Headlines News :
Con tecnología de Blogger.

Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

Blog ESTADÍSTICAS

BLOG DESTACADO

Un país peligroso también para los periodistas

Allende La Paz, Cambio Total*.

Fue un atentado dirigido contra el periodista Ricardo Calderón de la Revista Semana por sus investigaciones sobre los presos de la Base de Tolemaida en Melgar, departamento del Tolima, centro del país. Esa base es un centro de entrenamiento de batallones contraguerrilla. "Blanco es, gallina lo pone, frito se come".

Colombia es un país peligroso para sus habitantes. Especialmente para aquellos que denuncian las tropelías  que comete un régimen corrupto y corrompido. Si eres sindicalista y luchas por las reivindicaciones de los trabajadores, entonces los dueños de las empresas te mandan a "liquidar". Esos dueños son empresarios nacionales o multinacionales que les pagan a los narco-paramilitares, o a militares, o a neo-narcoparamilitares para que silencien tu voz y crear el terror entre los trabajadores, para romper el tejido social y así ellos salir más ganaciosos en su explotación sangrienta.

Ya van 3.000 sindicalistas asesinados por las balas asesinas del Terrorismo de Estado. Quiénes están interesados en silenciarlos? Evidentemente que desde los círculos de poder, es decir, empresarios. La guerrilla por el contrario propone ampliar la sindicalización de los trabajadores ya que sabe que el sindicalismo es una de las bases fundamentales de todo país que se llame "domocrático". Pero Colombia es nada democrática. En ella se aplica al pié de la letra el Terrorismo de Estado. Las ejecuciones extrajudiciales son la constante en la vida colombiana, acompañadas de masacres, desapariciones forzadas, torturas, desplazamiento forzoso.

Con los periodistas la cuestión es a otro precio. 125 periodistas han sido asesinados en Colombia en razón de su oficio. Otra profesión "peligrosa". Otra! No puedes denunciar a los corruptos militares, o políticos, o empresarios, porque te "rebanan el cuello". Si la presión no surte efecto, si no te despiden del trabajo, entonces, sencillamente, te mandan a "convertir en muñeco". O le piden a otro presidente que violando la legislación internacional capturen a un colombiano ciudadano sueco por el hecho de dirigir el portal Anncol, el cual denuncia las violaciones de derechos humanos en Colombia, como fue el caso del  periodista alternativo, Joaquín Pérez Becerra, aún preso en "La Picota" de Bogotá.

Hay que decirlo. En Colombia es peligroso vivir. A cualquiera se le ocurre que para resolver los "problemas" hay que recurrir a un "sicario en moto", a un "mochacabezas", o a uno de los tantos especímenes de la muerte. El precio es lo de menos. Hasta por dos mil pesos asesinan a una pesona. Menos de un dólar vale una vida en Colombia. Una vida acabada por la insana mente que paga y por otra no menos insana que lo asesina.

Es que nos han enseñado a matarnos. Uno contra otro, todos contra todos. La misma clase se mata entre ellos. Mas ninguno dirige su odio de clase contra su explotar o asesino. Los paraliza el miedo. Han logrado su objetivo. A veces entre los de arriba también se mandan a matar. La causa es otra. Business. Poder. Defensa de su modo de vida.

Colombia definitivamente es un país en donde es peligroso vivir. Es un país barbarizado por las élites en el poder, quienes siguen las orientaciones del imperio. Por ello y contra ellos tenemos que construir un Nuevo País, una Nueva Democracia, unas Nuevas Instituciones, una Nueva Colombia.

* Imágen tomada de El Espectador

Una sociedad amañada - I

La Pax de Valledupar

José María Carbonell, Cambio Total.

El embajador de México (?), sin conocer la historia de violencia vivida por el pueblo en Valledupar, se mostró sorprendido de "la Paz" que allí se vive. Esa es la imagen que se vende con el Festival Vallenato, que entre otras cosas nació del "pirateo" de la propuesta de Gabriel García Márquez de celebrar cada año su cumpleaños en Aracataca con un torneo de acordeoneros.

Valledupar, desde su nacimiento, estuvo significada por la violencia. La lucha indígena contra el invasor español está ejemplarizada en la "leyenda vallenata", que en vez de glorificar la lucha indígena se alinea del lado español. Siguió después con los "contrabandistas", ejemplarizado por el narco-paramilitar Escalona, amigo íntimo de "Tite Socarrás", quienes pistolas en el cinto imponían su "ley" a los pobres desarmados. Ni que decir de la violencia ejercida por los terratenientes y ganaderos y agoldoneros que expoliarion -todavía lo hacen- a los indígenas y campesinos de las tierras planas y productivas, hasta remontarlos a la Sierra Nevada de Santa Marta.

