La figura de las Zonas de Reserva
Campesina ha encendido el debate sobre el desarrollo rural en el marco
de la negociación de paz. Las Farc saludan su creación y propone
destinar millones de hectáreas a esta iniciativa y el gobierno afirma
que son “republiquetas independientes”. ¿En qué consiste esta forma de
asociación?
“Las FARC- EP consideran que siendo
las Zonas de Reserva Campesina una iniciativa agraria de paz, merecen
todo el respeto y apoyo institucional posible y el compromiso inmediato
del Gobierno Nacional de formalizar el total de las 9.5 millones de
hectáreas de tierra que hoy comprenden sus procesos organizativos a
nivel nacional”, señaló la guerrilla el miércoles 13 de marzo.
Esta
declaración fue leída por ‘Iván Márquez’ como respuesta a un documento
enviado por la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina –
Anzorc a los negociadores, donde pedían ser incluidos en el diálogo y
tener un espacio de participación.
De inmediato, sectores
del gobierno y la oposición reaccionaron a la propuesta y deslegitimaron
la idea de las Farc. Uno de los mayores críticos fue el ministro de
Agricultura, Juan Camilo Restrepo, quien afirmó que la propuesta tenía
como objetivo institucionalizar “republiquetas independientes y no
beneficiar a los campesinos”.
José Félix Lafaurie,
presidente de Fedegan y precandidato presidencial por el Centro
Democrático, señaló que las Zonas de Reserva Campesina eran “cartuchos
rurales” y que no contribuían al desarrollo del campo colombiano. El
debate, desde ambas orillas, quedó abierto.
Aunque las Farc
han propuesto el fortalecimiento de este mecanismo en todas son
declaraciones a la prensa desde Cuba, solo hasta ahora, cuando hay una
idea concreta, el país gira su cabeza en esa dirección. Las ZRC existen
en Colombia desde hace más de 25 años y han sido, según los campesinos y
el Incoder, una medida tanto de protección a los trabajadores del campo
como un mecanismo de acción frente a la inequitativa concentración de
tierra.
En medio del debate, esta semana se realizará el
tercer encuentro de Zonas de Reserva Campesina, en San Vicente del
Caguán. Allí se construirá una propuesta de legitimación y
fortalecimiento de la iniciativa, que seguramente llegará a los
negociadores en Cuba.
Confidencial Colombia presenta los
antecedentes, particularidades y retos de la polémica figura, que tiene
dividido al país entre quienes piensan que es un fenómeno inútil y
quienes han encontrado en estas zonas un espacio para protegerse y
cultivar la tierra.
¿Qué son?
Según el Incoder,
las ZRC son “las Áreas geográficas que tienen en cuenta las
características ambientales, agroecológicas y socioeconómicas regionales
para el ordenamiento territorial, social y cultural de la propiedad,
para la estabilización y consolidación de la economía campesina”.
Para
la Anzorc, las Zonas “se caracterizan por el predominio de terrenos
baldíos, con historia de colonización campesina, historia de
organización y la presencia de recursos naturales”.
“Sobre
este territorio los campesinos diseñan un plan de desarrollo sostenible
o plan de vida dirigido a garantizar el derecho al territorio, la
tenencia y distribución de la tierra, su vida digna, la satisfacción
de los servicios básicos, la titulación de predios campesinos, el
impulso y la estabilización de la economía campesina protegiendo los
recursos naturales”, dice la asociación.
¿Cómo surgen?
Los
campesinos de la región del Duda, en el Meta, decidieron asociarse en
1987 para “crear instrumentos de protección para sus parcelas, frente a
la presión de los latifundios, garantizando una oferta adecuada de
servicios”, según Anzorc. De esa lucha y en ese territorio nació la
primera Zona de Reserva Campesina.
En 1994, luego de la
experiencia exitosa del Duda y por la presión del campesinado
colombiano, el gobierno de Ernesto Samper decidió legislar sobre el tema
y constituir la figura jurídica de las ZRC. Pero solo hasta 1996 se
reglamenta la figura y entra a implementarse.
¿Qué pretenden?
Las
ZRC tiene varios objetivos, unos marcados desde la perspectiva de la
institucionalidad y otros desde la visión de los campesinos.
Para
el Incoder, los objetivos de las Zonas son controlar la expansión
inadecuada de la frontera agropecuaria, evitar y corregir los fenómenos
de inequitativa concentración o fragmentación antieconómica de la
propiedad rustica, crear las condiciones para la adecuada consolidación y
desarrollo sostenible de la economía campesina y de los colonos de
escasos recursos, regular la ocupación y aprovechamiento de las tierras
baldías, dando referencia en su adjudicación a los campesinos o colonos
de escasos recursos, entre otros.
Los campesinos asocian
estos territorios con procesos de identidad campesina, de permanencias y
cuidado de la tierra, de esperanza de vida digna, de arraigo, de
planeación y de ordenamiento territorial.
¿Dónde están?
A
través de este mapa, generado por la Anzorc, se observa los lugares
donde están establecidas las seis ZRC constituidas, las 4 que están en
proceso de legalización y el territorio donde los campesinos han
decidido hacer una Zona de hecho.
En la imagen no están
incluidas cinco Zonas de Reserva Campesina de hecho, que han sido
constituidas por los habitantes del departamento del Cauca.
¿Cómo operan?
Según
la Anzorc, las Zonas “tienen como bitácora de progreso, el plan de
desarrollo sostenible –PDS- o plan de vida comunitario que elaboraron
participativamente, este lo formulan, diseñan, administran, ejecutan,
monitorean y evalúan las Organizaciones campesinas que lideran el
proceso y son acompañadas por un comité de impulso local. Adicional a
ello, se conforman comités de veedurías comunitarias que son los
encargados de supervisar el proceso”.
Las Zonas de Reserva
Campesina existen. Hace más de 20 años hacen parte del panorama rural de
Colombia y hoy cobran importancia por la discusión política que hay
frente a su importancia.
Fuente
Confidencial Colombia