresa simpatía por el buen suceso.
 

En contravía del silenciamiento de los medios, las 19 audiencias adelantadas, en un primer momento, por las Comisiones de paz de Senado y Cámara; el Encuentro Pueblos Construyendo Paz y la realización exitosa del Foro Política de desarrollo rural con enfoque territorial, muestran que en amplias capas de la sociedad, concernidas directamente por el primer punto de la Agenda y más allá de ellas, no existe indiferencia y si disposición de participar propositivamente. El cúmulo de propuestas no son solo agregados a la legitimidad del proceso. Son indicación clara de la necesidad de cambios de fondo que el establecimiento no puede continuar ignorando.


Buena parte de lo efectuado ha sido en pugna con la actitud limitante del gobierno. Actúa éste con una valoración puramente instrumental, con la idea de que “todo cambie para que todo siga igual”. Piensa en cálculo de rédito electoral de los resultados del proceso y eso en el cortísimo plazo de meses que separa las conversaciones actuales de la campaña pro reelección de Santos. No asume con realismo la complejidad de la tarea emprendida. Prevé que puede lograr la desmovilización del adversario a cambio de un alijo de promesas, en el marco de las cuestionadas y corruptas instituciones vigentes. O que, de repente, un operativo contundente de la guerra en medio del diálogo imponga la fuerza por encima de la razón. De momento, continúa actuando solo con su visión de clase, sin una reflexión franca ante el país sobre la paz como un problema nacional y social de alcance histórico. El menosprecio por el Preámbulo del Acuerdo general como “mera carreta ideológica” debería reemplazarse por una mirada más comprensiva de la realidad colombiana cuando se sienten ya los latigazos de la crisis capitalista mundial.


Debemos decirlo con toda responsabilidad: solo la movilización popular puede hacer aterrizar las ilusiones gubernamentales de una paz sin cambios democráticos que ataquen las causas profundas de la guerra. El enorme descontento popular expresa el movimiento real de las fuerzas sociales en trance de despertar. Por lo pronto, los debates con presencia popular han empezado a diseñar un nuevo modelo económico y social rural, compatible con la paz y con la democratización del Estado y de la Sociedad. Delinean una utilísima plataforma de lucha por la reforma agraria y la democratización económica contra la aterradora desigualdad que sustenta y reproduce el modelo neoliberal dominante.


Solo la movilización popular y el amplio movimiento de simpatía y apoyo a la solución política que rodee el proceso puede impedir la ruptura del diálogo, por efecto de la arrogancia guerrerista o el cálculo electorero. Todas las fuerzas de la democracia, los sectores conscientes de las fuerzas militares, las diversas vertientes de la insurgencia, la intelectualidad y la cultura, tienen la obligación de actuar de manera proactiva para que el diálogo de paz culmine exitosamente. El debate abierto, debe continuar como foro permanente sobre todos los seis puntos de la Agenda y su Preámbulo. Su pertinencia nos concierne a todos, nos pertenece, nos impone responsabilidades. La Ruta Social Común, las constituyentes por la paz, el congreso por la paz, la amplia convergencia de movimientos, organizaciones, víctimas, iglesias, intelectuales, etnias, regiones, universidades, mujeres y jóvenes tiene que trabajar en colectivo para lograr una inmensa demostración de masas que estreche el vínculo del descontento social con la oportunidad de la paz como espacio de los cambios histórico políticos, largamente postergados.


Jaime Caycedo Turriago

Conversando con las FARC en La Habana

A principios de septiembre pasado, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos anunció públicamente, por sorpresa, que su Gobierno iniciaría negociaciones de paz con los insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Primero en Oslo y luego en La Habana, con el apoyo de los Gobiernos de Cuba y Noruega como “garantes”, y de los Gobiernos de Venezuela y Chile como “acompañantes”. El enviado especial de Le Monde Diplomatique pudo reunirse, en La Habana, con los principales representantes de las FARC. Estas son las reflexiones de los comandantes guerrilleros a la hora de su cita con la historia

Casi siempre fueron jóvenes mujeres las que hacían guardia ante la enrejada puerta de ingreso, vestidas en uniforme verde olivo, aunque rara vez con arma al cinto. Durante los metros que recorría nuestro vehículo bordeando un pequeño lago se veían varias casas, casi todas de dos pisos y separadas por árboles y jardines. Rodeado de un alto muro, sin presencia notoria de centinelas, ni cercas eléctricas o cámaras de vigilancia, aparecía el complejo residencial El Laguito, en La Habana. Aquí, el Estado cubano suele hospedar a personalidades del mundo. Desde noviembre pasado, en este sereno entorno se llevan a cabo las negociaciones de paz entre representantes del gobierno colombiano y delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1)


Entre febrero y octubre de 2012, llegaron allí 13 mujeres y 17 hombres: los representantes de las FARC. Vinieron para adelantar los diálogos que esta organización está teniendo con el Gobierno colombiano. Su traslado desde diversas regiones de Colombia fue asegurado por representantes de la Cruz Roja Internacional y del Gobierno de Cuba.


