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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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Vamos a Cuentiarnos la Paz

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A hablar de Paz en serio. Qué significa?


Cambio Total.

Una publicación de la Agencia de noticias UN  –de la Universidad Nacional- nos da cuenta que “cada colombiano tiene su propia concepción de Paz”. Y se escandalizan. Por qué? Acaso no es cada ser humano un universo? Acaso no somos indivudialidades que “sumando” de mil maneras esas indvidualidades llegamos a ser el “colectivo”? Acaso cada idea que tiene cada colombiano sobre la Paz no es el “imaginario indivual-colectivo” que hemos atesorado?

Ah, diferente es que desde los medios oligárquicos –y la agencia UN es del sistema imperante y lo reproduce- pretenda hacerse la “homogenización” del pensamiento de los colombianos. Ah, diferente es que los medios en poder de la oligarquía pretendan que la opinión que ellos producen y reproducen sea la única verdadera. No.

Evidentemente que las expectativas de cada colombiano sobre la Paz son diferentes, de acuerdo con sus insumos. Un obrero tendrá como símbolo de Paz que la explotación, por lo menos, sea menos violenta. Un campesino tendrá que el estado cumpla sus obligaciones y supla sus carencias ancestrales de despojo de tierras, desplazamiento, salud, vivienda, largamente incumplidas por el Estado en toda su historia. Un estudiante conceptuará que la Paz es además de un mejor país, una profunda reforma educativa que posibilite a los sectores de más bajos recursos económicos el acceso a la educación. La mujeres tendrán su propia opinión y así todas las clases y sectores de la sociedad.

Entonces, lo que está en el centro de la discusión en la Mesa de La Habana, es precisamente que el Estado colombiano tiene que modernizarse porque el lastre que carga es del siglo 19, ni siqueira del veinte. Decimos “modernizarse”, lo cual implica “reformas” estructurales ya que el obsoleto estado que usufruta la oligarquía es un estado supremamente atrasado en la historia. La tenencia de la tierra, por ejemplo, es una tenencia feudal, en donde el terrateniente-ganadero es quien determina salarios y relaciones de producción, y ahí no hay estado-santo que valga. Por ello, la política de desplazamiento forzado –agenciada desde el Estado- sigue produciendo millones de desplazados –más de 1 millón en el gobierno Santos- sigue aplicándose impúnemente y para eso tampoco hay organismo internacional que valga, lo único que hacen es denunciar el “fenómeno”. 

Y así, todas las esferas de la vida estatal están impregnadas de un total marasmo derivado de las atrasadas concepciones que prevalecen en el estado, y la frondosa burocracia estatal no se mueve sino es al calor de las “mordidas”, lo cual equivale a decir que el que paga –el rico- obtiene por lo que ha pagado. Modernizar este paquidérmico y atrasado Estado es la tarea de las FARC-EP –por mandato popular- en la Mesa de Conversaciones de La Habana y hacer que siquiera los delegados gubernamentales acepten la necesidad de tratar, por ejemplo, la feudal tenencia de la tierra –que ni siquiera tiene un Censo Agrícola- se tropieza con el muro de la sacrosanta propiedad privada Un muro peor que el Muro de Berlín), propiedad privada conseguida a fuerza de asesinatos, desaparecidos, ejecutados extrajudiciales, masacres y desplazados. De hecho, las cifras del gobierno nacional sobre empleo y pobreza nunca contemplan el millón de colombianos que son arrojados a la pobreza y la marginalidad producto de esas políticas de desplazamiento y despojo.

Hablar de la Paz en serio implica “coger el toro por los cuernos” –así no le gusten a Petro las corridas (por qué no prohiben las violaciones de derechos humanos?)- y modernizar todo el Estado, que en las actuales circunstancias casi que equivaldría a crear nuevos cimientos y nuevos edificios, cimientos que deben ser sólidos y no como las “cajitas de cartón” del Space, construído por ricos para clase media, para que se mueran los otros si se derrumba.

Evidentemente que aquí sale otro “inamovible” muro de Israel que es el de que “no está en discusión el modelo económico-político” y, mucho menos, las fuerzas militares –narcoparamilitares-, olvidando que precisamente ese modelo y ese estado fue el que dió origen al conflicto interno cuando en 1964 agredió a la vereda Marquetalia, incendiando el país y lo convirtió en “laboratorio de contra-insurgencia”, cuyos frutos hoy los vemos en los 6,7 millones de vítimas y convirtió a Colombia en país exportador de muerte por cuenta de las “asesorías” que las fuerzas militares colombianas hacen a otros países latinoamericanos, a un paso de convertirse el el “Israel suramericano”, sueño dorado del presidente Santos.

