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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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Tiempos de guerra, tiempos de Paz

Allende La Paz, Cambio Total.

Dicen los abuelos que « todo tiene su tiempo ». Hasta la muerte. Y ello pareciera ser cierto si contemplamos el escenario nacional. Aunque a decir verdad un tiempo se superpone al otro y opaca al primero.

La guerra ha tenido su tiempo. Desde 1948 hemos soportado la guerra y sólo en cortos intervalos hemos tenido los « tiempos de Paz ». La guerra ha sido adelantada desde el Estado contra el pueblo. Ello ha significado sufrimientos y dolor, violaciones de derechos humanos por el Terrorismo de Estado de la DSN, ausencia de políticas en favor de las mayorías, además de 500.000 víctimas y más de 5,6 millones de desplazados en todo el territorio nacioanl, convirtiendo a Colombia en el primer país del mundo productor de desplazados.

Todos los presidentes han ganstado ingentes cantidades de pesos y dólares para aceitar la maquinaria de guerra. El resultado militar ha sido el nacimiento y fortalecimiento de las FARC, hoy FARC-EP, y la derrota de cuanto plan militar les han puesto enfrente para acabarlos. El resultado político ha sido la más estruendosa derrota política porque hoy estamos viendo a las FARC-EP sentada en la Mesa de Conversaciones de La Habana presentando y discutiendo propuestas políticas de solución dialogada al conflicto interno.

Se dice que todo aquel que se embarca en una aventura guerrerista debe tener como norte la Paz. No ha sido así en Colombia. Los agenciadores del estado solo contemplaban una única alternativa: la derrota de las fuerzas insurgentes armadas populares. Por ello, los vemos « dando palos de ciego », erráticos, y el « ciego » de las FARC, Jesús Santrich, dando palos de vidente, viendo muy bien a dónde van.

Igualmente se dice que subterráneamente a la posición oficial, propagandizada ésta por los medios de comunicación en poder de la oligarquía, va naciendo y creciendo una nueva corriente, opositora si se quiere, que lucha por la Paz. Ha ido emergiendo toda una gama de luchadores por la Paz, incluso algunos desde la orilla oficial. Y se ha ido dando lo que se llaman los « amigos de la Paz », que han ido elaborando toda la teoría que sustenta la salida política al conflicto interno.


A pesar de la guerra en que la oligarquía ha sumido a nuestro país son los tiempos de la Paz. Tiempos de Paz que han pasado por las acciones militares de las FARC-EP que han obligado al estado y su gobierno a sentarse en la Mesa de La Habana. La voz de la Paz no puede acallarla el ruido ensordecedor de la guerra. Los disparos de la fusilería y el estruendo de las bombas ha encontrado un pueblo gallardo que no sólo enfrenta la agresión militar, sino que adelanta acciones por la salida política al conflicto, que lucha por la Paz.

Ahí están los Colombianos y colombianas por la Paz, la Marcha Patriótica, la U.P. remozada por un acto de justicia burgués, y naturalmente las FARC-EP, creando a golpe de lucha espacios para ambientar la paz de nuestro país. Ahí están los campesinos, los indígenas, los obreros, los estudiantes, las mujeres, los habitantes de las barriadas, los teatreros haciendo su trabajo, en fin, el pueblo mismo luchando por la Paz. 

Evidentemente que todos quieren ahora montarse al « tren de la Paz » con la pérfida creencia que ellos le darán la dirección que a ellos les interesa. Nada más falso. Nuestro pueblo sabe que « esos » cuando se den cuenta de que no pueden conseguir sus objetivos se lanzarán del tren en movimiento.
 El pueblo sigue adelante hasta la consecución de sus objetivos, la paz con justicia social.

¿La caída de Morsi anuncia el ocaso de la Hermandad Musulmana?

