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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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Naomi Klein considera a Grecia un ejemplo de "la doctrina del shock"

Prensa Latina

Naomi Klein, intelectual canadiense y destacada militante del movimiento antiglobalización, dijo ayer que Grecia es un ejemplo del uso de la violencia legal, la brutalidad policial y la manipulación informativa para aplicar políticas ultracapitalistas. 

Klein es autora del libro La doctrina del shock, un auténtico best-seller que desvela la forma en que las grandes corporaciones y las gobiernos poderosos recurren al uso sistemático de la conmoción y el miedo para aplastar la resistencia popular, cercenar los derechos sociales y desestructurar agresivamente las economías de los países más débiles.

En entrevista publicada por el diario Eleftherotipia explicó su visión sobre cómo se aplican las medidas de austeridad en Grecia y de qué modo afectan a la población.

Dijo que el país helénico “es un ejemplo clásico” de su teoría, en donde solo el uso de la violencia legal y la brutalidad policial, en connivencia con los grandes medios de prensa, hacen posible la aplicación de políticas ultracapitalistas, perjudiciales para la mayoría de los ciudadanos.

La escritora se refirió a cuestiones como el empeoramiento de los niveles de vida, el abandono de los sectores más vulnerables, la venta masiva de propiedades y recursos naturales del país y el aumento del racismo, para citar algunas de las consecuencias previsibles de las políticas de austeridad.

Igualmente resaltó el factor del cambio climático y sus vínculos con las industrias extractivas, un tema que abordará en su próximo trabajo, pues significan factores de riesgo para la seguridad y la vida de las poblaciones locales.

“Es normal que las personas se centren en los recortes a sus pensiones o en los despidos, pues son lo más cercano, pero en el caso de la mina de oro [de Skuries, al norte del país] la gente ha sido consciente de que es una amenaza inmediata para su seguridad, sus medios de subsistencia y la economía”, aseguró.

Con respecto al auge del fascismo en Grecia se mostró sorprendida de que se acepte la previsible repetición de la historia, sufrida en Europa en la década de los años 30 del pasado siglo, cuando en un contexto de profunda depresión económica se impusieron condiciones humillantes e inmorales a determinados países.

Klein citó el caso de América Latina, para mostrar la forma en que de manera coordinada fue posible enfrentarse al poderoso Fondo Monetario Internacional (FMI), y sugirió la formación de un frente de negociación entre los países del sur de Europa.

“Siempre he pensado que la idea del contagio (del espíritu de rebeldía) es una de las respuestas, es a eso a lo que vuestros oponentes tienen miedo, a una organización en bloque”, añadió.

Por último la activista consideró a los grandes medios de comunicación “cómplices” de las elites a la hora de difundir el miedo, instrumentos en manos de los poderosos para ocultar a los responsables de la crisis financiera que se inició en 2008 y propagandistas del libre mercado, un sistema del que decían “iba a durar para siempre”.

Se realizó seminario de autonomías, soberanías, desarrollo rural y ZRC en Bogotá.


Explicacion de la naturaleza perversa de los “macroproyectos”

Por Jose Manuel Naredo

Noviembre 2012.

A la mayoría de la gente le resulta difícil de asumir la lógica a la vez enrevesada y perversa de los megaproyectos. La creencia de que la actividad económica está regida por la producción y elmercado induce a presuponer, de entrada, que apunta a fines utilitarios buenos de por sí y a cubrir demandas insatisfechas. Presupone también que las empresas trabajan para fabricar y vender bienes y servicios socialmente útiles. La gente no llega a entender que es justo esa la ideología económica dominante de la producción y del mercado la que encubre la naturaleza meramente extractiva de losmegaproyectos y el manejo meramente instrumental de las empresas que colaboran en el empeño. Pues el objetivo de producir bienes y servicios o de cubrir demandas insatisfechas, deja de ser la finalidad del megaproyecto, para convertirse en mero pretexto justificador del mismo, que oculta su verdadera finalidad, a saber: el latrocinio extractivo directo, en alguna de sus fases de desarrollo, asociado a la obtención de concesiones, de reclasificaciones de terrenos y/o al manejo de abultados presupuestos aportados o avalados por el Estado o sufragados por amplios colectivos de accionistas, usuarios o contribuyentes. Pues bajo el paraguas ideológico de la producción, se oculta un juego de suma cero, en el que el lucro y las plusvalías obtenidos por algunos, han de acabarlos pagando otros. De ahí que las finalidades productivas y rentables declaradas que magnifican, en principio, el interés de los megaproyectos, acostumbren a desinflarse a medida que se desarrollan y cobra fuerza la fase extractiva de los mismos (cuánto más importancia cobre esta fase extractiva, mayor suele ser el fiasco económico del megaproyecto).

