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Colombia: Falsa Democracia

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jueves, 29 de mayo de 2008

El papel de Manuel Marulanda en los diálogos de Paz. La política de paz de las FARC-EP.

Por Allende La Paz

La paz tan anhelada por todos los colombianos, pareciera que se torna cada mes más lejana. Más sin embargo, hay unos tozudos que están luchando por la paz –con justicia social- todos los días de su vida. Algunos con más dedicación que otros. Entre los que le dedican las 24 horas del día, con sus minutos y segundos, a la consecución de la paz están las Fuerzas Armadas Revolucionarios de Colombia, ejército del pueblo –FARC-EP-.

Las FARC desde su nacimiento está planteando la necesidad de una salida política al conflicto social y armado que vive nuestro país por culpa de la oligarquía, quién sigue gustosa y cipayamente los dictados de los centros de poder del imperio estadounidense. En el trasegar diario de la lucha se fue dando cuerpo lo que se llama ‘la política de paz de las FARC-EP’.

Es necesario recordar que las FARC siempre ha dicho que cuando el ataque a Marquetalia: "Nosotros fuimos a todas partes donde había puertas para golpear en procura de auxilio para evitar que una cruzada anticomunista, que es una cruzada contra nuestro pueblo, nos llevara a una lucha larga y sangrienta”.

Sus voces, su reclamo, no fueron escuchados, siendo obligados los 48 campesinos de Marquetalia (Tolima) -2 mujeres entre ellos-, a alzarse en armas e ir dándose formas organizativas y aprendiendo en la práctica la guerra de guerrillas, para cumplir con su accionar transformador ‘sobre la marcha’. Decían los marquetalianos: "Nosotros somos revolucionarios que luchamos por un cambio de régimen. Queríamos y luchábamos por ese cambio usando la vía menos dolorosa para nuestro pueblo: la vía pacífica, la vía de la lucha democrática de masas. Pero esa vía nos fue cerrada violentamente con la guerra, y como somos revolucionarios, que de una u otra manera jugaremos el papel histórico que nos corresponde, obligados por las circunstancias nos tocó buscar la otra vía: la vía revolucionaria armada para la lucha por el poder”.

Y desde entonces las FARC han continuado enarbolando como una bandera la ‘política de paz’, convertida en un reclamo estratégico de los guerrilleros por el bien común de los colombianos. Este reclamo ha sido torpedeado por los mismos enemigos que siempre ha tenido la Paz en Colombia: El gobierno de Estados Unidos y la oligarquía colombiana que desde el Estado adelanta la guerra contra el pueblo colombiano, a través del Terrorismo de Estado aplicado por las fuerzas militares-narcoparamilitares oficiales.

Manuel Marulanda fue uno de los grandes impulsores de la búsqueda de la Paz a través de los diálogos con el gobierno nacional. Su figura estuvo siempre ahí en primera fila del combate político por una paz con justicia social. En los acuerdos de Cese al Fuego en Casa Verde, en los diálogos de Caracas y Tlaxcala, en el Caguán, siempre batallando incansablemente por alcanzar el preciado anhelo de los colombianos. Siempre queriendo construir otra Colombia.

Manuel Marulanda tozudamente decía en el Caguán que “la guerrilla abandonará el diálogo con el gobierno sólo si sus posiciones en la zona desmilitarizada son atacadas. Tenemos voluntad de paz y sólo nos retiraremos de la mesa de diálogo cuando caigan las primeras bombas”.

Al tiempo señalaba enfáticamente que el proceso de paz “se le volvió una papa caliente al presidente Andrés Pastrana, porque los altos mandos militares y el gobierno de Estados Unidos quieren la guerra. Ayer fue el collar-bomba (mató una hacendada en junio de 2000 y habría sido colocado por los servicios de inteligencia con ayuda paramilitar), hoy son las acusaciones contra la zona desmilitarizada, mañana será otra cosa, ya que la presión de los militares y de Washington es muy fuerte (…) Entonces, Pastrana parece distanciarse de un proyecto político democrático”.

Nacía el Plan Colombia diseñado en los centros de poder de Washington para torpedear el gran laboratorio de paz jamás realizado en Colombia. Los temas abordados por los ‘temáticos’ llegaban a todos los sectores de la sociedad colombiana, quienes realizaban largos y fatigosos viajes para asistir al diálogo franco, fraterno, respetuoso con las FARC. Negros nubarrones comenzaban a vislumbrarse contra este noble experimento, pero a pesar de todo Manuel Marulanda se veía radiante, en tanto Bill Clinton elaboraba su plan de guerra.

