Headlines News :
Con tecnología de Blogger.

Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

Blog ESTADÍSTICAS

BLOG DESTACADO

Democracia y Terrorismo de Estado en Colombia

Cambio Total.

La propaganda oficial del Estado colombiano reza que « Colombia es la democracia más antigua de Suramérica ».  Evidentemente que lo que no dice la propagando oficial es que es una « democracia de clase », la cual legisla a través de sus instituciones para los sectores en el poder, es decir, la oligarquía, la mafio-oligarquía, y los sectores terratenientes-ganaderos. Eso significa que si hay « democracia », pero para esos sectores en el poder. Y para el resto de las clases –los « excluídos »- practican la dictadura ejercida por esos sectores en el poder en contra de los sectores populares.

En la realidad lo que hay es un remedo de « democracia » con un Terrorismo de Estado que ha sumido al pueblo colombiano en la más cruel crisis humanitaria. Ese Terrorismo se aplica de variadas maneras –« combinación de las formas de lucha oligárquicas »- y ello está evidenciado en el momento presente en la persecución de los sectores populares que luchan por construir una democracia real, verdadera, es decir, por la inclusión de las clases populares en el ejercicio del poder y la democracia en Colombia.

Los sectores en el poder legislan para asegurarse ellos la permanencia en el poder y por mantener su nivel de vida a costa de las penalidades de los sectores populares. Desde el Estado se promulgan leyes que favorecen a esos sectores ricos, poderosos (por ejemplo, la exención de impuestos y el no pago de obligaciones para satisfacer demandas del pueblo como la salud, o en la legitimación del despojo de las tierras de los campesinos e indígenas desplazados forzosamente, o la legitimación del robo de terrenos « baldíos » que debeían ser entregado a los campesinos para resarcirlos del despojo por ellos mismos practicado), y contra el pueblo se decretan por ejemplo un alza en el salario mínimo y a renglón seguido se les escamotea esa alza al decretar el alza de combustibles o de otras obligaciones.

Igual cosa sucede con el ejercicio de la « democracia ». Los sectores « enemigos de la Paz » trinan todos los días acusando al gobierno de ser anti-democráticos contra ellos y « obligan » al gobierno a asegurarles la « democracia » -que en realidad significa mayores privilegios para ellos-, en tanto a los sectores populares les receta el Terrorismo de Estado. Este Terrorismo está evidenciado en la persecución y asesinato de líderes sindicales, populares, políticos, y desde luego en la criminalización de la lucha y protesta popular.
Los dirigentes populares son escarmentados al ser sindicados de delitos de opinión y cuando no pueden condenarlos, sencillamente recurren a la eliminación física de esos líderes. Ejemplarizante el caso de Alfredo Correa D´Andreis, profesor universitario, acusado de ser « colaborador de las FARC », y al no poder probar esa especie, el DAS de Jorge Noguera lo pasó en una lista entregado a los narco-paramilitares de « Jorge 40 » para su asesinato, como en efecto sucedió.

El asesinato de líderes de la U.P. –en continuidad de su plan de exterminio-, de la Marcha Patriótica, de líderes campesinos y obreros, son pan de cada día, en una practica a « cuenta gotas » para que el Terrorismo no sea visible a los ojos de la comunidad nacional e internacional, demuestra la realidad de la « democracia de clase » practicada por los sectores en el poder.

La lucha del pueblo colombiano por sus reivindicaciones es enfrentada desde el Estado con plomo, con el exterminio físico de sus líderes, lo cual deberá conllevar al pueblo a la más amplia lucha por construir una Nueva Colombia en paz con justicia social, libertad, democracia popular, independencia y soberanía nacional. Los pasos dados en estos días por los sectores populares deberá redundar en unidad, organización y lucha que quiebre la « democracia de clase » ejercida por la oligarquía y los sectores en el poder y construya una Nueva Institucionalidad en un Nuevo Estado, construído desde sus cimientos.

