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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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FARC-EP SE PRONUNCIA POR LA INJUSTIFICADA POLÉMICA POR PRESENCIA EN EL CONEJO.


Comunicado

La presencia de miembros de la Delegación de Paz de las FARC-EP en el corregimiento de Conejo, en el departamento de la Guajira, ha desatado una injustificada polémica levantada por los más connotados voceros de la derecha guerrerista.
Se indignan los pregoneros de la continuación de la guerra, porque nuestros voceros llegan desde La Habana con un mensaje de paz y reconciliación a uno de los departamentos más castigados por el olvido y la corrupción de las élites gobernantes.
Tras el manido argumento del proselitismo armado, se pretende imponer el aislamiento de nuestra delegación y la prohibición de interactuar con los distintos sectores de la sociedad interesados en conocer los desarrollos del proceso. No se puede argumentar inexistentes compromisos en los protocolos acordados por las partes para el traslado de los delegados de las FARC-EP a Colombia, con el fin de socializar los avances del proceso con los guerrilleros y las masas que históricamente nos han acompañado, para desconocer el derecho a la libre información que asiste a todos los ciudadanos.
El momento actual, en el que la posibilidad de firmar un acuerdo definitivo de paz se hace más cierta, antes que ceder espacios a los enemigos de la paz y la reconciliación, exige de los principales protagonistas del proceso, la firme decisión de sortear de manera concertada cualquier obstáculo que pueda presentarse en el camino de la solución política. En esa dirección invitamos al Gobierno Nacional a trabajar para superar este impase.  
Ante la embestida guerrerista lo que se impone es la más amplia movilización del pueblo colombiano en defensa de su derecho a la paz con justicia social, democracia y soberanía.
Febrero 19 de 2016.
Secretariado del Estado Mayor Central.
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
FARC-EP

El caso Yarima - Alfredo Molano Bravo

ALFREDO MOLANO BRAVO 20 FEB 2016 - 9:00 PM

Alfredo Molano Bravo
En el año 1960 hice un viaje en el entonces recién inaugurado Expreso del Sol, que al día siguiente en la tardecita “se mete a Santa Marta”.
Por: Alfredo Molano Bravo
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Después lo hice varias veces, pero siempre, invariablemente, se detenía horas —muchas horas— entre los ríos Carare y Opón. Nunca se supo la razón. A los lados de la carrilera había sólo selva. Selva tupida, entera, húmeda. Las grandes compañías madereras la abatieron; cientos de familias campesinas colonizaron la región y desde mediados de los 70 comenzaron a ser expulsadas por ganaderos. En medio del conflicto se afianzaron el Eln y las Farc. En 1986 fue asesinada Silvia Duzán y desde entonces reinó el paramilitarismo. Ese año hubo 20 masacres con 78 víctimas; en 1987, 18 masacres con 93 víctimas, y en 1988, 62 masacres con 323 asesinados. Entre el 91 y el 93 hubo más de 4.000 campesinos desplazados del Magdalena Medio. Tierra arrasada de campesinos e invadida por ganaderos. Ahora entre Puerto Boyacá y Yarima hay pastizales infinitos, pocas vacas y 37 casas de pobladores.
El 15 de febrero pasado se cumplieron 50 años de la muerte de Camilo Torres en Patio Cemento. La USO, las comunidades eclesiásticas de base y el colectivo Alvear Restrepo organizaron una peregrinación al lugar, donde se celebraría una misa conmemorativa. En el Club Las Infantas, cerca de Barranca, el padre Javier Giraldo y un antiguo compañero de Camilo, el padre Gustavo Pérez, saludaron a las 800 personas que en 25 buses salían para Patio Cemento. Le pidieron al Eln que se sumara a los acuerdos de paz y a pleno sol partió la caravana. Se sabía que en Carmen de Chucurí unos días antes se habían reunido —con la presencia del batallón Luciano D’elhuyar, el mismo que en enero del año 1989 bombardeó veredas de Simacota y San Vicente— ganaderos, comerciantes y políticos, con el objetivo de impedir el homenaje a Camilo. Desde entonces se vieron gentes armadas patrullando en motos, según contaron campesinos en Yarima. La caravana tuvo que levantar siete corpulentos árboles recién cortados para poder continuar: “Era como un aviso de lo que nos podía pasar”, confesó uno de los miembros de la marcha.
Por la carretera había tropas del Ejército con caras pintadas y full fierros, haciendo con su mano el publicitario OK. Había también policías de tránsito, policías de verde biche, que saludaban en silencio acezando como iguanas por el calor del medio día. Unos kilómetros adelante, la primera pancarta: “Yarima rechaza homenajes a victimarios”. A mitad del trayecto, al lado de una pista de aterrizaje, estaba atravesado un grupo del Esmad sudando sus pesados equipos antidisturbios. A su lado, miembros del CTI estaban listos para hacer actas de levantamiento, por si acaso. No había ni una ambulancia. Los dirigentes se bajaron a pedir explicaciones puesto que la marcha había sido autorizada por el ministro del Interior. La cosa era simple: a cinco kilómetros se habían concentrado los manifestantes organizados días antes con la consigna de trancar a toda costa a los terroristas que querían romper “la paz lograda 16 años atrás”, como se leía en otra pancarta. Es decir, “lograda” en el año 2000, tiempo en que Arnubio Triana Mahecha, alias Botalón, lugarteniente de Ramón Isaza, tomaba el mando de la zona. Caracol informó que el sitio donde se iba a colocar una placa conmemorativa en el lugar donde cayó Camilo había sido volado. Pese a las amenazas, la gran mayoría de la marcha de peregrinos continuó a pie unos kilómetros y, donde el encuentro con la contramarcha era inminente, se celebró una misa.
El episodio pasó más o menos inadvertido entre el ruido que hicieron los ladrillazos contra el Transmilenio en la estación del Tintal y los escándalos en la Policía Nacional, pero es un hecho muy grave. Se trata de uno de los indicios de reorganización de las Auc, no sólo en el Magdalena Medio, sino en Ataco, Tolima; Teteyé, Putumayo; Balboa, Cauca, y Aguazul, Casanare, con la consigna de impedir cualquier arreglo territorial entre las Farc y el Estado colombiano. Lo grave, lo más grave, es que el Gobierno parece ser indiferente ante esa peligrosísima reorganización, por ahora civil, del paramilitarismo.

