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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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Las «payasadas» y los «payasos» del gobierno

Domínico Nadal, Cambio Total.

Sigue el «pesista» Pinzón hablando como lo que es: un loro. Ahora lo pusieron a decir que es una « payasada » el ofrecimiento de las FARC-EP de si continúa la agresión a los campesinos del Catatumbo su accionar será mucho más real que lo hasta ahora acontecido. Ja, es que es mucho más fácil « ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio ».

O no son « payasadas » las acciones del gobierno y el estado cuando las FARC les propina un golpe tan tremendo como el de ahora tratar de minimizarlo al máximo ?  No son « payasadas » que apenas se sucede un golpe militar de la guerrilla enseguida los medios oligárquicos salgan a decir que fueron « capturados » 5, 10, 20, 30 fuerrilleros o cuanta cifra se les ocurra para « nivelar » el efecto ? Y cómo se entiende que el gobierno esté gritando histéricamente que las protestas de los campesinos del Catatumbo están « infiltradas por las FARC » y ahora salgan a decir que es una « payasada » ? Por qué siempre una protesta ciudadana siempre está « infiltrada » por las FARC, según dicen los militares, policías, gobernadores y cuanto funcionario gubernamental le dan « vitrina » ? Quien es el « payaso » que fabrica estas « payasadas » ?

Ahora bien, hablando de « payasadas » y « payasos », quiénes son los « payasos » en el escenario nacional ? No será un gobierno que hace que la cúpula militar le dé el rango de « general » a un recluta y lo ponga a formar por encima de los militares que si arriesgan el pellejo en la confrontación fratricida decretada por la oligarquía ? No es una « payasada » nombrar un ministrico de defensa porque el muchacho « pesista » se crió en los cuarteles porque su papá era general ? Hombre !  No es una « payasada » tratar de hacer creer que por vivir en un cuartel ya se tienen conocimientos del « arte militar » ? Ja, ja, ja, ja !

Es o no una « payasada » hacer la guerra mediáticamente, como ahora la hacen el « soldado general » Esteban y Rangel, el regalado a los gringos por 30 mil dólares de USAID ? Ahí los vemos « trinando » desde la base Tolemaida, rodeado de 5.000 militares, y desde el edificio en donde tiene su « cuartel general Rangel, que no disparando en el frente de batalla en la « guerra real »... Ah, esa es la guerra que les gusta a los oligarcas... la guerra « virtual » de los medios de comunicación hecha por los oligarcas y la guerra « real » hecha por encargo por los hijos del pueblo.

Tan esa así que el « Cabra Loca » de Fachito Santos le pidió a Salvatore Mancuso que conformara el Bloque Capital y al requerimiento de Mancuso de nombrarlo « comandante » le respondió todo apolillado que « no, por favor, si yo le tengo horrors a la sangre » ! Así es la guerra que la oligarquía adelanta. Que se maten los hijos de pueblo !

Oye, y no es payasada publicar una foto cagando en Valledupar en la entrega de las vivendas de interés social –ya se apagó el boom de la foto-, o « trotando » con todo el equipo de gobierno para demostrar que el « presidente » si hace ejercicio ? Y qué carajos nos importa a los colombianos pobres si hace o no ejercicios si siempre terminan siendo unos enfermos como los de ahora... Uno con aterosclerosis cerebral –vice- y el otro con Cáncer de Próstata.

Dicen por ahí que « la mona así se vista de seda, mona se queda »... Mas ello no nos impide decirles que dejen de ser « payasos » !!!

Colombia.- Sector salud inicia paro indefinido el 19 de agosto


Formidable resultó la marcha  de trabajadores y usuarios de salud en Colombia. La jornada convocada por la Alianza Nacional por un Nuevo Modelo de Salud (ANSA) se llevó a cabo el viernes  19 de Julio de 2013 en  las principales ciudades colombianas para expresar rechazo a la  Ley Estatutaria de la Salud aprobada por el Congreso y el proyecto de Ley ordinaria cursado actualmente. Previamente se había realizado en Bogotá el jueves 18 el Encuentro Nacional por la Salud donde se analizaron las consecuencias de las medidas impulsadas por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos que afectan este derecho de millones de colombianas y colombianos.

