Entrevista a Andrés París, vocero de la Delegación de Paz de las FARC-EP
El País (Cali)
Desde que se
iniciaron los diálogos entre el Gobierno y las Farc en La Habana, Jesús
Emilio Carvajalino o ‘Andrés París’, miembro de la delegación del grupo
guerrillero, se ha convertido en el hombre de las comunicaciones.
Es
a través de él que los medios locales e internacionales han podido
acceder a varios de los integrantes de la delegación de las Farc y quien
se encarga de coordinar los comunicados que sobre los diferentes temas
emiten los integrantes del grupo armado ilegal.
El pasado jueves,
mientras descansaba en la piscina del Hotel Palco, junto al Palacio de
Convenciones donde se adelantan los diálogos, el miembro del Estado
mayor de las Farc, accedió a hablar con El País sobre los temas
espinosos de la agenda, los planes políticos tras la eventual firma de
un acuerdo que ponga fin a la confrontación armada y los posibles
escenarios en los que se verán de llegar a dar su paso a la vida
política.
¿Qué hay de diferente en este proceso para creer que es hora de la paz? Anhelamos
construir el gran tratado de paz, pero a la vez señalamos nuestra
decisión profunda de no protagonizar un acto de rendición ni de
sometimiento. El Gobierno después de seis meses de diálogos tiene que
ser sensato porque no están hablando con una guerrilla derrotada y los
planes que tienen para derrotar militarmente a la guerrilla en estos
seis meses no les han dado resultados. El Gobierno debe entender que con
esta generación de comandantes es posible la paz. Hay una voluntad muy
grande de las Farc, del Estado mayor Central y de la delegación que se
encuentra en La Habana para marchar con firmeza hacia un acuerdo de paz.
¿Entonces la realidad es que en el Caguán no tenían voluntad de paz?
El mejor momento para sellar la paz fue en el proceso del Caguán, donde
un hombre de la autoridad de Manuel Marulanda estaba al frente, pero
por las mezquindades de la época este proceso se frustró. Lo nuevo es
que los sectores sociales que reclaman la firma de un acuerdo hoy son
mayores que los que existían en el proceso del Caguán.
Hoy no
tenemos a un Uribe Vélez trabajando como una hiena hambrienta contra la
paz, como lo fue él en su momento, que logró con éxito hacer fracasar
ese proceso y con eso elegirse y reelegirse presidente. El contexto
internacional también es favorable y por eso es una jugada artera la del
Gobierno con Venezuela, que está jugando a la paz y estimulando un
acuerdo pacífico y la oligarquía colombiana y sus servicios especiales
conspirando con la oposición terrorista para desestabilizar el gobierno
del presidente Nicolás Maduro.
¿Las muertes de ‘Marulanda’, ‘Reyes’, ‘Cano’ y ‘Jojoy’ ayudaron para que decidieran sentarse a hablar de paz? La
enseñanza de nuestros fundadores y de nuestros comandantes fallecidos
es fortalecer nuestra convicción en la justicia de la línea política y
militar que ellos trazaron; y todos ellos, más Alfonso Cano, el hombre
que más se destacó en su voluntad de encontrar una solución política,
reafirman nuestras banderas de la paz, pero también nos reafirman en la
voluntad de continuar en la lucha armada, mientras no se firme un gran
tratado de paz.
¿Por qué se les hizo más fácil negociar con el presidente Santos cuando fue quien más golpes les dio como ministro de Defensa? Los
acuerdos los logran fuerzas beligerantes que están en el campo de
batalla confrontados. También en la mesa, de parte nuestra, está un
grupo de comandantes que ha estado en la primera línea de combate. Lo
que pasa es que esa historia hace parte de la reserva y nosotros no la
publicitamos, pero en la mesa estamos sentados protagonistas de la
guerra y protagonistas de la política.
¿En cuáles puntos de la agenda las Farc van a ceder más? Nosotros
nos movemos sobre una línea de reformas y cambios avanzados y
democráticos; ya hicimos la gran concesión que podíamos hacer y es que
no estamos exigiendo los cambios revolucionarios en la mesa; y en todo
lo que estamos planteando, incorporamos los intereses de otros sectores
sociales. La reforma agraria, si se quiere, beneficia más a las fuerzas
del capitalismo, que requiere modernizar más el campo, adecuarlo a los
desarrollos generales del país capitalista que propiamente una reforma
agraria de carácter socialista.