El Laguito se convirtió en una obsesión para muchos de los casi sesenta corresponsales extranjeros acreditados para dar seguimiento a las negociaciones. Además de entrevistar a los guerrilleros, querían saber cómo vivían. Al no lograr el ingreso, empezaron a tejer historias sobre los presuntos lujos que los rodean. Y aunque las casas son modernas (se terminaron de construir en los años 1950), la ostentación no es lo que resalta. Claro, para casi todos esos combatientes resultaban palacios, pues sólo habían conocido humildes viviendas, además de selvas y montañas. “No fue fácil adaptarme a dormir encerrado en una habitación, sin los ruidos del campo. Nunca había tenido un colchón tan cómodo”, me dice Miguel Pascuas, uno de los campesinos fundadores de las FARC en 1964.


Mientras se fuma un cigarrillo y toma café, Ricardo Téllez, más conocido como el “canciller Rodrigo Granda” por su trabajo diplomático, me cuenta que, a diario, reciben correos pidiendo entrevistas: “Poco a poco los iremos encontrando en algún hotel, o en sus oficinas”. La reticencia la tienen con los grandes medios de comunicación colombianos, porque “siempre están buscando una palabra que sirva para hacer escándalo en contra nuestra”, me precisa Téllez, miembro del Secretariado de las FARC, la máxima instancia de dirección de esa guerrilla. Marcos Calarcá, otro ducho en las relaciones internacionales, pone un ejemplo del comportamiento de la prensa colombiana. El 18 de octubre pasado, durante la inauguración oficial de los diálogos en Oslo, las dos principales cadenas informativas, Caracol y RCN, cortaron la transmisión cuando Iván Márquez, el segundo al mando en las FARC y jefe de la delegación guerrillera, empezaba su intervención: “La mayoría de colombianos sólo pudo escuchar y ver al delegado gubernamental, Humberto De La Calle Lombana”.


En uno de los almuerzos que los guerrilleros me invitaron a compartir, quise continuar con mis preguntas. Justo en ese momento llegaron dos de los cocineros cubanos preguntando si era de nuestro agrado el plato. Y aquello se convirtió en una amena charla. Al hacérselo notar, un cocinero me dijo que era imposible aplicar las reglas de protocolo como se hace muy regularmente con otros visitantes, porque “se comportan como si fuéramos su familia”. Al escuchar esto, pregunto a los demás comensales si no se reúnen con los enviados del gobierno por fuera de la mesa de negociaciones, aunque sea para hablar de fútbol. El guerrillero que se había ofrecido a servir la carne de cerdo en salsa, me responde que rara vez los ven a pesar de no pernoctar lejos. “Parece que no somos de su nivel por no poseer título universitario o fortuna. Son muy prepotentes”. Lo que sí es fácil de constatar es que casi ningún medio de prensa extranjero se interesa por los representantes gubernamentales.


A finales de noviembre llegaron fuertes lluvias. El ciclón Sandy estaba pronto a pasar por la Isla. Supe que los guerrilleros se ofrecieron al Gobierno cubano para participar en las labores de apoyo que fueran necesarias; cuando los miembros de la otra delegación insistieron cerca de sus jefes para que les permitieran refugiarse en Bogotá.


Otra sesión de entrevistas. Mientras preparo mi material, observo a los cinco guerrilleros que me acompañan. Se me ocurre decir que nunca he estado rodeado de tanto dinero. Me miran intrigados. Es que, por ellos y los demás negociadores de las FARC, el gobierno colombiano y el de Estados Unidos ofrecen recompensas que van desde 500.000 a los 5 millones de dólares. Márquez, Téllez y Pascuas son los más “cotizados”, vivos o muertos. Pascuas, que está a mi lado bebiendo un jugo, me dice: “Imagínese que para salir del país hacia Cuba y después a Oslo, el Gobierno le pidió a la Interpol de retirar las órdenes de captura que tenemos varios de nosotros. Al volver de Oslo, dos días después, el Gobierno colombiano volvió a pedir nuestra captura: tan sólo en Cuba y Noruega no son efectivas. ¿Tiene eso lógica?”.


Le pregunto a Calarcá si aceptaron las negociaciones por sentirse cerca de la derrota: “Nos han golpeado y hemos golpeado, pero, a pesar de los miles de millones de dólares que han invertido en armamento y alta tecnología, seguimos con presencia en casi todo el país. Por eso estamos dialogando y no claudicando.” Sentados bajo un frondoso árbol, quiero seguir el tema con “Granda”. Lo cuestiono sobre la validez de la lucha armada, en una Latinoamérica donde han llegado al Gobierno fuerzas de izquierda por la vía electoral. Aspira el cigarrillo y responde: “Quien no conozca la historia del terrorismo de Estado en Colombia, no podrá entender su vigencia. Y nuestra lucha tendrá validez mientras la oligarquía continúe siendo violenta e intolerante como pocas han existido en el mundo, porque toda señal de inconformismo es reprimida. Históricamente, cada proyecto político o social que ha intentado disputar el poder ha sido masacrado. Y todas las estructuras del Estado sirven a ello”.