Según los sindicalistas esta norma modifica la denominación de los empleos a "servidor de la salud", generando inestabilidad en empleados y trabajadores oficiales, los cuales desaparecen de la planta de personal; flexibiliza las plantas de personal, es decir, sólo se contratará personal de acuerdo al número de pacientes por turno y servicio;  los recargos dominicales no serán del 300% sino del 100%; limita el derecho de asociación sindical, al poner un tope a los fueros sindicales y no menciona el  cumplimiento por parte de los hospitales, de las Sentencias C-614/09 y C-701/12 de la Honorable Corte Constitucional.


De esta manera, el movimiento sindical y usuarios de la salud solicitarán al gobierno que retire el proyecto de ley ordinaria de la salud y que en cambio discuta la propuesta de la Alianza Nacional por la Salud Ansa.


La  marcha en Bogotá partió  desde las 9 de la mañana desde el Parque Nacional hasta la Plaza de Bolívar. La multitud se paró frente a las instalaciones del Ministerio de Salud para arengar consignas contra el modelo privatizador de la salud.


Román Vega,  dirigente del sector médico y vocero de ANSA informa que aprobaron un paro nacional indefinido del sector salud a partir del 19 de agosto y que se suman a las protestas de mineros, cafeteros, indígenas, campesinos de Catatumbo, estudiantes universitarios para unificar al pueblo y exigir soluciones y derechos al gobierno.

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El gobierno Santos frente a las protestas sociales

Ese es el gran drama de esta Nación: que los “patriotas constitucionales” mueren asesinados, mientras gobierna la “subversión institucional”

Reflexión aguda sobre el significado de los movimientos de protesta masiva, que defienden los valores de la Carta del 91, mientras el gobierno se ha pasado al partido anticonstitucional.
 
 
Lunes 22 de julio de 2013

Desigualdad, pobreza y poder

Howard Wiarda — uno de los decanos en la investigación sobre política en América Latina — escribió al reseñar un libro dedicado a la pobreza y a la desigualdad en la región, que tras haber viajado durante décadas por todo el continente, conversar con sus gobernantes y líderes políticos, con sus empresarios y miembros de la élite económica, y con diversas personalidades, había llegado a la conclusión de que seguían vigentes los argumentos de Fray Bartolomé de Las Casas…hace 500 años[1].

El fraile dominico había denunciado las crueldades de la colonización hispánica y clamado vigorosamente en favor de la existencia del alma de los indígenas, quienes también eran hijos de Dios y por ende debían ser reconocidos como seres humanos iguales a los demás.

En los siglos posteriores, sin embargo, las élites seguirían sosteniendo en teoría y en la práctica la desigualdad natural y esencial de los seres que habitan los territorios de las antiguas colonias hispánicas.

Hoy, como ayer, sostiene Wiarda, es necesario argumentar al modo de Las Casas, para defender la igualdad esencial de todos, porque estos países se han gobernado — y se siguen gobernando — como si existiesen dos categorías de individuos: los humanos, sujetos plenos de derechos, y los sub–humanos, seres inferiores que han nacido para servir a los primeros.

En últimas, Wiarda llama la atención sobre factores que siguen sin ser incorporados al análisis cuando se estudian las causas de por qué un continente tan rico en recursos naturales sea, al mismo tiempo, la zona del mundo con mayor desigualdad social y condene a la pobreza a la mayoría de sus ciudadanos.

Se ha omitido el análisis de una mentalidad política y social tradicional — profundamente arraigada en las élites colombianas y latinoamericanas — al preferir análisis estructurales económicos y sociales, enmarcados en la teoría de la dependencia y del (neo)–colonialismo.

Unos más iguales que otros 

La idea de que los seres humanos son iguales se materializó por primera vez en el liberalismo ilustrado y en su documento seminal: la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789).

Desde entonces, todas las luchas por el reconocimiento de derechos apelan implícita o explícitamente a la célebre Declaración: las luchas por los derechos civiles y raciales, las de mujeres y pobres, las de nativos y colonizados, las luchas contra todo tipo de opresión o discriminación. Libertad, igualdad y fraternidad son los valores primigenios que las sustentan.

Pero ni en la Nueva Granada ni en Colombia han tenido vigencia real tales ideas. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano fue prohibida por un edicto de 1789, que lo declaró nefando, esto es, “de lo que no puede hablarse sin repugnancia u horror”, y se convirtió en uno de los textos más perseguidos por el Tribunal de la Inquisición en Cartagena de Indias. Curiosamente, el virrey encargó al Santo Oficio de la búsqueda y la destrucción de los ejemplares de la obra, pero los comisarios no lograron encontrar ninguno.