No era para menos. Se había producido el lanzamiento del Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia, realizado el 29 de abril de 2000 en San Vicente del Caguán. “Hicimos un acto político-cultural con participación de 40.000 personas que terminó en una tremenda rumba (baile) a la que no me dejaron ir por razones de seguridad, sin que se presentara una riña y ninguna persona saliera lesionada”, señalaba Marulanda, orgulloso del respaldo campesino. “Además, tal vez dentro de algunos años, si existen condiciones para la actividad política abierta, la guerrilla pueda realizar un acto en una ciudad grande. El reto será movilizar 100.000 personas, aunque falta aún para ello. No es momento porque ni siquiera se ha evacuado el primer punto de la agenda común que tenemos con el gobierno, que corresponde al desarrollo económico y generación de empleo", decía el Comandante guerrillero.

Marulanda es consciente de las trabas que el mismo gobierno impulsa: "Por ejemplo, en este momento está prácticamente paralizada la Mesa y no es nuestra responsabilidad; estamos a la espera de propuestas sobre el canje de prisioneros y el cese de fuego. Los representantes oficiales siempre dicen que ya va a llegar un documento con las propuestas y que lo traerá Camilo Gómez, pero hasta el momento nada ha llegado. Vamos a ver si en las próximas reuniones previstas llegan las tan anunciadas propuestas", manifiesta. Igualmente Marulanda es consciente que el gobierno no quiere adelantar ningún diálogo, ni siquiera una discusión sobre un tema sensible para los colombianos: el narco-paramilitarismo. Máxime ahora cuando ya conoce que el Plan Colombia tiene apoyo del gobierno estadounidense y comienza a manifestarse el más burdo saboteo de la cúpula militar colombiana a los diálogos del Caguán: “Me preocupa el lenguaje guerrerista de algunos. Si somos bandidos, bandoleros y secuestradores como dicen quienes nos atacan, ¿para qué dialogar con nosotros?”, decía por esos días.

El Plan Colombia es el plan de guerra que la administración estadounidense atravesó contra los diálogos del Caguán, un programa de guerra, porque impulsa una salida militar al conflicto, y el gobierno Pastrana en ningún momento estuvo interesado en pagar los costos de una paz como la planteada por las FARC como lo prevee Marulanda al decir que “En el interés del gran capital no está la democratización del país y mucho menos una apertura política y social”.

Conocedor profundo de la situación colombiana, Marulanda sabe hacia dónde conducen los diálogos en el Caguán: "Muy poco espacio le queda a la Mesa de Diálogo, porque cualquier pretensión de buscarle soluciones a los temas de la Agenda Común, choca con los propósitos guerreristas del Plan Colombia. A nadie le cabe ninguna duda que este plan es contrainsurgente y que a pocos kilómetros del Caguán está la base militar de Tres Esquinas, donde 12.000 soldados esperan acuartelados, para actuar no propiamente contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico. El esfuerzo que hemos hecho se está perdiendo, porque una vez más la clase dominante colombiana se echa en brazos de la potencia norteamericana. Siempre los gringos han estado detrás de los obstáculos en los intentos para buscar la paz en Colombia", le diría el Comandante guerrillero a Kinto Lucas.

"En estas condiciones qué modelo alternativo puede surgir de la Mesa y qué reformas avanzadas y progresistas le darán fuerza y perspectiva a la solución política del conflicto", dice Manuel Marulanda reflejando en esta corta frase toda la política de paz.

Como lo previó el comandante guerrillero, el Plan Colombia se convirtió en el plan militar para imponer la dominación de los Estados Unidos, a través de sus otros mecanismos, Alca, TLC, Plan Puebla-Panamá, etc. A Andrés Pastrana le sucedió en la Casa de Nariño el narco-paramilitar Álvaro Uribe Vélez.

Para Manuel Marulanda la situación estaba extremadamente clara y sabía qué vendría una vez puesto en práctica el Plan Colombia. Su genialidad política-militar lo llevó a preparar a su ejército, ejército del pueblo, para largos años de lucha, de combates armados. Con celeridad comenzó la preparación de la guerrillerada y los mandos en escuelas de todo tipo: básica, de mandos medios, de mandos superiores.

Los diálogos del Caguán permitieron a Manuel Marulanda, el conductor de hombres y mujeres, presenciar muchas de las realizaciones de su genio. Laboratorio de Paz. Diálogos para solucionar el conflicto social y armado. Y por sobre todo, poder ver en toda su dimensión parte su ejército, realizando paradas militares en el Caguán. Paradas apoteósicas, que inyectaban de optimismo al pueblo que tuvo oportunidad de presenciarlos y de miedo a la oligarquía reaccionaria y timorata. Todas estas acciones sólo harían reafirmarse en sus opiniones y visiones que sobre la Nueva Colombia tenía el Comandante en jefe de las FARC-EP.

Posteriormente escribiría en uno de sus mensajes escribía: “Las FARC en sus cuarenta años de vida y recorrido histórico hasta donde se tiene conocimiento ningún gobierno liberal o conservador del bipartidismo, han buscado solución política efectiva al conflicto social y armado con otros movimientos anteriores. Todo el esquema político de los gobernantes para negociaciones ha utilizado la Constitución y las leyes como barrera sin que nada cambie para que todo siga igual y han girado alrededor de la entrega de armas, desmovilización e incorporación a la vida civil sin garantías de ninguna naturaleza y resuelto esto, ahí si a rebuscarse cada uno el sustento como puedan; no quedándole a los desmovilizados sino el camino de engrosar las filas de los desocupados en ciudades y campos, dispuestos a aguantar hambre y a soportar miseria. Estos señalamientos son parte del análisis sobre la política de paz que no fructificó para bien de todos los colombianos porque faltó voluntad política e interés de invertir dinero en la paz.

Ahora viene un nuevo experimento del Estado apoyado por todos los resentidos de diferentes matices contra la política de paz de Pastrana porque no lograron el objetivo de desmovilizar las FARC y se abre el nuevo capítulo de guerra total contra el pueblo que lucha por mejores condiciones de vida no desde ahora sino siempre de acuerdo al pasado en la historia de Colombia. Convencido el gobierno, los resentidos y guerreristas de oficina que era la única forma de acabar con la guerrilla y solucionar no solo el conflicto social y armado sino toda la problemática nacional de orden político, económico, social, cultural y ambiental mediante la contribución del Parlamento con la aprobación de las Reformas y leyes anti-democráticas que le permitieran gobernar a Uribe sin dificultados por 4 años, con aspiraciones a gobernar otros 4 años utilizando todos los recursos del Estado en sobornar e instalar en departamentos y municipios sus agentes incondicionales como paramilitares red de cooperantes, al servicio de la campaña electoral, para darle continuidad a la guerra que no existe, según sus palabras en distintos foros nacionales e internacionales” decía Marulanda en carta enviada a Álvaro Leyva Durán.

La paz quedaba aplazada una vez más por la cobardía y la avaricia de una oligarquía cipaya a los dictados del imperio estadounidense. Pero el genio guerrero sabía que los procesos son dialécticos y continuó en su brega, con una nueva bandera diseñada por él mismo, la cual acompañaría la bandera de la paz: El Intercambio o Canje de Prisioneros. En gracia del desarrollo de este punto vemos hoy día el enorme aislamiento internacional del régimen narco-paramilitar colombiano.

Los tiempos de la guerrilla son los tiempos de Manuel Marulanda, quien enseñó a sus guerrilleros a tener profundo respeto por los tiempos de la naturaleza. Todo tiene su tiempo y su momento. Y cada cosa que se haga en el día de hoy contribuirá con la causa final de los oprimidos: el triunfo de la causa revolucionaria, el triunfo de la causa del pueblo, el triunfo de la Paz.

Por eso vemos hoy que las FARC ante la muerte de su Comandante en Jefe, designó su reemplazo como si ya el camarada Manuel lo hubiera previsto y el Secretariado Nacional designó los cupos vacantes, como lo hubiera hecho en vida de Manuel, y todas las FARC han reafirmado su indeclinable voluntad de alcanzar la Paz con justicia social, y concretar el Intercambio Humanitario.

Por tales razones nadie puede llamarse a engaños. La política de paz de las FARC-EP es una política organizacional que nace de lo más profundo de su sensibilidad revolucionaria. Los revolucionarios del mundo acompañamos a las FARC en sus propósitos de conquistar la Paz en Colombia.

Modificado el lunes, 02 de junio de 2008

Aquellas muertes que hicieron resplandecer la vida


 

 Aquellas muertes que hicieron resplandecer la vida

Javier Giraldo Moreno, S.J.
Miércoles 26 de septiembre de 2012, por Javier Giraldo M. , S.J.
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Planear ejecuciones extrajudiciales en Colombia es simple encubrimiento




Un grave "blindaje jurídico" que favorecerá a miembros de la fuerza pública involucrados en violaciones a los derechos humanos acaba de ser avalado por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de Colombia, que en un cambio jurisprudencial sin antecedentes en el mundo ratificó la condena a tan sólo dos años de prisión contra un militar que confesó haber participado en la planeación de dos casos de los llamados "falsos positivos".
En efecto, pese a la definición de la legislación penal colombiana, el máximo tribunal de la justicia ordinaria conceptuó que el conocimiento previo de graves crímenes y la permisividad frente a su ocurrencia, constituyen un delito menor: encubrimiento [1]
Con esta nueva jurisprudencia queda abierta la puerta para que la mayoría de los 3.963 [2] miembros de la fuerza pública investigados dentro de los 2.005 [3] procesos que lleva la Fiscalía General de la Nación y los más de 400 [4] que aún tiene la justicia penal militar por casos de homicidio en persona protegida ("falsos positivos"), reclamen un trato similar al que recibió el cabo primero Gelver Eduardo Muñoz Montilla, adscrito al Batallón Pedro Justo Berrío de Medellín, condenado a tan sólo 24 meses de prisión dado que no participó directamente de las ejecuciones extrajudiciales.
EL CASO
En el año 2007 Muñoz Montilla confesó haber conocido de la planeación de un operativo ocurrido el 25 de mayo de 2004 y el posterior montaje mediante el cual dos jóvenes del corregimiento San Cristóbal de la capital antioqueña, Arley de Jesús Vallejo Cardona y Yon Fredy García Carmona, fueron presentados como milicianos de las FARC muertos en combate. En los hechos participaron también miembros de la Agrupación de las Fuerzas Especiales Urbanas (AFEUR) del ejército nacional, quienes recibieron recompensa en dinero por el "positivo".
Además de Muñoz Montilla, a la investigación fueron vinculados en calidad de encubridores el Sargento Viceprimero Sergio Ezequiel Rojas Ochoa (también sindicado del homicidio) y los soldados profesionales Sergio Pérez Restrepo, Alberto Elías Pérez Arango, Hugo Zuluaica Gaviria, José Hernández Parra y José Mosquera Delgado, todos ellos pertenecientes al Batallón Pedro Justo Berrío. Por el delito de homicidio, fueron acusados Robinson Jhon Edgar Lozano Garnica, Dairo de Jesús Henao Posso, Juan Javier Gallego Varelas, Joaquín Ferney Hidalgo Huigita, Carlos Alberto Villa Cañón, Román Albeiro Gutiérrez Jaramillo, Ismael Enrique Romero Martínez y Cesar Felipe Castillo, miembros de la AFEUR.
Gelver Muñoz se acogió a sentencia anticipada y a comienzos de 2008 fue condenado por el Juzgado 4º Penal del Circuito a 2 años de cárcel por el delito de encubrimiento por favorecimiento agravado, decisión que fue apelada por el agente del Ministerio Público en el proceso, y que fue confirmada por el Tribunal Superior de Medellín en noviembre de ese mismo año.
REBAJA DE PENAS DE FACTO
La sentencia, que rebajó la pena de un máximo de 60 años a un mínimo de 2, fue avalada por todos los sujetos procesales, incluida la Fiscalía, con excepción del Procurador 140 Judicial II en lo Penal de Medellín, quien llevó el caso ante la Corte Suprema de Justicia, órgano que el pasado 26 de septiembre conceptuó que la participación de Muñoz Montilla "fue marginal en el sentido de que no estuvo en el sitio donde fueron muertos los civiles, tampoco disparó su arma en contra de ellos, no intervino para ponerles los camuflados ni en la plantación de armas como evidencia de que se trataban de guerrilleros en combate".
La decisión de la Corte [5], con ponencia del magistrado Luis Guillermo Salazar, fue avalada por la mayoría de la Sala Penal, integrada por José Leonidas Bustos Martínez, José Luis Barceló Camacho, Fernando Castro Caballero [6], Julio Enrique Socha Salamanca y Javier de Jesús Zapata Ortiz. La única que salvó su voto fue la magistrada María del Rosario González Muñoz.
Al negar el recurso de casación, los togados aseguraron que éste "solo es procedente cuando se encuentre demostrada alguna situación de nulidad, o una ostensible afrenta a las garantías fundamentales, que acá en verdad no se aprecia (…)". Según la Corte, la única violación al debido proceso posible habría sido que el delito por el cual se acusó a Muñoz hubiera variado entre la etapa de investigación y la fecha de la sentencia.
Para el Procurador 140, en cambio una condena tan baja y por el delito de encubrimiento en lugar del de coautoría, podría -como en efecto sucedió- "permitir que un caso de esta trascendencia, connotación y gravedad quede finalmente impune y la abierta vulneración a los derechos y garantías fundamentales aquí quebrantadas permita salir airoso a un condenado que participando en la ejecución extrajudicial de dos seres humanos, ha recibido una condena ilegal por un punible de baja categoría, pues ilegalmente y sin saber por qué, le erigieron en encubridor de unos crímenes de los que fue simple y llanamente autor, cuando menos cómplice".
SALVAMENTO Y CONSTANCIA HISTÓRICA
La única que se apartó de la decisión mayoritaria fue la magistrada María del Rosario González Muñoz, quien en su salvamento de voto [7] alertó que "olvida la Sala mayoritaria que es precisamente en asuntos como este en los cuales debe tener en cuenta la especial condición de Muñoz Montilla, dado que no se trata de un simple ciudadano, sino de un cabo primero del Ejército colombiano, es decir, de una autoridad cuyas misiones constitucionales y legales son diversas a las de un particular".
Para la magistrada, "si de acuerdo con el artículo 2º de la Carta Política las autoridades están instituidas para proteger a las personas en su vida y otros bienes, motivo por el cual es incuestionable que tienen posición de garante por institución, no se aviene con tal comprensión constitucional que si un militar tiene conocimiento previo de la futura comisión de ’bajas’ en un escenario manifiestamente ilegal, su silencio sobre el particular se adecue simple y llanamente al delito de favorecimiento".
A juicio de la magistrada González Muñoz, "se imponía reconocer un evidente yerro en la calificación de la conducta como encubrimiento por favorecimiento, para en su lugar señalar que se trataba de un concurso homogéneo de delitos de homicidio en persona protegida".
CORTE SUPREMA CONVALIDA LA IMPUNIDAD: EXPERTOS
Tras leer la sentencia, expertos consultados por Radio Nizkor coincidieron en rechazar la nueva jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia, que en la práctica equivale a un "blindaje jurídico" para servidores del Estado involucrados en violaciones a los derechos humanos, incluso mayor que el que pretende asegurarse con la aprobación de la reforma al fuero militar que cursa en el Congreso de la República.
Para Jorge Molano, abogado y representante de víctimas de "falsos positivos", el fallo de la Corte "cierra los mecanismos en la justicia interna, convalida la impunidad al desconocer el carácter sistemático de las ejecuciones extrajudiciales y rompe el Código Penal, pues aplica responsabilidad por encubrimiento a quien conocía con anterioridad que el crimen sería cometido".
El abogado aseguró que la sentencia de la Corte "prácticamente elimina la eficacia del marco jurídico para la paz, pues ha consolidado la impunidad de antemano. Un tipo de penas así frente a ejecuciones extrajudiciales invita a la repetición de los crímenes, pues la pena es irrisoria y lleva a un desquiciamiento de cualquier política criminal".
Por su parte, para el abogado y columnista Ramiro Bejarano la sentencia "convierte en un juego de niños lo que fue una orgía sangrienta. No hay duda que esta nueva Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia, hace rato trazó una peligrosa ruta de desprestigio de su tarea que despierta la desconfianza ciudadana".
Bejarano calificó de "deplorable para el Estado de Derecho y la justicia" esta nueva jurisprudencia, que constituye un "grave retroceso, porque la justicia en vez de avanzar con paso seguro a reprimir el terrorismo de Estado, parece alegrarse con tejer dudosas fórmulas que ampararán a los militares que usen el poder para delinquir. Le esperan días aciagos en materia de derechos humanos al país".
Según el jurista, "la nueva providencia de la Sala Penal de la Corte parte del supuesto de que los militares no habrían participado en los falsos positivos sino simplemente encubierto a otros: Esa postura apunta a desvirtuar el concepto de delitos de sistema, como lo fueron los falsos positivos, que obedecieron a una idea permanente y organizada de aniquilar inocentes para inflar resultados en la lucha contra la insurgencia. Al considerar que los militares fueron simples encubridores, se desnaturaliza el criterio de crímenes sistemáticos que revistieron los falsos positivos, que se idearon y perpetraron en función de una idea criminal de aniquilamiento de un grupo de personas de la población civil".
Ambos juristas coincidieron en afirmar que el fallo cierra los mecanismos internos de justicia y abre las puertas a la jurisdicción universal. Para Molano, además, "si en una sentencia judicial funcionarios del Estado resultan encubriendo crímenes, la Corte Penal Internacional también podría entrar a estudiar la responsabilidad de quienes en su función de jueces y fiscales han participado y propiciado actos de encubrimiento. Sin duda, con esta jurisprudencia, la Corte Suprema se ha convertido en un equivalente de ausencia de justicia en Colombia".

Notas

[1] Las leyes 599 de 2000 y 890 de 2004 definen que incurre en encubrimiento quien "tenga conocimiento de la comisión de la conducta punible, y sin concierto previo, ayudare a eludir la acción de la autoridad o a entorpecer la investigación correspondiente". Para delitos cometidos antes del 31 de diciembre de 2004, la pena estaba fijada entre 1 y 4 años de prisión, y de entre 4 y 8 años cuando el delito que encubierto era el de genocidio, desaparición forzada, tortura, desplazamiento forzado, homicidio, extorsión, enriquecimiento ilícito, secuestro extorsivo, tráfico de drogas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas.
[2] Comisión Colombia - Europa - Estados Unidos (CEEUU). "Ejecuciones extrajudiciales 2002 - 2010. Crímenes de lesa humanidad bajo el mandato de la seguridad democrática", documentos temáticos No. 8. Bogotá, septiembre de 2012. En este aparte el informe cita como fuente cifras de la ONU.
[3] Ibídem. Según el informe, la Unidad Nacional de Derechos Humanos de la Fiscalía investiga a la fecha 1.613 casos, mientras las fiscalías seccionales llevan 392 procesos por los llamados "falsos positivos"
[4] Ibídem
[6] Ver: Fernando Castro Caballero: de defensor de Víctor Carranza a magistrado de la Corte Suprema. Equipo Nizkor, 29 de marzo de 2011. En: http://www.derechos.org/nizkor/colo...

La guerrillera que negocia en la Habana representa a miles de compañeras de armas de las FARC

Sandra Ramírez a la izquierda, con un fusil M1 en sus primeros años en las FARC-EP.
Hoy negocia junto con los otros integrantes de la delegación guerrillera en la Habana
con el gobierno colombiano cómo llegar a una Colombia en paz con justicia social.
(Foto remarcada es de Patricia Grogg, IPS)



Por Dick Emanuelsson, ANNCOL

Unas reflexiones subjetivas sobre los "40 por ciento de los combatientes de la guerrilla de las FARC-EP



La voz de la fiscal* fue fría, seca, casi metálica, cuando me hizo la pregunta: ¿"Cuántas veces ha visitado usted campamentos guerrilleros"?
Fue entonces cuando irrumpió en mí el recuerdo de otras Mujeres, guerrilleras, ellas, dueñas de expresiones totalmente diferente a las de la fiscal. Ellas eran cálidas, amables y hospitalarias.
La vida de la fiscal seguramente ha sido muy distinta a la de aquellas mujeres que se incorporaron a las filas guerrilleras, en su mayoría oriundas de hogares de familias campesinas. Mujeres que conocieron los rigores de la vida y las injusticias que la rodean que fue el motor que las impulsó a ingresar a las filas guerrilleras. Lamentablemente no se ha hablado mucho de ellas, así como tampoco se han dedicado horas ni dinero para plasmar su vida en celuloide o en papel.
Siempre existe el temor de que cunda el ejemplo, por ello es mejor obviarlo, hacer creer que no existen en medio de una realidad tan cruel cientos de conciencias desarrollándose unitariamente para desarticular proyectos exterminadores.

CARLOS ARTURO ALAPE, legendario escritor y periodista fue uno de los pocos en considerar que es necesario hablar sobre el movimiento popular colombiano que por supuesto, incluye a la guerrilla, porque es parte de la realidad colombiana. En la década del '80 ó '90 realizó una antología basada en la recopilación de datos y entrevistas con miembros del movimiento insurgente, las FARC y el ELN.
No existen, hasta el momento, muchos más materiales al respecto. Y no es un dato para omitir, sabemos que la guerra psicológica y la reducción del espacio democrático, así como la nula expresión de libertad en Colombia, ha asustado a tal grado que pocas veces la prensa seria se atreve a realizar reportajes en las regiones de bajo control guerrillero.
El temor de alguna manera es comprensible, la estigmatización ya está instalada, bien sabemos que quien se atreviera a interesarse por la situación de esos hombres y mujeres en lucha permanente, a los que Jacobo Arenas llamaba "Revolucionarios Profesionales", verá tras de sí la horda de agentes del DAS tratando de vincularlo con la insurgencia.

DOS SEMANAS DESPUÉS de iniciadas las conversaciones para el nuevo proceso de paz, en La Habana, la prensa dio cuenta de la participación de una mujer integrante de las FARC, en esas conversaciones. Tras el descubrimiento aún enroscados entre los pliegues del factor sorpresa, comenzaron a mencionar a Sandra Ramírez, "viuda de Manuel Marulanda", mujer de fuerte personalidad con 31 años de acción en las filas guerrilleras.
A Sandra la conocí entre los meses de marzo-abril de 1988 en Casa Verde, cuando se celebró la 2ªCumbre de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar. Esa fue la primera vez que pisé territorio guerrillero y realmente fue una experiencia emocionante, sobre todo la presencia de los 40 por ciento de los combatientes que eran y son mujeres. Ella era la compañera de Manuel Marulanda, cuestión que no le otorgaba ningún beneficio con respecto a sus compañeros. Hacía las mismas tareas, tenía los mismos deberes y derechos que cualquier guerrillero raso. Tiempo atrás había comenzado a seguir el proceso guerrillero en el que descollaba la figura de un líder que según el ejército y los medios, fuera asesinado unas 1200 veces, hasta que volvía a "aparecer" cada vez, echando por tierra las versiones existentes. El Tiempo, medio oficial, transcribía textualmente los partes de guerra del ejército colombiano, donde también volcaba la mentira.

