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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

Blog ESTADÍSTICAS

BLOG DESTACADO

Siete cosas que saber antes de la guerra en Corea

La mancha obrera/Agencia Prensa Rural.

1.- El agresor es Estados Unidos.- Desde el armisticio de las Coreas de 1953, Estados Unidos ha ocupado Corea del Sur y subyugado a su Gobierno a sus intereses, colocando lobbys militares y buques de guerra en la península. Se estima que desde entonces, Washington ordena un promedio de 200 vuelos sobre el territorio cada año, incluidos aviones bombarderos B-52 y submarinos nucleares.
2.- La guerra es Corea del Norte vs. EEUU.- Seúl es un país sometido a Washington desde el armisticio. Sus tropas serían las primeras en avanzar el ataque, y las primeras en morir. Esa es la política guerrerista “aliada”.
3.- Estados Unidos quiere apoderarse de Asia-Pacífico.- Ante la abdicación comunista de China para la aplicación de un modelo capitalista de Estado con estrategia imperialista, la única nación incómoda para EEUU en la región es Norcorea. Eliminarle sería para la Casa Blanca la oportunidad de cercar geopolíticamente a Pekín para competir cara a cara con su creciente economía que, según analistas, sería la primera en el mundo para el año 2018.
4.- Economía de guerra para rescatar al capitalismo.- Como sabemos, la crisis de sobre acumulación capitalista tiene en la guerra una de sus supuestas salidas. La industria militar se activa empleando mano de obra que yacía desempleada por las pérdidas de las empresas, con empleo se desatan los créditos para acelerar la capacidad de consumo, haciendo que los bancos vuelvan a funcionar. Estados Unidos sabe muy bien de esto. Sus crisis son inagotables y cíclicas cuyo costo se carga a su clase trabajadora o, como en este caso, a la humanidad entera.
5.- Fin o fortalecimiento del imperialismo.- Corea del Norte es una de las últimas paradas de los afanes imperialistas de Estados Unidos. Por su parte, Rusia, China, India o Brasil no son sus enemigos, sino sus adversarios económicos en cuya cúspide de competencia, siempre sabrán acordar la preservación del sistema. En cambio, la capacidad de disuasión política y militar de Norcorea contra EEUU es real. Esto supone que Washington se juega una de sus más importantes cartas bélicas en la Península coreana: si logra abatir a Pyongyang, no habrá país que lo detenga y su próximo objetivo será Irán, con la vida del planeta en riesgo inminente. Sin embargo, existe la posibilidad de que en la RPDC termine una era de dominio yanqui sobre el mundo.
6.- Permanente campaña anti comunista.-Tan añeja y absurda como la explotación esclavista que Estados Unidos sigue defendiendo hasta en su mismo territorio.
7.- ¿Qué detiene esta guerra?- Está claro que Corea del Norte no se mueve del lugar donde ha persistido por 60 años. ¿Quién puede frenar a Estados Unidos? ¿La ONU? ¿El bloque Rusia-China-India-Brasil? ¿La Unión Europea? ¿El activismo de la humanidad por la paz? Una paz sin armas, pero sin la explotación irracional del dinero sobre a lo que a la humanidad y la naturaleza le pertenecen desde el principio del tiempo: la vida.

Mujeres en Colombia - Ficha sobre su situación

Por Oidhaco.


El documento presenta información y datos clave con respecto a la situación de las mujeres en Colombia, así como sobre legislación y mecanismos de protección específicos; se formulan recomendaciones a la comunidad internacional.

En Colombia, como en otros países, la mujer enfrenta una situación de violencias y discriminación en su contra en los diferentes ámbitos de su vida. En el 2011 se registraron 70.134 casos de violencia intrafamiliar contra mujeres; 18.982 casos de violencia sexual - un incremento del 11% con respecto al 2010; 130 casos de feminicidio. Si bien ha habido avances a nivel normativo, la falta de implementación de estas normas y la impunidad generalizada conducen a la agudización de las violencias.

Además, el conflicto armado reproduce y profundiza las discriminaciones y las violencias cotidianas contra las mujeres. La violencia sexual sigue siendo utilizada como arma de guerra por distintos actores armados. Y las mujeres son las principales víctimas de desplazamiento forzado. La impunidad para estos hechos es prácticamente total.

Asimismo, las mujeres defensoras se enfrentan a mayores riesgos propios a su género. La discriminación y la desigualdad siguen siendo importantes.

Frente a esta situación, se formulan recomendaciones a la comunidad internacional para que pueda contribuir a poner un término y remediar a estas violaciones.