"Pepe" Castro, gamonal y ganadero-terrateniente, aprovechó su amistad con un sector de indígenas arhuacos -en la Sierra viven 4 etnias indígenas-, y mediante el engaño se apoderó de inmensas tierras que le permitieron también ser un "dirigente político" y llegó hasta el Congreso. "Pepe" fue conocidísimo por ser un personaje poco inteligente, pero ducho en los quehaceres de la politiquería y la corrupción.

A través de la Guajira y del Cesar corrían a mediados de los años 40 del siglo pasado los ríos de contrabando que llegaban al Cabo de la Vela y Dibulla hasta el interior, para aprovisonar los "San Andresitos" de las ciudades del interior, especialmente Bucaramanga -recibía también de Cúcuta- y Bogotá, al punto que Andrés Pastrana y toda la Casa Pastrana lucharon denodadamente contra el contrabando -especialmente de cigarrillos y licores- ya que impedía el monopolio de la importación de éstos por la familia Puyana y lograron la extradición del "hombre Marlboro" Santander Lopesierra a Estados Unidos.

Esa Pax romana fue después impuesta por el narco-paramilitarismo, que encontró terreno abonado en esa violencia ya estructural, y de la "clase dirigente" elevaron a un hijo de su clase, a "Jorge 40" -Rodrigo Tovar Pupo- para que comandara las bandas narcoparamilitares, quizá como manifestación de la envidia que les causaba Simón Trinidad, quien se alineó con el pueblo colombiano e ingresó a las FARC cuando la persecución y asesinatos de miembros de la U. P., eran "pan de cada día".

El pueblo vallenato es un pueblo al que "no lo espantan los muertos" porque la violencia es consuetudinaria. Los niños presencian los actos de "ejecuciones extrajudiciales" adelantadas por el ejército colombiano, las bandas de narcotraficantes y paramilitares al punto que cuando "suena plomo" esperan unos minutos y después se acercan corriendo a ver a quién se "bajaron".

La "guerra sucia" ha sido planificada en el Batallón La Popa y la comandancia de la Policía, contando siempre con la presencia y el beneplácito de la "clase dirigente" como los miembros de Coolechera. El asesinato de tres dirigentes indígenas arhuacos que iban para Bogotá fue una de las causas de denuncia al Batallón La Popa que les valió condena judicial por la persistente denuncia de ésta etnia. Los sindicalistas clasistas del Cesar fueron diezmados, al igual que el movimiento político "Causa Común" -en el cual militaba "Simón Trinidad"-, "limpiando" la arena política del Cesar de miembros de la izquierda.

Esta "Pax" es la que presenció el embajador de México. Es la "Pax" que quisieran los sectores que tienen el poder en el Cesar que continuara "toda la vida". Por eso hay que "hablar con conocimiento de causa" para no caer en el error de ponderar la Pax que se vé hoy en el campo de concentración de Auschwitz.

Pinocho, Pinocho... te sigue creciendo la nariz

Domínico Nadal, Cambio Total.

El presidente JM Santos sigue su enloquecida carrera mintiéndole a todo el mundo. Su lacayo vicepresidente fue a Ginebra y allí "se las tiró de vivo" y aplicando el principio uribista-santista de decirle a cada quién la mentira que los tranquilizara, le mintió a la Comunidad Internacional como si ellos fueran bobos y no supieran la realidad colombiana. Otra cosa es que "se las tiren de bobos" para sus propias conveniencias.

Pues sí, el 1o mayo sirvió para que JM Santos -a quien lo conocen en Colombia como "La Hiena" y/o "Chuky"- volviera a mentirle al país. Ahora por cuenta de las falseadas estadísticas en materia de empleo. Que según Santos van a producir 350 mil empleos este año. "Tanta dicha no puede ser verdad", dicen las viejas santafesinas. Y no es verdad.

El país está nadando en la informalidad como forma de subsistir. Óigase bien, subsistir, sobrevivir! Las cifras están ahí -han sido publicadas por nosotros en diferentes oportuidades- y fueron presentadas por los Defensores de Derechos Humanos en Ginebra -Suiza, no Valle-. Están en el Informe resumido titulado "Datos clave sobre la situación de DDHH en Colombia" publicado por Oidhaco. Ver también: La realidad de la pobreza no se acaba con cifras manipuladas

Así, al "Pinocho" Santos le sigue creciendo la nariz y le seguirá porque ya se embarcó en la mentira como la forma de ejercer el poder -además de la violencia contra el pueblo-, y de esa borrasca no saldrá porque va para huracán.

