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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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El Ejército continúa reclutando ilegalmente jóvenes pobres para la guerra que mantiene la oligarquía contra el pueblo

Decenas de jóvenes detenidos arbitrariamente en "batidas" permanecen recluidos



En el batallón Guardia Presidencial permanecen decenas de jóvenes que han sido detenidos para reclutarlos a la fuerza por no tener su situación militar definida
Luego que se anunciara el inicio de una jornada de reclutamiento en todo el país a partir del jueves 31 de julio de 2014, nuevamente y como ya es habitual, se presentaron en Bogotá las conocidas “batidas”, que no son otra cosa que detenciones arbitrarias con fines de reclutamiento.

En las inmediaciones del Guardia Presidencial en el centro de Bogotá, y ante los ojos aparentemente indolentes de la administración de la Bogotá Humana y su Dirección de derechos humanos, la Procuraduría General, la Defensoría del Pueblo y la Personería de Bogotá; se viven los dramas humanos de las madres que ven a sus hijos en los camiones del ejército, camino a una guerra que no entienden y de la cual no quieren ser parte.

Si bien el servicio militar es obligatorio en Colombia, este requiere unos protocolos que no son respetados por las unidades militares. Los militares deben solicitar a los jóvenes que se acerquen a los batallones para que allí les sean realizados exámenes y se identifiquen excepciones contempladas en la Ley (desmovilizados, víctimas del conflicto armado, Indígenas, ciudadanos con limitaciones físicas y sensoriales permanentes, hijos únicos y menores de edad).

En la práctica y según múltiples quejas ciudadanas en Bogotá, el reclutamiento se inicia en manos de la Policía Nacional desde las Unidades Permanentes de Justicia UPJ que retienen a los jóvenes y los mantienen en camiones a veces más de 24 horas, para luego conducirlos a la UPJ y es en la madrugada cuando llegan los camiones del ejército y llevan a los jóvenes a regiones distantes como el Caquetá, Putumayo, Guaviare. Teniendo en cuenta que las “batidas” se realizan en barrios populares donde la pobreza impera, llevar jóvenes a otros departamentos hace virtualmente imposible que sus familiares se desplacen a esos lugares para exigir respuesta o pedir una explicación, que casi nunca llega.

La sentencia C-879 de 2011 de la Corte Constitucional es clara en señalar que las autoridades militares no pueden realizar “batidas indiscriminadas con el fin de identificar a los remisos y luego conducirlos a los lugares de concentración pues esta práctica implica incurrir en detenciones arbitrarias prohibidas por el artículo 28 constitucional”. Sin embargo y teniendo en cuenta la importancia de la Sentencia en defensa del derecho a la libertad, el ejército vulnera los derechos humanos cuando incurre en estas prácticas.

El año anterior se puso en evidencia en Canal Capital que en algunos casos los jóvenes ni siquiera son conducidos en vehículos del ejército, sino que son llevados a los diferentes batallones en regiones como el Caquetá, Putumayo o Casanare en buses intermunicipales con personal militar vestidos de civil, en cuyo caso se estaría incurriendo en graves infracciones al derecho Internacional Humanitario (el principio de distinción de combatientes).

La pregunta obvia a todas estas irregularidades que de viva voz pudieron documentar algunos jóvenes que promueven el derecho a objetar conciencia ante el servicio militar y proponen la prestación de un servicio social comunitario como opción a la obligatoriedad de ser parte de un ejército es ¿Dónde están las autoridades que debieran defender a los ciudadanos? ¿Por qué la Secretaría de Gobierno de Bogotá no ha puesto cartas en el asunto? ¿Qué pasa con organismos como la Defensoría del Pueblo? ¿Qué pasa con el ministerio público en cabeza del Procurador Ordoñez y la Personería de Bogotá? ¿Cuánto dinero cuestan en impuestos de los colombianos estas entidades para que no se pongan del lado de los más débiles, cuando es el mismo ejército el que vulnera sus derechos?