Documento elaborado con el apoyo de Sisma Mujer.



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Tierra en Colombia –Entre despojo y negocio

Documento de análisis que presenta la situación actual de la tierra, una problemática al centro del conflicto. Aborda las problemáticas de concentración de la tierra; política actual de restitución; y política económica y de desarrollo.

Por Oidhaco.

Resumen

Colombia es un país de alta concentración de la tierra, con una subutilización para fines agrícolas. Esta concentración se debe a razones históricas y ha sido incrementada y favorecida por el conflicto armado, que ha contribuido a altos índices de despojo y desplazamiento forzado. Hoy en día, Colombia es, junto con Sudán, el país con más desplazados internos en el mundo. Frente a esta situación el gobierno actual ha adoptado una política de restitución de tierras. Sin embargo, esta política tiene importantes límites y hasta la fecha no ha mostrado la eficiencia esperada. Mientras tanto, la impunidad de este crimen es casi total y el desplazamiento sigue. Además, la política actual de desarrollo y comercio del gobierno colombiano, basada en “megaproyectos” podría consolidar y profundizar aun más el despojo y la concentración de tierra. La problemática de la tierra, elemento central del conflicto armado colombiano, está actualmente a la agenda de las negociaciones de paz.


Recomendaciones

-    Insistir ante las autoridades colombianas para que los crímenes de desplazamiento forzado sean investigados y sancionados; que se lleve a cabo una restitución efectiva de los derechos sobre la tierra y el territorio en el marco de una política de desarrollo integral basada en los derechos fundamentales; y que se asegure la protección de las personas que se movilizan a favor de estos derechos y para la restitución de tierras.

-    Propiciar y facilitar la participación de la sociedad civil colombiana, principalmente de los sectores campesinos, de los pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes, mujeres y organizaciones de derechos humanos en el marco del proceso y de diálogos de paz, en particular con respecto al tema de la tierra, territorio y desarrollo rural.

-    Adoptar un marco normativo vinculante para: prevenir y sancionar ante tribunales civiles y penales la violación directa e indirecta de los derechos humanos y normas de protección del medioambiente por empresas europeas y sus filiales tanto en Europa como en países terceros; impedir el acceso al mercado europeo de productos cuyo origen esté relacionado con violaciones a los derechos humanos; asegurar el acceso a la justicia para las víctimas de violaciones a los derechos humanos por las empresas.

-    Adoptar medidas legislativas eficientes para luchar contra la especulación financiera sobre tierras, producción agrícola y recursos naturales; así como contra el uso y/o la transformación directa e indirecta del uso de la tierra agrícola para fines distintos a aquel de producir productos destinados a la alimentación.



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Ya no hay diálogo por la salida al mar

El presidente de Bolivia, Evo Morales, denunció el cese del desminado de la frontera entre Bolivia y Chile, y luego señalo falta voluntad de ese país para solucionar el conflicto marítimo.
Por Juan Manuel Suárez |APAS
27|03|2013

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, ordenó la paralización del programa de desarticulación de las minas anti personales y anti tanques, que el gobierno de Augusto Pinochet sembró a lo largo de la frontera boliviano – chilena, durante la década del ´70. De esta manera, se violó la Convención de Ottawa, del año 1997 (además del Tratado de 1904) en la cual se acordó que Chile debía removerlas y desactivarlas en un plazo de diez años.

El mandatario boliviano fue claro en referencia a este nuevo conflicto diplomático en puerta: “Con esta clase de presidentes jamás se pueden resolver los problemas que tenemos entre Bolivia y Chile…Hasta un dictador, como Pinochet ha propuesto cambio territorial”, dijo Morales, en sus críticas contra Piñera. Además, se encargó de señalar que está “hundiendo a Chile por el manejo que ha tenido no sólo frente a la demanda marítima boliviana, sino por cómo administra un país en su calidad de jefe de Estado”.

Cabe recordar, que días atrás se encargó de anunciar que en el lapso de una semana, una delegación boliviana presentará una demanda en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para buscar la restitución de su salida soberana al mar. Desde el Ejecutivo de Bolivia aseguraron que el Gobierno chileno violó las normativas de la comunidad internacional por negarse a tener un diálogo continuo con Bolivia, para tratar el tema marítimo, en el marco de las diplomacias bilaterales.

En tanto que desde el gobierno chileno, le restaron importancia a la pobre situación económica de Bolivia producto de su faltante salida al mar, al afirmar que la “riqueza de un país está basada en el sistema de gobierno, en una buena administración, en políticas económicas y en el trabajo de su gente”, según señalo su canciller, Alfredo Moreno.