Razón tienen las FARC en sus propuestas en La Habana. El Estado carece de moral para condenar a ningún colombiano pues está siendo manejado por corruptos de todos los géneros, desde hace más de 2 siglos. Que además de corruptos son metirosos!

El país más peligroso para ser sindicalista BBC


 Miércoles, 1 de mayo de 2013 
Unos 3.000 sindicalistas han sido asesinados en Colombia desde 1977 hasta la fecha.
A la entrada de la oficina local de la Unión Sindical Obrera de Barrancabermeja, la ciudad a orillas del río Magdalena que muchos consideran la cuna del sindicalismo colombiano, tres modestas lápidas cuentan parte de una dolorosa historia.
Ahí, a pocos metros de la refinería de petróleo más grande de Colombia, reposan los restos de dos de los casi 3.000 sindicalistas asesinados en el país desde 1977 hasta la fecha, junto a los de un compañero muerto cuando aún no se empezaba a llevar la cuenta.
"Fermín Amaya fue asesinado por el ejército en el marco de una huelga (en 1971). Manuel Chacón fue asesinado por la armada (en 1988)", le explica a BBC Mundo Edwin Palma, el presidente de la directiva local de la Unión Sindical Obrera (USO), el sindicato que aglutina a los trabajadores de la industria petrolera.
Y la lápida debajo del busto de bronce de Rafael Jaimes, el tercero de ellos, informa que éste fue asesinado en marzo de 2002 por uno de los grupos paramilitares que para entonces operaban en la región del Magdalena Medio.
"Esa ha sido nuestra última pérdida", le dice Palma a BBC Mundo, pero está claro que el directivo se refiere nada más a los miembros de la USO en Barrancabermeja.
Después de todo, el número de sindicalistas asesinados en Colombia desde 2002 a la fecha ya suma 791 muertos.
Y todo parece indicar que la cifra seguirá creciendo.

Bajo amenaza

Efectivamente, según datos de la Escuela Nacional Sindical, en lo que va del año ya son 4 los trabajadores sindicalizados que han sido asesinados. El año pasado los muertos fueron 20.
Edwin Palma, USO Barrancabermeja
Edwin Palma es uno de miles de sindicalistas que han sido amenzados de muerte.
Y aunque las cifras indican una importante reducción en el número de muertes anuales –los sindicalistas asesinados en 2010 fueron 51 y en 2011 30, muy por debajo de los 282 asesinatos registrados en 1996– también dejan claro que, en Colombia, el sindicalismo sigue siendo una ocupación de riesgo.
Para probarlo están además las amenazas de muerte, como la que el mismo Edwin Palma recibió vía mensaje de texto hace aproximadamente nueve meses.
"Me decían que tenían que cuidarme. Me señalaban de guerrillero", dice el joven de 29 años, que actualmente se desplaza en un auto blindado y acompañado por tres escoltas de forma permanente.
Y las cifras de la Escuela Sindical Nacional demuestran claramente que, al contrario de lo que ha ocurrido con los asesinatos, el número de las amenazas en contra de sindicalistas no ha disminuido significativamente.
"También hemos ido observando que, en el tema de los asesinatos, antes había una violencia un poco más generalizada, en la que los asesinatos de los dirigentes sindicales representaban como el 30% de los asesinatos de los sindicalistas", le dijo a BBC Mundo el director de la Escuela Nacional Sindical, Guillermo Correa.
"Pero la participación de los dirigentes sindicales en los asesinatos ha aumentado y hoy está alrededor del 50%, 60%. Los asesinatos son mucho más selectivos, más concentrados y en lugares más estratégicos", agregó.

Progresos, pero...

Tal vez es por eso que a la hora de referirse al problema de la violencia en contra de los sindicalistas en el marco del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, el gobierno colombiano recientemente eligió destacar por sobre todo los esfuerzos que se están haciendo para protegerlos.