La denuncia y las respuestas claras de las autoridades militares, así como la eficiente respuesta de otras entidades que por mandato debieran estar del lado de los ciudadanos, esperaríamos que cambiaran una historia de atropellos e impunidades cotidianas.

Fuente: http://www.las2orillas.co/siguen-las-batidas-del-ejercito-en-bogota/

La situación en Yopal está fuera de control

La personas menos favorecidas, llenan de aguas lluvia los baldes que tienen en los patios de sus casas.

Foto: Archivo Semana

Revista Semana.Sus habitantes no están de acuerdo con el plan de contingencia. Semana.com hizo un recorrido por los problemas de la comunidad.

En Yopal, la gente tiene sed y está furiosa. Hay sólo un dato sobre la capital de Casanare que retumba en el resto del país: los 170.000 yopaleños no tienen agua potable hace más de 1.150 días. Sin embargo, hay historias detrás q
ue muestran la desigualdad que viven sus habitantes.

Desde que un derrumbe en el cerro Buenavista acabó con la Planta de Tratamiento de Agua Potable (PTAP), en mayo del 2011, sus habitantes se abastecen de este líquido por medio de los insuficientes 31 carrotanques que deambulan por la ciudad.

En Yopal, las personas más pobres se bañan con aguas lluvias, y la mayoría de veces les pica la piel. 

En un lado, por ejemplo, está el imponente estadio Atalaya, que duró menos de dos años en ser terminado y tuvo una inversión cercana a 18.000 millones de pesos que dio la Gobernación de Casanare y que pocas veces se usa.

En el otro, están los barrios que no reciben agua por redes sino por un carrotanque que llega con afanes cada ocho días y les da una cantidad que sólo sirve para cocinar y tomar, mientras sus habitantes rezan a diario para que, en medio de una temperatura que ronda los 30 grados centígrados, llueva y puedan mantener llenos, en los patios, los baldes que sirven para otras necesidades. 

La factibilidad, los diseños y la construcción del nuevo sistema de acueducto para Yopal costarían cerca de 53.500 millones de pesos, dinero que es cuadriplicado por las regalías que recibe anualmente el departamento con más petróleo en el país.

¿Cómo recibien agua?

“Yopal es un África chiquito, lleno de elefantes”, dice uno de sus habitantes para referirse a las desgracias de la ciudad. 

Los privilegiados que viven cerca de los pozos profundos como Villa María, San Jorge y Estadio tienen agua por redes que incluso hierven y toman sin problema. Igualmente, otros habitantes que viven cerca de los pozos de Sena y de Bomberos, hacen largas filas en estos lugares en los que pueden llenar sus recipientes a cualquier hora del día. En otros barrios más pobres, sólo llenan un tanque y la comunidad debe desplazarse hasta el mismo para coger medido, el líquido que servirá para el día. 



A los ricos, el agua sí les sale por los grifos, ya que compran el contenido de un tanque por unos 200.000 pesos y les dura un mes. Estos son subterráneos y llevan automáticamente el agua a sus grifos. 

A Yopal el abandono del Gobierno Nacional y la corrupción del municipal lo está haciendo trizas. Mientras sus habitantes escuchan casi a diario que llega una nueva empresa petrolera a abrir un pozo, el municipio, uno de los que más dinero reciben por cuenta de regalías, no tiene para construir un acueducto. Sin embargo, según las cifras del Acueducto, la cobertura del servicio durante abril y mayo de este año fue del 100 %. 


Los acuerdos 

Los yopaleños se fueron a un paro cívico el 18 de julio, reclamando el líquido vital. La manifestación, liderada por el Movimiento Cívico de Yopal, logró varios acuerdos que dieron fin a tres días de paro.

En primer lugar, se logró que la construcción del Acueducto de Yopal sea financiada por el Ministerio de Vivienda Ciudad y Territorio (50 %) y la Gobernación de Casanare (50 %).

En segundo lugar, que se continúe ejecutando el convenio entre la Gobernación de Casanare y la Empresa de Acueducto de Yopal, para la construcción de los tres nuevos pozos profundos que hacen falta.

Así mismo, la construcción de cuatro pozos adicionales con apoyo del Ejército Nacional, con recursos de la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo, que ya tienen un avance del 30 %.

Además, el pasado lunes se iniciaron las mesas de trabajo con los líderes del paro, la comunidad y el gobierno nacional, para evaluar el plan de contingencia que se está instrumentando en la ciudad y que, para muchos, tiene graves insuficiencias. Las mesas tienen como fin ajustar ese plan de contingencia y elaborar un esquema que permita suministrar agua a toda la ciudad.

Lo que tienen claro los habitantes que reciben el líquido por carrotanques es que no quieren pagar los recibos, que no dejan de llegar mensualmente.

Sin embargo, los organismos de control parecen cómplices, pues aunque la Procuraduría destituyó e inhabilitó por 11 años al alcalde de Yopal, Willman Enrique Celemín, en primera instancia, por faltas que consideró “gravísimas”, el alcalde continúa en el cargo y todo sigue como si nada. 

Cabe aclarar que esa destitución no fue por el tema del agua sino por unos contratos para la compra de ocho paquetes turísticos como estímulo para sus funcionarios, por un costo de 24 millones de pesos. Pero lo que más indignación ha causado es el empleo de 25 millones de pesos del erario en 150 paquetes de relajación estético-corporal, también para los servidores públicos que estaban a su cargo.

En Yopal se respira incertidumbre. Sus habitantes no saben si Celemín sigue en el cargo, ni cuándo va a estar listo el acueducto y, ni siquiera, dónde está la plata del municipio. 

¿Por qué los habitantes de Yopal se fueron a paro el pasado 18 de julio y la situación se salió de control? Es simple. Ya son tres años sin agua potable y las personas están desesperadas de que les prometan y no les cumplan. 

Lo más grave es que los veedores ciudadanos que han liderado la lucha por los derechos de los yopaleños se sienten perseguidos. Este jueves, se repartieron por toda la ciudad unos volantes con sus nombres, datos personales y cargos que desempeñan actualmente, como forma de ejercer presión. 

Sin colegio 

El problema se está saliendo de control. El rector del colegio Técnico Ambiental San Mateo, Servando González, anunció que si esta semana no se soluciona el abastecimiento, se cerrarán las puertas del colegio. Los 2.400 niños que consumen, aproximadamente, 12.000 litros de agua a diario deberán regresar a sus casas.

Las historias se repiten diariamente. Los carrotanques salen todos los días de 5 a. m. a 10 p. m., a recorrer las cinco comunas de Yopal. Cada carro cubre una ruta en la que se demora horas, incluso, a veces no alcanzan a terminarla.

Mientras tanto, los habitantes esperan con ansias los pitos de los carros que avisan que deben sacar los baldes para llenar. A cada hogar le dejan 1.000 centímetros cúbicos que, según la Contraloría Municipal, desde la próxima semana serán reducidos a 200. Los yopaleños tendrán aún más sed.

Mientras sale o cae el sol, los habitantes de la capital de Casanare se conglomeran en los puntos gratuitos y permanentes de recolección de agua (Bomberos y Cruz Roja) por unos cuantos baldados de agua potable. Las filas son interminables, el calor empieza a hacer de las suyas, los niños empiezan a llorar, los ancianos a quejarse y los demás, a cargar en sus hombros unos baldes que sólo durarán un día.

Jorge Noguera -director del DAS de Uribhitler- pierde otro ‘round’

Noguera fue sancionado disciplinariamente por la Procuraduría.

Foto: Archivo SEMANA

Revista Semana.  El Consejo de Estado dejó en firme su destitución como director del DAS y su inhabilidad por 20 años, al comprobar sus nexos con paras.

Jorge Noguera Cotes fue uno de los funcionarios más fuertes del gobierno de Álvaro Uribe entre los años 2002 y 2006, cuando fue la cabeza del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS), desde donde se realizaron interceptaciones ilegales a políticos y dirigentes de oposición.

En el 2011 la Corte Suprema de Justicia lo condenó a 25 años de cárcel al hallarlo responsable de los delitos de concierto para delinquir agravado; del homicidio del profesor Alfredo Correa de Andreis; la destrucción, supresión u ocultamiento de documento público, y la revelación de asuntos sometidos a secreto.

Tras esta decisión, Noguera decidió guardar silencio eterno y dijo no tener garantías con la justicia. Sin embargo, le siguen llegando malas noticias. Ahora el Consejo de Estado negó la posibilidad de ‘tumbar’ su destitución e inhabilidad para ejercer cargos públicos por 20 años proferida por la Procuraduría el 16 de noviembre del 2007 por sus nexos con grupos paramilitares.

Noguera argumentó que se le violaron los derechos al debido proceso y que, entre otras cosas, en desarrollo de su proceso no le practicaron pruebas que su defensa solicitó. Por eso interpuso una acción de nulidad. El magistrado Gustavo Gómez Aranguren consideró en su fallo lo contrario y aseguró que la acción era improcedente. Para él se evidenció que al exfuncionario nunca se le violaron sus derechos.

En la decisión del magistrado también quedó claro cómo Noguera sirvió sin restricciones a los grupos paramilitares. Esto se demostró, entre otras cosas, porque el DAS que él dirigía no tenía entre sus oficios investigar a paramilitares y narcotraficantes a quienes les filtraban infomación, sino sólo a guerrilleros.

Allí también, como se sabe, Noguera estableció contactos y relaciones con jefes del paramilitarismo a quienes les debía hacer controles y conseguir sus antecedentes en medio del proceso de desmovilización de esas estructuras ilegales. El Consejo de Estado en su fallo ratifica lo que la Procuraduría determinó en el sentido de que Noguera se desvió de sus labores como director y desencaminó al DAS de los objetivos para los que se creó.
Así pues, Noguera recibe un nuevo golpe y por ahora seguirá tras las rejas cumpliendo una dura condena.

Negociación y confrontacion


La esquizofrenia de Santos.



Esa es la locura de este país: tiene la sofisticación de Alemania y la violencia de Congo. La combinación es insólita. Por ejemplo: en este país se adelanta una negociación mientras se mantiene el combate y los de las Farc son condenados mientras se mantienen negociando. Eso no ha ocurrido en ningún lado.  [1]
(Luis Moreno Ocampo, 28 de Julio, 2014)

"Están jugando con candela y este proceso puede terminar", fue la advertencia que hizo ayer el “presidente de la paz” en contra de las FARC-EP a raíz del reciente atentado que dejó al principal puerto del país, Buenaventura, en penumbras, afectando los negocios multimillonarios de sus amigotes empresarios. Que nadie se llame a engaños: aunque tenga la población civil a flor de labios, lo que realmente preocupa al presidente es el bolsillo de su clase social. Esta advertencia la hizo en Palmira (Valle) durante un acto conmemorativo de Manuelita, uno de esos ingenios azucareros que han esclavizado durante siglo y medio a los corteros, y llamó a sofocar las protestas de éstos mediante la bota militar durante la huelga del 2008. Difícilmente el escenario podía ser más apto para estas declaraciones. "Sabía desde el principio que iba a ser difícil explicar, por qué es que hablan ustedes en La Habana de paz y siguen en guerra”, remató Santos [2] .
Aunque uno está acostumbrado a declaraciones cínicas por parte de los politiqueros colombianos de toda laya, reconozco que estas declaraciones me parecen extraordinariamente irresponsables. No se trata ya de que Santos tenga tal cara dura que parece que la tuviera cubierta de callosidades. Estamos ante un cuadro más complejo: parece que Santos sufre de una personalidad verdaderamente esquizofrénica. Existe una disociación profunda en su comportamiento en lo relativo a la paz y su percepción de la realidad parece totalmente alterada.
Primero que nada, porque mientras lamenta amargamente los golpes de la insurgencia a este centro nervioso de la oligarquía transnacionalizada, puerto totalmente (para)militarizado, le parece perfectamente normal el escalamiento de las agresiones militares contra la población civil en Bolívar, Meta, Antioquia y, sobretodo, en el Catatumbo. Segundo, porque hace una pregunta sorprendente a los guerrilleros: “por qué es que hablan ustedes en La Habana de paz y siguen en guerra”. Esto se le puede responder fácilmente. Hablan de paz en La Habana porque hicieron un acuerdo de negociación para la superación del conflicto social y armado con su merced. Y siguen en guerra en Colombia, precisamente porque su merced ha insistido en que no habrá cese al fuego bilateral mientras no se firme el acuerdo de paz. Realmente Santos tiene o mucha esquizofrenia o muy mala memoria: es precisamente él quien ha puesto estas condiciones a los insurgentes. Condiciones por lo demás insólitas, nunca vistas en ninguna otra parte, según el fiscal de la Corte Penal Internacional Luis Carlos Ocampo, quien además llamó a esta situación una “locura”. Esquizofrenia diría yo, para ser un poco más preciso.
Santos tal vez no se ha enterado desde su torre de marfil en el norte de Bogotá, pero las FARC-EP son un movimiento guerrillero en un conflicto de carácter irregular. Como tal, los ataques a la infraestructura son un aspecto esencial de este tipo de confrontación asimétrica y esto no es exclusivo de los guerrilleros colombianos, sino un hecho universal. Ellos no han cambiado su modus operandi desde el inicio de las negociaciones así que no sabemos por qué la sorpresa. Sorpresa que es cinismo cuando en más de una ocasión este movimiento guerrillero ha planteado la necesidad de una tregua bilateral y ha decretado, de manera unilateral, en múltiples ocasiones, cese al fuego –ocasiones aprovechada por el Ejército para redoblar la presión militar de manera cobarde. Santos, en vez de amenazar, irresponsablemente con terminar las negociaciones sencillamente porque las FARC-EP están respetando las reglas del juego que él mismo impuso, debería preguntarse si la negociación de paz es sostenible en las condiciones actualmente planteadas.
El encantador de serpientes debería decidir su posición: o se sigue negociando en medio de la confrontación, y entonces debe asumir las consecuencias de esta torpe decisión, o se decreta un cese al fuego bilateral, y entonces debe tener capacidad para enfrentar las presiones de Washington y del bloque militar-terrateniente-mafioso. Decida lo que decida, lo importante es que Santos deje de exhibir un comportamiento esquizofrénico y asuma las consecuencias de sus acciones. El tema de fondo es que negociar en medio de la confrontación, más aún cuando el gobierno también rechaza adoptar medidas para la “humanización del conflicto”, se demuestra hoy más que nunca como un absurdo. No hay peor enemigo hoy para el proceso de negociación que la dinámica del enfrentamiento. Hoy el tema real no es que la insurgencia pise el acelerador a fin de lograr la paz exprés, como pretenden algunos vividores de las industrias de la guerra y de la paz, sino exigir un cese inmediato de las hostilidades para generar un ambiente propicio para que las negociaciones avancen con el menor ruido posible. Cualquier persona con dos dedos de frente se da cuenta de ello. A lo mejor después de las elecciones, el “presidente de la paz” ya no tiene ningún interés objetivo en las negociaciones y sencillamente está preparando el terreno para patear la mesa. Los dientes ya los viene mostrando, desde hace rato. Allá los que quieran hacerse falsas ilusiones, pero hoy lo único que puede salvar el proceso es la presión popular porque dudo mucho que el gobierno de un paso de esta magnitud por propia voluntad.

NOTAS:


(*) José Antonio Gutiérrez D. es militante libertario residente en Irlanda, donde participa en los movimientos de solidaridad con América Latina y Colombia, colaborador de la revista CEPA (Colombia) y El Ciudadano (Chile), así como del sitio web internacional www.anarkismo.net.  Autor de "Problemas e Possibilidades do Anarquismo" (en portugués, Faisca ed., 2011) y coordinador del libro "Orígenes Libertarios del Primero de Mayo en América Latina" (Quimantú ed. 2010). 

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


 

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