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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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En las Farc nadie aspira a ser presidente o ministro: 'Timochenko'

El máximo jefe de la guerrilla señaló que la organización trabaja en los detalles para la conformación de su movimiento político.
Por: Redacción Paz - El Espectador.

“Una gran ventaja de nosotros es que en la dirección de las Farc nadie está trabajando en este proceso para ser presidente o ministro”, dijo el máximo jefe de la guerrilla, alias ‘Timochenko’ en una entrevista con el canal ruso RT.
Sin embargo, el jefe insurgente señaló que si las circunstancias los “ubican” en esos lugares, los asumirán con la mayor interesa. "Lo que en realidad queremos es la paz y eso depende de todos".
Respecto a la participación política de las Farc, ‘Timochenko’ comentó que la organización estudia cómo van a incursionar en la vida política colombiana, “qué propuesta le vamos a lanzar al país y la idea nuestra es unir esfuerzos en esta primera etapa para sentar las bases de una paz verdadera y con justicia social”.
“Nosotros somos un movimiento político alzado en armas. Vamos a dejar las armas, pero nuestro carácter político lo mantenemos. Ya los detalles los estamos construyendo porque eso lo define una conferencia nacional de guerrilleros”, dijo
Por último, el jefe guerrillero habló sobre las dificultades que atravesaron las partes en su camino hacia el acuerdo de paz y se mostró optimista con los resultados y la nueva fase por la que atraviesa el proceso.

Las Farc y el gobierno de Juan Manuel Santos negocian desde noviembre de 2012 en La Habana el fin del conflicto armado de medio siglo y el establecimiento de una paz duradera.
En ese lapso, ambas partes han llegado a acuerdos parciales en los seis puntos de la agenda que incluyó: el tema agrario, reparación de las víctimas, participación política, narcotráfico, abandono de las armas y validación del acuerdo final de paz.
El pasado 23 de junio, en presencia de Santos y de Timoleón Jiménez, jefe máximo de las Farc, se firmaron en La Habana los acuerdos sobre el cese al fuego bilateral, dejación de armas y refrendación del acuerdo.
Pero en cada punto quedaron temas pendientes en aras de lograr un avance, los cuales deben ser resueltos en las próximas semanas.

Las armas y los votos

El proyecto sobre el derecho al voto de las Fuerzas Armadas y de Policía que el senador Roy Barreras presentó ha levantado, con justa razón, una polvareda.
Por: Alfredo Molano Bravo - El Espectador.