Finalmente, desde la oficina de prensa del Palacio de Gobierno de La Paz, se difundió una carta de apoyo que Fidel Castro envió a Evo Morales el 23 de marzo con motivo del Día del Mar, fecha en que los bolivianos recuerdan la pérdida de su acceso al océano Pacífico a manos del ejército chileno en el año 1879.

La economía política de la coca en Colombia

Felipe Tascón Recio/ Tomado de APR.

En TELESUR veo al compañero Evo, relatar como su primer encuentro con el inmortal Hugo, fue frustrado por algunos desubicados diplomáticos, que en el 2000 bloquearon la reunión del comandante con el parlamento indígena latinoamericano, porque “ahí había un diputado cocalero narcotraficante”. Hoy pasa lo mismo en otras latitudes, valga entonces para apuntalar la necesidad de divulgar los escenarios de agricultura cocalera colombiana, tan desconocida en Bolivia y Latinoamérica.

Dentro de la guerra mas larga de la historia de América, además de los actores armados, también se enfrentan dos escenarios para los cultivos proscritos de la Coca, el de agricultura campesina y el terrateniente. Marx define los tres ángulos que enmarcan la contradicción del capitalismo, los llama Fórmula Trinitaria: Capital-ganancia, tierra-renta del suelo, trabajo-salario (CAPITAL, T3, C48). En el escenario de agricultura campesina, el trabajo sumado a la tierra puede obviar al capital, mientras en el escenario terrateniente, el capital separa la tierra del trabajo, y gracias a ello lo sojuzga.

Escenario de agricultura campesina

En Colombia, el cultivo ancestral de la Coca convive con explotaciones comerciales orientadas a un valor de uso narcótico, este último proceso se ha dado con trabajadores rurales desplazados de la frontera agrícola, con campesinos emigrados —de forma espontánea, o dirigida por el Estado— hacia terrenos baldíos de los bosques húmedos, en mayoría de la cuenca amazónica. Estos campesinos guardan similitud con los protagonistas de los lamentos del emprendedor Wakefield, quien como recoge Marx no pudo desarrollar su empresa en Norteamérica, en la medida que los obreros tercamente emigraban a las tierras del oeste, pasaban por alto el mercado laboral, y por ende el capitalismo, para procurarse ellos mismos su vida. (CAPITAL, T1, C25).

Pero en Colombia y Suramérica de la segunda mitad del siglo XX las causas de la migración, no fueron similares a las de los lamentos de Wakefield. En nuestro continente, la colonialidad adquirió ciudadanía republicana: instituciones coloniales como la hacienda, y vicios como el racismo, le han sobrevivido a 200 años de vida republicana. Así pues, la migración de los trabajadores agrarios, debe entenderse como un acto obligado por el monopolio terrateniente dentro de la frontera agrícola de nuestros países: es el poder latifundista, que monopoliza las mejores tierras cercanas a los mercados, lo que provoca la migración, no hacia las praderas del oeste norteamericano, sino hacía terrenos selváticos de suelos pobres en nutrientes. En el caso colombiano, este proceso se acelera por dos hechos: primero la guerra civil no declarada: la Violencia; y segundo como reacción a la Revolución Cubana. Así el Estado desde los años 60 del siglo XX, impulsa una supuesta reforma agraria, sin tocar al poder terrateniente, sino mudando campesinos sin tierra hacía los baldíos de las cuencas de 4 ríos: Amazonas, Orinoco, Magdalena y Catatumbo.

Estas cuencas tienen en común el bosque húmedo tropical, de suelos pobres y alta acidez, pero sobre todo lejos de los mercados, por las pésimas condiciones de la red vial del país. La colonización de estas zonas, en su mayoría impulsada por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria, en ningún momento contó con una mínima planificación, y mucho menos con estudios agrológicos que evaluarán la vocación de los suelos selváticos que se estaban entregando. Estos colonos ahora tenían su trabajo y la tierra, pero les faltaba algo.

El problema central que generó el traslado a los baldíos, fue el choque entre la cultura agraria de campesinos desplazados desde los valles interandinos, y la realidad agroecológica de los suelos que los recibían. Por ejemplo con las familias que reclamaban tierras en Candelaria, departamento del Valle, desplazadas por los latifundios azucareros, se fundó en la cuenca amazónica, Puerto Limón, departamento del Putumayo, cerca de la frontera con Ecuador. Estos campesinos conocedores de la cultura de la finca tradicional, que combina cultivos alimenticios, como frutas, verduras, plátano, frijol, café y cacao, con la cría de especies menores, empezaron a tener dificultades con los suelos amazónicos de calidad muy diferente, y con imposibilidad de sacar sus escasos excedentes a los mercados urbanos. Para que los colonos de los bosques húmedos colombianos, llegaran a equipararse con los farmers de la Norteamérica decimonónica, necesitaban un cultivo apto para sus suelos y comercializable.

Después de décadas de luchar contra el suelo adverso y a duras penas ganándole la batalla al hambre, en los años 70 empezaron a aparecer en estas zonas los esquejes de la especie de Coca traídas desde el trópico de Cochabamba: la Erythroxilum Coca. La planta existió siempre en Colombia como parte de la cultura de las naciones originarias, pero en pisos térmicos intermedios de las cordilleras de los Andes, y de la Sierra Nevada de Santa Marta, en variedades tradicionales de la especie Erythroxilum novogranatense, cuyo cultivo se destinada a satisfacer el consumo ancestral de hojas en una modalidad de mascado llamada mambeo. Esta especie tenía bajos rendimientos por hectárea en las laderas andinas, y menores en las condiciones del bosque húmedo. Mientras los esquejes bolivianos de Coca, resultaron ser el algo que faltaba: un producto rendidor y al que con un procesamiento mínimo en la propia finca, hasta llevarlo a pasta básica de Cocaína, se le controla la perecibilidad, impidiendo que lo dañaran ni en las pésimas vías, ni la alta pluviosidad de los baldíos que la reforma agraria le había entregado a los campesinos.

Además un producto, al que las FARC, le empezó a fijar un precio de sustentación alto: por ejemplo en el Catatumbo a fines de 1998, obligaba a los narcos a pagarles a los campesinos 1.000 dólares el kilo de pasta. Entonces con el nuevo producto, el campesinado logra mantener su independencia, sin someterse como obreros al capital, pudiendo eludir al mercado de trabajo, equiparándose así a los farmers que trasnochaban a Wakefield. Las nuevas variedades bolivianas, de partida orientaban la producción hacia el mercado, lo que significó un salto desde la agricultura de satisfactores individuales y comunitarios, hacia una con valor de uso mercantil. De esta manera se consolidaba la agricultura campesina, donde trabajadores con tierra podían obviar al capital.

Con la agudización del conflicto, la guerrilla asumió una estrategia para impedir la entrada de los paramilitares detrás del narco, así en algunas zonas del país bajo su control, en los últimos años hay una pequeña modificación del modelo expuesto. Desaparece la transacción directa entre el campesino independiente y el narcotraficante, en cambio aparece un “propio” que acopia de los campesinos y afuera le vende al narco. Si bien cambian los actores de la transacción de pasta básica, no cambia la propiedad campesina: como en el modelo clásico, el trabajo y la tierra continúan del mismo lado.

Escenario de agricultura terrateniente

Uno de los ejemplos que expone Marx sobre la génesis del capital, son las llamadas Clearing of Estates, o limpieza de fincas, eufemismo para describir el desplazamiento de campesinos, de donde la limpieza era de personas. Este mecanismo, fue el que generó que en Europa al inicio del siglo XIX, si hubiera carne para el mercado laboral. Por ejemplo los campesinos escoceses agrupados en clanes, mayoritariamente explotaban la tierra como un bien comunal, fueron reprimidos con violencia para ser expulsados de sus tierras originales, y también de los lugares donde se refugiaban. Valga el ejemplo de la expulsión de los campesinos del clan Sutherland, por la condesa del mismo nombre ayudada por el ejercito británico, primero los desplazaron de la tierra para hacer haciendas ovejeras, luego del que había sido su refugio en la costa escocesa, donde habían desarrollado una incipiente industria de pesca. La segunda expulsión esta vez hacia las ciudades y hacia el exterior como fuerza de trabajo, mientras que las pescaderías que habían creado, la señora se las vendía a empresarios de Londres (CAPITAL, T1, C24).

Cuando los campesinos, en los baldíos recibidos de la reforma agraria colombiana, abren una nueva frontera agrícola, al final del siglo XX, pasó algo similar a las pescaderías del clan Sutherland. Estos trabajadores agrícolas, a partir de las hojas de Coca consiguieron un producto rentable: la pasta básica, de forma que sus parcelas se volvieron apetecibles para el capital. Esta historia se conoce como contrarreforma agraria paramilitar y narcotraficante, y responde a la lógica del despojo del trabajador de sus medios de producción, su expulsión o muerte, para después remplazar el régimen de explotaciones rurales con pequeños propietarios que trabajan su tierra, por el de aparcería, es decir por campesinos que pagan alquiler por las parcelas Cocaleras, ahora expropiadas por terratenientes ligados al paramilitarismo.

Valga el ejemplo de la cuenca del Catatumbo, zona de frontera con Venezuela, donde existió desde los años 60 del siglo XX, un programa de colonización oficial, alrededor del pequeño poblado de La Gabarra. En esa región entró el cultivo de la Coca a fines de los años 80, con lo cual se dinamizó la economía, de la manera descrita en el escenario de agricultura campesina. Hasta el final del año 98, existían en el casco urbano del poblado ejército y policía, mientras en el área rural había presencia de dos grupos guerrilleros: las FARC y el ELN. Ante las tomas guerrilleras en todo el país, el gobierno decidió evacuar sus bases policial y militar de La Gabarra. Seis meses después en mayo de 1999, se dio un operativo conjunto entre 150 paramilitares comandados por Salvatore Mancuso, y el batallón Saraguro del ejército al mando de un mayor Llorente (está colaboración entre paramilitares y militares oficiales, fue demostrada en los estrados judiciales). Luego de algunos días de resistencia guerrillera contra el avance por vía terrestre de los paras, el desembarco aerotransportado del ejército y la policía en el poblado, definió que éstos tomarán posesión del área urbana, y los paras el área rural de influencia inmediata. El balance fueron más de 200 muertos (la mayor masacre de la historia de Colombia), y 3.000 campesinos desplazados.

Al mes siguiente, el narcotraficante que había financiado la operación, estableció en el casco urbano del poblado y a solo 500 metros de la restablecida estación de policía, lo que podríamos llamar una “oficina inmobiliaria”, los cerca de 600 predios abandonados por las familias desplazadas, con matas de Coca en producción, se le asignaban en arriendo, a inmigrantes traídos desde zonas de control paramilitar. Además en contraste con el precio de sustentación alto que manejaba la guerrilla, la misma “oficina” que cobraba la renta, rebajó el precio a 600 dólares. Se conforma así el escenario de agricultura terrateniente: campesinos tributarios, renta del suelo y precios bajos, característico de las zonas Cocaleras de control paramilitar.

Comparación y confrontación de escenarios

Bien vale comparar los dos regímenes de explotación Cocalera: el terrateniente de áreas controladas por el paramilitarismo, y el campesino, que caracteriza a las zonas de control guerrillero. Este contraste se puede ver como la causa, al nivel de la economía política, de la prolongación infinita —en las zonas de cultivos proscritos— de la guerra colombiana.

Con los altos precios de sustentación para la pasta básica, la guerrilla —cual Estado alternativo— se garantizaba un alto impuesto como porcentaje del 10%, pagado por el narco-comprador. En paralelo como ejercicio de control social, normaba la obligación de aportes equivalentes de los campesinos: 10% de lo que le había pagado el narco, a cooperativas desde donde se pagaban los sueldos de los maestros, las enfermeras etc., y en términos productivos normaba la destinación de tierra al cultivo de alimentos: por cada hectárea cultivada de Coca, un área similar cultivada en plátano, frijol etc. Es decir que enfrentado al abandono del gobierno central, se establecía un incipiente Estado alternativo de gestión comunitaria, cuyo instrumento político garante de la autonomía campesina eran las FARC. También le aparecía una especie de esquema fordista, al pequeño propietario trabajador y al recolector o raspachín, es decir que en la producción de Cocaína, se iría en contra del modelo clásico de salarios para la periferia.

En cambio con el modelo de aparcería impuesto para el agro cocalero en las zonas de control paramilitar, y resultado de sus limpiezas de fincas, la producción retoma cauces normales para el capitalismo de periferia, es decir la competitividad se basa en la reducción drástica del pago de la fuerza de trabajo, en su sobre explotación. Cuando los paramilitares controlan los cultivos proscritos de Coca, son garantes del control de la tierra por el capital, y garantizan que el trabajo pierda su autonomía, y lo obliga a volverse asalariado, mientras retorna el abandono tradicional del Estado de las áreas rurales, y no se vela por la seguridad alimentaria. Tal es la economía política de la agricultura cocalera bajo el latifundio.

Cuando hace un mes, las FARC propusieron en la mesa de negociación que los cultivos de Coca dejaran de ser proscritos, enviaban un mensaje claro en pro de la agricultura campesina. Falta ver la reacción del gobierno, o mejor dicho, falta saber si Santos, tiene capacidad de deslindarse de los intereses del latifundismo narcotraficante y paramilitar, que tan bien representa su antecesor. En buena medida, de tal capacidad depende el éxito en La Habana.

* Versión parcial y adaptada de un artículo académico presentado al doctorado PROSPAL de UARCIS Chile

El Cauca resiste en medio de los más altos índices de pobreza y miseria del país

El auténtico problema de la banca.

El Rincón del Bibliotecario. 


"[...]
En mi opinión, la causa última de todo lo que ha ocurrido está en otro factor al que apenas se hace referencia: el privilegio que tiene la banca privada para crear dinero gracias al llamado sistema de reservas fraccionarias (Vicenç Navarro y yo hemos explicado claramente la naturaleza y las consecuencias de este sistema en nuestro libro Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero. Espasa, Madrid 2012).

La gente normal y corriente suele creer que el dinero lo crea el Estado pero eso no es así. Hoy día, los estados, a través de los Bancos centrales, no crean sino más o menos un 5% del total del dinero que circula en la economía. Prácticamente todo el resto lo crean los bancos. Y lo crean de la nada, cada vez que dan un crédito.

Y puesto que dar créditos a partir de la nada les proporciona beneficio y poder, es lógico que su interés principal y constante sea el de aumentar sin cesar su volumen, haciendo así que crezca indefinidamente la deuda global de las economías.

Ese privilegio, llevado al extremo en los últimos treinta años y ejercido en un contexto de casi total ausencia de supervisión, con plena libertad de movimientos de capital y con inmenso poder político, es lo que ha llevado a la situación en la que nos encontramos.

Es verdad que la creación de dinero por los bancos viene de lejos. Pero se producía en mucha menor medida y sin estar vinculada la difusión de productos financieros tan peligrosos como los actuales derivados financieros. Cuando comenzó a darse, allá por el siglo XVII y hasta mucho después, los bancos reservaban más o menos la mitad de los depósitos y prestaban con el resto, lo que les permitía crear dinero en dos veces más cantidad que sus depósitos. Pero en los últimos años los grandes bancos globales como Goldman Sach, JP Morgan, Citigroup o Bank of America han venido manteniendo un coeficiente de reservas del 0,5%, lo que permite crear 200 veces más dinero del que se tiene en depósito. E incluso alguno de ellos ha mantenido en los años de plena burbuja un coeficiente del 0,001%, lo que quiere decir que creaban 1.000 millones de dólares por cada millón en depósito.

Este sistema de reservas fraccionarias es lo que genera el combustible con el que periódicamente arde el sistema financiero en crisis cíclicas y el que alimenta las burbujas y la destrucción de actividad productiva, el que ha convertido a la economía mundial en un gran casino, donde los productos derivados que crean los bancos a base de deuda tienen ya un valor casi 70 veces mayor que el del PIB mundial. Una barbaridad que amenaza que puede destruir el orden económico y social del planeta.
[...]".
Juan Torres López. Rebelión. 2012-11-30

Y por qué la prisa? Carreritas por la Paz

Domínico Nadal, Cambio Total.

Semana de recogimiento, pero no de oraciones y rezos camanduleros, sino que la « parranda santa » produce la valoración de las tareas por el bendito guayabo –resaca- que produce la ingesta de licor a tutiplén.

Sobresalen en ese panorama el afán inusitado de ”mayor celeridad” y para llegar a La Habana a pedirles ”velocidad, más velocidad », es decir, « jurgen el burro ». Nosotros con nuestra acostumbrada parsimonia nos preguntamos : Y por qué ahora sí queren mayor rapidez para alcanzar Acuerdos ? Será que creen que las FARC están « debilitadas » y es el momento de « torcerle el cuello al pavo » ? Será que creen que la velocidad es enemiga de las FARC y que los que piden velocidad pretenden inducir al error a las FARC ? Será que no saben que las FARC desde hace muchísimos años tienen preparados los temas que se abordarán ?

Sumado a lo anterior, vemos en esta semana de « golpes de pecho y contricción de corazones » que los dos ex- que tuvieron su « cuarto de hora » para alcanzar la Paz y no lo hicieron por su arrodillamiento al imperio del Norte, ahora preteden « tirar línea » sobre cómo hacer la Paz y hablan « lo habido y lo por haber ». Andresito el « cobarde » que no aprovechó un mandato expreso del pueblo –inducido por Manuel Marulanda- para sentarse y alcanzar la Paz lo que hizo fue irse a Usamérica a que le « tiraran línea » y le entregaron el « Plan Colombia » que ha producido más de 60 mil víctimas más, hoy, ese mismo Andresito, es una « virgen de la Caridad ».

El Uribhitler, que llegó soñando con derrotar a las FARC porque tenía « recursos » del Plan Colombia, vió como su sueño se tornó en pesadilla y las FARC lo derrotó a él y a las subsiguientes Fases del Plan imperial de guerra, hoy con cipote « nostalgia de poder » quiere « pescar en río revuelto » y quiere llegar a la « Casa de Nari » no con la « derrota de las far » sino con « la Paz con las far ». Mas ninguno de los colombianos del pueblo olvidamos que esos señores llevaron a Colombia  –y se mantiene- a la más dolorosa « Crisis humanitaria », que aun hoy sigue produciendo víctimas porque las fuerzas estatales siguen aplicando el Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad Nacional, amén de la implantación del más rampante Neoliberalismo que ha lanzado a los colombianos a sobrevivir en la « economía del rebusque ».

Mientras, el pueblo se prepara para marchar el 9 de abril. Día de conmemoración del asesinato por fuerzas « para-estatales » de Jorge Elíecer Gaitán, un abanderado de la Paz en su época. El 9 de Abril todo el pueblo debe salir a manifestarse,a marchar, a gritar consignas de Paz, a decirle « No a la Guerra » que ha producido el más grande desangre del pueblo. Esta manifestación del 9 de abril debe ser un apoyo del pueblo a la Mesa de Conversaciones de La Habana y debe ser la forma para recordarle al gobierno que el pueblo está exigiendo su participación directa en el Proceso de Paz ; que no se pueden manejar las cosas con la mezquindad con que se ha manejado el tema de las Zonas de Reserva Caompesina.

Vamos, pueblo, pa´lante que tu futuro está en tus manos.

En combates con las FARC EP el Ejército se atrincheró en viviendas civiles

Entrevista: Corea del Norte se defiende y toma medidas contra los planes de guerra de EE.UU.

Por: Dick Emanuelsson.


En este momento buques de guerra estadounidenses, que poseen de centenares de misiles de bomba nucleares, están operando en las aguas cercanas de Corea del Norte en abierta provocación en maniobras militares con Corea del Sur.

La paz no es un juego

Enrique Santos Molano

Representa el cumplimiento de un mandato constitucional y el anhelo del pueblo colombiano.

En estos días santos, de reflexión y oración, en los que conmemoramos el martirio de Jesucristo, torturado y asesinado por los urabeños de la época, y por las bandas criminales que servían al imperio romano, para el que eran subversivas las consignas cristianas de "amaos los unos a los otros" y "paz en la tierra a los hombres de buena voluntad", en estos días, digo, propicios para meditar en el presente y el futuro de Colombia, suponemos que se habrán calmado las pataletas infantiles del expresidente Andrés Pastrana, y que en lugar de seguir diciendo sandeces podrá contribuir, siquiera con un prudente silencio (si no es capaz de otra cosa más sustantiva), a que la gestión por la paz que se adelanta en La Habana entre el Gobierno Nacional y la guerrilla de las Farc concluya con éxito. Como tendrá que ser.

Entre las tonterías sublimes que alcanzó a decir el expresidente Pastrana Arango, una merece comentario: "(el presidente) Santos no tiene un mandato por la paz". Con seguridad el expresidente, que no goza de fama de ser un lector consuetudinario, no se ha leído la Constitución de la República de Colombia, que él presidió alguna vez, no sabemos por qué. De acuerdo con lo dispuesto por la Constitución vigente en Colombia desde 1991, todos los colombianos tenemos un mandato por la paz, inequívoco y contundente (artículo 22).
Y con mayor razón los presidentes, cuya responsabilidad suprema es cumplir y hacer cumplir el ordenamiento constitucional. Todo colombiano que no contribuya al logro de la paz, o que fomente o predique la guerra, es un violador de la Constitución, y se hace acreedor a las sanciones que ella contempla.
Yo pensaba, hasta antes de leer las declaraciones del expresidente Pastrana Arango, la semana pasada, que la gestión por la paz adelantada en su gobierno emanaba del mandato constitucional. ¡Qué desengaño! Para el presidente Pastrana la paz era solo un juego, uno de esos juegos que se inventan los mandatarios sin mayores recursos imaginativos, para distraer a sus compatriotas mientras pasa el tiempo, y se disimula el mal gobierno. Y por eso, porque la paz de Pastrana era un juego, tanto para él como para las Farc, fracasó de manera estrepitosa. En lugar de paz nos clavaron el Plan Colombia, que bien caro nos ha salido.