El plan Obama - Santos


El plan de acción laboral que permitió la aprobación del TLC entre Colombia y Estados Unidos contempla, entre otras, una serie de medidas encaminadas a facilitar el ejercicio sindical. Entre ellas:
  • Una reforma del Código penal para establecer sanciones en contra de empleadores que atenten contra el derecho de asociación sindical, reunión y el derecho de negociación colectiva.
  • La penalización del uso de pactos colectivos para vulnerar el derecho de asociación sindical y negociación colectiva mediante el ofrecimiento de mejores condiciones a los trabajadores no sindicalizados.
  • La obligación de garantizar la protección de activistas sindicales, sindicalistas potenciales y exsindicalistas que están bajo amenaza debido a sus actividades anteriores.
  • Medidas para reducir la impunidad frente a los crímenes en contra de sindicalistas.
"En 2011 se amplió el alcance de la protección brindada a activistas sindicales a personas que se encuentren en gestiones para crear un sindicato y a ex sindicalistas que continúen amenazados por su labor sindical", se lee en el informe presentado por Colombia la semana pasada en Ginebra.
Y, a renglón seguido, el reporte destaca que el 25% de la entidad de la Unidad Nacional de Protección –la instancia del estado encargada de garantizar la seguridad de funcionarios, políticos y otros grupos en riesgo– está destinada a la protección de cada vez más sindicalistas: actualmente, unos 1.300 de ellos.
"Pero el tema aquí no es de escolta ni de carros, que es a lo que se ha terminado reduciendo el problema de seguridad", se queja Palma.
"El tema aquí es que hay que crear condiciones para poder ejercer la actividad sindical sin correr esos grandísimos riesgos", agrega.
El sindicalista, sin embargo, no niega los importantes esfuerzos que con ese propósito ha estado haciendo el gobierno.
Para conseguir la aprobación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, Colombia tuvo que presentar un Plan de Acción Laboral (conocido popularmente como el Plan Obama-Santos), que incluía medidas orientadas a mejorar las condiciones para la práctica del sindicalismo.
Y esa es también una condición necesaria para cualquier acuerdo comercial con la Unión Europea.
Según Guillermo Correa, esos procesos le han abierto al sindicalismo colombiano valiosas oportunidades.
"Hoy hay posibilidades importantes en el país para crear nuevos sindicatos, para entusiasmar a los trabajadores con la posibilidad de crear nuevos sindicatos", le dijo a BBC Mundo.
"Aunque es cierto que también continúan dos situaciones adversas. Una, que el tema de la violencia todavía sigue siendo una amenaza muy importante. Y lo otro es que estamos todavía en la necesidad de educar y de promover el ejercicio sindical en Colombia como un valor democrático y romper ese imaginario que vincula el sindicalismo con guerrilla", agregó.

Estigma

De hecho, para Edwin Palma, en el caso de Barrancabermeja y la región del Magdalena Medio el problema de seguridad está vinculado sobre todo a la fallida desmovilización de los grupos paramilitares de extrema derecha.
"Estamos todavía en la necesidad de educar y de promover el ejercicio sindical en Colombia como un valor democrático y romper ese imaginario que vincula el sindicalismo con guerrilla"
Guillermo Correa, Escuela Nacional Sindical
"Las estructuras paramilitares siguen intactas, sólo han cambiado de nombre. Y obviamente donde hay presencia de grupos paramilitares hay enemistad con las organizaciones sociales, sindicales y populares", afirma.
Y la situación se repite además en otras zonas del país, donde la situación de violencia antisindical es mucho más grave que en Barrancabermeja.
Pero, ¿sigue siendo Colombia el país más peligroso del mundo para ser sindicalista?
Lori Wallach, la directora del Observatorio de Comercio global de la ONG estadounidense Public Citizen, no tiene ninguna duda: "Colombia es el país más mortífero para los sindicalistas", afirmó en un artículo publicado hace un par de semanas en el Hufftington Post.
Pero Correa es un poco más cauteloso."No te lo podría garantizar porque no he visto los últimos informes (de otros países)", le dice a BBC Mundo.
"Pero en América Latina Colombia sigue siendo el más peligroso y, de todo el mundo, América Latina siempre ha sido la región más antisindical. Las cifras han disminuido pero creo que continúa teniendo liderazgo en ese tema".

Primero de Mayo - Homenaje en "La Mano"

En este pueblo no hay impunidad

Por: Gustavo Gallón

El Fuero Militar fue el tema más notoriamente criticado al Gobierno en la sesión del Examen Periódico Universal en Naciones Unidas el pasado 23 de abril.

Catorce países pidieron, de una forma u otra, que la reforma constitucional aprobada el año pasado no se traduzca en impunidad para violaciones de derechos humanos.

A falta de una respuesta única, el Gobierno dio cinco. A unos les dijo que no aceptaba sus recomendaciones sobre este tema. Así, a la petición de Australia de “revisar la reforma para asegurar que las violaciones de derechos humanos sean juzgadas por tribunales civiles”, replicó que “en Colombia los tribunales civiles conocen de violaciones a derechos humanos”. Pero, con la reforma, la justicia militar va a conocer casos de violaciones de derechos humanos.