La Modelo paramilitar - Javier Ortiz - El Espectador


Ya ha quedado en evidencia que las cárceles de Colombia, más que ser lugares privativos de la libertad, son campos de concentración.
Por: Javier Ortiz
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Se sabe que el hacinamiento aumenta las expresiones violentas, que viven entre excremento y orines espesos, que los enfermos caminan los patios con llagas malolientes reflejo de las pésimas condiciones de salud. Pero cuando se pensaba que nada podía superar ese estado de cosas inconstitucionales que impera en las prisiones, al que se refirió la Corte Constitucional en la sentencia T-153 de 1998, aparece una espantosa confesión que describe cómo se descuartizaban personas en la cárcel Modelo de Bogotá.
Cerdos que comían desechos de gente, personas picadas y molidas a golpes de mazo, son apenas imágenes del terror que gobernó el penal, del que las autoridades tenían conocimiento.
El 27 de abril de 2000 los paramilitares recluidos en el patio cinco de la cárcel Modelo de Bogotá tumbaron las paredes con granadas y ráfagas de fúsil, ingresaron al patio cuatro y asesinaron a 32 internos. Eran los mismos días en que ocurrieron las masacres de Tibú —en Norte de Santander, con un saldo de 25 muertes—, la vereda Mata de Perro en El Carmen de Bolívar —en la que torturaron y asesinaron a 13 campesinos—, San Carlos en el departamento de Antioquia —en donde mataron a 15 campesinos—, y Buenaventura en el Valle del Cauca —con 13 víctimas mortales, ocho desaparecidos y un herido—. Tiempos donde el paramilitarismo mandaba en los territorios nacionales, se mezclaba con la institucionalidad, se sentaba en la mesa con la fuerza pública y garantizaba resultados en procesos electorales. Lo que ocurrió en la Modelo, y posiblemente en otras cárceles del país, no fue otra cosa.
La masacre de la cárcel Modelo duró 12 horas y sembró el terror dentro y fuera del penal. La Fuerza Pública no hizo nada por detener la barbarie. A la vieja usanza de las masacres paramilitares, ingresó dos días después, cuando los asesinos celebraban su hazaña con unos tragos. Doce días después, testigos aseguraban que los internos de los patios cinco y tres seguían portando armas de largo alcance y que en las noches patrullaban con brazaletes de las Autodefensas Unidas de Colombia.
El mismo día de la masacre, horas antes, un guardia encontró el cuerpo descuartizado del interno Alberto León Giraldo. Fue asfixiado, picado y metido en unas bolsas. En enero de 2013, 13 años después, el Consejo de Estado consideró administrativamente responsable al INPEC por su muerte.
El país, como siempre, es tolerante con la barbarie —durante años, hasta que un día decide sorprenderse. En 2010 el portal Verdad Abierta tituló “Los desaparecidos de la Modelo”, y en la nota se refería a la versión libre de alias Don Mario y alias Pirata —exjefes del Bloque Centauros de las Auc— en la que “dijeron que recordaban varios casos en los que paramilitares presos en la cárcel Modelo de Bogotá asesinaron y desaparecieron personas en el interior del mismo penal”.
Se investigan, al menos, la desaparición de 100 personas en la Modelo. Según el testimonio, no sólo eran reclusos las víctimas mortales. La maquinaria paramilitar operó a sus anchas en la cárcel. Es absurdo imaginar, si quiera, que el INPEC nunca se enteró.

Almendras amargas: habla Vicky Dávila. por Damiel Coronell.

por DANIEL CORONELL

En entrevista exclusiva con Daniel Coronell, la reconocida periodista habla sobre el escándalo de la Policía, el video del ex viceministro del Interior y su salida de La F.m.
 Daniel Coronell. Foto: John Caslon
DANIEL CORONELL: ¿Y usted por qué dice que su salida de RCN empezó cuando le regalaron unas almendras?
VICKY DÁVILA: La semana pasada los periodistas de La F.m. estábamos felices. La investigación por los actos de corrupción en la Policía Nacional había sido reconocida con el Premio CPB. Al día siguiente, el 10 de febrero, publicamos una investigación sobre las polémicas compras de la Casa de Nariño en donde, entre otras cosas, descubrimos que gastaron 15 millones de pesos en almendras. El mismo día de la publicación, la ministra de la Presidencia, María Lorena Gutiérrez, me envió con un alto directivo de la Organización Ardila Lülle el lujoso tarro de almendras con escudo de la Presidencia que ustedes pueden ver en estas fotos.
Las almendras traían un doble mensaje. Primero, que en Palacio, como es lógico, no había gustado la historia y, segundo, me estaban diciendo, elocuentemente, que estaban hablando con mis jefes sobre mi trabajo periodístico.
D.C.: Es curioso que la remitente de las almendras sea justamente María Lorena, quien fue designada como coordinadora de la comisión que evalúa a la Policía después de las denuncias de La F.m.
V.D.: Sí, eso es diciente. De paso se me quedó en el tintero un dato bueno. La doctora María Lorena ha sido socia de uno de los miembros de la comisión: Jorge Hernán Cárdenas, hermano del ministro de Hacienda y contratista de la Policía Nacional, es decir, beneficiario del general Palomino. La empresa que recibió los millonarios contratos de la Policía se llama "Oportunidad Estratégica" y uno de sus fundadores es la doctora María Lorena. (Ver acta de fundación) Ella vendió muy barata su participación el martes 10 de agosto de 2010 (Ver venta) y fue nombrada por decreto del presidente Santos al otro día, el miércoles 11 de agosto. (Ver decreto)
D.C.: ¿Y por qué no contó eso cuando dirigía La F.m.?
V.D.: Porque solo terminé la verificación un día después de mi salida de RCN.
D.C.: ¿Usted cree que el presidente Juan Manuel Santos pidió su cabeza?
V.D.: Sí, yo creo.
D.C.: Vicky, usted se acostumbró a cierta proximidad con el poder. Estuvo relativamente cerca de Andrés Pastrana. Más cerca de lo que yo hubiera preferido de Álvaro Uribe y cerca también de Juan Manuel Santos. Hoy, viéndolo en perspectiva, ¿cree que esa cercanía con el poder le sirve al ejercicio del periodismo?
V.D.: A ver, una cosa es la relación entre un periodista y una fuente de información y otra una amistad. La verdad, yo no he sido amiga de ninguno de los tres, mi grado de cercanía se limitó a lo profesional. Y en algún momento tuve que decir cosas que le molestaban al presidente de turno.
D.C.: Vicky, pero también dijo muchas que le gustaban al de turno. Sobre todo cuando el de turno era Uribe…
V.D.: Lo dije, pero no para que le agradaran a él sino porque genuinamente a mí también me gustaban.
D.C.: ¿Y cuándo le dejaron de gustar las cosas de Santos?
V.D.: Tuvimos una relación buena y franca, entre periodista y fuente, hasta diciembre cuando denuncié las chuzadas y otras irregularidades en la Policía, que el presidente no quiso tomar en serio.
D.C.: ¿Entonces sí fue un tema personal como lo dicen muchos ahora?
V.D.: No, porque la crisis en la Policía le hace daño al país entero y las chuzadas son un pésimo síntoma para la democracia.
D.C.: Es verdad, pero debo decir que en el gobierno de Uribe la situación fue peor. Magistrados, opositores y periodistas fueron chuzados como ya está probado judicialmente.
V.D.: No sé si fue peor o no, pero sentí que durante Uribe se unieron muchas fuerzas para que se investigaran esas chuzadas. Lo cual no pasa ahora.
D.C.: Bueno, por lo menos los periodistas no nos podíamos quejar de que en el gobierno de Uribe no nos oyeran...
V.D.: (Risas) Y usted después dice que yo soy la del tema personal…
D.C.: Vicky, usted terminó desempleada por la publicación de un video que mostraba una conversación homosexual íntima de un senador y un oficial de la Policía. ¿Admite hoy que fue un error publicarlo?
V.D.: Si me pudiera devolver en el tiempo lo volvería a publicar, pero de otra manera. La forma terminó devorando el fondo. El video no se puede ver aisladamente sino como la prueba de las mentiras de uno de los involucrados denunciada por una víctima ya reconocida de la ‘Comunidad del Anillo’, la red de prostitución dentro de la Policía. El señor Ferro había negado, entre muchas cosas, que conocía al capitán con el que aparece grabado. El video por sí solo significa poco, pero en el contexto de las investigaciones va a ser una evidencia clave. No olvide que el procurador lo reconoció como una prueba en el mismo momento en que abrió la investigación a Palomino y lo envió a la Fiscalía.
D.C.: Usted dice que el error estuvo en la forma. ¿Entonces cuál sería la forma correcta de publicarlo?
V.D.: Definitivamente habría que editar el video y suprimir muchas partes del audio.
D.C.: Es fácil hacer la alineación después del partido, pero a muchos les pareció que el video solo probaba una relación homosexual consentida entre adultos y que su publicación fue una especie de ataque homofóbico.
V.D.: Eso no es así. Y me duele particularmente porque me esfuerzo por respetar las preferencias sexuales de las personas. Mire el video desde otra perspectiva y piense que fue grabado por una víctima tratando de mostrar el atropello al que fue sometida.
D.C.: Pero la víctima no parece tan víctima, canta, coquetea, incita y hace alarde de sus atributos…
V.D.: Justamente porque el video es solo un eslabón en la cadena. El capitán denunció que sus superiores en la Policía lo habían violado y sometido a la prostitución. Es decir, su testimonio ni empieza ni termina con el video. Hay numerosos indicios sobre los vejámenes que sufrieron él y otros miembros de la Policía. Como suele pasar en estos casos la cuerda se rompe por lo más delgado, los victimarios siguen tranquilos y el que puede terminar saliendo de la Policía es el denunciante.
D.C.: Hablando del doctor Ferro, ¿usted pensó en el dolor que podía sufrir la familia con la publicación?
V.D.: Aquí se está desdibujando la frontera entre víctima y victimario. No podemos olvidar quién ha sido Carlos Ferro y las acusaciones que pesan sobre él. Hace tiempo está publicada por Édgar Artunduaga la historia que lo vincula con un sórdido asesinato en Fusagasugá que incluye policías y relaciones homosexuales. Siento que la familia sufra, pero lo cierto es que sufre por las acciones del doctor Ferro y no por la publicación de las evidencias de esas acciones. También sufre la víctima que me entregó las pruebas entre lágrimas, esperando que algún día se haga justicia.
D.C.: Cuando usted decidió publicar el video, ya la Procuraduría había anunciado las investigaciones contra el general Palomino. ¿No le parece que con la publicación usted terminó saboteando su propio trabajo?
V.D.: Yo no, pero la lectura que se hizo del video sí. Sin embargo, las pruebas terminaron sacando a Palomino aun en contra de la voluntad del presidente Santos.
D.C.: Usted ha sufrido mucho en los últimos meses por esta investigación. ¿Quizás ese sufrimiento le nubló el criterio a la hora de decidir la publicación de este video?
V.D.: Es posible que los sentimientos me hayan jugado una mala pasada en la forma, pero lo volvería a publicar aunque editado.
D.C.: Vicky, ¿a usted no le pareció un poco ingrato el comunicado de la Organización Ardila Lülle?
V.D.: Daniel, para la Organización Ardila Lülle solo mi gratitud y mi cariño por siempre.
D.C.: ¿Cómo se han portado los colegas?
V.D.: Algunos muy bien. Otros cayeron en la trampa del episodio del video y olvidaron rápido todo lo que han descubierto las investigaciones del equipo de La F.m.
D.C.: ¿Qué ha sido lo más doloroso de todo esto?
V.D.: Separarme de mi equipo, ver manchado todo un trabajo serio por un episodio discutible y haber pasado a ser la mala de la película.
D.C.: ¿Por qué no se despidió al aire de su audiencia?
V.D.: (Se le quiebra la voz) Porque todo pasó tan rápido que no alcancé.
D.C.: ¿Qué planes tiene para el futuro?
V.D.: Soy una reportera. Nunca aprendí otro trabajo. Espero encontrar pronto un trabajo periodístico.
 

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