Giorgio Trucchi, Rel-UITA, 4 de abril 2014
http://www.rel-uita.org/index.php/es/agricultura/soberania-alimentaria/i...Gracias a Revista Libre PensamientoAvances y desafíos pendientes ante embates del cambio climáticoCon
el objetivo de visibilizar la importancia de la agroecología, así como
fortalecer el marco jurídico nacional a favor de la protección de las
semillas criollas y del derecho a su libre intercambio como un bien de
propiedad colectiva, la Alianza “Semillas de Identidad” y la Sociedad
Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), en coordinación con
la Asamblea Nacional, organizaron el foro “Agroecología, semillas
criollas y seguridad alimentaria: avances y desafíos para su desarrollo
en Nicaragua”.
Hoy en día, en el mundo, la cantidad de tierras
cultivadas suma 1.500 millones de hectáreas, un 80 por ciento de las
cuales son monocultivos de grandes extensiones y 175.2 millones son
cultivos modificados genéticamente (Isaaa 2013). En ambos casos, el uso
de agrotóxicos es masivo y la vulnerabilidad al cambio climático muy
elevada.
La agricultura industrial es responsable de entre el 44
y 57 por ciento de la emisión global de gases de efecto invernadero
(GEI), conlleva una explotación intensiva de aguas subterráneas,
deforesta 13 millones de hectáreas y destruye 75 mil millones de
toneladas de cubierta vegetal cada año (Grain).
Además, usa 150
cultivos pero se enfoca solamente en 12, trabaja con 5 especies y menos
de 100 variedades y provee únicamente la cuarta parte de los alimentos
que necesita el planeta.
“Para alimentar solamente el 30 por
ciento de la población mundial, la agricultura industrial utiliza entre
el 70 y el 80 por ciento de la tierra arable, el 70 por ciento del agua y
el 80 por ciento de los combustibles fósiles que se emplean en
agricultura. Todo esto no tiene futuro”, dijo Miguel Altieri, presidente
honorífico de la SOCLA.
Por el contrario, el también
catedrático de agroecología en la Universidad de Berkeley, California,
afirmó que hay unos 1.500 millones de campesinos y campesinas que
generan 7 mil especies de cultivos y 2.1 millones de variedades y
alimentan al 70 por ciento de la humanidad, utilizando apenas el 24 por
ciento de las tierras, menos del 20 por ciento de los combustibles
fósiles y el 30 por ciento del agua para usos agrícolas.
En casi
el 90 por ciento de estos cultivos, la agricultura campesina y familiar
utiliza semillas criollas o acriolladas, garantizando su conservación,
reproducción, mejoramiento genético y el alto rendimiento de sus
cultivos.
Agroecología y semillas criollas
Según
Altieri, la agroecología es el único paradigma posible para enfrentar
los desafíos futuros de América Latina, no sólo en cuanto a garantizar
la soberanía alimentaria, sino también la resiliencia al cambio
climático.
“Es un verdadero choque de paradigmas. La
agroecología de base campesina, uno de los pilares de la soberanía
alimentaria, con su alta diversidad, productividad y resiliencia, frente
al modelo corporativo de la agricultura industrial, que domina los
mercados y el sistema alimentario”, dijo Altieri.
Andreu Pol,
asesor del Programa Campesino a Campesino (PCaC) de la Unión Nacional de
Agricultores y Ganaderos de Nicaragua (UNAG), aseguró que, hoy más que
nunca, se debe profundizar la protección y el rescate de las semillas
criollas y acriolladas.
“Estas semillas son extremadamente
importantes por su origen ancestral y gran experiencia evolutiva, su
capacidad de adaptación climática, su diversidad y variabilidad
genética, así como por su sostenibilidad para el futuro y el alto
rendimiento”, explicó Pol.
El también doctor en biología
ambiental subrayó la importancia de la conservación del patrimonio
genético en manos campesinas. Actualmente, en Nicaragua, se ha
consolidado la presencia de unos 342 bancos de semillas y se han creado
redes a nivel nacional que interactúan entre sí.
Fortalecer el marco jurídico
Estos
paradigmas científicos que se están desarrollando alrededor del
concepto de agroecología van construyéndose en reciprocidad con los
movimientos sociales, y deben contar con respuestas políticas
consecuentes con este proceso de cambio.
“En varios países de
América Latina hay leyes sobre agroecología, pero la distancia entre el
discurso y la acción es, muchas veces, abismal. El verdadero reto es
cómo conectamos las leyes en acciones locales concretas”, aseveró
Altieri.
Durante la actividad, las organizaciones que integran
la Alianza “Semillas de Identidad” presentaron también mociones al
anteproyecto de Ley General de Semillas, en las cuales pidieron que se
reconozcan las diferencias entre semillas criollas/acriolladas y las
semillas certificadas y, por lo tanto, su exclusión del proceso de
registro y certificación de semillas convencionales.
Asimismo,
estas semillas deben ser consideradas por el Estado como parte del
patrimonio genético nacional, no pueden ser privatizadas, ni ser sujetas
de patentes a favor de empresas privadas nacionales e internacionales.
Finalmente,
la Alianza “Semillas de Identidad” pidió que las semillas criollas y
acriolladas, que actualmente se utilizan en el 80 por ciento del área
productiva de granos básicos de Nicaragua, sean de propiedad colectiva y
se garantice su libre intercambio entre las familias campesinas.
“La
creación de un sistema normativo que proteja estas semillas y los
conocimientos asociados, va a brindar a Nicaragua un elemento importante
de desarrollo sostenible.
Es por eso que, además de estas
mociones, vamos a presentar un proyecto de Ley Especial para la
producción de semillas criollas y acriolladas con enfoque
agroecológico”, concluyó Julio Sánchez, oficial de Incidencia del Centro
Humboldt.