Marcha Patriótica No hay Garantías Democráticas en Colombia Para Ejercer la Oposición

pacho_toloza.pngHoy en la ciudad de Cúcuta a las 10:00 de la mañana fue detenido el profesor universitario Francisco Javier Toloza, miembro de la Junta Patriótica Nacional y responsable de la comisión de relaciones internacionales del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica (M.P).
Según las primeras informaciones se le acusa de rebelión agravada bajo un montaje judicial; cabe recordar, que con esta figura fue judicializado el dirigente agrario y sindical Húber Ballesteros, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de la CUT y de la Junta Patriótica.
Quien es Francisco Toloza
Nacido en Cúcuta, a sus 35 años ha sido un luchador incansable, abanderando diferentes luchas sociales que atraviesan desde la academia trascendiendo hasta al campo internacional, para dar constancia con sus relatos sobre el conflicto armado y social que vive nuestro país.
Se ha desempeñado como docente, investigador, formó parte del movimiento estudiantil, trabajó en formación para el sindicalismo, además de ser parte del comité organizador de los foros nacionales (Desarrollo rural, Participación política y Solución al problema de las drogas ilícitas)  convocados por la mesa de diálogo de paz, de La Habana, Cuba.
“Toloza es un compañero que además de ser un dirigente, cuenta con grandes capacidades intelectuales, comprometido siempre en aportarle al proceso social y el cambio que requiere el país desde las diferentes expresiones organizativas: campesinas, indígenas, negras, estudiantiles y populares”, así lo describe una de sus compañeras Olga Quintero, vocera de Asociación de Campesinos del Catatumbo (ASCAMCAT) y miembro de la Mesa de Interlocución y Acuerdo (MIA).

¿Por qué detienen a Toloza?
La detención arbitraria a Toloza, se suma a la Persecución Política ejercida por el Estado de forma sistemática  en contra de la oposición, esa misma persecución que tiene hoy más de 9.500 prisioneros  políticos y que a la fecha deja un saldo de 26 líderes asesinados pertenecientes a la Marcha Patriótica.
De esta manera se demuestra que no existe garantía alguna para ejercer la oposición, y que mientras el gobierno de Juan Manuel Santos en su afán reeleccionista habla de paz en la Habana, en Colombia persigue y aniquila a la izquierda.
Ya lo diría el compañero Francisco Toloza al comienzo de las negociaciones de paz, entre el Gobierno y las Farc -ep, “no se puede resolver el conflicto armado y social que vive el país, sin darle una solución a las causas estructurales que le dieron origen al mismo, la falta de Garantías Políticas”.

Exigimos libertad inmediata para el Compañero Francisco Toloza

Actores del conflicto

Por Antonio CaballeroRevista Semana

OPINIÓN. Los Estados Unidos han sido siempre actores del conflicto colombiano. O, si se prefiere una frase de Hollywood, “artistas invitados”. Solo que se invitaron a sí mismos.

Foto: León Darío Peláez - Semana

Cuenta The Washington Post que la CIA es importante protagonista de las operaciones militares de contraguerrilla en Colombia. Y el presidente Juan Manuel Santos y su ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón le quitan hierro a la revelación diciendo que es noticia vieja. Sí. Pero cuando alguie
n la daba, los presidentes y ministros colombianos del último medio siglo la negaban en redondo, llamándola un embuste de izquierdistas movidos por un antiamericanismo visceral. El propio Santos, sin ir más lejos, la negaba no hace mucho, cuando él mismo era ministro de Defensa. Y se quedaba tan ancho.

La noticia es tan vieja como el conflicto armado en Colombia. El asalto a Marquetalia se dio hace medio siglo con el nombre de Plan Lazo, adaptación local al idioma español de la operación Laso (Latin American Security Operation) diseñada por el Pentágono dentro de su estrategia de contrainsurgencia continental a principios de los años sesenta, como respuesta al mal ejemplo de la revolución cubana. Había que sofocar la rebelión en su raíz. Y por eso, bajo el Ministerio de Defensa del general Alberto Ruiz Novoa, casi recién desembarcado de su participación desde la jefatura del Batallón Colombia en la guerra anticomunista norteamericana de Corea, los Estados Unidos contribuyeron al aplastamiento (fallido) de los campesinos de Manuel Marulanda, después llamado Tirofijo, que fueron el embrión de las Farc. Contribuyeron con dinero, con bombarderos y pilotos, con bombas de napalm. Pero eso venía de antes.

Desde la Conferencia Panamericana reunida en Bogotá en 1948, inaugurada en sangre con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán y el Bogotazo del 9 de abril, América Latina estaba incluida en la estrategia norteamericana de la recién comenzada Guerra Fría mundial. Ya lo había advertido Simón Bolívar más de un siglo atrás, en una frase suelta pero desde entonces muy citada por lo certera: “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia a plagar la América de miserias en nombre de la libertad”.