A propósito de la restitución de la personería jurídica de la Unión Patriótica

El Consejo de Estado ha considerado que nunca debió quitársele la personería a la Unión Patriótica. Reconoce así la injusticia y extralimitación de funciones del Consejo Nacional Electoral en 2002 al no tomar en cuenta los informes de las Naciones Unidas y de la Defensoría del Pueblo sobre la grave persecución y exterminio. El Estado colombiano silenció arbitrariamente a la organización victimizadas, discriminada y sometida al genocidio. 

El Consejo de Estado restituye un derecho injustamente conculcado. No se trata de una reparación. En este aspecto hay que preguntarse de qué manera el Estado va a reparar 11 años de exclusión y desconocimiento flagrante de una fuerza democrática de la oposición.

El Estado colombiano está en mora de proceder a medidas de verdad, justicia y reparación con relación a la UP y al Partido Comunista. Miles de víctimas esperan algo más que las migajas repartidas al detal que rayan en la indignidad.

La personería jurídica contribuye a despejar la incertidumbre de una franja importante de la izquierda política sobre su opción de participación electoral. No es el único instrumento necesario en la vía de reagrupar sus fuerzas y favorecer las convergencias. No vence todos los obstáculos para favorecer la intervención de antiguas y nuevas corrientes en el quehacer electoral.

Lo importante y afirmativo es la actitud planteada por la UP en su reciente pleno de contribuir a la unidad y al reagrupamiento. Es la consecuencia mayor que se desprende del nuevo hecho sobreviniente. En el marco del proceso de paz, siendo la UP heredera de procesos truncados por el genocidio, tiene una significativa autoridad moral para liderar un nuevo momento de búsqueda de la unidad.

Es el momento de un llamado a un encuentro popular unitario de fuerzas sociales, de la cultura, de los derechos humanos, de la Universidad, de las expresiones étnicas y regionales, de los movimientos políticos y las personalidades, comprometidos con la búsqueda de la paz con dignidad y justicia social. Su objetivo tiene que ser la coordinación de esfuerzos comunes para que se expresen la inconformidad, la protesta organizada, la exigencia de que el Estado responda a los reclamos ciudadanos y que se consolide sin ambigüedades el proceso de paz como un propósito nacional.


JAIME CAYCEDO TURRIAGO

Entrevista a Jesus Santrich, el guerrillero melómano...

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Jesús Santrich, vocero de las FARC-EP en La Habana, cuenta como aprendió a vivir en la oscuridad. Entrevista entre saxo, pinturas y vídeo.

Pincha aquí para ver el video: El saxofón de Santrich.

¿Cómo fue que usted se quedó ciego?

Eso fue como cuando cae la tarde: lentamente. Como en el ocaso, que las cosas se van alejando entre la penumbra. A los 14 años yo no veía muy bien y tuve que usar lentes, pero cuando ya estaba en la universidad se me fue cerrando el campo visual en los dos ojos. Hasta que hace unos seis años el ojo derecho se me apagó totalmente. En ese momento traté de hacerme algún tratamiento, que siempre había aplazado pues mis responsabilidades en la guerrilla eran la prioridad. Aplacé muchos años un tratamiento y cuando tuve la posibilidad de hacerme chequeos, se detectó que tenía glaucoma; pero ese no era el peor problema: tengo un síndrome de origen genético que se llama síndrome de Leber, que afecta los nervios ópticos. Hoy tengo apagados casi totalmente los dos ojos. En el izquierdo tengo un punto de luz, pero no tengo imagen.

¿Y cómo es ser ciego en el mundo guerrillero? las selvas, las montañas…

No puedo decir que sea fácil, pero el ser humano tiene el reto de adaptarse a las circunstancias y pienso que de esta gran pérdida nacieron muchas cosas dentro de mí: se fue la vista y aparecieron otras posibilidades. No solamente se ve con los ojos, hay que tener sensibilidad, hay que observar con los ojos del alma. Hay que poner en acción todos los sentidos, que generalmente tenemos subutilizados.