La iniciativa no es nueva. De uno y otro lado se ha oreado la tentación de devolverles facultades ciudadanas a los militares. Olaya Herrera les negó el derecho a untarse el dedo porque la alta oficialidad del Ejército era nombrada por los gobiernos de la Hegemonía Conservadora. Y los generales eran, por tanto, grandes electores. Rojas Pinilla, sin haberles devuelto el derecho a elegir, impulsó el famoso binomio Pueblo-Fuerzas Armadas. Lleras Camargo intuyó el peligro de esa pareja y, después de la intentona golpista del 2 de mayo del 58, sentó una doctrina en su famoso discurso del Teatro Patria: Los militares se ocupan de lo militar y los políticos, de lo político. En otras palabras: los militares obedecen, no deliberan. El poder militar está subordinado al poder civil. La tesis tomó desde entonces fuerza de dogma. Pero ¡cuánta ficción se aloja en el pronunciamiento de Lleras Camargo! Los militares deliberan a puerta cerrada y opinan con sus armas a la luz pública. No obstante, no dejan de pronunciarse cuando las decisiones de los gobiernos no les convienen. Recuérdense los casos de los generales Landazábal y Bedoya. Y ténganse muy en cuenta también las directrices que emiten de tanto en tanto los militares en retiro, que son voz cantante de los militares activos.
Desde el Frente Nacional a las Fuerzas Armadas les ha sido delegada la delicada función de controlar –mejor decir administrar– el orden público: su definición, sus límites, sus amenazas, Y, por tanto, la selección de amigos y de enemigos del orden público. Líneas rojas trazadas por la función que EE. UU. asignó al país en el marco de la Guerra Fría. Una gran ventaja para el establecimiento que endosó en ese poder las soluciones políticas a los problemas planteados por los conflictos sociales. Las armas de la República, como se dice, terminaron siendo usadas a discreción por los militares para blindar el establecimiento, y de alguna manera, convertirlo en rehén. Los esfuerzos que ha hecho Santos para aflojar la atadura han sido valientes y la democracia se lo abonará tarde o temprano.
Los militares opinan con sus armas tal como los magistrados opinan con sus sentencias y la Iglesia con sus encíclicas. En el mundo real, y no en la “república aérea”, los políticos imponen su opinión electoral a las Fuerzas Militares y los militares aceptan esa delegación elevando sus demandas estamentales a los políticos. El binomio pueblo-Fuerzas Armadas fue sustituido por el binomio establecimiento-Fuerzas Armadas y en esa dialéctica los militares han impuesto su propia ley no sólo al Gobierno, sino al país. Devolverles a los militares el derecho de votar podría limitar la facultad de opinar con esas armas que los ciudadanos hemos puesto en sus manos para defender los derechos de todos.
Se argumenta que al existir la obediencia ciega de los inferiores a los superiores en la jerarquía militar, los generales negros imponen su opinión sobre los soldados blancos y que eso les daría a los candidatos negros una ventaja sobre sus rivales. ¿Acaso no sucede lo mismo cuando un escuadrón del Esmad carga contra una manifestación de protesta? ¿Acaso no son los generales los que determinan qué y quién atenta contra el orden público y qué entienden ellos por orden público? Al regresar el Ejército a sus batallones el país debe devolverles el derecho a opinar sin armas, como podrán opinar también los guerrilleros al dejar las suyas. Hay un parentesco político en la sincronía de estos derechos.
Alfredo Rangel cree que devolverles a las Fuerzas Armadas el derecho al voto es un ardid para que los familiares de los militares voten a favor de la paz, una especulación que simplemente delata lo que hizo el Centro Democrático en las pasadas elecciones presidenciales: asustar a los familiares de la Fuerza Pública para que votaran a favor de Uribe: 500.000 militares multiplicados por dos es un millón de votos, que en el plebiscito les van a hacer falta.

La fractura entre guerra y paz.

Desastre en Irak con apoyo colombiano

Héctor Navarro: “Al defender el revocatorio no coincido con la MUD sino con Hugo Chávez”

Tomado de Quinto Día.

“Siempre pensé que Maduro estaba muy mal asesorado. Ahora no estoy tan seguro”

“Chávez no actuaba sin pruebas contra la corrupción”

“De ese diálogo sin pueblo puedo esperar lo peor. ¿Se estará propiciando un nuevo Pacto de Nueva York luego reeditado como Pacto de Punto Fijo?”


Mario Villegas
mariovillegas100@gmail.com
@mario_villegas
Foto: Abraham De Barros


Héctor Navarro es una de las prominentes figuras del chavismo que hace poco acudieron al Consejo Nacional Electoral en solicitud de garantías al derecho constitucional de los venezolanos al Referendo Revocatorio, el cual consideran impostergable para evitar graves desenlaces.

En esta postura, Navarro dice no coincidir con la Mesa de la Unidad Democrática sino con el fallecido presidente Hugo Chávez, inspirador y promotor de la Constitución de 1999.

Defensor a rajatabla de lo que considera logros alcanzados por la llamada Revolución Bolivariana de la mano de Chávez, afirma sin embargo que lo que hoy existe en el país es una socialdemocracia con economía rentista y dependiente que no satisface ni las necesidades mínimas de los seres humanos.

-¿El Hombre Nuevo del Socialismo del Siglo XXI es un hombre cercado por el hampa, hambriento, sin acceso a la salud y claramente desesperanzado?
-Lo que siempre hemos planteado, desde Chávez, fue construir la transición al socialismo, esto es, al Socialismo del Siglo XXI. Se avanzó muchísimo para que la semilla de ese Hombre Nuevo pudiera germinar y desarrollarse: con todo lo que hicimos en educación, en salud, en vivienda, e incluso con las enormes inversiones realizadas para garantizar con el tiempo una soberanía alimentaria y, cada vez, una menor dependencia de las importaciones. Hoy ese no es el planteamiento oficial. Más allá de lo mediático, lo que se propone ni siquiera se parece al socialismo ni tampoco a la construcción de la transición. Estamos en una social democracia con economía cada vez más rentista y dependiente del exterior a la cual ahora se le hace difícil aún satisfacer las necesidades mínimas de los seres humanos.

-¿Le ha llegado a usted su bolsa de los CLAP con alimentos y medicinas?
-¡No! Las he visto en fotos, algunas provenientes de Colombia.

-¿El súper ministro Vladimir Padrino López resolverá el problema del desabastecimiento?
-Más allá de la capacidad profesional comprobada del General Padrino López, e incluso de su buena intención, el problema actual no se puede resolver simplemente a nivel de la distribución. Es mucho más complejo y, dentro de la complejidad, están la corrupción que sigue galopando gracias a la impunidad y al mal ejemplo que eso significa y las condiciones objetivas de la economía rentista.

-¿Cuánta responsabilidad le cabe al presidente Chávez en la actual crisis política, económica y social?
-Allá por el año 2009 los precios petroleros cayeron a niveles incluso inferiores a los que han caído en la presente crisis. Las decisiones inmediatas y oportunas de Chávez redujeron el impacto de la crisis hasta el punto en que hoy muy pocas personas recuerdan la situación. Chávez sí tiene la responsabilidad de reducir la pobreza a niveles de países que se llaman desarrollados. Igualmente a Chávez corresponde la responsabilidad de haber llevado prácticamente a cero el fenómeno de los “niños de la calle” gracias a los planes educativos y el Programa de Alimentación Escolar y, por supuesto las Escuelas Bolivarianas. Igualmente es responsable de la desaparición del analfabetismo y de los “bachilleres sin cupo”, no por la vía represiva de la Cuarta República, sino por la vía de la creación de oportunidades de estudio para todos. Sí, creo que Chávez es muy responsable…

-¿Cómo definiría al presidente Nicolás Maduro?
-Siempre pensé que estaba muy mal asesorado y lo hice público. Ahora no estoy tan seguro.

-¿Y a Diosdado Cabello?
-De él prefiero no hablar porque una orden arbitraria suya me excluyó, sin derecho a la defensa, de mi participación en la Dirección Nacional del PSUV, a la cual había llegado por elección de las bases del partido. Cualquier opinión que pueda dar correría el riesgo de no ser suficientemente objetiva.

-¿Se equivocó Chávez al designar a su sucesor?
-Era la única decisión posible para él en su situación: muy enfermo, aislado, con poca relación directa con sus equipos. Chávez no creía que moriría de esa enfermedad y él me lo dijo en un momento doloroso, estando yo al lado del cuerpo sin vida de un gran venezolano, Juan de Jesús Montilla: “¡No voy a morirme!”

-¿Cabello habría sido mejor o peor presidente que Maduro?
-Chávez, como todos, sabía que Cabello no tenía como ganar las elecciones.

-¿No le importa coincidir con la MUD en el tema del Revocatorio?
-No coincido con la MUD. Coincido con Chávez, que entusiastamente promovió la figura del Referendo en la Constitución. Sostenemos, como lo hizo gallardamente Chávez en el 2004, que ese derecho debe garantizarse, sin subterfugios y siempre que se cumpla con los requisitos constitucionales, esto es, sin trampas.

-¿Qué es mejor para Venezuela: que Maduro se vaya o que termine su mandato en el 2019?
-Decisión del pueblo. Decimos que debemos poner a prueba nuestra democracia. Obviamente, poner el gobierno en las manos de representantes de aquellos grupos económicos, políticos o familiares que gobernaban a Venezuela en la Cuarta República, sería mucho peor. Nótese que no estoy afirmando que sería menos bueno.

-¿Cuándo va a señalar con nombres y apellidos a quienes se favorecieron de las corruptelas que usted mismo ha venido denunciando?
-No he denunciado. Me he sumado a denuncias como las de Edmé Betancourt, apoyadas por Jorge Giordani, del propio Presidente de la República a finales del año 2013, recogidas por Luis Britto García en artículo de prensa señalando el robo de más de 20 mil millones de dólares.

-¿Chávez fue indulgente con algunos de sus camaradas que incurrieron en corrupción?
-Sin pruebas no actuaba. Podemos recordar cómo se refirió públicamente a casos como el de Arné Chacón, hermano del ex ministro Jesse Chacón, y cómo actuó.

-¿Qué espera usted del diálogo entre el gobierno y la oposición?
-De ese diálogo sin pueblo, puedo esperar lo peor. ¿Se estará propiciando un nuevo “Pacto de Nueva York” luego reeditado como “Pacto de Punto Fijo”?

-¿Es partidario de que sean liberados los presos políticos? ¿Quiénes, por ejemplo?
-Hasta donde yo recuerdo, los que están presos en este momento lo están por haber cometido graves delitos contra personas y bienes.

-¿La educación y el sistema eléctrico están mejor o peor que como usted los dejó cuando fue ministro de esas áreas?
-No poseo información objetiva como para hacer una afirmación. Me preocupa, por ejemplo, la demora en la puesta en funcionamiento de Tocoma.




Quién es quién

Héctor Navarro Díaz nació en Caracas el 28 de diciembre de 1949.

Fue de los hombres más cercanos al presidente Hugo Chávez, en cuyos mandatos se desempeñó como Ministro de Educación, Cultura y Deportes, Ministro de Educación Superior, Ministro de Ciencia y Tecnología y Ministro de Energía Eléctrica. También fue miembro de la Dirección Nacional del Partido Socialista Unido de Venezuela y diputado a la Asamblea Nacional.

Es profesor jubilado de la Universidad Central de Venezuela y se autodefine en estos términos: “Lector infatigable, bolivariano, revolucionario siempre, socialista convencido y chavista de los que creemos que la crítica y la autocrítica son valores imprescindibles en los revolucionarios y en las revoluciones auténticas”.

Los $13 billones en empresas públicas que vendió Uribe

Los daños que Uribe Vélez le hizo a Colombia


La academia, periodistas independientes y los sectores democráticos de la sociedad colombiana están en mora de evaluar los daños culturales, sociales, económicos y políticos que Álvaro Uribe Vélez le dejó al país durante y después de su mandato, entre 2002 y 2010.

Esa tarea es inaplazable de cara a desmitificar su imagen, pero especialmente para erosionar los imaginarios y las representaciones sociales que en torno a él y a su ‘obra’ de Gobierno circulan todavía en Colombia, gracias a su vigencia político-mediática.

En varias columnas publicadas aquí en este blog he dado puntadas alrededor de los nefastos ocho años que vivió el país, liderado por quien para algunos fue un Mesías y para millones de ingenuos, el Mejor Presidente de Colombia. Sin duda, dos exageraciones alimentadas por la gran prensa que se hincó a su poder y por la ignorancia, la falta de criterio y los intereses de sectores económicos, sociales y políticos que históricamente miran con desdén la democracia.

He aquí algunas consideraciones alrededor de los daños que Uribe Vélez le hizo al país y los que seguirá dejando, ahora en su rol de senador de la República:

  1. Uribe Vélez debilitó las instituciones ambientales y las convirtió en oficinas privadas en donde se tramitaron licencias de exploración y explotación de oro, carbón y madera, entre otros, sin mayores consideraciones culturales, sociales, técnicas y/o científicas. Por ello los desastres ambientales que Santos heredó y que su Gobierno sigue aumentando bajo la puesta en marcha de la llamada locomotora-minero energética.
  2. Uribe Vélez eliminó el sentido de lo público de la política. Tomó decisiones y modificó las reglas de juego de la democracia, amparado en su carácter autocrático y mesiánico. Privatizó la política para favorecer a los sectores, legales e ilegales, de poder político, social y económico lo que llevaron a la Presidencia  siendo él un político emergente.
  3. Uribe Vélez privatizó a sectores de la Fuerza Pública. Los manejó como si hicieran parte de un ejército privado, de una fuerza asociada más a un gran hato o hacienda, que a un Estado cuyas responsabilidades son mayores. Uribe desestimó, por esa vía, el pensamiento divergente y a la crítica, de allí que en concurso con la Inteligencia Militar, persiguió periodistas, magistrados, sindicalistas, y libre pensadores, críticos de su pasado y de su gestión como Presidente.
  4. Uribe Vélez irrespetó al periodismo y sometió a los periodistas a sus caprichos. No contestó preguntas, no asumió responsabilidades públicas. Desde Presidencia, según fuentes, se presionó a los periodistas para que sirvieran de ruedas de transmisión de un Gobierno que supo manipular a la opinión pública no sólo con la ayuda de los medios masivos, sino con el discurso coloquial de un Presidente carismático.
  5. Por su carácter montaraz, autoritario y camorrero, Uribe Vélez se erigió como un Gran Macho. Por ello caló muy bien en una sociedad patriarcal y machista en donde los hombres no lloran y resuelven sus conflictos y diferencias a puños y patadas, como bestias. Por ello, le doy en la cara marica se convirtió para muchos jóvenes en un referente y en un principio para fortalecer procesos de construcción de masculinidades violentas y retadoras. Uribe, como individuo premoderno, coadyuvó a que muchos hombres (jóvenes y adolescentes) lo vieran como un ejemplo a seguir.
  6. Uribe Vélez relativizó la ética pública. Con el Todo Vale, Uribe Vélez sacó de los colombianos lo más oscuro de su formación ciudadana. La consecución de los objetivos por encima de consideraciones éticas fue su gran bandera, agitada por millones de colombianos.
  7. Uribe Vélez debilitó el Estado en su investidura de orden social, político y cultural. Redujo la función pública a sus caprichos. Incluso, la función judicial la quiso cooptar y capturar, de allí que mandara a capturar sin mediar orden alguna de un juez (como en el sonado caso de un ciudadano en Buenaventura) y mandó a matar a sicarios de la Oficina de Envigado. Desestimó el Estado de Derecho cuando le dijo a un general, ¡Acábelos, y por cuenta mía!
  8. Uribe Vélez supo aprovecharse de una circunstancia contextual: los procesos civilizatorios en Colombia vienen fallando porque hay una débil identidad nacional y el Estado no es referente de orden moral y cultural.
  9. Uribe Vélez, en su calidad de político emergente, supo jugar con una verdad incontrastable: la élite empresarial y política de Colombia se forma académicamente para capturar el Estado y mantener así sus privilegios de clase.

En resumen, Uribe Vélez fue un Mesías y un líder inflado por los medios de comunicación. Supo canalizar el odio que millones de colombianos profesaban y profesan aún contra las Farc y se aprovechó de la incapacidad de esos mismos colombianos para buscar responsabilidades en la clase dirigente, en el Estado mismo y en una reducida élite, por la presencia de esa guerrilla y de la permanencia del conflicto armado interno.

Para muchos Uribe Vélez fue un mal necesario. Me niego a aceptar esa sentencia. Por el contrario, considero que Uribe Vélez fue un cruel, peligroso e inconveniente experimento de una Derecha que vio en él a un líder político capaz de traspasar todos los límites éticos y morales. Cuando vieron que su experimento se les salía de control, entonces, poco a poco le fueron quitando respaldo hasta dejarlo solo. Esto, claro está, con el concurso de los Estados Unidos que se sirvió de tener en la Casa de Nariño (o de Nari) a un político que siendo calificado por autoridad norteamericana como el Narcotraficante 82 (1), debía cuidar muy bien los intereses del Coloso del Norte en Colombia. Y Uribe les cumplió.

Al final, Uribe debilitó la democracia, el Estado Social de Derecho y el sentido de la política. Pobre país este que aún cree en Mesías y en Héroes. Por ello, cuando una sociedad cree y espera la llegada de un Mesías es porque aún no está madura para vivir en democracia. Y estoy seguro deavanzaremos como sociedad civilizada cuando dejemos de creer en Mesías, en Héroes y en Patriotas.


Imagen tomada de semana.com
(1). Véanse estos dos enlaces: http://www2.gwu.edu/~nsarchiv/NSAEBB/NSAEBB131/ y http://agenciabk.net/narco82.pdf
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

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