La guerrillera Oneyda
EN CASA VERDE también conocí a Oneyda, una guerrillera de rasgos indígenas como muchas otras guerrilleras. Con su fusil M2 prestaba guardia en una trinchera construida con gruesos troncos. Tenía, además, una cadena de la que pendían latas vacías que habrían de chocarse entre sí en caso de avance del enemigo.
Me contó los duros momentos que vivía cuando era campesina y el "patrón" la trataba tan mal como no merece ser tratado siquiera un animal. Esas injusticias la empujaron selva adentro, buscando en la guerrilla su dignificación. Su sueño era –y es- construir un campesinado sin terratenientes ni hordas paramilitares acosando a los campesinos.

Eliana, la radiooperadora de Rául Reyes 2005.
EN LA PROFUNDIDAD de la selva húmeda, en Putumayo, rodeada de culebras, arañas y otras alimañas que causarían un infarto a la fiscal, otra mujer, Eliana, tecleaba día y noche su computador como radiooperadora bajo la orden del comandante Raúl Reyes. Fue una de las primeras mujeres enlistadas en esas filas combatientes por ahí al principio de la década 70´. En 1998 ya había cumplido 26 años de lucha sin descanso por la Nueva Colombia. Y sigue sus tareas en algún lugar de Colombia.
Recuerdo a Susana a quien conocí en 2005. Ella fue una de los tres sobrevivientes del bombardeo al campamento del comandante Raúl Reyes el 1 de marzo de 2008. Ante la entrevista en abril 2005 se arreglaba frente a un espejo con esa coquetería femenina que ni aún en las circunstancias más difíciles ellas quieren omitir.
Susana sobrevivió el bombardeo 2008
Su piel morena parecía ébano en medio de la selva, se manifestaba orgullosa de ser comunista y así lo repetía en el aula del campamento de Raúl Reyes, cuando dictaba los talleres sobre el Movimiento Bolivariano, Milicias Populares, Partido Comunista Clandestino y Milicias Bolivarianas. Los guerrilleros la escuchaban con atención siendo su tono amable, maternal, convincente.
Luego del bombardeo en el que muriera Raúl y sus compañeros más cercanos, ordenado por el entonces ministro de defensa, Juan Manuel Santos y su jefe, Álvaro Uribe Vélez, Susana fue herida gravemente en ambas piernas. Salvó su vida increíblemente y luego fue recibida en la que se conoce como una ejemplar actitud solidaria brotada desde la Nicaragua Sandinista, gracias a la interferencia del Comandante Daniel Ortega.
No tuvieron la misma suerte Yarlene, enfermera indígena, ni Marcela, joven guerrillera que conoció Putumayo diez años antes del crimen que borró sus sonrisas para siempre.

INOLVIDABLE FUE EL IMPACTO que me causó otra Mujer Guerrillera, Lucero Palmera, compañera de vida y lucha de Simón Trinidad con quien tuvo una hija hermosa. Lucero también era colega como encargada de la radio Voz de la ResistenciaCadena Radial Bolivariana, CRB.