Mientras iba perdiendo la vista, pensó alguna vez “hasta aquí llegué, me tocó retirarme”.

No, nunca. ¡Jamás! Y creo que esa idea no ha pasado por mi mente puesto que mi ceguera no se produjo abruptamente. En la medida en que esto ha sido como un día en el que van pasando las horas y se va metiendo la tarde hasta que llega la noche, yo fui adquiriendo ciertas habilidades. Además, los guerrilleros casi siempre caminamos de noche y sin linterna, así que ya había una cierta adaptación a la oscuridad. Pero lo más grande ha sido la solidaridad de los compañeros; yo siempre tengo a alguien que está al frente mío, llevándome, guiándome, en todo momento, en cualquier circunstancia. Todo ello ha resuelto las dificultades, así que jamás he pensado que esta limitación me hará abandonar una lucha tan grandiosa, con propósitos tan sublimes como el de lograr la justicia social para nuestro pueblo.

¿Cómo ve los diálogos?

(risas) Siempre he tenido claridad respecto al desarrollo del proceso. Nuestra búsqueda de la paz no es fruto de una casualidad o una coyuntura; no es porque la composición del Secretariado haya variado o porque estemos en una supuesta coyuntura militar adversa, como a veces se afirma. ¡No! Los diálogos y la búsqueda de la paz han sido un principio, un fundamento de las Farc. Creo que hoy tenemos elementos suficientes para abordar estas conversaciones. Y creo que en el gobierno hay actitud también, de lo contrario nosotros no hubiéramos venido a La Habana. Creemos en la palabra del presidente Santos, aunque vemos que falta más compromiso para impulsar el proceso. Más determinación en sacar adelante las transformaciones que habría que realizar. Pero ningún diálogo de este tipo es un camino de rosas, presenta dificultades. La grandeza está en tener la paciencia, la ecuanimidad para saltar los obstáculos. El gobierno tiene que ceder, nosotros tenemos que ceder. Más que pensar en las élites que representan  y más que pensar en nosotros, las dos partes tenemos que pensar en el pueblo: si pensamos todos en el pueblo colombiano, creo que llegaremos a un acuerdo. La prueba de ello es el avance que hemos logrado en los primeros 10 ciclos de conversaciones.

¿Cuál es el principal avance de estos casi 10 meses de diálogos?

Que a los campesinos se les formalizará la tierra que poseen. Si tomamos en cuenta que algo más del 50% de los campesinos tienen su tierra en situación de informalidad, este es un compromiso muy importante.

Desde los sentidos agudos que ha desarrollado, ¿logra percibir diferencias de actitud o de ánimo entre la delegación del gobierno?

La verdad es que el oído se afina mucho, por necesidad aunque también por placer: a mí me gusta mucho escuchar música, oír los sonidos del bosque, la diferencia del canto de los pájaros, el ruido de la quebrada. Uno aprende a percibir sutilezas y en la entonación, en la vehemencia, en la dicción hay muchos mensajes que yo logro percibir. Cuando uno u otro delegado del gobierno habla del mismo tema, alcanzo a detectar diferencias. Pero, no le voy a negar, yo me ayudo siempre de Alexandra (la holandesa), quien constantemente me está describiendo los gestos, las formas en que se mueven las manos; cuando salen las gotas de sudor, cuando hay expresiones gestuales muy notorias… y eso ayuda mucho.

¿Cuál de los sentidos debe aguzar más el gobierno para sacar adelante estos diálogos?

Debe aguzarlos todos, pero especialmente debe abrir los brazos del alma para sentir los sufrimientos que padecen las mayorías de los colombianos. Un país con tantas riquezas no puede permitirse que 30 millones de sus ciudadanos estén en la pobreza y que de esos treinta millones, alrededor  de 10 millones vivan en situación de indigencia.

Volviendo a su vida personal: músico, poeta, escultor, pintor. ¿De donde viene toda esa vena artística?

