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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

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Falsa democracia

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[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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Persiste la violencia contra los defensores de derechos humanos

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En los años 60 —década de rebeldía y utopía—, Santiago García montó el Marat Sade, de Peter Weiss, en el Teatro La Candelaria. Se me quedó grabada una frase que se repetía a lo largo de toda la obra: “Revolución Copulación”.
Por: Alfredo Molano Bravo - El Espectador

La revolución política que buscábamos a tientas no era posible sin una revolución sexual. Y hubo asomos de prácticas y de relaciones libres que se defendieron como derecho contra la intimidación que la Iglesia y el Partido Conservador ejercían. Todavía El Catolicismo, periódico de la curia, tenía una sección donde publicaban las películas prohibidas para todo católico, incluida “Y Dios creó a la mujer”, el filme de Roger Vadim con el que Brigitte Bardot nos estrenó a muchos. A su vez, el Partido Conservador, que desde el siglo XIX se había erigido como heredero del Tribunal del Santo Oficio y curador de las sanas costumbres, no dejaba de sancionar a los desviados, incluidos en esa categoría quienes habíamos abolido la corbata y rechazábamos a los peluqueros. Y mucho hay entre una cosa y otra. Las costumbres tradicionales son el cerrojo de las libertades sexuales y de las búsquedas eróticas, castigadas brutalmente con el pecado mortal y el infierno. Pero además, defender el dogma de la Iglesia de la época era una mina de votos porque el púlpito era una sucursal de la tribuna electoral. Desde una y otro se denunciaban los hijos naturales, los homosexuales, los onanistas, la prostitución, el protestantismo y el comunismo. Todo iba en el mismo paquete.
Cuando murió el generalísimo Franco en España, después de una sangrienta dictadura de 40 años, y se ganó la democracia, junto con ella, en las manifestaciones, las mujeres tiraban el brasier por el aire. Se llamó el “destape”. El pueblo comenzó a mostrar en público lo que hacía en privado. Una salida de todos los clósets. No era sólo la libertad de opinar y votar, sino de acostarse con quien se quisiera y de la manera como se quisiera.
No es gratuito que hoy, cuando estamos cerca de un destape político sin precedentes —la creación de un movimiento de oposición al establecimiento—, los conservadores y una parte considerable de la Iglesia y de las Iglesias salgan a defender las buenas costumbres sexuales. Es decir: hombre con hombre, mujer con mujer y viceversa.
Uribe y el procurador han logrado sembrar con la mentira de la cartilla y de la impunidad la imagen de que los acuerdos de La Habana serían una maniobra para volver a todos los niños maricas, a todas las niñas lesbianas, etc.; y convertir a los criminales en senadores y representantes, etc. En cierta medida tienen razón, no porque semejantes falacias se hayan firmado, sino porque la democracia plena pondrá contra la pared las represiones sexual y política. Las libertades de cualquier naturaleza harán más auténtico el poder y más profunda la espiritualidad.
Con el fin del conflicto armado saldrán a flote ideas, intereses, sueños que ahora son sancionados como heréticos y subversivos. La confusión malintencionada del uribismo —y de lo que en él se condensa—, que muestra las cartillas pornográficas belgas como un documento oficial, tiene la misma perversidad que la identidad que proclaman entre territorios de paz y repúblicas independientes.
Bien vistas las cosas, el uribismo asume que si gana el No, las guerrillas se van a echar para atrás y, asustadas, aceptarán salir del monte a la cárcel. No saben con quién tratan. El No carece de solución política distinta a la guerra y por eso está echando mano de todo tipo de armas para sumar a las que ya tiene: los reclamos de los camioneros, de los taxistas, de los curas párrocos, de los sargentos, de los ganaderos, de los extorsionistas.

De los "falsos positivos" a las "falsas cartillas". Una conexión impúdica

Domínico Nadal, Cambio Total.

Érase que se era un cuento de la semana que viene por reportando unas manifestaciones contra una "falsa cartilla" que sería distribuida a todas las escuelas y eran de obligatorio cumplimiento.

Todos ellos con una pizca de pensamiento retrógrado, confesional, troglodita, saltaron cual si los hubiera mordido una serpiente venenosa. Salieron a decir que desde el ministerio de educación iban a "mariquear" a  sus hijos, que los obligarían a "vestirse de mujercitas" y por lo pronto los volverían travestis.

Salió a flote la escondida vergonzante intolerancia de algunos colombianos que entre otras cosas demuestran una ignorancia total en lo que a ese tema concierne. De igual manera "salieron del closet" muchos de esos manifestantes que en una clara "proyección" nos demostraron al resto de colombianos que son "homosexuales" en potencia y les da miedo si quiera tener algún contacto con la comunidad que condenaban por el riesgo de  infectarse y declararse"maricones".

Quizá ese es el temor del troglodita que dirige el Ministerio público que por sus rasgos físicos podríamos concluir que él en su interior es en gran porcentaje un ser "homo".

Mas no nos desviemos del cuento. Eso de "falsos" es el elemento conector con otros "falsos", los falsos positivos ocurridos durante de un "homo", el narco-paramilitar No 82 entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, quien durante su administración presionó de tal manera a sus subalternos en
busca de mejores resultados que éstas se inventaron monstruosidades como asesinar jóvenes inocentes para mostrarlos como "guerrilleros abatidos en combate" y así mostrar que iba ganando la guerra a las  "Far".

Queda claro que los dos "falsos" salieron de la misma mente retorcida  que usa esos recursos asesinos cuando él o ellos saben que están perdidos. Perdieron la guerra contra las FARC y ahora cuando esa organización insurgente adelanta un proceso de paz con el gobierno de JM Santos al sentirse derrotado recurre nuevamente a su estratagema de los "falsos" con las "falsas cartillas".


Evidentemente que éste cuento de la semana muestra la Conexión impúdica entre ambos "falsos", el "falso positivo" y las "falsas cuartillas".
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

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