A otros, el Gobierno les dijo que sus recomendaciones ya estaban siendo puestas en práctica, como las de Gran Bretaña, que pidió “que la justicia militar cumpla plenamente con el derecho internacional de los derechos humanos”. Nada más distante de la realidad, puesto que todos los órganos internacionales de supervisión de derechos humanos le han advertido al Gobierno que su reforma al fuero militar contradice las obligaciones internacionales de derechos humanos.

A un tercer grupo de países les dijo que tomaba nota de sus recomendaciones para consultarlas con otras autoridades nacionales, que es una forma velada de decir que no. Fue la respuesta dada a Italia, que insistió en “asegurar que la aplicación de la legislación sobre jurisdicción militar, así como la conducción de la paz entre el Gobierno y las Farc, sea consistente con el objetivo de la lucha contra la impunidad”.

A un cuarto grupo de países sí les dijo que sí. A Suecia, que urgió a “asegurar que los crímenes de derechos humanos, como las ejecuciones extrajudiciales, en ningún caso sean procesados por tribunales militares”, el Gobierno le explicó que las ejecuciones extrajudiciales, según la Constitución, no pueden ser materia de fuero militar. Pero omitió decir que la ley estatutaria entenderá por ejecuciones extrajudiciales solamente los homicidios cometidos contra personas “en situación de absoluta indefensión”. El resto de asesinatos atribuidos a militares caerán bajo la jurisdicción militar.

Una quinta respuesta fue la que dio a todos los países, bajo la forma de un compromiso voluntario: “adoptar todas las medidas necesarias para combatir la impunidad en casos de violaciones de derechos humanos perpetradas por cualquier persona, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad”. Esa respuesta es todo y es nada.

La más patética de todas las respuestas fue quizás la que dio a Alemania, que le recomendó “asumir medidas efectivas para luchar contra la impunidad generalizada y asegurar que la reforma de la justicia penal militar no conduzca a la impunidad en casos de violaciones de derechos humanos cometidas por fuerzas de seguridad”. La réplica del Gobierno para rechazar esta recomendación fue: “La Justicia Penal Militar no conlleva a la impunidad. En Colombia no hay impunidad generalizada”. Parecen frases inspiradas en el fantástico cuento de García Márquez titulado En este pueblo no hay ladrones.
  • Elespectador.com| Elespectador.com


Cuando la negación israelí de la existencia palestina se convierte en genocida

Ilan Pappe/Rebelión

"Recuerdo cómo empezó todo. Todo el estado de Israel es un milímetro del Medio Oriente entero. Un error estadístico, tierra estéril y decepcionante, los pantanos en el norte, el desierto en el sur, dos lagos, uno muerto y un río sobrevalorado. Sin recursos naturales, aparte de la malaria. Aquí no había nada. Y ahora ¿tenemos la mejor agricultura en el mundo? Esto es un milagro: una tierra construida por la gente"  (Maariv, 14 de abril de 2013).
Este relato inventado, escuchado en la voz del primer ciudadano y portavoz israelí, pone de relieve hasta qué punto la narrativa histórica es parte de la realidad actual. Esta impunidad presidencial resume la realidad en la víspera de la sexagésima quinta conmemoración de la Nakba, la limpieza étnica de la Palestina histórica. El hecho inquietante de la vida, 65 años más tarde, no es que el dirigente figurativo del llamado Estado judío, y de hecho casi todos en el nuevo gobierno electo y en el Parlamento, suscriben estos puntos de vista. La realidad preocupante y difícil es la inpunidad con apoyo mundial.
La negación de Peres de los nativos palestinos y la continuidad en el año 2013 del mito de la gente sin tierra expone la disonancia cognitiva en la que vive: niega la existencia de aproximadamente doce millones de personas que viven dentro y cerca del país al que pertenecen. La historia demuestra que las consecuencias humanas son terribles y catastróficas cuando las personas poderosas que encabezan equipos poderosos como un Estado moderno, negaron la existencia de un pueblo que está muy presente.
Esta negación estaba allí a principios del sionismo y llevó a la limpieza étnica en 1948. Y sigue ahí hoy, lo que podría resultar en desastres similares en el futuro, a menos que se detenga inmediatamente.

Leer más...
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

Tendencias

.

Basta de Terrorismo de Estado

Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. CambioTotalRevista - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger