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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

Hey loco, No dispares!

Vamos a Cuentiarnos la Paz

LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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El proceso de Paz


Allende La Paz, Cambio Total.

La demostración de que el gobierno de JM Santos sabe muy poco, por no decir nada, sobre los diálogos de Paz es su posición de ayer en la que expresa que « la Constituyente es el inicio y no el final de la paz ». No sabe Santos que la Paz no es un « estado » estático, sino un proceso. Un proceso vivo hecho por seres vivos y no por seres que siempre quieren la muerte de sus contradictores.

La Paz es un proceso que se inició desde el momento mismo en que la oligarquía inició la confrontación. Declaró la guerra y siguió cada 4 años decretándole la guerra a la insurgencia armada y al pueblo colombiano, a fin de imponerles sus políticas dictadas desde los centros de poder imperiales. Mas todo aquel que empieza una guerra tiene que tener en su mente que ella termina en una paz futura.

Ahora bien, sentarse a dialogar –así sea obligados como en el caso del gobierno colombiano- es un primer paso hacia la paz, pero no es la paz misma, ni siquiera es el inicio ni el final. Tampoco lo es la firma de unos acuerdos porque todos los acuerdos se pueden romper. Mucho menos lo es la « dejación de las armas », porque si no se realizan transformaciones profundas no se ha llegado a ningunos Acuerdos y hacen imposible la desaparición de las armas como mecanismo para resolver conflictos. 

El gobierno nacional pretende que las FARC entreguen las armas, pero ellos continúan con las armas de las fuerzas militares-narcoparamilitares en su poder y el estamento militar sigue –y seguirá- aplicando el Terrorismo de Estado de la Doctrina de Seguridad Nacional. Todos los colombianos sabemos que si no hay transformaciones profundas en el estamento militar, será imposible aclimatar la Paz en Colombia, al igual que si no hay transformaciones políticas, sociales, etc.

Por ello la insistencia de las FARC de que los Acuerdos logrados en la Mesa de La Habana sean refrendados por una Constituyente que  produzca una Constitución que sea un gran tratado de Paz entre los colombianos. Arranca ahí otra etapa del proceso de Paz. Una vez refrendados los Acuerdos por la Constituyente, será el momento de la implementación, la construcción, de un Nuevo País. Un nuevo país con justicia social, libertad, democracia, independencia y soberanía nacional. Y de ahí estaremos en constante movimiento para desarrollar la Paz.

A quién se le habrá ocurrido que unas conversaciones con las guerrillas de las FARC y el ELN significaría un « aquí estoy, perdón » y « aquí no ha pasado nada » ? A las « lumbreras » Santos, Carrillo, Gaviria, De la Calle ? No, no. Se equivocaron « de cabo a rabo ». Y no es que el pueblo pretenda realizar la « revolución por decreto ». No. Es el gobierno en representación del estado el que quiere « lograr en la mesa » lo que no han alcanzado en el campo militar. Conseguido el Nuevo País –capitalista, burgués, todavía- viene la lucha política del pueblo por instaurar un modelo de país como a él le dé la gana, el cual no puede ser dictado por las oligarquías y el imperio. 

Dejaremos las armas en poder de unas fuerzas militares que día a día llena de sangre inocente los suelos colombianos ? No siguen demostrando el tratamiento que le dan -y seguirán dando- a las poblaciones que osen levantarse a exigir sus derechos ? No está esto palpable en el « tratamiento a bala » dado a los campesinos del CataTumbo ? No es el Catatumbo una muestra del Terrorismo de Estado ? 31 masacres y 12.000 víctimas en el Catatumbo son prueba de ello. 

Además, 500.000 víctimas, 75.000 desaparecidos, miles de ejecutados extrajudicalmente (3.500 desde Uribhitler), y más de 5.500.000 de desplazados forzados desde 1964 son las víctimas en todo el territorio nacional que no pueden llevar a las guerrillas si no a luchar por una solución política que signifique transformación del aparato estatal, transformación que quizá sea hacia una modernización burguesa del estado en esta primera etapa.

La verdad es que en La Habana parece que se está hablando con las mismas palabras con diferentes significados.

El Nombre de la Paz es Justicia: Voces de las FARC-EP. (VIDEO)

Por http://www.coordinadorasimonbolivar.org/.

En el verano de 2012 se anunció el inicio de una mesa de diálogo entre el gobierno de Colombia y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Los nuevos diálogos son un acontecimiento de trascendencia histórica tanto para el pueblo colombiano como para los pueblos del continente. En las conversaciones está en juego la posibilidad de una salida política al conflicto social y armado que ha desgarrado al país neogranadino desde hace más de cincuenta años.

El Nombre de la Paz es Justicia es un documental del Equipo EDC que nos lleva a La Habana, lugar donde se desarrollan los diálogos. Allí escuchamos las voces de diversas personalidades de la delegación de las FARC-EP, entre ellos los comandantes Ricardo Téllez, Jesús Santrich, Andrés Paris y Marco León Calarcá, junto con la internacionalista Alexandra Nariño, las guerrilleras Camila Cienfuegos y Diana Grajales, y el músico Jaime Nevado.

Rico en historias personales, el documental relata la vida cotidiana y la cultura en la guerrilla. Pero el tema central es la larga búsqueda de una paz duradera por esta organización político-militar. Para las FARC, la paz es sinónimo de justicia social; se alcanzará la verdadera paz eliminando las raíces del conflicto: la desigualdad extrema, la libre entrega del país a las transnacionales y la exclusión violenta del pueblo de la vida política colombiana.


Colectivo de Abogados “José Alvear Restrepo”: 35 años defendiendo los derechos humanos

por Prensa - Colectivo
El próximo 4 y 5 de julio, el Colectivo de Abogados CCAJAR, conmemorará al lado de personas allegadas y amigas, 35 años de trabajo en la defensa, prevención y promoción de los derechos humanos en Colombia, con varias actividades que se desarrollarán en el salón Huitaca de la Alcaldía Mayor de Bogotá
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Bajo la Lupa


New Scientist revela la identidad de la plutocracia bancaria (1%) que controla al mundo (99%).
Por Alfredo Jalife-Rahme
New Scientist revela la identidad de la plutocracia bancaria (uno por ciento ) que controla al mundo (99 por ciento).

Andy Coghlan y Debora MacKenzie, de la revista científica New Scientist (19/10/11) revelan la red capitalista que gobierna el mundo, basados en una investigación de tres teóricos de los sistemas complejos –Stefania Vitali, James B. Glattfelder y Stefano Battiston– del Instituto Federal de Tecnología Suizo, con sede en Zurich.

Coghlan y MacKenzie aducen que la ciencia ha confirmado los peores temores de los contestatarios indignados en todo el mundo (ver Bajo la Lupa, 16/10/11): Un análisis de las relaciones entre 43 mil trasnacionales ha identificado un relativamente reducido grupo de empresas, principalmente bancos (¡supersic!), con un poder desproporcionado sobre la economía global.
Se confirma también nuestro axioma añejo sobre el supremo poder que ejerce la bancocracia, quintaesencia de la parasitaria plutocracia global.

Los investigadores suizos extrajeron de ORBIS 2007 –base de datos que lista 37 millones de empresas e inversionistas en el mundo– los datos de 43 mil 60 trasnacionales y la participación propietaria que las vincula entre sí, con lo que construyeron un modelo que expone a las empresas que controlan a otras mediante redes de acciones en común, acoplado a los ingresos operativos de la empresa que revela el mapa de la estructura del poder económico.

El notable hallazgo, que será publicado de manera formal en PLoS ONE –publicación científica de Public Library of Science–, reveló un núcleo de mil 318 empresas con propiedad accionaria entrelazada; cada una estaba ligada en promedio con otras 20.

Coghlan y MacKenzie explayan que “aunque las mil 318 empresas representan 20 por ciento de los ingresos operativos globales, son dueñas en forma colectiva mediante sus acciones en la mayoría de las empresas estelares (bluechips) y manufactureras del mundo –es decir, la economía real– que representa 60 por ciento adicional de los ingresos globales”. ¡Son las dueñas invisibles del mundo gracias a la conectividad de redes financieras!

Cuando los investigadores profundizaron y desenmarañaron la red propietaria, encontraron que ésta llevaba a una superentidad de “147 empresas aún más estrechamente conectadas –cuya propiedad total está controlada por otros miembros de la superentidad– que controlan 40 por ciento de la riqueza total de la red”, es decir, menos de uno por ciento (¡extrasupersic!) de las empresas controlan 40 por ciento de la red entera, cuya mayoría son instituciones financieras.

Entre las 20 primeras destacan el banco británico Barclays, y los bancos estadunidenses JPMorgan Chase & Co, y el Grupo Goldman Sachs.

Los expertos suizos consideran que se trata de la primera investigación científica de la arquitectura de la red de propiedad internacional y la computación del control que detenta cada jugador global en la que encontraron que un diminuto número de instituciones financieras forma una superentidad. Una de las consecuencias de su asombroso hallazgo es que la estructura del control de la red de las trasnacionales afecta la competencia global de los mercados y la estabilidad financiera.

Para los autores suizos es fundamental entender el funcionamiento de la economía mundial y su implicación en la estabilidad financiera global cuando las instituciones financieras establecen entre sí vinculantes contratos financieros, como los empréstitos con los derivados, con varias otras instituciones lo cual les permite diversificar el riesgo pero al mismo tiempo les expone al contagio.

Debido a su transcendencia vale la pena señalar a las primeras 50 empresas de las 147 firmas superconectadas:

1) Barclays PLC; 2) Capital Group Companies Inc; 3) FMR Corporation; 4) AXA; 5) State Street Corporation; 6) JP Morgan Chase & Co; 7) Legal & General Group PLC; 8) Vanguard Group Inc; 9) UBS AG; 10) Merrill Lynch & Co Inc; 11) Wellington Management Co LLP; 12) Deutsche Bank AG; 13) Franklin Resources Inc; 14) Credit Suisse Group; 15) Walton Enterprises LLC; 16) Bank of New York Mellon Corp; 17) Natixis; 18) Goldman Sachs Group Inc; 19) T Rowe Price Group Inc; 20) Legg Mason Inc; 21) Morgan Stanley; 22) Mitsubishi UFJ Financial Group Inc; 23) Northern Trust Corporation; 24. Société Générale; 25) Bank of America Corporation; 26) Lloyds TSB Group PLC; 27) Invesco PLC; 28) Allianz SE; 29) TIAA; 30) Old Mutual Public Limited Company; 31) Aviva PLC; 32) Schroders PLC; 33) Dodge & Cox; 34) Lehman Brothers Holdings Inc; 35) Sun Life Financial Inc; 36) Standard Life PLC; 37) CNCE; 38) Nomura Holdings Inc; 39) The Depository Trust Company; 40) Massachusetts Mutual Life Insurance; 41) ING Groep NV; 42) Brandes Investment Partners LP; 43) Unicredito Italiano SPA; 44) Deposit Insurance Corporation of Japan; 45) Vereniging Aegon; 46) BNP Paribas; 47) Affiliated Managers Group Inc; 48) Resona Holdings Inc; 49) Capital Group International Inc, y 50) China Petrochemical Group Company.

De este núcleo supercompacto, 24 (¡supersic!) empresas pertenecen a EU, ocho a Gran Bretaña, cinco a Francia, cuatro a Japón, tres a Alemania, dos a Holanda, dos a Suiza, una a Italia, y una a China (la 50). De ellas, 44 son entidades financieras: ¡88 por ciento!

Se consolida así el teorema de que la dupla anglosajona controla el mundo financiero, en su quintaesencia centralbanquista monetarista que hemos denominado la bancocracia global –que a su vez domina la economía real cuando la clase política está totalmente ausente, para no decir que ha sido excesivamente lubricada–, al unísono de algunas entidades que sobreviven del G-7 (Francia, Japón y Alemania) –extensivo al G-10 (Suiza y Holanda)–, mientras apenas irrumpe China de parte de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), quienes exhiben su dramática vulnerabilidad, no se diga la patética miseria de Latinoamérica, África, el mundo islámico y el mundo árabe.

Por lo menos es saludable conocer cuál es la superentidad financierista que ha impuesto su dictadura global, la bancocracia, en su quintaesencia anglosajona.

Un enfoque zoom (literal) devela la circularidad superconectada de las principales 18 trasnacionales del sector financiero al momento del arranque del análisis (2007: un año antes al estallido de la grave crisis financiera global): Prudential Financial, Morgan Stanley, Citigroup, Bank of America Corp., State Street Corp., Goldman Sachs, Bear Stearns, Lehman Brothers, T Rowe Price, UBS AG, Deutsche Bank, Credit Swiss, Commerzbank, Franklin Resource, Barclays PLC, JP Morgan Chase &Co., Merril Lynch y Axa.
Cuatro años después algunas de estas entidades financieras, en su mayoría anglosajonas, han quebrado (Lehman Brothers) o se han fusionado (Bear Stearns, adquirida por el gigante de los derivados financieros JP Morgan Chase) o están al borde de la insolvencia (Bank of America y Citigroup) y, más que nada, han colocado al mundo al borde del precipicio debido a su maligna superconectividad totalmente desregulada.
El diagnóstico de la patología que asuela al mundo está hecho; falta la terapéutica liberadora.

Represión violenta de manifestaciones campesinas en el Catatumbo – la Comunidad Internacional tiene que reaccionar

Por Oidhaco.

Oidhaco expresa su preocupación por los hechos dramáticos que se están registrando en la región y formula recomendaciones a la comunidad internacional.

Desde Oidhaco – red internacional de 35 organizaciones europeas - expresamos nuestra profunda preocupación por los hechos dramáticos que se están registrando en la región de Catatumbo, Colombia. Particularmente alarmante es la respuesta violenta de las autoridades del Gobierno Nacional a las movilizaciones de las comunidades campesinas de la región en demanda de su reconocimiento legal como Zona de Reserva Campesina y en protesta por las erradicaciones forzadas y sin alternativas sostenibles a los cultivos de uso ilícito.  Ese actuar ha traído como resultado hasta el día de hoy - según la información de organizaciones de defensa de los DDHH que trabajan en la zona - la muerte de al menos cuatro campesinos como consecuencia de disparos de la Fuerza Pública y decenas de personas heridas y varias detenciones.

La respuesta armada a la que ha recurrido la Fuerza Pública, para reprimir la legítima manifestación de las comunidades campesinas, así como los señalamientos del Presidente de la República, Juan Manuel Santos Calderón, según los cuales las marchas en el Catatumbo están “infiltradas por las FARC”, ponen en grave riesgo la vida e integridad de las comunidades manifestantes así como de los y las líderes campesinos y los defensores y defensoras de DDHH que les acompañan.

Saludamos y respaldamos la labor de la Comisión de Verificación que partió desde el día 16 de junio de 2013 hacia Tibú y que, a pesar de los ataques, continúa en la zona acompañando a las comunidades y denunciando las graves violaciones a los derechos humanos. Rechazamos la apertura de fuego por parte de la Fuerza Pública en contra de miembros de esa Comisión.

El uso de fuerza letal en contra de civiles por parte de la Fuerza Pública refleja de manera preocupante la nueva doctrina militar reflejada en la legislación del llamado fuero militar que excluye la aplicación del Derecho Internacional de los Derechos Humanos y distorsiona el Derecho Internacional Humanitario permitiendo atacar a civiles como “blanco legítimo”.

En este sentido, los homicidios de los civiles Diomar Humberto Angarita, Hermides Palacios, Leonel Jácome y Edinson Franco pueden constituir ejecuciones sumarias y arbitrarias de civiles. Estos hechos deben ser investigados, juzgados y sancionados con prontitud y eficacia por la justicia ordinaria.


Solicitamos a la Unión Europea, sus Estados miembros, Suiza y Noruega

a.    Condenar pública y contundentemente estos hechos;
b.    Exigir al Estado colombiano garantizar la vida y protección de los civiles;
c.    Pedir al Presidente de la República Juan Manuel Santos, abstenerse de señalar a los manifestantes como miembros de la guerrilla, esto pone en grave riesgo la vida de los líderes, los defensores y defensoras de derechos humanos;
d.    Promover la reactivación de la Mesa de Interlocución y Acuerdo –MIA- entre las organizaciones campesinas y autoridades civiles y brindar las garantías suficientes a los líderes y sus organizaciones para que puedan participar en el espacio. Mantenerlo hasta que se implementen medidas concretas de protección y soluciones sostenibles a la crisis que enfrentan las comunidades campesinas del Catatumbo, Norte de Santander;
e.    Pedir al Ministerio de Defensa Nacional – el cual se reunió en estos mismos días con las instituciones de la UE en Bruselas - suspender las acciones armadas, los actos de hostigamientos, agresión, intimidación, confinamiento en contra de la población civil;
f.    Asegurarse que estos hechos sean investigados y sancionados por la justicia ordinaria;
g.    Pedir a los organismos de control, iniciar las acciones de investigación y sanción a todas las autoridades civiles y militares que intervinieron en las acciones que han puesto en riesgo la vida, integridad física y libertad de las personas manifestantes y residentes de los municipios de Tibú y Ocaña, Norte de Santander.


Ver también en adjunto:
- comunicado de prensa de los eurodiputados Raül Romeva y Jürgen Klute - "La UE recibe al ministro de defensa colombiano mientras el gobierno reprime campesinos y afianza la impunidad".
- comunicado de Amnistía Internacional
- comunicado de la plataforma DIAL y de Forum Syd



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El fuero penal militar: Impunidad y luz verde a la Fuerza pública para que siga cometiendo crímenes

Por Oidhaco.

Actitud preocupante de la UE frente a una reforma que protege a la FFPP frente a la justicia y desprotege a sus víctimas.

Bruselas, 27 de junio de 2013. El 17 de junio, el Congreso aprobó la Ley estatutaria que reglamenta la reforma al fuero penal militar. Una ley que profundiza las preocupaciones generadas por la reforma constitucional al fuero penal militar. Y mientras el Congreso aprobaba esta ley de forma definitiva, la UE estaba en el Diálogo en derechos humanos con Colombia. Sin embargo, en lugar de expresar su preocupación, la UE ofreció su cooperación para la implementación de esta reforma. Y lo mismo hizo cuando, esta semana, el Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, fiero defensor de esta reforma, visitó Bruselas. Esta actitud de la UE resulta sumamente preocupante dado la gravedad de esta reforma que va en contra de los estándares internacionales en derechos humanos y ha sido fuertemente criticada, entre otros, por la ONU.

Esta Ley revierte la lógica del Derecho internacional humanitario (DIH), concebido para limitar los efectos de la guerra y en particular para la protección de los civiles, al convertirlo en un instrumento permisivo y de impunidad para la Fuerza pública (FFPP). Con esta Ley, los civiles se convierten en “blancos legítimos” de la FFPP y la casi totalidad de los actos cometidos por un miembro de la FFPP podrá ser considerada como siendo realizada “en el marco de hostilidades”. Existe por lo tanto una alta probabilidad de que, en el futuro, los casos de “falsos positivos” no sean sancionados. Entre 2002 y 2009, se registraron 1.877 ejecuciones extrajudiciales y 303 desapariciones forzadas perpetradas directamente por agentes estatales. El CINEP reportó 38 “falsos positivos” en el 2011 y 11 en el 2012.

En pocas palabras, la reforma al fuero militar protege a la FFPP frente a la justicia y desprotege a sus víctimas. Da luz verde a la FFPP para que siga cometiendo crímenes. Esto en un contexto en el cual se siguen reportando graves crímenes de su parte que quedan impunes en su casi totalidad. Según informes de la ONU las víctimas que acuden a la justicia y las personas que trabajan en estos casos reciben amenazas, y siguen las presiones para que estos casos sean considerados por la justicia militar y no por la justicia ordinaria como debería ser.

Oidhaco se une a la preocupación expresada por Miembros del Parlamento Europeo en su carta del 7 de junio al Presidente Santos frente a las recientes reformas, y a su llamado a favor de la lucha contra la impunidad y del respeto a la independencia de la justicia. Para Oidhaco, esta reforma pone en peligro las posibilidades para Colombia de alcanzar una paz verdadera y duradera, ya que la impunidad conduce a la repetición de los crímenes.

Es muy grave que  garantías de impunidad para la Fuerza Pública estén de esa manera plasmadas en la Constitución, garantizando la impunidad también para crímenes futuros. La posición de la UE es, por lo tanto, sumamente preocupante. Llamamos a las autoridades colombianas a que reconsideren la reforma al fuero penal militar que contradice los estándares internacionales de derechos humanos.


Ver carta de los eurodiputados en adjunto (en inglés)