“Granda” pasa a contarme que fue el presidente Manuel Santos, recién elegido, quien aceptó la persistente propuesta de las FARC de buscar una solución política al conflicto. Santos le envió el mensaje a la organización por intermedio de uno de sus principales dirigentes, Jorge Briceño, más conocido como “Mono Jojoy”. Lo hizo a pesar de considerar a “Jojoy” como el “principal enemigo de Colombia”. Propuso un diálogo sin publicidad. La dirigencia guerrillera aceptó. “Estábamos en ello, cuando, el 22 de septiembre 2010, cayeron sobre el campamento del “Mono” 30 toneladas de bombas y misiles, de las cuales siete dieron en el lugar donde “Jojoy” dormía.” Fue la “Operación Sodoma”. Veinte días antes, Briceño había expresado en una entrevista: la guerra “no se termina a tiros ni a bombas, ni a misilazos ni con aviones. Se termina con cabeza pensante, con política, resolviendo lo que necesita el pueblo”. Ante tal hecho, Fidel Castro expresaría: “Fue un burdo y bochornoso asesinato (…) Esas acciones están lejos de llevar la paz a Colombia” (2).


Cuando se esperaba una fuerte reacción militar de las FARC, la dirección insurgente expresó en un comunicado: “No es por la vía de la exterminación del contrario que Colombia encontrará la paz y la reconciliación. (...) El único camino es la solución política y pacífica para el conflicto social y armado interno”. La dirigencia decidió continuar los diálogos secretos, pero el presidente Santos ordenó abatirlos si no se rendían. El 4 de noviembre 2011, el jefe máximo de las FARC, Alfonso Cano, fue cercado por 800 soldados de las fuerzas especiales apoyados por aviones y helicópteros. Él estaba acompañado de 4 hombres y un perro. “Su asesinato fue un golpe muy duro, pero decidimos seguir siendo consecuentes con nuestro pensamiento: la bandera de la paz es nuestra. Y tampoco rompimos los encuentros con los enviados de Santos”, me precisó “Rodrigo Granda”. Entonces el nuevo jefe de las FARC, Timoleón Jiménez, “Timochenko”, le envió una carta pública al presidente que terminaba diciendo: “Así no es, Santos, así no es”. Como respuesta, el presidente ordenó intensificar las operaciones militares.


A Pascuas, le pregunto qué están haciendo para enfrentar a la aviación y la alta tecnología que poseen esas naves, pues con ellas les han propinado fuertes golpes en los últimos años: “Estamos desarrollando nuestra propia tecnología, por eso ya les hemos tumbado o averiado muchos helicópteros y aviones, aunque tratan de ocultarlo”, me responde. Rubén Zamora, comandante del Frente 33 de las FARC, uno de los más fuertes y ubicado cerca a la frontera con Venezuela, me cuenta que ellos se ríen cuando leen o escuchan que las FARC les compran misiles a los talibanes en Afganistán: “¿Usted se puede imaginar a uno de nosotros haciendo esos negocios en ese país invadido? También piense lo que sentimos cuando interceptamos las comunicaciones de las naves, y escuchamos que las órdenes de bombardear las dan en inglés. Por eso, nuestros rústicos “misiles” salen disparados con más potencia”. Zamora comanda en una de las regiones más militarizadas: “En algunas zonas existe un soldado por cada tres habitantes, sin contar con sus fuerzas paramilitares, porque la estrategia es acabar con la resistencia para entregar las inmensas reservas de carbón y petróleo a las transnacionales”.


“Tecnología propia y de la mejor”, me dice otro día Viviana Hernández, una mujer que tiene bajo su mando a una buena cantidad de combatientes. “En nuestros hospitales de campaña ya hemos hecho operaciones a corazón abierto”. Me quedo mirándola. Como me nota incrédulo, pide que un joven me muestre fotos y un vídeo. “La mayoría de los médicos y enfermeros que tenemos, han sido formados por profesionales que prefirieron poner sus conocimientos a nuestro servicio”. Sandra Ramírez, la viuda del dirigente histórico Manuel Marulanda “Tirofijo”, completa las palabras de Viviana, y me cuenta que ella tuvo que dejar los estudios en primaria por falta de dinero. Al ingresar a la guerrilla se hizo enfermera, pero también se especializó en comunicaciones: “La oportunidad de superación es para hombres y mujeres por igual, porque en las FARC se lucha por la igualdad de géneros y su bienestar”. Ellas me aseguran que, por lo menos, el 40% de combatientes son mujeres, porque el “respeto por la mujer y la posibilidad de que avancemos como personas, combatientes y profesionales es lo que ha hecho que tantas ingresen” (3).


Unas horas antes de que empezaran las negociaciones en la capital noruega, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia hicieron público un vídeo musical. Este comienza con palabras de “Timochenko”: “Llegamos a la mesa de diálogo sin rencores ni arrogancias”. E inmediatamente se ve a varios jóvenes interpretando un rap , sin portar armamento ni traje camuflado. Esto tuvo un gran impacto. La prensa colombiana lo consideró como un “manifiesto político”, ya que la letra dice: “Ay, me voy para la Habana, esta vez a conversar, el burgués que nos buscaba no nos pudo derrotar; ay, me voy para la Habana, esta vez a conversar con aquel que me acusaba de mentir sobre la paz (…) Ay, me voy para La Habana, supieran con qué emoción, me voy para conversar la suerte de mi nación”. Me encuentro al hombre que compuso esa canción. Está acariciando las cuerdas de su guitarra. “Trabajar con la juventud en cuestiones culturales me hace sentir muy joven,” dice Jaime Nevado, quien se acerca a los 70 años de edad y es el cantautor más destacado de las FARC. “Yo le canto a la vida, a la libertad, a la lucha revolucionaria, a lo que vive el pueblo”. Le pregunto si no cree que sea contradictorio hablar de ello cuando están catalogados de “narcoterroristas”. Y él, con la calma de un poeta, me responde: “Odio a los narcoterroristas porque son los que torturan, bombardean, asesinan al pueblo, a los niños. Hemos cometido errores, pero terroristas no somos, menos narcos. Los narcoterroristas son los que nos quieren hacer aparecer como ellos”. Y sin más se pone a cantar.



“De la mesa de negociaciones no nos vamos a levantar. No seremos nosotros quienes rompamos los diálogos”, me asegura el comandante Iván Márquez. Estamos sentados en el muro de un jardín, a la sombra de palmeras y de un florido árbol. “Sabemos que se intentará provocarnos agrediéndonos, buscarán un pretexto o lo crearán, pero seguiremos insistiendo en la necesidad de la paz. Eso sí, la paz con justicia social para la mayoría de colombianos. Porque la paz no es sólo el silencio de los fusiles”. Tres días antes, Pascuas me había dicho: “Conozco bien al enemigo y a su amo, Estados Unidos. Ellos sólo quieren nuestra rendición de rodillas, pero no la van a lograr. Estamos aquí para negociar otra Colombia, no para entregarnos ni vendernos” (4).


El 19 de noviembre de 2012, el Estado Mayor de las FARC ordenó a todas sus estructuras un cese de operaciones ofensivas hasta el 20 de enero de 2013. En el comunicado, le pedía al Gobierno que hiciera lo mismo para que los colombianos pasaran una “Navidad en tregua”. Además de rechazar la petición, las autoridades ordenaron multiplicar las operaciones militares. Paralelamente, el delegado De La Calle Lombana seguía repitiendo: “Ni el modelo económico, ni la doctrina militar, ni la inversión extranjera están en discusión…”.


* Este texto fue publicado en Le Monde Diplomatique, edición de España,enero 2013.

Notas:

(1) Léase Ignacio Ramonet, ¿Paz en Colombia ?, Le Monde diplomatique en español, diciembre de 2012.

(2) Fidel Castro: “Piedad Córdoba y su lucha por la paz”, La Habana, 30 de septiembre 2010.

(3) Leer la entrevista completa con Sandra Ramírez: http://hcalvospina.free.fr/spip.php...

(4) Leer la entrevista completa con Miguel Pascuas:http://hcalvospina.free.fr/spip.php...

Cumbia, vallenato o guabina? « Enritmémonos »

 
José María Carbonell, Cambio Total.

Los delegados de las FARC-EP y del gobierno colombiano quieren ponerle « ritmo » a las conversaciones de Paz. Eso suena casi que a bailar con pareja que no sabe bailar. O que baila a otro ritmo. Al final, se termina todo enredado y con un rubor en las mejillas por no haber podido acompañarla(o) en sus cadencias.

Es que, desde luego, las FARC y el gobierno bailan ritmos diferentes. No por los ritmos diferentes que viven sus propias vidas y dinámicas, sino porque los intereses de uno y otro son diferentes. De ésta manera, el ritmo va a depender de cuán dispuesto está uno u otro a entrar a « enritmarse » con el otro. Me explico. Los intereses del gobierno –intereses oligárquicos- son, visibles hasta ahora, « vencer a la guerrilla en la Mesa » y « ganar la re-elección ». Los intereses de las FARC-EP –intereses populares- son lograr abordar la solución de las causas políticas, económicas, sociales, que dieron origen –y mantienen- el conflicto interno colombiano.

Para « enritmarse » tocaría que los Acuerdos definan de qué manera y cómo el gobierno nacional va a entrar a solucionar esas causas y a pagar la inmensa deuda política, económica y social que le deben al pueblo colombiano. Y ahí si es tu tía... Le tocaría al gobierno dejar de bailar guabina para bailar otro ritmo más acelerado y cadencioso, como las caderas de nuestras hermosas y deliciosas morenas y mulatas. Está el gobierno dispuesto a pagar esa deuda ?

Se imaginan ustedes ver a De la Calle dando pasos turuletos, inseguros, tratando de « capturar » el ritmo de la cumbia ? Épale ! Tendrá el gobierno sentido musical ? Tendrá oído musical para « atrapar » la melodiosa y frenética música de la cumbia  o el vallenato o la salsa ? Hmmm. Mas a pesar de las falencias del equipo gubernamental les abonamos que han intentado « enritmarse », no sabemos si a instancias de la Casa de Nari, la cual, esa sí, está frenético tratando de aprender a bailar para alcanzar la re-elección.

« Enritmarse » entonces es abordar las causas que han originado el conflicto interno con sinceridad, con claridad, y no solamente con celeridad. Además de hacerlo con un enorme sentido autocrítico. Podrá hacerlo el equipo gubernamental ? Dudas, muchas dudas dejan. El equipo gubernamental, como todos los funcionarios estatales, se creen los dioses bajados del olimpo para resolver los problemas de los « pobres mortales » y se regresan a Bogotá con la creeencia de haberlo hecho y vamos a ver sus realizaciones y la solución nada que aparece. Nunca. Asi sucedió, por ejemplo, con los damnificados de dos inviernos consecutivos, unos pegados a los otros, y las promesas de JMSantos quedaron en eso: promesas, como siempre. 3 millones de damnificados que van tirando de la informalidad para subsistir y cada uno de ellos desaparece de las estadísticas porque ya (le) solucionaron su problema.

Así ha sucedido con la pobreza. Los pobres en Colombia rondan el 70%, no el mentiroso 37% que dice el DANE. Y ese porcentaje padece hambre, física hambre ! Y así todo. Por ello insistimos, hay que « enritmarse » con sinceridad, claridad, y con celeridad. Así quizá la pareja gubernamental le cogerá el paso al ritmo frenético de la cumbia, el vallenato, la salsa, que bailan los delegados de las FARC-EP y podrán bailar, bien acaramelados, para bien de toda la familia colombiana. 

Si así fuera, todos los colombianos bailaríamos, ahí sí, felices !!!

Ecofascismo global

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Tomado del Blog Daniel Estulin.

En un artículo titulado “¿Gleichschaltung global? 17 de junio: ¡Día de la resistencia alemana”, Helga Zepp-LaRouche, presidente del partido BüSo, exhortó a todos los ciudadanos alemanes a que leyesen un documento publicado por el Consejo Asesor Científico del Gobierno Federal sobre el Cambio Climático (WBGU, siglas en alemán), titulado “El Mundo en transición: Contrato social para una gran transformación” el cual ella describe como una “propuesta descarada para imponer una dictadura ecofascista verde global en la tradición de Thomas Hobbes, H.G. Wells, y Carl Schmitt”. Asimismo, ella señaló que no sólo los alemanes sino también todos los ciudadanos preocupados por el mundo, deben leerlo para que no cometan el error que muchos cometieron en los años 1920, de no leer y tomar en serio el libro “Mi Lucha” de Adolfo Hitler.

Del mismo modo, Lyndon LaRouche hizo un llamado a derrotar el plan expresado en dicho documento: “Lo que Hitler hizo fue poco comparado con lo que se está proponiendo… Si esta cosa se aplica en Europa de forma exitosa, se puede decir que la civilización estaría a punto de acabarse. Mi misión consiste en detener eso”.
Daniel Estulin
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P.S. The article is in english in this link.
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El Plan maestro de WBGU: Eco fascismo imperial británico a escala mundial
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El documento y su resumen ejecutivo, “Un mundo en transición: un contrato social para la sustentabilidad”, son, como lo subrayó Lyndon LaRouche, “un producto de la inteligencia británica, diseñado para establecer una dictadura fascista de cero crecimiento en Europa”.

Lo que espera el presidente del Consejo, profesor Dr. Hans Joachim Schellnhuber —a quien en 2004 la reina Isabel II de Inglaterra nombró Comandante de la Orden del Imperio Británico, en Berlín— es forzar a la canciller Merkel a que le ponga fin al uso de la energía nuclear en Alemania el 17 de junio como un primer paso para imponer en Alemania y después en todo el mundo el plan maestro de sus amos británicos para el genocidio global.

Otro miembro del WBGU, profesora Dr. Nebojsa Nakicenovic, es de la Universidad de Tecnología de Viena y subdirector del Instituto Internacional de Análisis de Sistemas Aplicado (IIAS, siglas en inglés).

Resumen de un plan genocida

El documento de 32 páginas titulado “Resumen para los formuladores de políticas”, presenta el plan genocida de manera demagógica, como si se tratara de un plan “democrático” para derrocar “regímenes dictatoriales”: “La transformación hacia una sociedad baja en carbono es por lo tanto un imperativo tan ético como la abolición de la esclavitud y la condena del trabajo infantil”.
De esta manera, el desarrollo de los combustibles fósiles y de la fisión nuclear se igualan falsamente a la esclavitud, y el argumento esgrimido es que al hombre se le tiene que liberar tanto de la energía nuclear como de los combustibles fósiles. “El desastre nuclear de Japón deja en claro que tenemos que escoger la vía rápida hacia un futuro bajo en carbono sin energía nuclear”.
Pero, para hacer esto proponen la eliminación de la soberanía nacional y el sometimiento a entidades supranacionales. “La transformación solo puede tener éxito si los estados nacionales anteponen los mecanismos de cooperación global a sus propios intereses orientados al corto plazo. A mitad del siglo los sistemas de energía global se tienen que haber descarbonado. En el centro de cualquier estrategia de descarbonación tiene que haber una expansión masiva de energías renovables y de la infraestructura que ellas requieren”.
“La WBGU desaconseja imperiosamente el uso de la energía nuclear. Las plantas existentes tiene que ser reemplazadas por tecnologías de energía sustentable lo más rápido que sea posible. No se puede compensar la eliminación progresiva de la energía nuclear por medio de una generación de energía nueva o más intensa a base de carbón mineral o lignito”.
Peor aún, WBGU no solo propone esto para el sector industrializado sino también para el mundo en desarrollo. “Incluso los países en desarrollo más pobres, a mediano plazo, tienen que cambiar de dirección hacia caminos de desarrollo de baja emisión”.
Proponen acabar con el Estado nacional soberano
Para lograr esta transformación fascista el WBGU propone un nuevo contrato social que elimine el estado nacional. “El estado nacional ya no debe considerarse como la única base para las relaciones contractuales”.
Este nuevo contrato social representa un cambio de paradigma radical: “La transformación hacia una sociedad baja en carbono significa nada menos que un cambio de paradigma de la sociedad de combustibles fósiles a una sociedad post combustibles fósiles”.
El informe entonces propone una transformación fascista del estado alemán a todos los niveles en concordancia con una ideología verde, anticientífica, antindustrial y antihumana: “Los cuerpos administrativos de Alemania federal deben pasar por un filtro climático a nivel federal, estatal y local”.
Al mismo tiempo que la nación alemana se someta al “filtro” hasta la sumisión, el estado nacional soberano mismo quedará completamente subordinado a las agencias supranacionales que en última instancia son controladas por el Imperio Británico: “La condición de Estado trasciende las fronteras nacionales y las soberanías, particularmente en lo que respecta al clima, energía y ambiente; este aspecto también demanda nuevas instituciones supranacionales”.
“El WNGU le recomienda al gobierno federal que apoye la argumentación de la autoridad legislativa de la Unión Europea para permitir la definición de implementación de una estrategia europea de energía, incluyendo la determinación de los respectivos transportadores de energía, y la extensión y reconstrucción de las infraestructuras interfronterizas, para lograr un sistema de energía en toda Europa sin carbono en el año 2050 basado en una participación lo más grande que sea posible de renovables”.
Globalmente, propone reemplazar la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) por una Organización Internacional de Energías Renovables (OIER), que podría, posteriormente, “paso a paso… se desarrollarse como una Agencia Internacional de Energía Sostenible”.
EL WBGU también propone que “El Banco Mundial debe desarrollar una estrategia sofisticada medible para una transformación hipo carbónica”. También se debe crear una estrategia de “asociaciones de descarbonación”. “Una medida concreta es la expansión de la Asociación de Energía Europea-Africana y la expansión potencial de Desertec hacia el sur”.
En agricultura “el WBGU subraya el importante significado de una liberalización rápida y más extensa del comercio agrícola mundial bajo la Organización Mundial de Comercio. Los subsidios a la agricultura en la Unión Europea y en otros países de la OECD se deben reducir mucho más pronto y se debe mejorar el acceso al mercado de los países en desarrollo”.
“A nivel nacional y de la Unión Europea, el WBGU defiende el establecimiento de Bancos de Inversiones Verdes nacionales”.
Al Grupo de los 20 (G-20) se le asigna un rol: “Usar el G-20 como una fuerza conductora para una política energética y climática sustentable global… El gobierno federal debe fomentar el G-20 y su búsqueda decidida de un programa político de energía sustentable, y la creación de los fundamentos institucionales necesarios para la cooperación efectiva global”. Específicamente, afirma que el “G20 podría incluso convertirse en la fuerza dirigente que impulse la modernización de todo el sistema de las Naciones Unidas”.
Una fuerza de choque “verde” en la ONU vs. la soberanía nacional
En cuanto a las Naciones Unidas, WBGU propone “una revisión de la Carta de las Naciones Unidas” y “la reestructuración total de las organización de las Naciones Unidas”. En esto se incluye el “establecimiento de un Consejo de Desarrollo Sustentable, al mismo nivel del Consejo de Seguridad de la ONU”. También recomienda el establecimiento de una Comisión Mundial para el Desarrollo Urbano Bajo en Carbono y una Comisión Global para el Uso Sustentable de la Tierra.
Efectivamente lo que el WBGU está proponiendo es que Alemania sea tomada por el Imperio Británico y sea transformada en la fuerza impulsora para transformar a la Unión Europea, el G-20 y la ONU representando un plan maestro genocida.
EL WBGU admite: “Políticamente, esto requiere una superación sin precedente histórico de los conceptos de soberanía establecidos”.
Otro objetivo importante del plan es el de poner en la mira de ataque a ciertas naciones destacadas del sector en desarrollo que se han resistido a estas políticas imperiales claramente genocidas como ocurrió recientemente en la conferencia de Copenhagen: “Para Alemania y para la Unión Europea, países que recientemente se están industrializando, China, India y Brasil, son particularmente importantes al respecto”.
Otra característica del plan es, no solamente la eliminación de los combustibles fósiles y de la energía nuclear, sino también el sabotaje del desarrollo de la energía de fusión: “Los fondos para la generación de energía mediante la fusión nuclear se podrían estirar para que abarquen más tiempo para liberar dineros para tareas con mayor prioridad”.