En el marco de esa reforma
agraria y la restitución de tierras, ¿van a devolver las tierras que les
han despojado a campesinos? Esa es una calumnia muy grande de
ese instrumento que se llama la Unidad de Restitución de Tierras, que
fue tomada por los paramilitares. Todo el equipo que pusieron al
servicio de recoger la información manipulaba al campesino que venía a
reclamar su tierra después de un despojo y les insinuaban que si ellos
reclamaban tierras en poder de los paramilitares, el proceso se les iba a
demorar; en cambio, si hacían aparecer ese despojo como fruto de una
agrupación guerrillera, ese proceso se le iba a agilizar. Cómo una
fuerza ilegal combatida por todos los órganos de inteligencia puede
mantener en la clandestinidad semejante cantidad de tierras.
¿Entonces las Farc no tienen tierras? Contamos
con algunas propiedades pequeñas, pero que están al servicio de las
necesidades alimenticias o de las necesidades de los frentes
guerrilleros.
¿Y cómo las adquirieron? Esas tierras son tramitadas a través de mecanismos legales de compra.
¿A través del testaferrato? Están
a nombre de campesinos que voluntariamente colaboran con la insurgencia
y ellos se vuelven propietarios de las fincas. Para nuestras
necesidades, no precisamos más de diez hectáreas.
¿Creen que la Corte Penal Internacional acepte que haya impunidad a los delitos de lesa humanidad que ustedes han cometido? Esa
es una interpretación de un sector de la jurisprudencia internacional,
pero hay otros sectores que ven en la Constitución colombiana la
posibilidad que accedamos a recursos que están en la ley y que no han
desaparecido, aunque los han ido ahogando y arrinconando. Horacio Serpa
dijo que no lo creyeran tan zoquete de creer que guerrilleros que llevan
50 años van a terminar sus días aceptando irse a la cárcel. Eso no
tiene lógica, pero sí tenemos la disposición de encontrar y construir en
la mesa de diálogos la soberanía del articulado jurídico que genere la
participación política de la guerrilla en nuevos escenarios. No pensamos
ir a la cárcel y hay que encontrar las figuras que están ahí en la
Constitución para que las apliquemos.
¿Además de no ir a prisión, qué debe surgir del proceso para que toda una vida en el monte no haya sido inútil? El
guerrillero siempre lucha por la victoria, por el triunfo y si tenemos
la posibilidad de ver dibujado ese triunfo en un gran tratado de paz, no
se ha perdido tiempo y toda vida que se ha perdido en esta lucha ha
sido una contribución a ese anhelo de la paz en Colombia. Inútiles son
las vidas de antiguos guerrilleros que se han puesto al servicio de la
relegitimación y la existencia de un régimen podrido. ¿Acaso cree que es
muy útil la vida de quienes están hoy al servicio del régimen como
Rosemberg Pabón, que hoy hace parte de las líneas uribistas?
Pero muchos sectores consideran que ustedes también cambiaron sus ideales por el narcotráfico... Esos
sectores están muy desinformados y debe ser que no les ha llegado
ninguna noticia de La Habana; porque lo que aquí se ha visto es a una
guerrilla pensante, que construye un programa agrario, que modela una
nueva forma de institucionalidad, una guerrilla social e intelectual
como la soñaron el Che Guevara y Manuel Marulanda.
¿Cuándo entendieron ustedes que nunca lograrían el poder por las armas? Desde
que nacieron las Farc, cuando eran 48 campesinos con revólver, trazaron
el programa agrario de Marquetalia, el primer documento fundacional de
la organización en el que se establecieron unos objetivos agrarios, pero
también se definió el gran objetivo estratégico revolucionario que era
la toma del poder. Hoy en día es cierto que no tenemos el mismo número
de combatientes que teníamos en el Caguán, pero no somos los 48 que
había en Marquetalia hace 49 años. Entonces los guerrilleros de hoy
somos los suficientes para seguir protagonizando hechos de guerra o
hechos de paz y la voluntad nuestra no se ha arreado en lo político ni
en lo militar. El Gobierno de Colombia tiene que ser sensato y seguir
reconociendo que está sentado con una fuerza política. Que deje de
insistir en la derrota militar de la guerrilla que no la van a lograr.
¿Significa eso que aún creen que pueden alcanzar el poder por las armas? Creemos
que la lucha armada sigue siendo vigente en contra de esa
institucionalidad, en contra de esa realidad económica y social. Según
los manuales de contrainsurgencia, una guerrilla es 80 % política y 20 %
militar. Una guerrilla pequeña ensanchando su espacio político puede
protagonizar transformaciones más gigantescas en un país, que una
guerrilla grande con músculo militar, pero sin influencia de masas.
Entonces ahí hacen cálculos alegres los estrategas mediáticos porque los
estrategas militares sí siguen viendo como amenaza la presencia militar
de las Farc.
Hay quienes aseguran que sin la ayuda de Chávez, ya los habrían derrotado... Sin
la ayuda de Chávez en las Farc se hubiera pensado sólo en una respuesta
militar y en la confrontación armada; es Chávez quien construye la
posibilidad de un nuevo entendimiento de paz.