La noticia es vieja. Lo nuevo es que no tratan de refutarla. Los Estados Unidos, con su dinero, con sus servicios secretos, con sus armas, con sus tropas, con sus mercenarios, con sus jueces, y naturalmente con sus embajadores y sus Institutos Lingüísticos de Verano y similares, han sido siempre partícipes, además de inspiradores, de las guerras civiles colombianas, por lo menos desde que el embajador William Harrison, futuro y fugaz presidente de su país, colaboró en un complot para asesinar a Bolívar –en nombre, claro está, de la libertad–. Los Estados Unidos han sido siempre actores del conflicto colombiano. O, si se prefiere una frase tomada del cine de Hollywood, “artistas invitados”. Solo que se invitaron ellos mismos.

El expresidente Andrés Pastrana dice que en su gobierno no fue así. El expresidente Álvaro Uribe dice que en el suyo sí, pero que las operaciones se hacían “con nombres y equipos nuestros”. El exministro de Defensa Gabriel Silva lo respalda: “Los colombianos manejan sus Fuerzas Armadas de manera soberana”, asegura. Otra historia cuentan los confidentes del Washington Post, cuyo informe detalla las etapas de la intervención. Hubo primero, en tiempos de Ronald Reagan, un “presidential finding”, o autorización presidencial secreta según la cual matar a los jefes de las Farc no puede ser considerado asesinato pues se trata de una organización que trafica con droga, el nefando pecado contra las leyes del imperio. 

Luego, y sumado a los nueve mil millones de dólares del Plan Colombia para la lucha antinarcóticos de los presidentes Bill Clinton y Andrés Pastrana, un multimillonario “presupuesto negro” de la CIA para operaciones clandestinas ordenadas por George W. Bush y continuadas bajo Barack Obama. Según el diario, todo lo hacía la CIA: preparar las bombas “inteligentes” con localizador satelital, recoger información de inteligencia, enseñar métodos de interrogatorio de prisioneros o desertores, recopilar bases de datos, diseñar planes de ataque. Sus comandos en Colombia, dice el diario, llegaron a contar mil hombres. La embajada escogía y señalaba los blancos que, previa autorización de la CIA, debían atacar los aviones colombianos, “en general dejando tranquilos a los grupos paramilitares violentos”. El primero fue el Negro Acacio, comandante del frente 16 de las Farc, y siguieron “por lo menos dos docenas de jefes rebeldes”, entre ellos Raúl Reyes, para matar al cual fue necesario bombardear territorio del Ecuador.

Al presidente de ese país, Rafael Correa, la intromisión de la CIA le parece “gravísima”. A los colombianos no. Por lo visto estamos acostumbrados al cipayaje.

Nota de año nuevo: Las multas millonarias a los conductores que hayan tomado una cerveza no son una incitación a la sobriedad, como piensan los populistas punitivos, sino una incitación a la corrupción.

Prensa Rural: Nuevo golpe a Marcha Patriótica

Nuevo golpe a Marcha Patriótica

Sábado 4 de enero de 2014
El día de hoy a las diez de la mañana, en la ciudad de Cúcuta, mientras descansaba con su familia, el profesor universitario y miembro de la Junta Patriótica Nacional del Movimiento Político y Social Marcha Patriótica, Francisco Javier Toloza, fue detenido con orden de captura expedida el día 29 de (...)

Detenido Francisco Toloza, líder de Marcha Patriótica, en Cúcuta

Sábado 4 de enero de 2014
El profesor universitario Francisco Javier Toloza Fuentes, miembro de la Junta Patriótica Nacional y responsable de la comisión de relaciones internacionales del movimiento político y social Marcha Patriótica, fue detenido hoy en la ciudad de Cúcuta mientras tomaba un descanso con su familia. Toloza (...)

Denuncian asesinato de campesino por parte de la policía en Santa Rita, Ituango

Continúa la persecución y la estigmatización contra la población campesina del municipio de Ituango
Sábado 4 de enero de 2014
Según información de la comunidad del corrimiento de Santa Rita, el día 2 de enero de 2014, a eso de las 10: 30 p.m. cuando el joven Johnny Echavarría Betancur, se encontraba departiendo, con varios amigos en un establecimiento público, este sale en estado de embriagués y se dirige hacia el (...)