Mi madre canta. Perteneció a una coral cuando estudiaba en su tierra natal, en el departamento de Nariño. También pinta. Varios de mis tíos tocan instrumentos musicales. Así que ése ambiente, donde siempre hubo literatura, música y pintura, ayudó mucho a nuestra formación. Mi hermano mayor, que fue asesinado, era músico y pintor. Creo que si no estuviéramos en guerra, seríamos pintores o cantantes; o estaríamos declamando, que es más bonito que estar disparando

¿Con cuál de las artes se siente más a gusto?

Con la pintura, que es con la que tengo más limitaciones. Pero he inventado un método para poder sacar las ideas que nacen del corazón (ver video).

¿Un escritor?

Joyce.

¿Un pieza musical por excelencia?

La Novena Sinfonía de Beethoven.

¿Un pintor?

Rembrandt.

¿Algún poeta?

Quiero mucho la poesía de Jorge Artel. Tengo un sentimiento especial por este poeta cartagenero nacido a comienzos del siglo XX. Pero también me estremece un poema de Lenin que se llama Año de Huracanes, y dice: Fue un año de huracanes/el país quedó cubierto de nubes que descargaban truenos y granizos sobre las aldeas/ los truenos abrían profundas heridas en los campos/ y las tinieblas nocturnas/ desiertas de estrellas/ se iluminaban con el fulgor de los incendios…

¿Llegará la luz de la paz?

La luz de la paz está en el corazón de cada uno de los colombianos, lo que pasa es que está un poco opaca; hay que encenderla con la fuerza de la voluntad y de la esperanza. Hay que ponerle fe a este proceso y la mejor manera de atizar el fuego de la paz es que se permita la participación ciudadana. Que no le pongamos líneas rojas a la decisión popular, que es la que más luz puede darle a esta oscura noche de la guerra.

Estancadas negociaciones del Catatumbo tras un mes de protestas

El conflicto en la región del Catatumbo cumple hoy un mes de protestas de campesinos y bloqueos de vías sin que avancen las negociaciones con el Gobierno, según fuentes cercanas a los manifestantes.

"Mal, va muy mal, los negociadores del Gobierno tienen la intención de dilatar y la orientación de no llegar a acuerdos", explicó a Efe César Jerez, uno de los delegados campesinos en la mesa con el Gobierno, que defiende las inversiones que ha hecho en la zona.

Los delegados negociadores se reunieron el lunes en Tibú para discutir el punto sobre la declaración de la Zona de Reserva Campesina (ZRC) en el Catatumbo, una de las principales reclamaciones de los labriegos.
"Ayer estuvimos todo el día con la declaración de la ZRC pero no consideraron ninguna de nuestras propuestas", dijo Jerez.

Ante el estancamiento en ese punto, los negociadores abordaron hoy la implantación de un plan de desarrollo sostenible para la ZRC, sin demasiado éxito, según los campesinos, que protestan desde el pasado 10 de junio.

Paralelamente, la Oficina en Colombia del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos emitió hoy un comunicado en el que denuncia que la región del Catatumbo sufre una "grave vulneración" de sus derechos económicos, sociales y culturales.

Destacó que "pese a su riqueza natural", el Catatumbo "presenta altos índices de necesidades básicas insatisfechas" y su población carece de los derechos a la alimentación adecuada, salud, educación, electrificación, agua potable, alcantarillado, vías y acceso al trabajo digno.

Finalmente, el comunicado de la ONU hizo un llamado a las partes para que "continúen los diálogos y lleguen a acuerdos respetuosos de los derechos humanos".

El Gobierno, de la mano del director del Departamento Nacional de Planeación, Mauricio Santamaría, defendió que las inversiones del Ejecutivo en beneficio de los campesinos de la región superan los dos billones de pesos (unos 1.042 millones de dólares).

También se pronunció el vicepresidente, Angelino Garzón, quien el martes hizo un llamado a la sociedad a no ser "más dura" con los campesinos que con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que llevan a cabo negociaciones de paz con el Gobierno en La Habana.

Desde que se iniciaron las protestas, que según la Policía y el Gobierno están infiltradas por las FARC, unos 15.000 campesinos mantienen bloqueos intermitentes de las vías que dan acceso a Ocaña y Tibú, por lo que sus habitantes sufren una situación de desabastecimiento.

En estos bloqueos cuatro campesinos murieron por disparos de la fuerza pública, lo que llevó a la Fiscalía a investigar a los autores de estos asesinatos.

Preguntado por el futuro de las protestas en caso de que las negociaciones no avancen, Jerez fue claro: "al Gobierno le queda la salida violenta, la represión, pero tienen un enorme costo político que ya se les nota".

Calificación E

Por: Gustavo Gallón

Mientras que Standard & Poor's le subió la nota a la deuda colombiana en abril, pasándola de BBB- (triple B menos) a BBB, el Comité de Derechos Humanos acaba de darle al gobierno de Colombia la peor calificación posible, al pasarlo de B2 a E.

Así calificó el cumplimiento de la recomendación de tomar medidas para enfrentar la impunidad por los mal llamados “falsos positivos”. No solamente ha advertido que esa recomendación no se ha cumplido (calificación C, según los criterios del Comité), sino que el Gobierno ha tomado medidas contrarias a ella (calificación E, la última de todas, donde la A corresponde al cumplimiento satisfactorio). Es decir, para expresarlo en términos escolares, la nota recibida es cero.

El Comité, encargado de supervisar el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, había formulado esa recomendación en julio de 2010. En concreto, el Comité, integrado por 18 expertos de diferentes regiones del mundo, pidió suspender recompensas que pudieran conducir a graves violaciones, reclamó mayor eficacia en los más de 1.200 casos judiciales y urgió a “asegurar que estos crímenes queden claramente fuera de la jurisdicción militar en la práctica”. Por la particular gravedad del tema, el Comité le pidió al Gobierno que le informara en el término de un año sobre el cumplimiento de esa recomendación, sin esperarse al informe periódico que debe presentarle cada cuatro años. La respuesta del Gobierno, entregada en agosto de 2011, fue analizada en marzo de 2012 por el Comité, que expresó “su inquietud por los debates en curso en el Congreso para establecer la presunción de competencia de la justicia militar para investigar los casos en que están implicados miembros de las Fuerzas Armadas y la Policía. La norma general debería consagrar la competencia de la justicia penal ordinaria”. En consecuencia, el Comité solicitó información adicional, que es la que acaba de analizar en sus sesiones de marzo de 2013.

Sus conclusiones, que fueron comunicadas al Gobierno por los mismos días de la nota de Standard & Poor’s, dicen que “las medidas adoptadas por el Estado van en contra de la recomendación del Comité: la reforma de la justicia penal militar adoptada el 27 de diciembre de 2012 menoscaba los progresos que el Estado parte había realizado (…). El Comité reitera que la regla general debe consagrar la competencia de la justicia penal ordinaria para investigar los casos implicando a miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía. En este sentido, invita al Estado parte a revisar las reformas introducidas por la ley (sic) del 27 de diciembre de 2012”. Solicita entonces que se le informe sobre el cumplimiento de esta recomendación a más tardar el 1º de abril de 2014.

Cabe advertir que la calificación E no existía: el Comité la creó a propósito de este porfiado desafío. “Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no se puede engañar a todos todo el tiempo”, decía sabiamente Lincoln, y también Kennedy. Tal parece que se está agotando el tiempo de engañar a todos en relación con este escabroso tema.

Director de la Comisión Colombiana de Juristas. Las fuentes de esta columna pueden verse en www.coljuristas.org. /
  • Gustavo Gallón Giraldo | Elespectador.com


 

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