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Colombia: Falsa Democracia

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Unai Aranzadi: “El peligro es que te etiqueten de terrorista”

por Elena Cívico - Tomado de Kaos en la Red
 
Viernes, 01 de Junio de 2012 13:18 
 
Con ‘Colombia Invisible’ nos enfrentamos a las causas de una guerra. Durante 65 minutos veremos al presidente Juan Manuel Santos inaugurar con champagne un megaproyecto español mientras los niños desplazados por este, mueren a pocos metros... 
 
Entenderemos por qué los trabajadores bananeros arriesgan sus vidas, pero también escucharemos soluciones, las que Unai Aranzadi plantea en su último documental.
Imágen del documental 'Colombia invisible' - Foto  © Unai Aranzadi
Imágen del documental 'Colombia invisible'. Foto: © Unai Aranzadi.
Unai Aranzadi (Bilbao, 1975) es un periodista, fotógrafo y documentalista especializado en enfrentamientos armados y derechos humanos. Desde 1995 se ha dedicado a informar sobre los conflictos en Libia, Chechenia e Ingushetia, Irak o Palestina, entre muchos otros, sin dejar de lado las reyertas sociales y políticas que se han producido en Bolivia, India, Nicaragua, País Vasco o El Salvador. Desde el año 2001 vive entre Estocolmo y Bilbao, dirigiendo la agencia y productora independiente de televisión, Independent Docs.
El realizador está a punto de estrenar su último trabajo, ‘Colombia Invisible‘. Un proyecto auspiciado por la organización vasca Mundubat que la política y abogada colombiana Piedad Córdoba ha definido como “una pedrada sobre un ventanal polarizado, que creíamos no poder romper, para ver la crudeza de una realidad oculta e injusta”. El objetivo último de Aranzadi es hacer visible el conflicto en el que está sumido Colombia para alentar, de este modo, la búsqueda de una solución pacífica por medio de la herramienta política.
Control policial en Saravena (Arauca) Foto: Unai Aranzadi © 2004
Control policial en Saravena (Arauca) en 2004. Foto: © Unai Aranzadi.
¿Dónde está la raíz del conflicto, por qué no trascienden las causas?
La raíz viene de la desigualdad, y de muy antiguo. Si el genocidio acontecido a partir de 1492 ya dejó un poso de violencia en todo el continente, en Colombia este se acentuó aún más a partir de la independencia, cuando las clases privilegiadas establecieron un bipartidismo que estimuló la ‘guerra continua’, generando una especie de estado de sitio permanente en el cual hacían y deshacían a su antojo. ¿Y qué hacían? Quedarse con todas las tierras y riquezas. ¿Y qué deshacían? Cualquier propuesta salarial, sindical, social o política opositora. Respecto a por qué no trascienden las causas te lo voy a responder rápido, con un ejemplo. ¿Sabes que el periódico más grande de Colombia, que ahora cuenta con capital español, es propiedad de la familia del presidente Santos? De ese tipo de país estamos hablando, de un país en el que el clan del presidente es dueño del poder mediático.
Cinco millones de desplazados, 3.000 sindicalistas muertos, 175.000 asesinatos a manos de paramilitares. Estas no son cifras que tengan una gran repercusión en los medios de comunicación españoles. ¿Quién se beneficia de la connivencia pasiva de los grandes medios?
Por ejemplo, los dueños de Vocento y Prisa. Ellos tienen acciones, dinero e intereses en la mal llamada ‘inversión española’. Por tanto, si la vaca te da leche, tú no quieres complicar la vida a la vaca. Segundo: tanto Vocento como Prisa, el grupo Zeta o Unidad Editorial viven de la publicidad y creo que quedaría muy mal publicar una denuncia sobre los asesinatos cometidos por la implantación de una energética en tal zona y junto a este, un anuncio de esa misma energética diciendo: “Somos energía limpia”. Es decir, el periodismo contemplado como mero negocio termina siendo corrupción.
Colombia es el país de América Latina con más desigualdad. ¿Se están llevando a cabo medidas para equilibrar la balanza por parte del Gobierno?
No, no hay las más mínima intención de hacer un reparto de tierras equitativo. Todo lo contrario. En la nueva ‘ley de restitución de tierras’, que es la ley que falsamente pretende devolver las tierras robadas por los paramilitares a los pobres, solo se reconoce la mitad de estas y, además, cuando los campesinos regresan a su terreno, son asesinados por los paramilitares que defienden los intereses del Estado. Ya van unos 60 en los últimos meses.
Unai Aranzadi rodando un documental en Chechenia / Rostam Masugov © 2008
Unai Aranzadi, rodando un documental en Chechenia en 2008. Foto: © Rostam Masugov.
¿Cómo te las has arreglado para moverte en Colombia?
El colombiano, en su diversidad, es uno de los pueblos más audaces e inteligentes que jamás haya conocido. Ellos saben bien cuando toca colaborar y cuando no. Yo llevo muchos años y viajes visitando el país y tengo una buena agenda de amigos, colegas y conocidos, por lo que la gente siempre me echa una mano. Para mí Colombia es mucho más que un sujeto periodístico. Yo me siento colombiano de los pies a la cabeza y por eso lucho con mi cámara y micrófonos, para que ese sistema terrorífico que es hoy el Estado, se transforme en algo bueno para el pueblo.
Desafiar la versión oficial conlleva riesgos.
Mi asistencia a esos lugares, donde el Estado y el paramilitarismo mata, es voluntaria. Lo importante son los personajes de mis historias y ellos sí que arriesgan la vida, no solo por contar lo que les pasa, sino por realizar sus tareas cotidianas. Hoy en día veo a muchos profesionales grabándose a sí mismos en escenas bélicas o explotando sus aventuras y, francamente, me parece tremenda esa forma de rentabilizar la miseria ajena. Frente al enorme sufrimiento y coraje de quienes protagonizan mis historias, el único peligro que observo para mí, es el que corre todo periodista que se acerca a las verdades incómodas. El peligro es que te etiqueten de ‘terrorista’, como sucede en Colombia, en Turquía, en Palestina, en el Sáhara o también en casa. Por ejemplo, la sociedad española debería saber que los periodistas Javier Salutregi, Teresa Toda y Miguel Ángel Llamas siguen en la cárcel por producir artículos y reportajes prohibidos para la inquisición actual. Confío en que en diez años esto se observe como una vergüenza histórica, tipo el cierre de ‘Egin’ y ‘Egunkaria’, pero como siempre hacen falta diez años de por medio para comprender muchas cosas. Aquí también hay mucho miedo a hablar, a pensar, a denunciar… No solo en Colombia.
Has estado en contacto con la guerrilla, con los militares y con los paramilitares.
La guerrilla me interesa mucho y conozco tanto las FARC como el ELN, en diferentes frentes de diferentes regiones. Como periodista y humano, me parece extraordinariamente interesante que haya alguien luchando por algo que no es material, es decir, por un ideal en condiciones durísimas. Sin embargo, también les he criticado en artículos, reportajes y documentales cuando he observado algunas violaciones de los derechos humanos. Luego está el Estado y los paramilitares, que es lo mismo pero con diferente nombre. Ellos combaten por un sueldo y son, de largo, quienes más violan los derechos humanos. Recuerdo en 2005, llegar a la comunidad de San José de Apartadó y encontrar esa realidad de bebés cortados con motosierra por los paramilitares, gracias a que el ejército les protegió el perímetro. ¿Sabes que en aquel entonces Uribe, el niño mimado del PP y el PSOE dijo que ellos no tenían nada que ver, y al final quedó demostrado en un juicio que fueron ellos?
'Colombia Invisible' pretende visibilizar el conflicto. Foto: Unai Aranzadi
'Colombia Invisible; pretende visibilizar el conflicto. Foto: © Unai Aranzadi.
¿Hay soluciones factibles?
Yo personalmente creo que la solución pasa por una mesa de diálogo sin exclusiones y una verdadera reforma agraria. Pero, de todos modos, para encontrar soluciones, hay que hablar. Si Santos y las demás familias dueñas del país obtienen beneficios sin arriesgar la vida de sus hijos, ¿por qué cambiar el sistema o ceder en algo? Si Estados Unidos sigue utilizando su territorio para mantener tropas o si España sigue explotando los recursos del país a precios de saldo, ¿por qué van a querer cambiarlo? La paz pasa por la justicia social y, hoy día, no hay paz ni social, ni política, ni militar, pues el sistema que se ha impuesto desde la supuesta independencia considera a unas personas más iguales que a otras ante la ley.
La gente de a pie forma parte de esa ‘Colombia invisible’. ¿Cómo están contribuyendo a cambiar el futuro del país?
Lo hacen como sindicalistas de base, como políticos de partidos tradicionalmente criminalizados, como campesinas en las más remotas veredas o como defensoras de los derechos de los pueblos indígenas. Lo hacen sin recursos y con una dignidad insólita. Yo aprendo de ellas y las admiro.
Este es un trabajo de Independent Docs para Mundubat. ¿Cómo surge el encargo?
Ellos saben de mi trabajo, de cómo lo hago y de mi forma de ver el mundo y el documentalismo, por tanto, tengo la suerte de poder cooperar de vez en cuando con Mundubat, que es una organización vasca fundada en los 80 como respuesta a todo lo que sucedió en las guerras de liberación centroamericanas. Ellos, a diferencia de la mayoría de ONG, no contribuyen a la caridad sino a la justicia, que es lo que necesitan los pueblos para crecer con dignidad. La ayuda humanitaria a veces puede estar bien, pero son aspirinas contra el cáncer. Sin embargo, la igualdad política sí que puede producir un cambio auténtico. Guardo muchas críticas a las ONG, pero es que este mundo es como el del periodismo, hay de todo. En fin, es un placer coincidir ideológicamente con ellos.





“Solo tres grandes agencias occidentales dictan el quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo”


¿Qué medios de comunicación, webs o publicaciones recomendarías?
Vivo en Escandinavia, donde hay grandes medios de comunicación públicos, que es algo que yo estimo y defiendo mucho. Sin embargo, si hablamos de la piel de toro, soy de los que piensa que hay que leer de todo. Hay que leer hasta la voz del poder que es ‘El País’, ‘El Mundo’ y ‘ABC’ para comprender qué piensa el BBVA, Repsol, la Corona y la OTAN, pero para llegar mas lejos en temas de internacional, habría que visitar ‘Gara’ o habría que ir a ‘Rebelión.org’ y otros pequeños medios alternativos para encontrar análisis y crítica en profundidad. Por otro lado, de medios extranjeros podría hablar de ‘The Guardian’, ‘Channel 4′ y similares, pero la verdad es que yo, a día de hoy, para saber lo que pasa en determinados conflictos lo que hago es meterme, a través de internet, en los medios locales de los destinos que me interesan. Para cogerle el pulso a cómo está la cosa con la guerrilla del LRA, me voy directamente al ‘New Vision’. Para curiosear sobre Ergenekon o el PKK, pues a ‘Hurryet’, en fin, invirtiendo tiempo, voy picando de aquí y allá, tratando de evitar la mirada colonial de británicos, franceses o gringuitos, porque también sucede eso, son solo tres grandes agencias occidentales las que dictan el quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo. Llámenlo todo lo profesional y pomposo que quieran, pero no es democrático. Las mayorías no tienen voz, por eso toca ratonear en la red, para encontrar ventanitas desde donde escucharlas.
http://www.nonada.es/2012/06/unai-aranzadi-el-peligro-es-que-te-etiqueten-de-terrorista.html

Resúmen APAS S 23


202 años argentinos
Una clase de historia

El discurso de la presidenta Cristina Fernández en los festejos de la Revolución de Mayo como insumo para pensar –y enseñar- la filosofía de la historia.

Por Ernesto Espeche
9 años después I
Kirchnerismo y refundación
En cada proceso de transformación sociopolítico aparece la tentación de autoproclamarse como fundante de una nueva instancia histórica. Sin embargo, pocos logran materializarlo. Los quiebres provocados por el kirchnerismo en Argentina permiten afirmar, por lo menos hoy, que este movimiento cuenta con la decisión, energía y atributos para lograrlo.
Por Daniel Gonzalez Almandoz
9 años después II
Esperan el fracaso a la vuelta de la esquina
El proyecto político en el Gobierno desde 2003 está firme. Los agoreros desautorizados por las evidencias seguirán conspirando contra la voluntad manifiesta de las mayorías. Habrá que seguir muy atentos a este curso de acción para que se preserve en el tiempo.
Por Julio Semmoloni
Democratización
Las palabras y las cosas
El fallo de la Corte Suprema de Justicia sobre la Ley de Medios abre un nuevo y alentador escenario. ¿Desinversión o adecuación a la norma? De cómo el lenguaje impregna la vida cotidiana, devela valores ideológicos y desnuda intereses sectoriales.
Por Ernesto Espeche
Elecciones helénicas
Profecías del siglo XXI
Ante la imposibilidad de formar un gobierno de coalición, el Presidente puso fecha para nuevos comicios: el 17 de junio. Alexis Tsipras, candidato de la coalición de izquierda Syriza es el favorito del pueblo, algo que comienza a poner nerviosos a los líderes del bloque europeo.
Por David Garcia
9 años después III
Un 25 de mayo
En el aniversario de la Revolución de Mayo, reconocemos el camino que comenzó con la llegada de Néstor Kirchner a la presidencia de Argentina.
Por Lucía Pires
Conflicto agrario en Brasil
El MST presiona por una pronta reforma agraria
El Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil se moviliza para exigir al gobierno de Dilma Rousseff que se acelere el ritmo de la reforma agraria.
Por Gianni Pierobon
La criminología mediática
El huevo de la serpiente
La recurrencia a la repetición forzada de hechos delictivos de alta trascendencia; la apelación a la emotividad; la cuidadosa selección de las víctimas y su utilización en pos de la imposición de un imaginario de desolación extrema, son algunos de los mecanismos que utilizan los medios, para instalar el miedo y la intolerancia.
Giselle Dal Mas y Leonardo Spivak (*)
Recuento provisorio al 10 de abril
Bases militares extranjeras en América Latina
Presentamos en APAS un repaso de las bases militares extranjeras, de varios países de la OTAN y no solamente a las de Estados Unidos. Se trata de un informe realizado por el Movimiento por la Paz, la Soberanía y la Solidaridad entre los Pueblos.
Por la Redacción de APAS
Cumbre del Mercosur en Mendoza
El camino de la integración
La próxima cumbre del Bloque plantea como tema central el desafío de la integración latinoamericana, debatir sobre el camino recorrido y lo que queda por recorrer.
Por Romina Olguín
Por la legalización
Cuando el narcotráfico se quede sin espacio
La despenalización de drogas es un debate en gran parte de los países del mundo, en especial cuando se trata de combatir al narcotráfico. El tema fue tratado Cumbre de las Américas del pasado abril. Un tema urgente a tratar.
Por Romina Salinas
APAS | Agencia Periodística de América del Sur | www.prensamercosur.com.ar
Facultad de Periodismo y Comunicación Social. Universidad Nacional de La Plata.

Cuba, único país de América Latina sin problemas de drogas

¿Un mundo de confrontación de espectro completo?

Amnistía denuncia impunidad de crímenes atroces


En Colombia se aprecian "pocas mejoras tangibles" en derechos humanos, maniobras legales para garantizar impunidad, ataques gubernamentales a sentencias judiciales y la continuación del enfrentamiento armado interno como principal factor de abusos.


Este es el panorama de Colombia que visualiza la organización no gubernamental Amnistía Internacional en su informe anual correspondiente a 2011, emitido este miércoles 23 en su sede central de Londres.

"En su discurso, el gobierno colombiano (de Juan Manuel Santos) ha demostrado un compromiso con los derechos humanos, y es claro que su postura hacia el tema ha sido más constructiva que la del gobierno anterior" del derechista Álvaro Uribe (2002-2010), señaló a IPS el experto Marcelo Pollack, investigador sobre Colombia en Amnistía Internacional.

"La comunidad internacional ha dado la bienvenida a lo que interpreta como el compromiso del gobierno con los derechos humanos y al hecho de que el diálogo con las organizaciones humanitarias es más respetuoso que en el pasado", afirmó.

"Sin embargo, creo que sigue muy consciente de las serias dificultades que Colombia aún afronta en materia de derechos humanos, y del hecho de que sucesivos gobiernos colombianos han fracasado en implementar medidas contundentes y efectivas para poner fin a los abusos", sostuvo Pollack.

"La situación de los derechos humanos sigue siendo crítica (en Colombia). El aumento de los homicidios de personas vinculadas al tema de la restitución de tierras ha sido particularmente preocupante", añadió, en referencia a uno de los programas bandera del gobierno de Santos.

El informe de Amnistía subraya que el principal factor para las violaciones a los derechos básicos es la propia continuación de la longeva guerra que libran fuerzas estatales, paramilitares de ultraderecha y guerrillas de izquierda.

El conflicto armado interno sigue afectando "los derechos humanos de la población civil, especialmente de los pueblos indígenas, las comunidades afrodescendientes y campesinas, los defensores y defensoras de los derechos humanos, los dirigentes comunitarios y los sindicalistas", indica.

En 2011 fueron asesinados, según Amnistía, "al menos 29 sindicalistas y más de 45 defensores y defensoras de los derechos humanos y dirigentes comunitarios, muchos de los cuales trabajaban en cuestiones relacionadas con las tierras" usurpadas por paramilitares.

Tras una desmovilización parcial, los paramilitares remanentes ahora son llamados "Bacrim" (por bandas criminales) y siguen actuando con la tolerancia de la fuerza pública en algunas regiones.

Dependiendo de la correlación de fuerzas en cada lugar, el centro de análisis Nuevo Arco Iris indica que las Bacrim comparten en otras zonas territorio y rentas ilegales con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN).

Todas las partes siguen perpetrando ataques contra civiles, remarca Amnistía Internacional.

"La impunidad persistió en la gran mayoría de los casos, exacerbada por los homicidios de testigos, abogados, fiscales y jueces, así como por las amenazas contra ellos", anota más adelante.
La organización humanitaria con sede en Londres alerta, luego, sobre reformas legales en curso "que permitirían a autores de abusos contra los derechos humanos, entre ellos miembros de las fuerzas de seguridad del Estado, beneficiarse de amnistías de facto".

Al respecto, Pollack advirtió ante IPS que "varias propuestas que se debaten en el Congreso (legislativo) y que son apoyadas por el gobierno, como la reforma a la justicia militar y el ‘marco legal para la paz’, marcarían, si se aprueban, un reverso a los pocos avances que se han logrado en los últimos años para llevar ante la justicia a por lo menos algunos victimarios".

Amnistía señala que una de estas reformas pretende "ampliar el papel del sistema de justicia militar en la investigación de violaciones de los derechos humanos en las que estuvieran implicadas las fuerzas de seguridad".

Pero la justicia penal militar no tiene buena reputación entre estos activistas porque, como lo expresa la propia Amnistía, cierra "sistemáticamente este tipo de investigaciones sin esforzarse seriamente en hacer rendir cuentas a los responsables".

En caso de aprobarse, estas medidas "serían contrarias a las normas internacionales de derechos humanos", pues son conductas que deben juzgar tribunales civiles, advierte.

Anota también que volvieron a aumentar en Colombia los "falsos positivos", como se llama a las ejecuciones extrajudiciales de inocentes que militares reportan como guerrilleros ultimados en combate, para obtener prebendas y ascensos.

Aunque hace decenios que defensores colombianos de los derechos humanos registran estos casos, solo la intervención diplomática de la comunidad internacional en 2008 logró ponerle freno a la explosión de esta práctica durante los gobiernos de Uribe.

"En la primera mitad de 2011 se tuvo noticia de por lo menos 17 ejecuciones extrajudiciales cometidas por miembros de las fuerzas de seguridad", detalla el informe divulgado este miércoles.
La cifra supuso un aumento respecto de 2010, cuando se conocieron 12 ejecuciones. En 2008 fueron contabilizadas 213.

La mayoría de los 1.741 falsos positivos registrados en 23 años, incluidos los que investigaba la Fiscalía General de la Nación, "siguieron sin resolverse", registra Amnistía.

"Hubo avances en un número limitado de casos clave de derechos humanos", destaca la organización humanitaria.

Pero esta ilustró la afirmación con dos casos en los que Santos atacó a los jueces que se atrevieron a sentenciar a violadores de derechos humanos.

Uno ocurrió en abril de 2011, cuando una jueza condenó al general retirado Jesús Armando Arias a 35 años de prisión por la desaparición forzada de 11 personas en 1985, luego de que el ejército recuperó el Palacio de Justicia que había sido tomado por la guerrilla nacionalista M-19, disuelta en 1990.

"Tanto el gobierno como el alto mando militar criticaron públicamente las condenas de Jesús Armando Arias Cabrales y del coronel retirado Luis Alfonso Plazas Vega, condenado en 2010 a 30 años de prisión en el mismo caso", registró Amnistía.

La confirmación de segunda instancia de la sentencia a Plazas, en febrero pasado, también fue atacada por Santos.

En marzo de 2011 fue muerta a balazos en el oriental departamento de Arauca la jueza que presidía la causa contra un oficial militar acusado de violar a una niña, violar y asesinar a otra y asesinar a los dos hermanos de ésta, recuerda el informe.

La familia de los tres hermanos fue amenazada y huyó de la región. Aunque el caso es un crimen común, asumió la defensa del militar una organización no gubernamental de abogados especializados en apoderar uniformados y que tiene sus sedes dentro de instalaciones del ejército.

"Hubo pocos progresos en el proceso de justicia y paz", dice Amnistía en referencia a un marco legal de 2005 para unos 3.000 paramilitares desmovilizados y que les exige confesar "toda la verdad" a cambio de un máximo de ocho años de prisión por delitos atroces.

Al finalizar 2011, "sólo 10 paramilitares habían sido declarados culpables en aplicación del proceso y la mayoría de ellos tenían recursos pendientes contra sus condenas", se anota el documento.

Otros presuntamente 27.000 paramilitares rasos desmovilizados nunca fueron investigados y se beneficiaron de "amnistías de facto", se agrega en el informe, a partir del aval dado en febrero de 2011 por la Corte Constitucional a la Ley 1424.

Dicha ley prevé que estos paramilitares subalternos firmen un denominado Acuerdo de Contribución Histórica a la Verdad y la Reparación, por lo cual reciben "amnistías de hecho", advierte el informe. (FIN/2012)
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

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