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Catatumbo

/por José Antonio Gutiérrez D./http://ojosparalapaz-colombia.blogspot.se/

La brutal respuesta que el Estado colombiano, capitaneado por Juan Manuel Santos, ha dado a la movilización legal, pacífica y constitucional de los campesinos en el Catatumbo, nos ha dejado francamente sin palabras. Desde luego que estamos familiarizados con este tipo de represión: el Estado viene desde hace seis décadas haciendo esto y cosas mucho peores en contra de las masas populares cada vez que, hastiadas de su marginalización y de los atropellos cotidianos que padecen, se alzan gritando “Basta”. Sin embargo, la persistencia de la protesta campesina que ha agrupado a alrededor de 15.000 personas, la militarización de la región, la represión feroz, han sido debidamente documentadas por un medio de comunicación popular, la Agencia Prensa Rural, que ha hecho una meticulosa y descarnada cobertura de estos eventos, que la mayoría de los medios o pasan de agache o muestran desde el ángulo de los poderosos. ¿Cómo no estremecerse al presenciar, ante las cámaras, el cobarde asesinato de un campesino que, jadeando, angustiado, gritaba que le habían dado un tiro certero al corazón, mientras se desangraba ante las cámaras? [1] Pocas imágenes en mi vida –y no he visto poco- me han arrugado el alma de esa manera.
¿Qué quieren los campesinos movilizados? La prensa oficial no explica nada. La editorial de hoy de El Espectador, por ejemplo, distorsiona lo que piden los campesinos diciendo que éstos piden que el gobierno, supuestamente, “restablezca la institucionalidad perdida” [2]. No, esto no es así. Las propuestas de los campesinos han sido emitidas en propuestas bastante claras y se han enfrentado a la oposición irreductible y soberbia del establecimiento:
1.    Piden el establecimiento de una Zona de Reserva Campesina (ZRC), figura constitucional con base en la Ley 160 de 1994. Ellos han hecho todos los trámites pertinentes y lo único que ha impedido la declaración de la ZRC en el Catatumbo, es el veto ilegal del ministro de defensa que considera a esta zona como un área estratégica para su estrategia de contrainsurgencia.  Lucho Garzón, quien preside una comisión para dialogar con los manifestantes, también ha expresado su rotunda negativa a la declaración de la ZRC, la principal demanda del campesinado [3].
2.    Piden que se pare la erradicación forzada de la coca, única fuente de subsistencia que tienen los campesinos en la zona, mientras no se les den alternativas viables.
3.    Piden que se apruebe y se financia el Proyecto de Desarrollo Sostenible desarrollado por los propios campesinos que provee, precisamente, esas alternativas.
4.    Piden fondos de emergencia para enfrentar la crisis alimentaria, porque no hay alternativas económicas y porque no se está sembrando cultivos de pan coger.
5.    Piden un freno a la Locomotora Minera, que amenaza la existencia misma del campesinado en la región.
6.    Piden que se termine la militarización de la región, que ha conllevado, como en todas las zonas de consolidación militar, toda clase de abusos y atropellos contra la población [4].
Las medidas que piden los campesinos son claras, ¿por qué entonces la citada editorial de El Espectador insiste que lo que urge es “presencia estatal”? No es sólo El Espectador. Casi todos los medios de prensa, repiten hasta el cansancio esa formulita trillada, que supuestamente lo explicaría todo, pero que no explica nada en realidad: el Catatumbo sufre de “ausencia de Estado”. Sólo Tatiana Acevedo, en una de las columnas más certeras que he leído en El Espectador, va a contravía de estas verdades incuestionables, al afirmar lo obvio:
el Catatumbo está hoy pleno de Estado. En Ocaña hay notarios. En Tibú, también. Y hay fiscales, cárceles, decenas de exagentes del DAS, oficinas, papelería membretada, sellos, huelleros, filas para asistencia social. Hay utensilios para la fumigación con glifosato, ICBF, helicópteros, consultores con contrato de prestación de servicios, caballería mecanizada, fuerza de élite ‘Vulcano’, ‘blanco legítimo’. Batallones de infantería, de artillería, de ingenieros, de servicios para el combate, de plan energético y de contraguerrillas (…) Hubo rehabilitación, Plan Colombia y (ahora) Consolidación (…) Miles de funcionarios públicos ejecutan billones para borrar hectáreas y flexibilizan normas, para promover actividades mineras o agroindustriales. Tras décadas de guerra, no es que el Estado no haga presencia, como reza el lugar común de toda noticia sobre el Catatumbo. Por el contrario, se fortalece un Estado colombiano (…) Quizá en vez de un sentimiento de abandono, hay uno de hastío y rabia por la forma en la que el Estado lo tomó.” [5]
Una de las peores groserías en este sentido, la enuncia El Espectador en su editorial cuando dice incluso que el paramilitarismo que azotó a la zona dejando más de 10.000 muertos, fue consecuencia de esa mítica “ausencia del Estado”. Está probado, hasta la saciedad, por investigadores serios como el padre Javier Giraldo que el paramilitarismo ha sido una estrategia de Estado, oficial, desde la década de los ’60 [6]. Como decía yo mismo en un artículo previo: “Donde ciertos observadores han equiparado de manera simplista el control paramilitar con la “ausencia del Estado”, es necesario aclarar que el paramilitarismo ha sido la expresión más extendida así como perversa del Estado, con poderes plenipotenciarios y dictatoriales.” [7]
Lo que se necesita no es más Estado, sino más derechos, más comunidad, más tejido social, más vida, menos represión. Pero al confundir los términos, los medios, a la vez que juegan al policía bueno, distraen la mirada de la opinión pública de lo que realmente está en juego en el Catatumbo.
En primer lugar, está en juego el pulso entre el modelo económico impulsado desde el Estado, que privilegia a los agro negocios y las inversiones minero-extractivas, y las necesidades de las propias comunidades que buscan un modelo de desarrollo sostenible para la región, y que, en ausencia de alternativas, buscan al menos ser capaces de sostenerse mediante el cultivo de coca, que es lo que tienen de momento.
En segundo término, está en juego la voluntad de paz real del gobierno, que va de la mano de la solución de los problemas estructurales que enfrenta sobretodo el campesinado, que constituye la base social de apoyo principal de la insurgencia. La paradójica situación de negociar en medio del conflicto, es muy cómoda para el gobierno de Santos, que puede tener en una mano la rama de oliva y en la otra el garrote. Como explicaba en un artículo reciente:
El gobierno de Santos busca modernizar, pero modernizar sin pueblo que pueda alterar el contenido neoliberal y oligárquico de su proyecto. Es por ello que el gobierno, mientras adelanta las negociaciones en La Habana, se encarga de reprimir, perseguir, encarcelar, desplazar, asesinar, bombardear y desaparecer a las fuerzas vivas que pueden hacer carne un acuerdo de modernización favorable a los intereses populares del campesinado. Al igual que los regímenes fascistas, nunca se ataca una medida legal progresista, sino que se ataca directamente al movimiento que la sustenta (…) El ataque sistemático y alevoso que estamos presenciando contra el movimiento campesino es un ataque frontal contra el proceso en La Habana” [8]. 
Para justificar esta represión, esta persecución y estos cobardes ataques, personeros de gobiernos, de las fuerzas represivas y el propio presidente, señalan a las manifestaciones de estar “infiltradas” por la guerrilla… ¡Cómo si a los campesinos no les sobraran razones para manifestarse! El tema en realidad es otro: es el trato militar, fundamentalmente represivo, que tradicionalmente da el Estado a la protesta social. La misma editorial de El Espectador reconoce que “Sin duda se trata de una zona de influencia guerrillera, pero también se trata de una región donde los campesinos piden soluciones que no son descabelladas”. A propuestas para nada descabelladas, el gobierno responde hiriendo a decenas de campesinos, algunos de ellos con amputaciones, asesinando a cuatro campesinos a bala, arrojando granadas de fragmentación, destruyendo las posesiones de los campesinos, incendiando ranchos, saqueando el comercio local.
Precisamente, con el fin de garantizar los mecanismos legales que faciliten la destrucción del movimiento campesino, que es, en última instancia, el único que puede hacer realidad los acuerdos que salgan de la mesa de negociaciones, es que se ha aprobado el fuero militar en el parlamento. De alguna manera, podríamos decir que la represión en el Catatumbo es el bautizo de esta nueva medida según la cual la población civil se convierte en un blanco legítimo del Ejército. Gustavo Gallón, en un agudo análisis de los alcances del fuero militar, plantea que:
si el soldado en armas mata a un civil, el proyecto de ley estatutaria señala que debe presumirse que lo hizo de buena fe, y la licitud o no de dicha muerte deberá valorarse (…) no según las normas de derechos humanos que prohíben matar civiles. El principio de proporcionalidad, como está definido en la ley, autoriza ‘causar daños a personas y bienes civiles’ siempre que no sean ‘manifiestamente excesivos frente a la ventaja militar concreta y directa prevista’. ¿La jurisdicción militar considerará excesivas las muertes de los dos manifestantes de Ocaña el pasado fin de semana?” [9]
La sangre no se lava. Es indeleble. Señor Santos: tiene usted sus manos untadas con la sangre de cuatro campesinos que reclamaban sus derechos más esenciales. Sus nombres son Dionel Jácome Ortiz, Edwin Franco Jaimes, Diomar Angarita y Hermidez Palacio. Para usted quizás sean meras estadísticas de un conflicto que todavía cree que podrá manejar como una partida de póker. Para nosotros no: ellos no son números, sino compañeros, hermanos, vecinos, padres, amigos, hijos, esposos y amantes, compadres, seres humanos a los que la brutalidad del Estado les arrebató la vida, poco después de que usted lanzara esos señalamientos como una auténtica pena de muerte sobre ellos y sobre todos sus compañeros. Nosotros no los olvidaremos. A esta altura, ya no es suficiente con la mesa de interlocución para solucionar algo que debió haberse solucionado hace años. Esta vez también tocará exigir justicia. Porque la vida de los campesinos no es moneda de cambio por reformas. Porque no estamos dispuestos a aceptar a un solo muerto más por la represión contra quienes piden lo justo. Porque la vida de los campesinos también vale. Porque el terrorismo de Estado ya no puede seguir en la impunidad, es por ello que exigiremos justicia contra los que dispararon y contra los que dieron la orden. A nivel regional, departamental y nacional. Caiga quien caiga.
José Antonio Gutiérrez D.
27 de Junio, 2013
[4] Las razones y las propuestas de los campesinos agrupados en la Asociación Campesina del Catatumbo (ASCAMCAT), filial de FENSUAGRO, ha sido recogida en los siguientes documentos http://prensarural.org/spip/spip.php?article11149 y http://prensarural.org/spip/spip.php?article11099

Promesas, promesas, promesas…


Allende La Paz, Cambio Total.

La conflictiva situación que viven desde siempre los colombianos demuestra que es producto del incumplimiento del Estado a sus ciudadanos. Esa es la triste historia. Los politiqueros burgueses llegan a las comunidades en busca de votos, prometen, prometen, prometen y nunca cumplen sus promesas. Por eso dicen los pobladores que « promete más que político en campaña ».

Evidentemente que tal posición ha producido que el pueblo no crea en ellos y una de sus consecuencias es la escasa participación en las elecciones. Colombia tiene uno de los índices más altos de abstención electoral de la región. Si eso es a nivel del pueblo raso, imagínense si las guerrillas les creerá los compromisos –cuando llegan a ellos- a los funcionarios del estado.

La mayoría de las veces vemos a los politiqueros –y posteriormente ya como funcionarios- lanzando discursos vacuos, sin sentido, fuera de la realidad, y se dió un tiempo en que incluso traían citas de los grandes de la literatura, citas que nada les decía a la población, a los ciudadanos. Muchos se preguntaban y qué dijo ? Les respondían : nada !

Así estamos ahora. El señor De la Calle lanza frases vacuas. « Nunca más política y armas juntas », dice. Claro, le decimos desde la orilla popular. Cuándo el Estado va a desarmar sus narco-paramilitares ? Cuándo el Estado va a dotar a las fuerzas militares de una doctrina que no vea a los colombianos de a pié, pobres, como « enemigo interno » ? Cuándo van a dejar de asesinar dirigentes populares ? Cuando dejarán de asesinar manifestantes como los del Catatumbo, en donde han realizado más de 31 masacres y asesinado 11.200 campesinos ? Cuándo van a dejar de violar los derechos humanos de los colombianos ?

Mas lo que le preocupa a De la Calle es salvar la Constitución del 91, hecha con su jefe político, Gaviria Trujillo, a costa de miles de campesinos muertos con el Ataque a Casa Verde. Lo que le preocupa a De la Calle y al gobierno es que las FARC entreguen las armas. Por qué y para qué ? Para incumplirles nuevamente a los colombianos ? Para asesinar a los líderes de las FARC, a sus comandantes ? Para asesinarlos como hicieron con Guadalupe Salcedo y Carlos Pizarro León-Gómez ?

Qué significa la cantaleta gubernamental de la « dejación de las armas » ? No será que el imperio y la oligarquía necesitan no tener en su retaguardia un ejército irregular para así lanzarse a la aventura guerrerista para apropiarse del petróleo venezolano ? Colombia desde hace ya algunos años se convirtió en importador de petróleo. Hoy produce petróleo a precios cada vez más caros. Y lo que saca ni siquiera alcanza para cubrir la demanda nacional. Será ésta la causa ?

Por ello nos preguntamos : Cómo desaparece una guerrilla en un acuerdo con un gobierno que ha demostrado que no cumple sus promesas ? Sencillamente por desaparición de las causas que generaron el conflicto y por el cumplimiento de los Acuerdos. Las guerrillas colombianas no les creen los cuentos del « gallo capón » al gobierno y el Estado colombiano. Los colombianos no creen la palabra gubernamental porque han sido traicionados miles de veces. Por ello, cuando cumplan los Acuerdos logrados en la Mesa, desaparecerán las armas porque ya no tienen razón de ser, porque ya viviremos en « otro país », un Nuevo País.

Y cómo construimos ese Nuevo País ? Si bien el actual marco legal es el punto de partida, si la Constitución del 91 es la colcha de retazos que rige la vida colombiana, la oportunidad que tenemos los colombianos ante nuestras narices es adelantar una nueva Asamblea Constituyente que haga, cree, un marco jurídico nuevo porque precisamente la Constitución del 91 no cobija los derechos de todos los colombianos. Esa Constitución del 91 nació coja, sin su asidero fundamental, la participación del pueblo de la ciudad y el campo, sin la presencia de las FARC y las otras guerrillas.

Esa es la oportunidad que tenemos ante nosotros. No la dilapidemos, no la desperdiciemos.
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

Colombia Invisible - Unai Aranzadi

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