Lucero Palmera en posición de combate en la montaña del norte de Colombia

En la emisora
El 31 de diciembre de 2004 su compañero fue extraditado a Estados Unidos por orden de Uribe en lo que se consideró un espectáculo aberrante de la ley, así como fue indicativo de pérdida de soberanía. Pero Lucero, que no tenía orden de captura cuando junto a Simón fue detenida en Quito, mientras intentaban tomar contacto con la ONU para la liberación de unos prisioneros en control de las FARC, regresó al siguiente día a Colombia, cruzando el Río San Miguel para reunirse con sus camaradas. En abril del 2005, pasé una semana en el pequeño campamento que solo tenía la tarea de transmitir la "Voz de la Resistencia" de la Cadena Radial Bolivariana, CRB. Su firmeza fue de hierro, pese al golpe que fue la extradición de Simón a EE.UU.
Lucero se preparaba desde las 3 de la madrugada para abrir las transmisiones a las 6 en punto, cuando el himno nacional y el de las FARC anunciaban el nuevo día en lucha de la guerrillerada.
Nunca la vi acostarse antes de la medianoche, que era cuando cerraba la jornada. Un día fuimos al río y allí pude conversar con ella durante dos horas. Con total compañerismo accedió a una serie de preguntas y me impactó su sinceridad y optimismo, su convencimiento de las razones que la impulsaron hacia adentro de las FARC y su firmeza al sostener que estaba dispuesta a dar su vida por la Nueva Colombia.
La hija de Lucero y Simón
19 de SEPTIEMBRE de 2010: El entonces ministro de defensa, Juan Manuel Santos, sabía, por información de la inteligencia militar colombiana, que la hija de Lucero y Simón llegaría al Frente 48 cruzando el Río San Miguel. La hija no sabía que los agentes de Santos habían logrado implantar unos chip en la ropa suya cuando se encontraba en Quito, Ecuador. El chip que ella llevó al campamento guerrillero donde había otros 60 combatientes -incluyendo a Lucero y su hija- los convirtió en blanco de las bombas de Uribe y Santos.

ESTOS SON ALGUNOS DE ENTRE LOS MILES de ejemplos de mujeres en lucha heroica por su pueblo. Tal como fue el de Sandra ya que a todas las une el hilo conductor hacia un nuevo mundo más justo y equitativo para el pueblo colombiano.
Al ver a la fiscal no pude menos que compararla con las otras siendo todas partes de la misma realidad colombiana y lo hago sabiendo que las comparaciones suelen ser desagradables.
Una realidad que urge cambiar tanto para el campesino como para el habitante de las ciudades, ya que la miseria y la injusticia son los mismos flagelos padecidos por todos. Porque allí se rigen los destinos de la patria bajo la sombra feroz del neoliberalismo que ahora, bajo el mandato de Santos, será profundizado tal como cuando se dio la "Apertura Económica" de César Gaviria al principio de la década 90,´produciendo, precisamente, la entrega del mercado del campo colombiano que ahora serán los recursos naturales al gran Capital Transnacional.
El terrorismo de estado está instalado en Colombia, quienes se oponen a ese régimen se convierten en víctimas inminentes del poder fáctico oligarca.

Mando feminino 
LUCERO PALMERA LLORÓ la muerte por asesinato paramilitar de sus hermanos y sobrinos, cuando Jorge 40 diera la orden macabra, apoyada en su histórica connivencia con el ejército en el norte de Colombia y los oligarcas y terratenientes en el departamento de Sucre.
¿Conocerá esos crímenes la fiscal que opera desde una oficina confortable en el centro de la capital colombiana? ¿Será capaz de denunciar en algún momento a los autores intelectuales –ya no digo a los matones a sueldo- dirigidos por Uribe y el Departamento de Estado?
Son relatos como los de Lucero y Sandra los que hacen menos complicado entender el tema del Conflicto Social y Armado, porque son auténticos, surgen desde el seno de la realidad colombiana.

Sandra en el Malecon de la Habana.
SANDRA, HOY EN PLENO diálogo junto a sus compañeros y el gobierno colombiano, no necesita títulos universitarios para sentarse en la mesa de negociación. Sus derechos ella los conquistó en el campo de batalla, junto a sus camaradas y bajo la guía de quien fuera su esposo, el legendario Manuel Marulanda.
Sandra, hoy, en pleno diálogo y lejos de su tierra, lleva el mensaje de sus miles de compañeras de armas, va rodeada por el espíritu de todas y cada una de esas mujeres que fueron capaces de conmoverse ante el espanto que padece su tierra.
Como periodista desde hace muchos años, entrevistarlas a todas ellas en el terreno de la lucha que atraviesan cada mañana, desde que el sol despierta en el horizonte donde para desplegarse por la Cordillera Oriental de los Andes, puedo asegurar que fue uno de los orgullos más grandes que llevaré conmigo el día que me toque partir hacia otro rumbo.
* En la audiencia el 19 de agosto este año en el juicio contra el director de ANNCOL, Joaquín Pérez.

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Patricia Grogg (IPS) entrevista a Sandra Ramírez, guerrillera colombiana y viuda de Manuel Marulanda. "Cuesta imaginarla vestida de guerrillera, cargando una mochila de 25 kilogramos, repeliendo a tiros el ataque enemigo o buscando refugio para evadir los bombardeos aéreos. Se la conoce como Sandra Ramírez y dejó el escenario de guerra colombiano para viajar a la capital cubana a hablar de paz", escribe la colega Grogg. Leer más.

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Publicado por ANNCOL: www.anncol.eu
 

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