Debemos, entonces, si queremos la Paz de verdad, hablar en serio... No sigan con mentiras, Santos, por favors.

Buenos propósitos

Alfredo Molano Bravo 5 Jul 2014 - 9:00 pm

El espaldarazo que los expresidentes de EE.UU., España, Chile y Brasil; el ex primer ministro de Inglaterra e Irlanda, y el presidente del Banco Mundial le dieron en Cartagena a la política de paz es tan significativo como el respaldo que ganó Santos en la segunda vuelta.
Por: Alfredo Molano Bravo
Y no son sólo triunfos del presidente, sino también un reconocimiento a las Farc. La declaración firmada por los exmandatarios agradece explícitamente “a las dos partes, Gobierno y Farc, por la ‘seriedad’ con la que se ha adelantado el proceso y, sobre todo, por el compromiso de lograr acuerdos que no sacrifiquen los derechos de las víctimas”. Santos consideró que el reconocimiento que las Farc han hecho de las víctimas es el “punto de inflexión” de las conversaciones. Es un avance muy importante, sin duda. Pero el Gobierno les ha hecho creer al país y a la opinión internacional que las Farc se han declarado así culpables se ser las victimarias y punto. No es exactamente cierto. Primero, porque no se trata de un acuerdo acabado sino de una declaración de principios para la discusión del punto de víctimas. Y segundo, porque el texto firmado se refiere al reconocimiento de todas las víctimas del conflicto armado, sin exclusión. Es decir, también víctimas del Estado.

La importancia está en que por primera vez Estado y guerrilla, ambos por parejo, se hacen responsables de ser victimarios. No se trata entonces de manzanas podridas sueltas ni de guerrillos extraviados, sino de responsabilidades del Estado y de la guerrilla como sujetos jurídicos. Sin duda se trata de un paso muy avanzado que facilita esa difícil álgebra entre el “tanto de justicia que se debe sacrificar para que haya paz”. Lagos lo dijo de otra forma: “No se puede sacrificar la paz por la justicia”. Uribe debe estar rechinando de la rabia en el Ubérrimo.

La declaración de Cartagena fue hecha ante un selecto público determinado, todo de blanco hasta los pies vestido. En otras palabras, los que mandan, y donde el uribismo ha tratado de cocinar su oposición a ultranza. Esta resistencia tiene armas con qué hacerla. De un lado, un importante sector de militares activos y uno no menor de militares en retiro. El ministro de Defensa cumple la función de tratar de calmarlos con sus declaraciones, pero todo parece indicar que logra lo contrario, ahucharlos más. El presidente debe pensar seriamente en mandarlo de embajador a Finlandia a que se le enfríe la cabeza. De otro lado, esa ultraderecha ejerce un poder innegable y peligrosísimo sobre las otras armas.

Luis Alberto Moreno puso sobre el tapete otro tema relevante. La paz y el desarrollo. Independientemente de lo que se entienda por las dos cosas, lo cierto es que el fin del conflicto armado liberará recursos. Dos puntos del PIB, ha dicho el ministro Cárdenas. A lo que se podría sumar, como sugirió Lagos, el 4% del impuesto de guerra, que, dijo, debería conservarse una vez firmado el acuerdo. Tiene razón. Los ricos —¿cómo llamarlos de otra forma?—, que sacarán de él grandes beneficios, deben renunciar a un pedacito de la desproporcionada tajada que apañan para poder dormir más tranquilos. Parte del problema está aquí. De la firma del acuerdo no puede salir solamente la dejación de armas sino también una prueba evidente y tangible de que el futuro va a ser mejor que el pasado, como dijo Clinton. Esas ganancias deben ser invertidas en la paz y se debe impedir que den la vuelta y regresen a las mismas manos de siempre.

El interés por la paz que se respiró en la reunión de Cartagena podría facilitar un compromiso mayor de EE.UU. en la reconciliación, que trascienda las simples declaraciones de simpatía y permita que Obama otorgue el perdón presidencial a Simón Trinidad como una evidencia tangible de su respaldo al proceso, verdadero punto de no retorno.

Nota: es increíble que nos sigamos matando después de cada triunfo de Colombia en el Mundial. ¿Y si pierde el equipo de Pékerman? Sólo en Bogotá han sido asesinados más de 17 ciudadanos. ¿Cuántos han sido los muertos, señor Gustavo Petro, después de las corridas de toros, consideradas por usted espectáculos violentos?

