En la charla denominada “Los conflictos y los procesos de paz: una mirada desde la crónica periodística y la literatura”, llevada a cabo en el Complejo Casas Gaitán de la UN, el comunicador inglés señaló que esta es la mejor alternativa que existe para alcanzar la paz, pues “no hay un Plan B viable, por eso hay que hacerlo funcionar”.
Y aseguró que pese a los choques y dificultades que se puedan presentar, así como situaciones fuera del proceso que puedan causar apuros, la gente, los actores, deben mantener la fe y perseverar en el intento de una paz negociada.
Manifestó que el otro denominador común es el muy complicado tema del perdón, un complejo pero inevitable componente que ayudó a superar el conflicto en Sudáfrica, bajo el liderazgo de Nelson Mandela. “Es una cuestión, en su esencia, de mirar más al futuro que al pasado y sus odios”, comentó. “Es ahí donde es importante tener un liderazgo sensible e inteligente, por no decir brillante”.
Por eso, Carlin hizo referencia al factor humano, “cuyo elemento es absolutamente decisivo, especialmente en un terreno tan complicado como el del perdón, que tiene todo que ver con presos políticos, amnistía, víctimas… ese es un terreno muy emotivo, emocional, y ahí es donde entra en juego el factor humano”.
Como dijo el periodista británico, “un Mandela nace una vez cada mil años”; por eso, apostar todo a tener un líder así, carismático y tan brillante, sería un error. Sin embargo, cree que una actitud de parte de los dirigentes de respeto entre ellos, hacia los enemigos, de mantener las formas, son factores que influyen mucho a la hora de crear un clima necesario para que estos procesos prosperen.
“No solo es cuestión de negociar: yo te doy esto, entrego mis armas y tú me das estas tierras. Esta es la parte lógica, racional, política, pero también tiene que haber un clima emotivo, propicio, para que esto cale en toda la sociedad y creo que pensar en el principio de esa palabra respeto es tremendamente importante, reconocer la humanidad del otro. Esa fue la base de Mandela en su proceso, una en la que pudiera surgir algo positivo”, señaló.
Es importante, según Carlin, deducir que la base teórica de este asunto es entender que una justicia perfecta, pura, divina, no es posible en la tierra, en esta especie humana. “Es necesario reconocer que intentar buscar la justicia perfecta puede ser peligroso, puede conducir al colapso de un proceso de paz, ya que todos tienen que ceder en algo para que al final todos resulten ganadores”.
Con respecto al aporte de la academia, en especial el de la UN al proceso de los diálogos de paz, destacó que es bien importante, porque las universidades ejercen un papel de liderazgo en la sociedad en cuanto al pensamiento.
“Estos centros de pensamiento, como el que se desarrolla en la UN, pueden convertirse en ejemplo, pues se trata de gente que piensa y analiza el conflicto, de modo que pueden llegar a conclusiones positivas y aportar cosas importantes. Es necesario el apoyo, la complicidad de las universidades y de la sociedad en general, pues de lo contrario se puede convertir en un proceso absolutamente estéril que no va a ningún lado”, afirmó.
Finalmente, habló del papel de la prensa en medio del proceso. Como en cualquier conflicto o cualquier circunstancia, un país en guerra o en paz, tiene que intentar cubrir de manera amplia y representativa los puntos de vista de todos los elementos, los personajes y los partidos que están involucrados. Ante todo, “hay que ser honestos y no caer en la autocensura”.
(Por:Fin/fga/sup)