El segundo punto
que discuten hoy es sobre participación en política y unas elecciones
cuestan mucho dinero, ¿de dónde van a sacar para financiar una campaña
política? Sería una estupidez meterse en un proceso electoral
bajo los mecanismos tramposos y fraudulentos que existen. No vamos a
entrar a participar con el actual régimen electoral y el mecanismo de
compra de votos y trampas; eso sería un suicidio. Por eso en las
propuestas que estamos haciendo, se contempla una reforma profunda al
régimen electoral.
¿El debut de las Farc en la política lo harán en las elecciones legislativas del 2014 o en las regionales del 2015? Nosotros
vamos mas allá de la simple participación y garantías para hacer
política por otros métodos; la esencia de este punto está en la raíz del
conflicto armado. El punto agrario mostró las raíces económicas de la
confrontación armada, la estrechez antidemocrática de la tenencia de la
tierra y la ruina del campo colombiano. Este punto político le va a
mostrar al país que la raíz del conflicto es que no hay democracia real.
Si hubiera democracia no habría necesidad de armas y en este punto
esperamos lograr la creación de los marcos legales, políticos,
constitucionales que permitan actuar en política fuerzas distintas a las
del establecimiento. Vamos hacia el rescate de los aspectos
progresistas de la Constitución del 91 que en el capítulo de derechos,
deberes y garantías fue bastante avanzado y estamos planteando un
conjunto de reformas para que los colombianos no volvamos a caer bajo el
régimen bipartidista.
¿Pero les interesa más el poder regional o se creen con la fuerza para entrar a disputar las curules en el Congreso? Sabemos
que tenemos una fuerza política que en el caso de lograr las garantías,
tendrá una importante participación. Somos una fuerza esencialmente
política, cuyo espacio no lo han ido estrechando a través de la guerra
de exterminio, de la liquidación de distintas expresiones anteriores que
buscaban crear una salida política y un alternativa de transformación
de las Farc.
¿Van a crear un partido o tomarán la plataforma de la Unión Patriótica? Frente
a la Unión Patriótica lo que hemos reclamado es que se termine el
proceso de reconocimiento de este magnicidio que hubo en Colombia y todo
lo que se haga en beneficio de la restauración de los derechos de esta
organización política son bienvenidos, pero a la vez que la Unión
Patriótica lucha por estos derechos, vemos que a otras fuerzas se les
niega la posibilidad de participar en política; a la senadora Piedad
Córdoba le han quitado los derechos de participación política, a la
Marcha Patriótica empieza ya un proceso de capturas de sus dirigentes y
los pequeños partidos vienen siendo marginados y van a ser limitados e
impedidos prácticamente de participar en el proceso electoral que está
en marcha.
¿Usted dónde se ve tras la firma de un acuerdo? Nosotros
siempre nos mantendremos en el ala izquierda de la política colombiana;
Estamos buscando una forma distinta a la armada de estar en el espectro
político, pero a diferencia de otras fuerzas que entregaron armas e
ideología, que entregaron política y principios, nosotros no encaramos
un proceso sobre la base de la cooptación del régimen y a las reglas
establecidas y a la ideología del régimen actual bipartidista.
Seguiremos siendo una fuerza con un perfil bolivariano y revolucionario y
ojalá que este ideario pueda transitar por los caminos de la acción
política y de la acción pacífica.nEn lo personal no me veo en ninguna de
estas tareas burocrático-parlamentarias; más bien me vería como un
agitador social.
¿Por qué son tan activos y han golpeado tanto el suroccidente del país?
Allí hubo un trabajo paciente de varias décadas en donde la inequidad y
la injusticia y el maltrato a las comunidad pobres, indígenas y negras,
finalmente permitió que nuestro mensaje fuera receptivo y entrara en el
corazón de la población y eso fortaleció nuestros postulados.
¿Ese será un fortín electoral de las Farc? Lo vemos por ahora como un punto importante para el proceso de paz.
¿Qué modelo de proceso de paz de otro país les gustaría que se diera en Colombia? El proceso de Irlanda porque se establecieron principios y, por ejemplo, ellos las armas no las entregaron.
¿Por eso no utilizan términos como ‘desmovilización’ y ‘dejación de las armas? Nosotros
hablamos de que las armas se silencian cuando la voluntad de
dispararlas cese y eso ocurrirá en Colombia cuando se cumplan todas
estas situaciones que estamos llevando a la mesa de negociación.
¿No habrá entonces un acto simbólico de entrega de armas? Le hemos dicho reiteradamente al Gobierno que esa foto nunca la tendrán.
Fuente:
http://www.elpais.com.co/elpais/judicial/noticias/gobierno-nunca-tendra-foto-entrega-armas-vocero-farc