El plan pide “ponerle precio a la emisión de carbono”, es decir, canje de bonos ecológicos: “EL WBGU considera que el canje de bonos ecológicos es un instrumento más efectivo”, que un impuesto.
Por otra parte el WBGU propone una reorganización total de los sistemas educativos de Alemania para lavarle el cerebro a la población y eliminar cualquier oposición a su plan maestro: “En la estrategia de sustentabilidad en Alemania se le debe dar la mayor prioridad a la transformación de la educación”. Esto incluye “nuevos cursos para pregrado y maestría, módulos para entrenar profesores para la transformación de la educación sistémica relevante y programas de grados para las ciencias para la transformación… oportunidades duraderas y entrenamiento en el trabajo”. EL WBGU también “sugiere el establecimiento de escuelas para negocios bajos en carbono y facultades interdisciplinarias para el uso de la tierra bajo en carbono, ciencia de la energía, urbanización y administración específica de la transformación para apoyar los procesos de transformación”.
Y, en conclusión, el informe WBGU, después de toda la habladuría sobre democracia e iniciativas individuales, establece, dictatorialmente que “el metabolismo nuclear-fósil de la sociedad industrial no tiene futuro…. Así que se tiene que acordar nada menos que un nuevo contrato social”.
Solo la Glass-Steagall puede derrotar el culto religioso genocida de la monarquía británica
7 de mayo de 2011 — Entre más se escarba en el historial de John Schellnhuber, líder de la entidad alemana promotora del genocidio verde, la WBGU, queda más claro que es uno de los altos sacerdotes de una secta religiosa fundamentalista ligada a la monarquía británica, que aboga por eliminar a la raza humana, tal y como la conocemos actualmente. Miembro confeso del culto a Gea (o Gaia) y uno de los jefes de redacción de su revista, Schellnhuber está afiliado al Instituto Santa Fe de EU, que es otro centro de Gea, fundado por Esther Dyson.
No debería sorprendernos que John Holdren, el asesor científico de la Casa Blanca del títere británico Barack Obama, es un viejo colaborador cercano de Schellnhuber y forma parte de la misma secta radical malthusiana a Gea, que promueve la despoblación del planeta. Esta gente son fanáticos religiosos, devotos de una secta loca que adora a la Madre Tierra. Odian a la humanidad, y hasta tienen su versión torcida de Vernadsky, argumentando que el hombre, como el único ser volitivamente creativo, puede escoger reducir el tamaño de la población humana mediante la eliminación del combustible y de la energía nuclear. Esto no es menos radical que el deseo del príncipe Felipe de reencarnar como un virus mortal para matar a la mayor cantidad de la humanidad como sea posible.
Mientras el presidente se la pasa callejeando con la realiza británica (el príncipe Carlos estuvo en la Casa Blanca el miércoles y dentro de poco los Obama van a ir a visitar a la reina a fines de este mes), Estados Unidos se cae a pedazos. Los últimos datos Estadísticos del Despacho del Trabajo sobre el empleo en abril, revelan que hay ahora 86,240,000 estadounidenses que han sido borrados de la fuerza laboral; una marca histórica. Ocho estados ya están devastados por los tornados y las inundaciones, y estamos a semanas de que empiece oficialmente la temporada de huracanes, sin mencionar la amenaza en pie de terremotos y erupciones volcánicas de envergadura a lo largo del Cinturón de Fuego. Y a Obama le importa un cuerno esta calamidad.
Todo el país está a punto de explotar, y lo único que podría enderezar el rumbo es la aprobación inmediata de la Glass-Steagall, como ha insistido Lyndon LaRouche en las últimas semanas y meses. Este es nuestro flanco estratégico para ganar, y vamos a ganar esta pelea no dentro de la politiquería de Washington, sino movilizando a la población estadounidense para que le patee el trasero al Congreso. En la Casa Blanca, en Wall Street y la City de Londres, ellos saben al igual que nosotros sabemos, que esta es un enfrentamiento definitivo existencial. El Congreso no se va a mover a menos que reciban una presión extrema de parte de la población estadounidense. Y nadie va a encabezar ese proceso aparte de nosotros. Nosotros sabemos que muchos miembros del Congreso regresaron el lunes a Washington sintiendo la lumbre de sus electores en sus aparejos. Muchos republicanos se están retractando lo más rápidamente posible de su respaldo al plan de austeridad schachtiano lunático de Paul Ryan, porque los vapulearon por votar a favor de la privatización (eliminación) del Medicare. Va a ser una batalla sangrienta y podemos y tenemos que ganar.
Hay señales por todos lados de qué tan vulnerable está el enemigo. El secretario del Tesoro, Tim Geithner, tuvo que barajeárselas esta semana para salir con su estafa usual, para posponer el enfrentamiento final sobre el techo al endeudamiento hasta agosto, después de que andaba corriendo por todos lados gritando que el mundo se iba a acabar si no se elevaba el 16 de mayo el techo de endeudamiento. No tenían la fuerza política para forzar que el Congreso lo aprobara, así que tuvieron que comprar tiempo —robándole dinero al Fondo Federal de Pensiones para llegar hasta el 2 de agosto. Sabemos que Bernanke tuvo que retractarse la semana pasada, en su conferencia de prensa, y retrasar su solicitud por otro “QE3″ (imprimir más liquidez por tercera ocasión), otro billón de dólares en rescates de la Reserva Federal para Wall Street.
El mayor derrumbe, como lo ha venido diciendo por algún tiempo el señor LaRouche, viene de Europa. El viernes, Der Spiegel Online informó que los ministros de finanzas de la Unión Monetaria Europea tuvieron una reunión de emergencia ya tarde en la noche, en Luxemburgo, para lidiar con la posibilidad de que Grecia abandone el acuerdo de rescate con el Banco Central Europeo y el FMI, simplemente porque ¡no puede pagar! Esa publicación alemana advierte que Grecia podría abandonar el euro este fin de semana; y como comentó LaRouche, si Grecia se va, el acuerdo de rescate para los bancos en Portugal, que todavía no se ha acordado, está condenado de antemano. Todo el fraude del euro se viene abajo, posiblemente en cosa de días.
Todo esto significa que tenemos una oportunidad revolucionaria ante nosotros, si actuamos agresivamente. ¿Va a tolerar el pueblo estadounidense otro rescate de un billón de dólares para Wall Street o el destripado sistema del euro y el Grupo Inter-Alfa de bancos, cuando Obama dice que no hay ni un céntimo para los ocho estados devastados por los fenómenos naturales? ¿Va a tolerar el pueblo estadounidense el “tratamiento Haití”?
No, si hacemos nuestro trabajo, no lo van a tolerar. Si se le devuelve a la cuenta del gobierno estadounidense los $17 billones de dólares comprometidos al rescate de los bancos quebrados, se pueden resolver todos los problemas que se enfrentan ahora mismo, así como las amenazas de desastre sísmico que amenaza a la Costa del Pacífico.