La esclavitud: el capital y el trabajo

x Maciek Wisniewski, laHaine.org    ::    Más articulos de esta autora/or: Más artículos  
Las teorías en boga, como el "fin del trabajo" o las ecuaciones económicas que excluyen el trabajo, invisibilizan la verdadera dinámica del proceso productivo capitalista
Cuando en 1805 el capitán Amasa Delano, durante una excursión a las costas de Chile, se encontró con un buque esclavista golpeado por el mar y lo abordó para llevar provisiones, pensó que su tripulación estaba a cargo de la situación y de su "mercancía", unos 70 esclavos africanos; pero cuando se dio cuenta de que cayó víctima de una muy astuta escenificación a fin de poder recibir ayuda –en realidad los esclavos se apoderaron del buque semanas antes y exigieron ser llevados de vuelta a Senegal– sometió a los rebeldes y los revendió.

Esta increíble –pero verdadera– historia narrada por Herman Melville en su (casi) olvidada novela 'Benito Cereno' (1855), que abre el nuevo libro de Greg Grandin ('The empire of necessity: slavery, freedom, and deception in the new world', 2014) era sólo, literalmente, un pretexto.

Inspiró al autor a emprender una minuciosa investigación sobre la trata de esclavos en América y sirvió para introducir su argumento, según el cual la esclavitud no era un "accidente" en la economía moderna, sino su parte integral, que ayudó en el desarrollo de varios campos, desde la medicina hasta seguros, finanzas y bienes raíces.

Aunque el impacto de la esclavitud llegó más allá del trabajo no remunerado, fue precisamente la plusvalía extraída de él lo que generó la riqueza que corría por las venas de los circuitos comerciales mundiales.
Según un cálculo, entre 1619 y 1865 los esclavos realizaron 222 millones 505 mil 49 horas de trabajo, que hoy representarían un valor de millones de millones de dólares.

Aunque Marx comentó un poco acerca de la esclavitud –presente en otros sistemas, pero que con el capitalismo cobraba rasgos particulares–, subrayando por ejemplo que, contrariamente al trabajador, el esclavo no vendía su fuerza de trabajo, sino él mismo era una mercancía vendida a su amo junto con ésta, que además no le pertenecía, no elaboró más al respecto.

El primero que teorizó sobre la importancia de la esclavitud para el surgimiento del capitalismo fue el marxista polaco Henryk Grossman (1881-1951), autor de 'La ley de la acumulación y del derrumbe del sistema capitalista' (1929).

Como subraya Rick Kuhn, su biógrafo, Grossman trataba de corregir a la vez el argumento de Rosa Luxemburgo, otra marxista polaca: mientras para ella la expansión territorial capitalista era motivada por la necesidad de encontrar nuevos mercados, él analizaba el colonialismo en términos de la necesidad de explotar la fuerza de trabajo –también esclava– y la extra
cción de plusvalía, según él el principal motor del capitalismo. Mientras Luxemburgo insistía en que la plusvalía generada en los países centrales buscaba su realización mediante el comercio colonial, Grossman argumentaba que la plusvalía generada en las periferias buscaba su realización en el centro ('International Socialist Review', No. 56, 11/07).

Para él, la esclavitud era igualmente clave para la industria como la maquinaria –sin el trabajo esclavo no hubiera habido algodón [masivamente]–, aunque el avance tecnológico disminuyó finalmente las ventajas de la esclavitud en la acumulación del capital (o sea, su abolición fue al fin resultado de procesos económicos, como ha subrayado Eric Williams en su 'Capitalism and slavery', 1944).

La conexión plantación-fábrica resalta también en el denso retrato de la economía esclavista en Estados Unidos escrito por Walter Johnson ('River of dark dreams. Slavery and empire in the cotton kingdom', 2013), cuyas descripciones del tormentoso proceso en que el trabajo humano se convertía en mercancías y más capital, la gente viva en cadáveres y la vida humana en algodón, se parecen a los relatos del trabajo fabril de 'El capital'.

También para Johnson no hubiera existido el capitalismo decimonónico sin la esclavitud que alimentaba circuitos comerciales desde Nueva Orleans hasta Nueva York y Liverpool; y sin los plantadores (un arquetipo de un capitalista estadounidense) que, por más crueles que fueran –"violando a las mujeres esclavas convertían su semen en capital"–, también eran muy hábiles en el uso de nuevas tecnologías y sofisticados instrumentos financieros.