No es Pastrana el único con actitudes pueriles. Desde un punto supuestamente antagónico al del expresidente, coinciden con él los dos únicos militantes que le quedan al Polo Democrático, la exalcaldesa (e.) de Bogotá Clarita López Obregón y el mariscal Jorge Robledo. Ellos coinciden con Pastrana en que la gestión del presidente Santos por la paz es un truco del mandatario para reelegirse, y que por esta razón, para no contribuir a la reelección de Santos, no participarán en la gran marcha nacional por la paz que se hará el próximo 9 de abril, aniversario 65 del asesinato de otro mártir de la paz, Jorge Eliécer Gaitán.
No voy a reírme por la ingenuidad de los doctores Pastrana, López y Robledo, si piensan que su no participación en la gran marcha por la paz pondrá en peligro la reelección del presidente Santos. Lo único que puede poner en peligro dicha reelección (que el presidente no ha oficializado) sería que los colombianos no la aprobaran en las urnas. Lo cual no podrá saberse sino el día de las elecciones.

Que el presidente Santos aspire o no a la reelección está por el momento fuera de contexto. Lo importante hoy es la paz. No como un juego de mezquinos intereses políticos, sino como el cumplimiento de un mandato constitucional, y la satisfacción de una necesidad largo tiempo anhelada por el pueblo colombiano, que ya no da más plazo. El gobierno actual y la guerrilla han llevado este proceso con seriedad, con tino; han trabajado cuidadosamente los desacuerdos, avanzan en las conversaciones. No están jugando a la paz, sino construyendo los cimientos para una paz duradera sobre la que ha de montarse la Colombia del siglo XXI.
Y por lo mismo, porque la paz no es un juego para ellos, ni lo es para la inmensa mayoría de colombianos que van a marchar en su apoyo el 9 de abril, tampoco será un fracaso.

ENRIQUE SANTOS MOLANO

Ojalá no sea tarde

Por: José Roberto Acosta, El ESpectador.

El Banco de la República no se creyó el maquillaje estadístico hecho por el DANE para hacer ver bonito el PIB y darle contentillo a su presidente Santos.

Con la bajada de 50 puntos básicos en su tasa de referencia, nuestro banco central espera estimular una actividad productiva en ruinas, que difícilmente levantará cabeza sólo con dinero barato, y espera que el Gobierno ponga de su parte despegando una vez por todas la famosa locomotora de la infraestuctura.
Nada que arrancan las necesitadas obras en vías, puertos y demás que compensen con su positivo efecto sobre la productividad la ya intolerable revaluación de nuestra moneda, que como cáncer desindustrializa la economía y la transforma en simple “centro comercializador” de productos importados.

Nuestro banco central teme la existencia de burbujas como la inmobiliaria, tal y como se desprende de varios de sus análisis entregados al público en serios documentos que anticipan claramente un encarecimiento de bienes no transables, anticipando la terrible “enfermedad holandesa”, pero le teme más a una desaceleración en la exigua generación de empleo formal y, por esta vía, a un recrudecimiento de la destrucción de empresa nacional por cuenta de importaciones baratas.

No basta con bajar los intereses, ya hasta los impuestos, como resultó de la última reforma tributaria, si el Gobierno no ejecuta obras y sigue con recursos paralizados en las cuentas del Banco de la República bajo la excusa de que su inoperancia se debe a las autorizaciones de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, o de las comunidades afectadas con dichos desarrollos. Disculpa mentirosa que poco maquilla su debilidad e improvisación, peor que la existente en la administración de la ciudad capital.

Ahora se anuncia con bombos y platillos que para impulsar dichas obras de infraestructura y apalancar al sector productivo el Banco Interamericano de Desarrollo, presidido por un colombiano, nos suministrará a chorros recursos de crédito externo, como si eso no generara más revaluación al monetizarse, y oculta que el problema del BID es que no encuentra “marrano” a quien prestarle para mantener sus “ventas” en un mundo financiero que abunda en liquidez y dinero barato.

Ojalá no sea tardía la agresiva pero certera decisión del Banco de la República. Ojalá el gobierno Santos despierte económicamente.
  • José Roberto Acosta | Elespectador.com


 

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