Matrimonio igualitario y necesidad de una Asamblea Constituyente


Allende La Paz, Cambio Total.

No es que Colombia sea un país de mayorías conservadoras. No. Afirmarlo sería hacer una radiografía equivocada del « ser colombiano ». Los colombianos somos, en su gran mayoría, de pensamiento liberal –que no militantes del « partido liberal »- y muchos somos revolucionarios que hemos llevado « hasta las últimas consecuencias » nuestra lucha por un mundo mejor. 

Lo que sí es cierto es que el pensamiento que mueve a las cúpulas del país –empresarios, partidos políticos, militares, jueces, etc- es un pensamiento troglodita, reaccionario –sean o no conservadores-, y lógicamente eso es lo que se vé, por ejemplo, en la promulgación de las leyes en el Congreso. Más visible con el « matrimonio igualitario ». Lo hundieron porque el « ser diferente » en Colombia es un delito.

« Ser diferente » engloba ser indio, negro, comunista, socialista, de diferente iglesia a la católica o sea, evangélico, y tener una orientación sexual que vaya en « contravía » de los « normales » hombres de la Patria que se sientan apoltronados en el Congreso y en la Procuraduría y quien sabe en que otros sillones estatales. Evidentemente ser « diferente » engloba también ser guerrillero. Y hasta « ser diferente » es ser mujer u hombre a quien le gusta el « sexo recreativo » y no solamente el « sexo reproductivo ».

Queremos recordarles a esos señores trogloditas que el homosexualismo –« ser diferente »- es inherente al ser humano. Todo hombre o mujer son susceptibles de ser « diferentes » por el simple hecho de existirn y ello no implica enfermedad o aberración. En un tiempo nos enseñaban en las escuelas, colegios y universidades que el « homosexualismo » era una « aberración ». Hoy sabemos que es una « opción » que implica la más libre manifestación de la líbido de una persona, hombre o mujer.

Desde tiempos inmemoriales ha sido así. Los egipcios tenían sus “parejas”, además de sus esposas o esposos. En el imperio romano sucedía igual. Y los poderosos los exhibían sin ningún falso pudor y sin ninguna condena societal. Sin embargo, los « trogloditas » senadores, los  de la « crema y nata » de la sociedad de « arriba », esconden su orientación sexual, y cuando se sabe « la familia es la última en enterarse ». Y es un escándalo !

Nos preguntamos : Cuántos de los senadores y representantes son « homo » no por orientación sexual, sino por « corrupción sexual » ? Estos son los corrompidos de otra forma. Es muy diferente tener una orientación sexual –su cuerpo-mente así determina la expresión de su líbido-, a ser « homo » porque en sus bacanales se vuelven así y por ello la esconden. El senador Robertico Gerlein, un corrompido que comete toda clase de delitos electorales y de corrupción, no será un « homo » que no se ha atrevido a « salir del clóset » ?, porque según las informaciones que tenemos es un asiduo cliente de los clubes gay de la capital del Atlántico y tiene un amigo que se llama el « Negro Adán » ! Son corrompidos personalmente y corrompidos en su accionar político. Son corrompidos vergonzantes que « pican » de ser « normales ».

Por ello hemos planteado que la solución de todos los problemas de los colombianos pasan por una Asamblea Constituyente. En ella se ratificarán los Acuerdos de la Mesa de La Habana sobre las causas del conflicto interno en sus dimensiones económicas, políticas y sociales. Los derechos vilipendiados por la « troglodita » de hoy –Uribhitler, Francismo Santos, el procurador Ordóñez, y cía narcoparamilitar- serán reconocidos y resarcidos entre los muchos derechos que nos han conculcado. El aborto, los derechos de las madres y la mujer, el matrimonio igualitario, los derechos de la mujer, los derechos de los niños, etc, etc. 

Cuándo se atreverán éstos señores a « salir del clóset » ? Deberían seguir el ejemplo de un general de las fuerzas militares quien tuvo que asumir que su hijo es ”gay”. Y lo hizo con la frente en alto.

Titulares APAS


Pluralidad de voces
Democratización de los medios en Ecuador
A partir del 14 de mayo, en el marco de un nuevo período de la Asamblea Nacional, el oficialismo buscará la aprobación de la Ley de Comunicación.

Por Juan Manuel Suárez
Argentina: Marcha contra el Gobierno
Protesta que honra al proyecto nac&pop
Los actos y omisiones de los hombres traen consecuencias. Quienes verifican tales efectos pueden ver el vaso de la Historia medio lleno o medio vacío. Son puntos de vista opuestos diametralmente, por lo general en lo ideológico, pero en algún caso también en lo ético.
Por Julio Semmoloni
Colombia
Se hunde la iniciativa de matrimonio igualitario
Se debatió en el congreso colombiano el proyecto para reglamentar el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Por Luis Hernando Restrepo
Tres décadas después
El Poder Judicial sigue al margen de los cambios del país
Así opinó el abogado Héctor Garófoli respecto de la reforma del Poder Judicial. Para el jurista, la iniciativa que parte del gobierno nacional es de imperiosa necesidad.
Por Ignacio Cebreros
Esperanza frustrada
Una página más de impunidad en Guatemala
El juicio por genocidio contra el ex dictador guatemalteco, Efraín Ríos Montt, fue anulado en el día de hoy por la Corte Constitucional (CC). El fallo aseguró la medida dispuesta por una jueza que había ordenado suspender el proceso penal contra Montt y el ex general José Mauricio Rodríguez Sánchez, acusados de cometer masacres contra más de 1500 personas, entre 1982 y 1983.
Por la redacción de APAS
En sentido que impregna la región
Ecuador y el Buen Vivir
En parte del continente americano resurgieron en los últimos años debates por una nueva forma de entender el crecimiento. Aquí, una opción donde la comunidad y el ambiente son los protagonistas.
Por Mauricio Raúl Manini Williams
Diálogos de paz
Las FARC propone reforma del Estado
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) presentaron cuatro propuestas para reformar el Estado e institucionalidad democrática y participativa, al iniciar la segunda jornada de un nuevo ciclo de diálogos de paz.
Por la redacción de APAS
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Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.

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La paz posible

Santiago Alba Rico/Tomado de Rebelión.org
Cuarto Poder

Colombia ofrece sin duda el ejemplo más retorcido y más exitoso -allí donde el éxito de las clases dominantes es indisociable de un dolor inmenso- de lo que en alguna ocasión he llamado la “pedagogía del millón de muertos”. Mientras que en el resto de América Latina las dictaduras militares de la segunda mitad del siglo pasado adiestraban a los ciudadanos para una futura democracia despuntada, en Colombia la democracia y la dictadura, cogidas del brazo, emprendían juntas un largo camino de fecunda convivencia asesina. La pedagogía del terror se aplicaba y se aplica al mismo tiempo y en el mismo sitio -en el aula de al lado, por decirlo así- que los más altos principios del derecho y la democracia. Había y sigue habiendo una especie de aprendizaje automático del buen uso de las leyes: la Constitución no impide a los colombianos defender en libertad sus ideas y sus tierras; los que las defienden -sencillamente- mueren o desaparecen. El caso muy conocido de la Unión Patriótica en los años 80 y 90 -con más de 5.000 dirigentes y militantes asesinados- es la mejor ilustración de ese “realismo mágico” que fascina a los visitantes: un país anfibio, como un tritón, en el que la democracia amamanta fusiles y cuchillos, en el que el mismo Estado que los “protege” amenaza a los defensores de los derechos humanos y en el que, en definitiva, es mucho más peligroso hacer política que luchar en la guerrilla.

Las cifras de muertos, desaparecidos, presos y desplazados en Colombia en el último medio siglo, inseparables de la penetración de las multinacionales, la intervención de los EEUU y el enriquecimiento de la burguesía, induce a un severo realismo. Pero si hay algo mágico -y realmente lo hay- tiene que ver con la tozuda resistencia de una parte del pueblo colombiano a extraer las correspondientes lecciones “democratizadoras” que imparte la Señora Muerte. No se deja educar. De la misma manera que Venezuela se sacudió el miedo en 1999 y demostró que se podía votar a quien no se debe, una acumulación dignísima de resistencias sociales y campesinas mantiene viva en Colombia desde hace sesenta años, en la frontera misma del terror, la mitad terrestre y humana del país tritón. Este ejercicio de libertad colectiva contra todas las enseñanzas alimenta también el cándido aire absurdo, la atmósfera hechizada, la irrealidad promisoria que uno percibe en Colombia: en ningún otro país está más presente la miseria y la violencia; pero en ningún otro país hay más zonas coloreadas -y corporeadas- por el sueño de la liberación.


Una de estas zonas es, sin duda, la Universidad Nacional de Bogotá, donde el pasado fin de semana se celebró el Congreso Nacional por la Paz, convocado por el Congreso de los Pueblos y apoyado por organizaciones sociales, campesinas e indígenas, partidos de izquierdas y personalidades intelectuales y políticas, con el propósito de “promover un diálogo democrático entre las comunidades, las organizaciones políticas y sociales, las insurgencias, el Estado, los poderes económicos, las iglesias, la comunidad internacional y los pueblos del mundo interesados en el tema”. Las negociaciones que se vienen celebrando en La Habana entre el gobierno y las FARC y la marcha multitudinaria del pasado 9 de abril abren una posibilidad real de pacificación que, para materializarse, debe ser sostenida, ampliada, fundamentada, exigida desde las plazas. Las más de 20.000 personas reunidas en el encuentro de Bogotá procedían de todos los rincones del país y querían recordar al gobierno y a la insurgencia que la paz no se puede hacer sin esa tercera fuerza, la principal, que no está representada todavía, o no del todo, en las mesas de diálogo: el propio pueblo colombiano, ineducable y resistente, consciente de que la paz no es “el silenciamiento de los fusiles” sino el establecimiento de un nuevo orden democrático de participación política y justicia social: “mandato, mandato, mandato popular”, era la consigna coreada durante la instalación del Congreso entre los acordes de la Internacional y los del himno nacional. Tanto los debates como la declaración final insistieron en la necesidad de apoyar las negociaciones entre el Estado y las FARC, así como en ampliarla al ELN (organización que hizo llegar un pronunciamiento ratificando la voluntad de diálogo al tiempo que algunos despachos de prensa anunciaban la instalación en mayo de una mesa de conversaciones para la que se habrían ya nombrado las delegaciones); pero los participantes insistieron sobre todo en la necesidad de resolver las causas sociales del conflicto para garantizar “los derechos humanos, económicos, laborales y ambientales” de los individuos y de las comunidades.

No es la primera vez que Colombia asiste esperanzada a unas negociaciones de paz. Pero la sociedad civil “de abajo” -como repite François Houtart para distinguirla de la de “arriba”, bien representada en La Habana a través de la clase empresarial- conoce ahora por experiencia todos los peligros que pueden hacer fracasar las conversaciones o dejar sin efecto un eventual acuerdo. Es el propio François Houtart el que nos recuerda uno de esos peligros: la burguesía colombiana, “la más inteligente y la más cínica y dura del continente”, guiada por el presidente Santos, es consciente de la necesidad de crear un nuevo consenso social en torno a la paz, anhelo popular que puede ser “recuperado” en favor de los intereses de esas mismas clases dominantes que hasta ahora apostaban por la guerra.

Otro peligro -quizás más inmediato- es el de ese sector de la burguesía, encabezado por el expresidente Uribe, que se opone a las negociaciones y que está dispuesto a cualquier cosa con tal de hacerlas fracasar. La fuerza del uribismo en el ejército y entre el paramilitarismo aún activo, junto a su total falta de escrúpulos, no permite descartar un sabotaje violento con los mismos procedimientos “pedagógicos” usados durante décadas: acciones armadas o asesinatos políticos selectivos.

Estos dos peligros sólo pueden ser conjurados por el “mandato popular” y el acompañamiento internacional. Esta evidencia es la que llevó a la movilización del 9 de abril y a la convocatoria, largamente preparada en las comunidades y organizaciones, de este Congreso Nacional por la Paz. Sólo la presión permanente de la “sociedad civil de abajo” puede garantizar el éxito de las conversaciones, la aplicación de los acuerdos y la gestación de un proceso a largo plazo que enraíce la paz en la autodeterminación democrática de los pueblos y la gestión soberana de los territorios y los recursos. Pero esta presión popular se ve amenazada asimismo por otro peligro, no menos grave, aunque esta vez de carácter interno: la división de la izquierda colombiana, minada por fricciones de estrategia y de liderazgo. Por eso, el “mandato popular” coreado por los movimientos sociales y comunidades campesinas presentes en la Universidad de Bogotá iba dirigido no sólo al gobierno y a las insurgencias sino a todo el arco político de la izquierda nacional, al que se reclama, hoy más que nunca, responsabilidad, generosidad y unidad. Sin esa unidad, Colombia estará condenada una vez más a repetir, con el gran poeta cartagenero Jorge Artel, su canto de melancolía:

“Te amamos, paz
en la presunta llama
que sólo enciende el beso,
en la mañana pura
que aflora tras los ojos de los niños:
en ese silencio azul
donde las olas lavan sus estrellas.
Te amamos, paz,
y tú no llegas”

A tomatazos limpios

Domínico Nadal, Cambio Total.

« Siembra vientos y cosecharás tempestades », dijo un delegado del Vietnam heroico que acababa de vencer al imperio estadounidense en 1975.

Así están hoy los retardatarios trogloditas colombianos.

Han sembrado la intolerancia y la exclusión política y social y han cosechado « tomatazos » de los jóvenes que dicen los medios de comunicación son los « responsables » de haber « atacado » las vallas conque ahora quieren expresarse los reaccionarios, como si no tuvieran la procuraduría, el senado, los medios de comunicación en podeer de la oligarquía, etc, etc, etc.

Esa es vuestra « cosecha ». Lo que sembráis, recogeréis...

Los más desiguales del mundo

Revista Dinero.

La región sigue presentando la mayor desigualdad en el ingreso, pese a que ha logrado mejoras en ese campo en la última década, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

"América Latina sigue siendo la región del mundo que tiene más alta desigualdad, de lejos", manifestó en conferencia de prensa Hernando Gómez, Coordinador del Informe Nacional de Desarrollo Humano de Colombia 2013.

Esa circunstancia se da a pesar de que en América Latina, "por primera vez en cuatro décadas", durante los dos últimos años la desigualdad en la distribución del ingreso "ha disminuido", algo que no ha ocurrido en ninguna otra parte del mundo, según Gómez.

Según este asesor del PNUD, que presentó en Panamá el Informe Mundial de Desarrollo, la desigualdad en Latinoamérica se debe a que en esta región hay más multimillonarios que en otras zonas del mundo. Sin embargo, en la región en su conjunto "ha disminuido" la desigualdad "y eso hay que celebrarlo y valorarlo", expresó Gómez.

El descenso de la desigualdad se debe principalmente al aumento del nivel de educación, la mejora en el sistema de salud y un mayor acceso al empleo y a los programas estatales de transferencias condicionadas.

Según datos del PNUD, Honduras, Bolivia, Colombia, Brasil y Chile serían los países más desiguales por ingreso. Al contrario, Nicaragua es donde se da mayor igualdad de ingresos, seguida de Argentina, Venezuela, Uruguay, Jamaica y Perú.

Gómez aconsejó aunar esfuerzos para una distribución más adecuada del ingreso, que permite crecer económicamente al haber más personas con capacidad de comprar, lo que trasunta en mayor producción. Además, la desigualdad "se traduce en muchos males, desde la úlcera, el estrés, los conflictos sociales, la criminalidad o la inestabilidad política", aseguró Gómez.


Afp/D.com

Imagínense qué pasaría…


Domínico Nadal, Cambio Total.

Hace ya unos años hicimos un ejercicio en nuestro portal llamado « un día sin guerra » http://cambiototalrevista.blogspot.se/2012/08/un-dia-sin-guerra-en-colombia.html?m=0 , el cual mostraba lo que podríamos solucionar con lo mal-gastado en un día de guerra. Por ahí anda alguien diciéndole a los colombianos « imagínense que pasaría... si se logra la Paz ».

Nos ejercitaremos un poco, no para imaginarnos, sino para plantear en la dura realidad de lo que sería nuestro país sin la guerra que decretó la oligarquía desde 1964 con el ataque a Marquetalia, declaratoria que todos los presidentes siguientes reiteraban en su deiscurso de posesión y se iban « con el rabo entre las piernas », o sea, derrotados, y el nuevo presidente « heredaba » el compromiso de seguir adelantando la guerra contra el pueblo.

Imagínense si Colombia algún día destinara los mal-gastados recursos de la guerra a brindar salud, construir hospitales, acueductos, alcantarillados, escuelas, colegios, universidades ; a darles a los estudiantes becas para sus estudios...

Imagínense si... las fuerzas militares sin narco-paramilitares, sin neo-narcoparamilitares o BACRIM... cuántas vidas salvaríamos de ser asesinadas ?

Imagínense si... las fuerzas militares no siguieran la asesina Doctrina de Seguridad Nacional, recetada por los gringos, y por el contrario contaran con una Doctrina Bolivariana, con unas fuerzas militares que defendieran la soberanía nacional ?

Imagínense si... No se desaparece ni una sola persona, si no se ejecuta extrajudicialmente ni una persona, si no se realiza ni una masacre, si no hay ni una persona desplazada y sus tierras robadas ? 

Imagínense si... todos los trabajadores tuvieran empleo ? Pues las cifras de desempleo bajarían casi hasta su desaparición y no habría necesidad de que el DNP y el DANE estuviera todos los días manipulando las cifras para mostrar la « buena obra » del gobierno en esa materia.

Imagínense si... los colombianos tuvieran acceso a vivienda, social o no, con préstamos blanditicos ? No habráin las jornadas de desahucios ni existirían los jueces ni los abogados que se lucran de la pobreza de los colombianos.

Imagínense si... los gobiernos cumplieran las Metas del Milenio y más...

Imagínense si...
Imagínense si...
Imagínense si...
..........

Marcha Patriótica, una nueva esperanza

Tomado de Pacocol.
 
Al cumplirse este martes 23 de abril el primer año de creado el Movimiento Político y Social Marcha Patriótica, reproducimos el artículo publicado en el periódico alternativo PARÉNTESIS sobre este hecho. En el año transcurrido, el nuevo colectivo se ha convertido en motor fundamental del proceso de paz en Colombia, lo cual quedó demostrado con la gigantesca movilización del martes 9 de abril, cuando más de un millón de voces, que respondieron al llamado de Marcha, entre otros movimiento, dijeron si a los diálogos de La Habana, a la solución política del conflicto armado interno y a la paz con justicia social.

Por: Luis Alfonso Mena S. (*)
Publicación: Jueves, 25 Abril 2013 03:19

Miedo a la democracia

Por: Augusto Trujillo Muñoz, El Espectador.

Una Asamblea Constituyente siempre será una alternativa democrática para garantizar el funcionamiento dinámico del estado de derecho.

Según informe de la redacción política de este diario (abril 22/13) algunos círculos han vuelto a considerar la idea no sólo para refrendar los eventuales acuerdos de La Habana, sino para impulsar desarrollos del post-conflicto. Dos días después surgió de nuevo en la mesa de diálogos. Hay que debatirlo: una Constituyente es un instrumento para reformar la Constitución, pero también es una forma de airear la vida política del país.

Para comenzar es la mejor vía capaz de acercar la política a la gente, y al revés. Más allá de la mecánica de los partidos, de la racionalidad del Congreso, del temor de sectores conservaduristas y del sectarismo de sectores revolucionarios que siguen anclados en los ideologismos del siglo xx, supone participación del ciudadano en el debate de sus problemas y en la misma toma de las decisiones.

En los últimos años ha hecho carrera una frase acuñada para generar temores: una Constituyente se sabe cómo empieza, pero no se sabe cómo termina. La afirmación es falsa porque hoy se cuenta con mecanismos que no existían en 1991: una ley que autoriza la convocatoria específica, una corte que ejerce el control constitucional y una jurisprudencia que garantiza la reforma pero impide la sustitución de la Carta Política.

La Asamblea Constituyente es producto del avance que se ha producido en el mundo actual, hacia la democracia de participación. No ha sido fácil ese tránsito por reservas ideológicas y temores políticos. Las primeras sobredimensionan las virtudes de la representación y desconfían de la gestión participativa. Los segundos sienten miedo de que los desborden algunas decisiones democráticas.

Después del 91 se ha producido en Colombia un fenómeno de conservatización creciente, que cubre casi todos los sectores de la actividad social. Los gobiernos, los partidos, los congresos, múltiples organizaciones de la sociedad civil encontraron identidades entre sí, fundamentalmente dirigidas al mantenimiento del statu quo. Y miran impasibles ciertas decisiones políticas que deterioran la legitimidad institucional.

Lo que ocurrió, el año pasado, con la reforma constitucional a la administración de justicia es el mejor ejemplo, aunque no el único. Hay reformas urgentes, importantes, incluso inaplazables que se siguen negociando políticamente a sabiendas de que no van a resolver los problemas. Para eso estaría la Constituyente. Pero cuando se habla de ella surgen rechazos hasta en quienes fueron sus miembros en 1991.

Cualquier colombiano sabe que, por ejemplo, la reforma política, la de la justicia, la del sistema electoral, son imposibles de aprobar e través del Congreso. Pero no hay voluntad política alguna para tramitarlas por vías alternativas. Se nos están quedando escritas en la Constitución unas instituciones básicas para la modernización de nuestra democracia. La Constituyente es una de ellas. Parece increíble.

*Ex senador, profesor universitario, atm@cidan.net
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Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

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Basta de Terrorismo de Estado

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