Si bien Thomas Piketty en su 'Capital in the twenty-first century' (2014) toma en cuenta la esclavitud como parte del cálculo de capital en Estados Unidos –según su enfoque neoclásico "capital=riqueza", muy diferente al de Marx–, no dedica más atención al tema, ni al colonialismo, dejando así una laguna en su "historia del capital" (véase: Counterpunch, 28-30/3/14).

Tampoco –centrándose en las desigualdades sociales internas– se interesa en la polarización a escala global, cuando muchos de los que están arriba (Estados y/o trasnacionales) deben su "avance" y riqueza a su pasado colonial y al "libre comercio de esclavos".

Pero su falla más grande –al fijarse sólo en la distribución, no en la producción– es su limitado esquema del proceso capitalista según el cual el "dinero produce más dinero" (M-M1).

Para Marx, que miraba las relaciones sociales y la explotación subrayando que sólo el trabajo (P) crea el valor –su esquema es más complejo: M-C-P-C1-M1–, esto era una "economía vulgar", que se guiaba sólo por las apariencias e ignoraba el proceso real de acumulación (Michael Roberts, "Unpicking Piketty", en: Weekly Worker, 5/6/14).

La "milagrosa desaparición" del trabajo en la formación del "capital en el siglo XXI" resulta aún más perturbadora ante la persistencia de la esclavitud, el trabajo forzado y el tráfico humano.

Aunque hoy los dueños de los medios de producción usan violencia "más sutil" (como la deuda ilegal), su objetivo es el mismo: sacar el mayor provecho posible del trabajo (contrarrestando, dirán seguidores de Grossman, la tendencia decreciente de la tasa de ganancia).

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo existen 21 millones de trabajadores esclavos, de los que 19 son explotados por empresas privadas.

Así se ve cómo las teorías en boga, como el "fin del trabajo" (Rifkin) o las ecuaciones económicas que excluyen el trabajo humano (Piketty, et al.), cumplen el papel ideológico invisibilizando la verdadera dinámica del proceso productivo capitalista, oscureciendo tanto el pasado como el presente de la esclavitud, impulsada por el insaciable empuje de la extracción de plusvalía.

* Periodista polaco
@periodistapl

El Irak invadido rechazó el "booking" de sus reservas petroleras; el México neoliberal lo propone

Quinto frente de las FARC-EP denuncia violaciones al DIH por parte del ejército

"El Ejército ha arreciado sus ataques contra campesinos del corregimiento de San José de Apartadó. Ahora no solo disparan sus armas contra la población civil, como históricamente han acostumbrado, sino que se dedican a instalar artefactos explosivos a nombre de FARC-EP alrededor del poblado y en las propias viviendas".

Comunicado del Quinto Frente de las FARC-EP


Ante las recientes acusaciones del Ejército gubernamental sobre la presencia de artefactos explosivos en el corregimiento de San José de Apartado, aclaramos lo siguiente:


1) El Ejército ha arreciado sus ataques contra campesinos del corregimiento de San José de Apartadó. Ahora no solo disparan sus armas contra la población civil, como históricamente han acostumbrado, sino que se dedican a instalar artefactos explosivos a nombre de FARC-EP alrededor del poblado y en las propias viviendas, como ocurrió con las dos bombas instaladas en la casa de la señora Laura Cataño, presidenta de la Junta de Acción Comunal de dicho corregimiento, para después ejecutar operativos de supuestos desminados, pretexto utilizado para amenazar a la población y elevar los niveles de terror que aplica en la región.


2) Los habitantes de la región de Urabá conocen las tácticas de intimidación desarrolladas por las fuerzas militares y de policía en aplicación de la acción sicológica, o guerra sucia, orientada en los manuales de inteligencia contra opositores políticos y comunidades que exigen el cumplimiento de sus derechos políticos, a quienes se acusa de milicianos o integrantes de FARC-EP.


3) Cabe recordar que acciones similares han precedido los ataques ejecutados por las fuerzas militares contra los pobladores de este corregimiento, como el 4 de octubre de 2012, cuando simulando un hostigamiento hirieron de muerte al campesino Daimer Guaca fallecido más tarde en el hospital. O el 9 de abril de 2013, cuando asesinaron a Carlos Andrés Torres, campesino de la vereda Caracolí.


4) En aras de avanzar sostenidamente hacia la afirmación del proceso de paz que se desarrolla en la mesa de conversaciones en la Habana, convocamos al gobierno y a la delegación de paz para que se estructure una comisión que investigue y verifique estos hechos que enturbian las expectativas de paz que crecen en el corazón del pueblo colombiano.