Si el liberalismo ilustrado impulsó movimientos de transformación en la Europa moderna — las revoluciones burguesas, el marxismo, la socialdemocracia — porque se trata de crear una realidad ajustada a la razón, en la concepción del derecho natural tomista y premoderno que subyace muy veladamente a la cultura política latinoamericana, el orden social y político debe subordinarse a un orden anterior y superior, un orden que no ha sido creado por los humanos, sino que deriva su legitimidad de instancias sobrenaturales, divinas.

En esta estructura mental, transformar el orden social y político humano significa fracturar el orden divino. Pocas personas han expresado tan claramente este pensamiento, como el capellán del ejército argentino durante la última dictadura militar (1976–1983), Christian von Wernich, condenado judicialmente hace un par de años por asistir a numerosas sesiones de tortura a prisioneros políticos y prestar atención espiritual a los torturadores durante las mismas, leyéndoles citas del Evangelio: “La religión no debe modificar el orden natural, que por la voluntad divina significa que aquellos que nacieron ricos permanezcan ricos y aquellos que nacieron pobres permanezcan pobres.”[2]

De las Bananeras al Catatumbo

La “paz social” de esta Nación se ha mantenido con tal de que no se ponga en discusión el lugar que le corresponde a cada uno en el orden social predeterminado: que los subalternos acepten su condición de ciudadanos de segunda clase, restringidos o carentes de derechos.

Y salvo algunas escaramuzas y rebeliones, sólo hasta los años 20 del siglo pasado, con los cambios sociales que trajo la incipiente industrialización, los “sub–humanos” comenzaron a reclamar su condición de ciudadanos y de iguales.

El sindicalismo colombiano nace en 1919 con el Sindicato Central Obrero y su brazo político, el Partido Socialista. Su bautizo, como escribe el historiador estadounidense James Henderson, ocurrió en marzo de ese año, cuando la guardia presidencial de Marco Fidel Suárez abrió fuego contra los obreros en la Plaza de Bolívar.
En esa época, las condiciones económicas y de salubridad eran lamentables, pero aún así, las empresas podían acabar con los sindicatos, muchas huelgas eran declaradas ilegales y la policía y el ejército eran utilizados a menudo para romperlas, pues eran calificadas siempre de “subversivas”.

Muchas empresas aplicaban reglas de facto que burlaban las normas constitucionales, con la aquiescencia del poder político. Un caso ejemplar es el de la United Fruit Company que, como en otros países latinoamericanos, era “un Estado dentro del Estado”, según Miguel Urrutia: la empresa aplicaba una norma del Ministerio de Industria, según la cual los trabajadores bananeros laboraban sobre la base de contratos individuales, por lo que no eran “técnicamente” empleados de la compañía. La norma — un exabrupto jurídico mayúsculo — permitía a la empresa burlar las normas laborales colombianas.

A mediados de noviembre de 1928, 20.000 trabajadores de la zona bananera decretaron una huelga para pedir que se mejoraran sus condiciones y que fuesen reconocidos como empleados de la compañía, de modo que pudiesen recibir los exiguos reconocimientos de las normas laborales colombianas.

En otras palabras: los obreros decretaron una huelga para pedir el cumplimiento de la ley. Tras la negativa de la empresa a aceptar las reivindicaciones obreras hubo numerosos actos de violencia. El 5 de diciembre, el gobierno, con el apoyo de la iglesia católica, declaró la ley marcial para responder a “la amenaza comunista”. La protesta obrera, severamente reprimida por el ejército, acabó en masacre. Se estima que murieron por balas oficiales entre 60 y 75 obreros y muchos otros fueron a prisión.

85 años después, en el Catatumbo, las imágenes parecen calcadas: miles de campesinos en paro piden el cumplimiento de las leyes — la ley 160, que crea las zonas de reserva campesina, data de 1994 — y mayor acción social del Estado. Pero el gobierno nacional los acusa de subversivos y varios campesinos caen asesinados, víctimas presumiblemente de balas oficiales.

La imagen resulta surrealista: campesinos que defienden con su protesta legítima el Estado social de derecho consagrado en la Constitución de 1991 y piden su plena realización, resultan calificados de subversivos; mientras tanto, el gobierno nacional, que representa y encarna la institucionalidad, incumple sistemáticamente la Constitución y las leyes de la República. El mundo al revés.

Más cerca de Uribe que de Roosevelt

El presidente que soñó con ser el Roosevelt colombiano y la versión contemporánea de López Pumarejo, se parece cada vez más al predecesor que ha combatido por todos los medios. … los sueños requieren trabajo y constancia, hay que merecerlos.

La ambivalencia permanente de Santos — que coquetea al mismo tiempo con Petro y con la extrema derecha uribista — lo ha convertido progresivamente en un preso de este último sector, del que no logra zafarse por completo.

El presidente que podría ingresar por méritos propios en los anales de la historia — si se alcanza un acuerdo que selle el proceso de paz con las FARC y si logra poner en marcha una transición política hacia el post–conflicto — se encuentra atrapado en la misma dinámica de incompetencia de su predecesor: parece incapaz de comprender las tareas históricas de un gobernante que se autocalifica liberal, en un contexto continental marcado por el clamor incesante de sectores sociales excluidos que exigen ser tratados como ciudadanos de primera categoría.

Santos y su mediocre gabinete enfrentan de manera incompetente diversos paros y huelgas, que revelan asignaturas pendientes del Estado colombiano. La perspectiva estrecha de estos señoritos santafereños — que ignoran el drama de la mayoría de los colombianos — les impide comprender la magnitud del fracaso de un proyecto que no se limita a Santos y a Uribe, sino al conjunto de la clase política que ha gobernado este país a espaldas de las grandes mayorías, definidas a priori como condenadas a ser subalternas eternas.

El ejemplo cumbre de la incompetencia política y la miseria moral de este régimen se encarna majestuosamente en el ministro Fernando Carrillo. Si utilizáramos su propio rasero para acusar de “subversivos” a los campesinos, mineros y cafeteros que reclaman derechos acordes con la Constitución y las leyes vigentes, habríamos calificado como “subversivos” a quienes, como él mismo, hace 23 años forzaron un cambio constitucional que contravenía las normas vigentes en el momento.

Pero de nuevo hay una diferencia de estatus: una cosa fueron las manifestaciones estudiantiles de los señoritos bogotanos, otra cosa son las manifestaciones de campesinos sucios y desarrapados. Los unos son ciudadanos de pleno derecho y sus protestas merecen el reconocimiento histórico, los otros son “sub–humanos” inferiores y subversivos.

Patriotas constitucionales 

Hace pocos días, los dirigentes brasileños Dilma Roussef y Luis Ignacio Lula da Silva han reconocido el carácter democrático de las protestas multitudinarias en su país, porque encarnan un llamado de atención a la clase política y porque la protesta en las calles es un símbolo de espíritu democrático.

El propio Carrillo debería recordar cómo mientras protestaba como estudiante en Bogotá, los ciudadanos tras la Cortina de Hierro lograban derrumbar de modo pacífico los regímenes comunistas dictatoriales mediante manifestaciones multitudinarias.

La gran transformación política que vive el continente fue producto de protestas sociales. Los movimientos que llevaron al poder a Hugo Chávez, a Evo Morales y a Rafael Correa surgieron de indignados contra la clase política corrupta que ha gobernado estas naciones y ha creado una sociedad conformada por ciudadanos de primera y de segunda.

Los campesinos del Catatumbo, los mineros, los cafeteros y los estudiantes son constructores y pre-figuradores de otra Nación en vías de construcción, donde todos seamos iguales y sujetos de plenos derechos.

Las protestas actuales han revelado un problema aún más hondo en la construcción política de esta Nación: hoy, como ayer, los obreros de las bananeras y los campesinos, mineros y estudiantes piden lo que prescriben la Constitución y las leyes.

El filósofo alemán Jürgen Habermas los denominaría “patriotas constitucionales”, esto es, aquellos que defienden en las calles y en los campos, en las ciudades y en las universidades, los valores de la Constitución liberal de 1991: la dignidad, la solidaridad, los derechos sociales y económicos, la justicia, el imperio de la ley.

Del otro lado, la miseria política de esta Nación se expresa con crudeza cuando constatamos que la peor subversión viene de las instituciones mismas, de los que hace unos años crearon grupos ilegales para combatir la ilegalidad, de los que promovieron ejecuciones extrajudiciales desde el DAS y el Palacio de Nariño… de quienes se niegan a cumplir las leyes. ¿Puede haber algo más subversivo realmente?

Ese es el gran drama de esta Nación: que los “patriotas constitucionales” mueren asesinados, mientras gobierna la “subversión institucional”.

* Tomado de Razón Pública
* Correo: andriushernandez@hotmail.com.

Notas:
[1] Howard Wiarda. Book Review: Poverty and Inequality in Latin America: Issues and Challenges, Guillermo O’Donnell y Victor E. Tokman, eds, Political Science Quarterly, September 1999, pp. 541-42.
[2] Marguerite Feitlowitz (1998). Lexikon of Terror. Argentina and the legacies of torture. Oxford et al: Oxford University Press, p. 65.

Compañía canadiense se fue de Colombia debiendo 40 mil millones de pesos

De bloqueos y emboscadas










José María Carbonell, Cambio Total.

 La incongruencia gubernamental de JM Santos está evidenciada en que por un lado dice que « no puede haber diálogo con bloqueo de carreteras », mas en La Habana y ante el mundo plantea la continuación de « dialogos sin cese al fuego bilateral ».

De entrada tenemos que decir que el gobierno muestra el irrespeto por la vida de los militares y policías –que es la que está en juego- ya que le importa un bledo inmolar a los « servidores de la patria », naturalmente porque ninguno de ellos son hijos de oligarcas. Semejante posición debería producir una reacción de la tropa militar y policial estatal, mas vemos que « brilla por su ausencia ». Evidentemente tampoco y mucho menos le importa la vida de los guerrilleros, que ellos estigmatizan como « bandoleros », « terroristas », etc.

Además, que es un « servidor » ? Según lo encontrado en Internet servidor es : Servidor, -ra (seɾβi'ðoɾ, -ɾa) es un sustantivo masculino-femenino que significa :
1. occupations professions doméstico asistente sirviente persona que trabaja como criado en una casa, los servidores del conde
2. expresión usada para nombrarse a sí misma una persona, su seguro servidor
3. operario persona encargada del manejo de una máquina o aparato servidor de la ensambladora, de un arma
4. computadoras computadora a la que están conectadas otras y que forman parte de una red La falla eléctrica hizo caer el servidor.

Como se vé, la primera acepción es la de « sirviente » y esa es la que usa la oligarquía. Pero no nos desviemos.

Un gobierno que para la protesta de los ciudadanos les aplica « toda la fuerza » del poder estatal y a los guerrilleros, militares y policías los trata como desechables demuestra el total desprecio por el derecho a la vida de los conciudadanos. Claro, ello es así porque todos son hijos del pueblo. Los campesinos son hijos del pueblo. Los policías y militares son igualmente hijos del pueblo. Los guerrilleros son también hijos del pueblo. Nos preguntamos : cambiaría la visión del gobierno si fueran hijos de la oligarquía ?

En todo caso, está demostrada esa incongruencia y evidentemente ella está dada por la absoluta incapacidad del equipo gubernamental. Incapacidad mucho más aberrante por cuanto al gobierno les importa un cinco el bloqueo de caminos del Catatumbo o de Marmato, lo que los mueve a actuar es la movilización y las reivindicaciones de los campesinos y mineros, ya que toca dos puntos sensibles de la « política » gubernamental. Biocombustibles y minería.

A los campesinos de Marquetalia le recetaron el ataque militar en 1964 y ellos respondieron –única vía- armándose con fusiles de fisto y hoy son un ejército irregular. A los campesinos siempre les han recetado la misma respuesta. Recordemos no más otras épocas de movilización campesina. Plomo y más plomo fue la respuesta. Hoy a los Catatumbo les responden de la misma manera : plomo. O sea, al fin de cuentas es la misma respuesta.

El gobierno tiene definida la forma de respuesta a los hijos del pueblo sean campesinos o mineros, ya eso está claro, y si éstos no aceptan sus políticas pues sencillamente les dan plomo y más plomo. Lo importante para el gobierno son los intereses de los oligarcas nativos y las multinacionales. Con razón J.E. Gaitán dijo que « el gobierno tiene para los colombianos la metralla homicida, y unas temblorosas rodillas en tierra ante el oro americano ». Palabras sabias de quien recibió como premio la « metralla homicida ».

S.O.S Catatumbo Amenaza de desalojo a sangre y fuego

Colectivo de Abogados. Campesinos. 22 de julio de 2013 Las organizaciones sociales y de derechos humanos hemos recibido información respecto a la posibilidad de desalojo por parte de la Fuerza Pública de los campesinos que se encuentran en paro en la región de Catatumbo ante ello nos declaramos en estado de máxima ALERTA. Leer todo>>
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

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Basta de Terrorismo de Estado

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