Una resolución de Helga Zepp-LaRouche para detener a la WBGU
5 de mayo de 2011 — A continuación se reproduce una resolución que circula ahora a nivel internacional para contrarrestar el informe de la WBGU, recientemente publicado:
El documento público emitido por la Junta Federal de Asesores Científicos sobre Cambios Ambientales Globales (WBGU), “Transición Mundial – Contrato social para una gran transformación” propone la “descarbonización” de la economía energética a nivel mundial, es decir, la eliminación total del petróleo, carbón y gas, así como también renunciar tanto a la fisión nuclear como a proseguir con las investigaciones sobre la energía de fusión termonuclear, y exige que para el año 2050 se utilice exclusivamente la llamada energía renovable.
Se supone que esta mentada “gran transformación” va a ocasionar un cambio comparable a la transición de una sociedad cazadora y recolectora a una sociedad agrícola, y de una sociedad agraria a una sociedad industrial. Sin embargo, esta vez, va a ser mediante un peligroso salto para atrás, en donde Alemania en tanto nación industrializada, dejará de existir. A escala mundial, la baja densidad del flujo energético de las llamadas energías renovables se corresponde a un máximo de potencial poblacional de 1 a 2 mil millones de habitantes.
Para el sector en desarrollo esta transformación significa de manera muy simple, una reducción poblacional masiva. Por esta razón, las naciones en desarrollo rechazaron este “pacto suicida” en la conferencia sobre el clima en Copenhague.
El “contrato social global” propuesto por la WBGU no es más que un ecofascismo global imperialista, basado en una perspectiva de la humanidad que manifiesta su desprecio por el ser humano, que procede de premisas ideológicas, más que científicas.
Debido a estos y otros causales, nosotros, los abajo firmantes, condenamos esta propuesta maliciosa y hacemos un llamado por la disolución de la WBGU.
Firmantes: _____________Fecha­: _________Ciudad:______________País:_________
 

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