Quinto Frente Antonio Nariño Bloque Iván Ríos FARC-EP
Montañas de Colombia, 2 de Julio del 2014.

Notas de Buhardilla: País chuzado(r)

Ramiro Bejarano Guzmán 5 Jul 2014 - 9:00 pm 
 
Somos una Nación corrompida. Mientras el primer ministro inglés Cameron ofrece públicamente disculpas al nombrar como asesor a un periodista que resultó condenado por haber interceptado comunicaciones privadas, aquí dudamos de la trascendencia de esos delitos, y no faltan quienes los interpreten como juegos de adolescentes.
Por: Ramiro Bejarano Guzmán
Uribe, por ejemplo, el presidente al que le condenaron uno de sus directores del DAS mientras la otra huye de la justicia, no sólo no se ha disculpado por todo lo que pasó en su gobierno, sino que ha tenido el descaro de pedir que lo reconozcan como víctima de los delitos de los que fue victimario su mandato. En otro país, el expresidente de la seguridad democrática, los falsos positivos y las chuzadas, no habría estado a punto de ganar recientemente las elecciones en cuerpo ajeno, sino de enfrentar la justicia.

Con igual suerte cuenta el excandidato Zuluaga, el único aspirante presidencial de quien se conocen pruebas contundentes de andar en conversaciones con personas al margen de la ley por interceptar comunicaciones o usar información privilegiada, quien no sólo no ha sido llamado por la justicia, sino que su abogado también ha solicitado se le reconozca como víctima de los delitos por los que tendrán que responder en su campaña. Los pájaros tirándoles a las escopetas.

En el caso de Zuluaga el asunto es además insólito, porque las informaciones divulgadas después de las elecciones que casi gana dan cuenta de que el espionaje se convirtió en regla inclusive entre los mismos seguidores de Uribe. Si creemos a los medios, todo indica que si bien la campaña de Zuluaga contrató un hacker, Pacho Santos no se quedó cruzado de brazos, pues a su lado apareció Carlos Escobar, otro hacker, el mismo que al parecer estaría enviándonos desde hace meses a varios columnistas mensajes insultantes y calumniosos. Es decir, de ser cierto todo lo que se ha dicho mediáticamente, el uribismo se habría comportado en la campaña del mismo modo que cuando gobernó. Yo chuzo, tu chuzas y entre todos nos chuzamos, reza el dogma del Centro Demoníaco.

Tiene razón Pacho Santos cuando exige a la Fiscalía que investigue las denuncias de los medios sobre los sucesos del reino del chuzo en el que se convirtió la campaña presidencial uribista, porque lo de los hackers no puede tratarse como un asunto normal imputable al afán de un hijo de su papito candidato interesado en manejar su imagen en las redes sociales, como lo pregona la inverosímil e inmoral tesis de que la campaña de “Zurriaga” fue infiltrada. No señor, en las toldas del uribismo alguien perpetró delitos que pusieron en riesgo la democracia, como para atribuirlos a ímpetus juveniles o enterrarlos sin pena ni gloria. Una cosa es el tratamiento vanidoso de la imagen personal en las redes y otra el espionaje, que es lo más grave de una guerra sucia.

Y mientras en el uribismo la polémica se traduce en saber quién chuzó más, a nadie parece importarle que se hayan perdido los archivos que contenían la información sobre las gracias que ejecutaron los directores del DAS en los tiempos en los que estuvo al servicio del mesías. ¿Cómo pudo ocurrirle al Gobierno que desaparecieran valiosos documentos, que además contienen información clasificada sobre la seguridad nacional? El DAS no ha desaparecido legalmente, ni es rueda suelta ni una republiqueta independiente porque el actual Gobierno lo controla. Algo tendrán que decir el director de la Agencia Nacional de Inteligencia, el consejero de seguridad, el ministro de Defensa y el presidente, porque lo único que falta es que guarden silencio precisamente los custodios de los papeles “extraviados”. Y el procurador calladito, porque tendría que excavar en el lodazal de sus entrañables aliados uribistas.

Adenda Nº 1. La tesis de que el Estado debe pagarle la gasolina del carro particular que compró para su hijo, con la que la contratadora Morelli pretende eludir su imborrable falta de hacer mal uso del erario, la retrata como indelicada, mezquina, avivata, avara, pero sobre todo miserable.

Adenda Nº 2. Gracias, selección Colombia y Pékerman.
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

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Basta de Terrorismo de Estado

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