Debate

Colombia en el 2013

Sábado 4 de enero de 2014
En Colombia en el 2013 se han producido varios tsunamis sociales los cuales, en buena parte, determinarán el futuro de la nación. El primero llegó como una real posibilidad de solución política a la guerra civil de más de medio siglo, las conversaciones entre las FARC EP y el Gobierno prometían traer (...)

Detenido Francisco Toloza de Marcha Patriótica

Hoy fue detenido en el aeropuerto de Cúcuta el profesor Francisco Javier Toloza, académico y miembro de la Junta Patriótica Nacional de Marcha Patriótica, movimiento social y político que lucha por la paz con democracia y justicia social y de reconocida actividad en el último año, porque estuvo al frente de luchas populares y sociales.

El profesor Toloza es un intelectual, dedicado a la actividad en claustros universitarios, pero ahora es víctima de un montaje judicial. Lo sindican de rebelión agravada. El Gobierno y los organismos de seguridad insisten en la perversa práctica de penalizar a la oposición y a la resistencia popular. Exigimos la inmediata libertad de Francisco Toloza y el fin de la persecución contra Marcha Patriótica. El año pasado fueron 25 los miembros de esta organización asesinados y están en la cárcel dos dirigentes nacionales: Huber Ballesteros y ahora Francisco Toloza. Esos no son gestos de paz.

Bogotá D.C. 4 de enero de 2014

La lucha por el derecho

 
El fin del derecho es la paz, pero su medio es la lucha.
Por: Rodrigo Uprimny
La exploración de esta aparente antítesis es el tema de uno de los clásicos de teoría jurídica: el corto pero influyente libro que publicó Rudolf von Jhering en 1872, a partir de una conferencia pronunciada ese año en Viena.

La tesis de Jhering es tan profunda como simple: todos los derechos han sido adquiridos por la lucha. Y es por la lucha que serán conservados. Si una persona sufre una injusticia, porque alguno de sus derechos ha sido vulnerado, debe entonces luchar contra esa injusticia. Y debe hacerlo no sólo como un actor racional egoísta que busca proteger su interés particular sino como expresión de dos deberes más generales: un deber para consigo mismo, pues al luchar por su derecho lucha también por el respeto de su propia dignidad, y un deber con la sociedad, pues el goce efectivo de los derechos y la preservación del imperio de la ley dependen en gran medida de que los ciudadanos se indignen frente a las injusticias que sufren y las combatan.

La lucha por cada derecho individual es así parte de una lucha general permanente por el imperio del derecho y de las libertades. La capacidad pacificadora del derecho y el goce de las libertades públicas dependen entonces de que la ciudadanía tenga el “sentimiento del derecho”, esto es, la voluntad de combatir las injusticias, incluso aquellas menores, como puede ser la reacción de indignación que logra evitar que triunfe el avivato que intenta colarse en una fila violando el derecho a la igualdad.

Jhering ve la fortaleza del Estado de derecho y de las libertades en la Inglaterra del siglo XIX en la amplitud del “sentimiento del derecho” entre los ingleses, que contrasta con la debilidad de ese mismo sentimiento, en esa época, entre los austríacos, que explicaría la debilidad de su Estado de derecho en ese momento.

Contemporáneamente, Nelson Mandela parece una encarnación de la tesis de Jhering. Mandela no fue un abuelito angelical que simplemente quiso la reconciliación entre los sudafricanos. Esa imagen descafeinada de Mandela, que algunos han presentado, olvida que fue un luchador radical por la igualdad. Por eso se negó a salir de la cárcel en 1985, cuando ya llevaba 22 años preso, pues el gobierno de Botha le exigía renunciar a su lucha. Y sólo salió en 1990, cuando De Klerk aceptó liberarlo sin condiciones. Mandela sabía que sólo una persona libre podía negociar la transición hacia la igualdad. Como confirmando a Jhering, la intransigencia de Mandela en la lucha por el derecho a la igualdad fue lo que le permitió lograr la paz y la reconciliación.

El libro de Jhering sigue siendo entonces una lectura recomendable. Muestra que sin un “sentimiento del derecho” extendido y sin ciudadanos dispuestos a luchar por sus derechos, el Estado de derecho y las libertades están en riesgo. Y por eso termina con esa célebre frase de Goethe: sólo merece la libertad aquel que es capaz de conquistarla todos los días.
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

Tendencias

.

Basta de Terrorismo de Estado

Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. CambioTotalRevista - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger