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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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Dos pasos adelante, un paso atrás...

Allende La Paz, Cambio Total.

”De la carrera sólo queda el cansancio”, dice el sabio adagio popular. Y en realidad no hay verdad más verdadera. Por mucho correr se hacen las cosas mal. Y eso es lo que la oligarquía colombiana está acostumbrada a hacer. Todo lo hacen a las carreras. Cuando hay una emergencia social, corren al sitio, miran y prometen lo habido y lo por haber, se van y nunca cumplen lo prometido.

Por esos vemos las explosiones sociales como la sucedida en el Paro Agrario y Popular. Las promesas incumplidas y represadas alcanzaron a rebosar la copa y empezó el derrame del descontento popular. Y cuando el pueblo se emputa, se emputa de verdad. O es que no recuerdan el ”Bogotazo”. O es que no recuerdan el Paro Cívico Nacional en las épocas de Alfonso López Michelsen.

Y como no van a cumplir lo prometido a la MIA, pues ya se está fraguando un Paro Cívico Nacional, el cual, por lo que vimos en el Paro Agrario y Popular, va a ser descomunal. Toda una manifestación de la fuerza popular, esa fuerza que ha estado dormida, latente, escondida, y ahora ha sacado apenas la cabeza.

Temblad, incumplidos! No habrá fuerza humana capaz de contener ese torrente de masas populares manifestándose por lo que es suyo. La energía del pueblo seguirá incontenible exigiendo sus derechos conculcados y si no se satisfacen sus peticiones avanzaremos hacia una solución definitiva y total.

Igualmente, nadie entiende eso de ”avanzar, avanzar, avanzar”. Ha sido claro que los tiempos de la re-elección no iban con los tiempos de la Mesa de La Habana. Los ”analistas” de los periódicos burgueses se jalaban yo no sé qué haciendo coincidir esos tiempos cuando de lo que se trataba -y trata- es de crear con paciencia de orfebre, un nuevo país que supere y solucione las causas que dieron origen y perpetúan el conflicto interno colombiano en sus cuatro dimensiones: económico, político, social y armado.

Por eso es que no coinciden los tiempos. Además, como bien señala el Comandante Timochenko, los tiempos no coinciden porque las visiones son diametralmente opuestas, una se basa en la grandeza de solucionar los problemas de un pueblo y un país, y otro se basa en la pequeñez del interés personal. Así ”no hay tú tía que valga”.

”Avanzar, avanzar, avanzar” equivale a hacer cualquier barrabasada de Acuerdo para que la re-elección de JM Santos calze con los ”tiempos” de la politiquería nacional. Lógicamente que las FARC-EP, las fuerzas militares populares, no le jalan a un ”acuerdo” de ese tipo. El Acuerdo que quiere el pueblo colombiano -y las FARC-EP como pueblo en armas- es el Acuerdo de solución de las causas que le han dado origen y perpetuidad al conflicto colombiano en sus cuatro dimensiones.

Y ponerse de acuerdo en esos cuatro dimensiones es una tarea titánica, que requiere que el gobierno empieze a ver que lo que verdaderamente le conviene es re-construir el país el cual está hecho pedazos por cuentas de las equivocadas políticas que han adelantado desde la ”Casa de Nari”. Ahora, si el gobierno quiere hacer coincidir los tiempos puede hacerlo fácilmente. Comprometerse de verdad a comenzar a realizar la reconstrucción del país, junto a las FARC-EP y con la verificación del pueblo, y entonces todo el mundo le caminaría a la re-elección.

Ahí sí ”avanzaríamos” a velocidad de la luz. O como se dice a la velocidad de Usain Bolt.

DESBROZANDO IDEAS (I) ¿Quién está cansado con el proceso de paz?

Por Timoshenko, Comandante en Jefe FARC-EP.

En torno al proceso de paz que cursa actualmente en La Habana se tejen toda clase de especulaciones. Partiendo del Presidente Santos y su líder en la mesa de diálogos, Humberto de La Calle, las acusaciones contra las FARC se lanzan y repiten de modo irresponsable y tendencioso,por distintos voceros del Establecimiento y los comentaristas bien pagos de la gran prensa.

El que se haya cumplido un año sin haber conseguido nada más que un acuerdo parcial sobre el primer punto de la Agenda, y el que se aproxime el plazo señalado al Presidente para anunciar o no la presentación de su candidatura a la reelección, se convierten de repente en los principales argumentos para dirigir las baterías cargadas de fuego e infamia contra nosotros.

Ningún analista público o privado se refiere de manera alguna a las claras revelaciones de los voceros oficiales, que reiteradamente dan cuenta de su verdadera intención al dialogar con las FARC. Mil veces han dicho que la Mesa no es el espacio para discutir en torno a reformas institucionales y menos para debatir sobre el modelo económico que implementan en el país.

Y quizás más veces aún han repetido el estribillo según el cual el único propósito de la Mesa es que las FARC cambiemos las balas por los votos, es decir que troquemos nuestra lucha de medio siglo por la conversión en un partido político que presente sus listas en las elecciones, dando por descontado que el régimen político vigente reúne las más amplias calidades democráticas.

La defensa de esa posición recalcitrante, que pasa por encima del propio texto del Acuerdo General firmado en La Habana en agosto de 2012, que es público, pero que hábilmente se manipula a objeto de desvirtuar su verdadera naturaleza, es realizada frecuentemente en nombre de todos los colombianos. Sus portavoces invocan sin pudor al país y hablan en su nombre.

Habría que comenzar por ahí. El interés que expresan los enemigos del proceso no es el de la población colombiana en general, ni siquiera el interés de la mayoría de los nacionales. Más bien podría decirse lo contrario. Ellos hablan por ciertas elites, muy acomodadas económicamente hablando, y apropiadas venal y casi hereditariamente de las riendas del poder político.

Las voces que determinan el rumbo de las políticas implementadas en el país son en primer término las de la gran banca transnacional y la red de corporaciones multinacionales interesadas en los recursos que puedan extraer de nuestro territorio en la forma más barata posible. A ellas se añaden los grupos financieros, los monopolios empresariales y el latifundio local.

No hay que llamarnos a engaños. El cumplido servicio de las crecientes e impagables deudas externas pública y privada, por el cual responde el Estado colombiano ante la banca mundial, es el primer deber que corresponde cumplir a cualquiera de estos gobiernos. Las llamadas sostenibilidad y regla fiscales que se incorporaron a la Constitución recientemente así lo ratifican.

El efecto real de las llamadas políticas neoliberales sobre los pueblos es tal, que hasta sus más fanáticos defensores sienten vergüenza de ser calificados como tales. La exención o rebaja de impuestos a los grandes capitales, la privatización de entidades y servicios públicos, la apertura indiscriminada al comercio internacional, entre otras, despojan y abaten a las mayorías.

La militarización creciente de la sociedad a fin de garantizar el control social necesario para el sometimiento de los pueblos que se opongan al saqueo de sus recursos, la destrucción de su hábitat natural o la súper explotación de su trabajo auspiciada por la desregulación de las relaciones laborales, completa el decálogo inhumano y antinatural del poder dominante.

Semejante panorama de desgracia contribuyó a agravar aún más la antidemocrática práctica de la violencia política ejercida de antaño por las clases dominantes en nuestro país. La globalización del mercado y el Consenso de Washington llegaron a Colombia cabalgando sobre la paramilitarización, las masacres, la guerra sucia y los desplazamientos masivos de la población.

La lucha guerrillera ya tenía vieja data cuando sobrevino toda esa catástrofe. Y se había producido como respuesta del campesinado y los sectores populares a la violencia oficial promovida por los partidos liberal y conservador desde el gobierno y el Congreso. Entonces sí resulta elemental discutir todos esos asuntos cuando se habla de hallar una solución política consensuada.

El gobierno de Juan Manuel Santos pretendió cosechar los supuestos éxitos de la llamada seguridad democrática de Uribe. Por eso se consideró destinado a propinar la estocada de muerte a las FARC-EP. Presupuestó con optimismo exagerado que la organización guerrillera se hallaba al borde del colapso final, así que había llegado la hora de acabarla por las buenas o las malas.

Las muertes del Mono Jojoy y Alfonso Cano, que en las FARC examinamos desde una perspectiva muy distinta a la óptica gubernamental, convencieron a Santos de ser el efectivamente llamado a conquistar tal gloria. Así que al tiempo de sostener e incrementar la guerra contrainsurgente y antipopular, apostó a convencernos de la generosidad de su propuesta de rendición.

Y es esa la verdadera dificultad en la que se encuentra el proceso de La Habana. A pocos meses de terminar su mandato, abocado a la necesidad de mostrar resultados que justifiquen su reelección, el Presidente Santos observa con angustia que sus planes militares de exterminio contra las FARC fracasaron. Y que las FARC tampoco aceptan someterse en la Mesa como soñaba.

Entonces, conjuntamente con todo el Establecimiento neoliberal, arrecia su campaña de desprestigio. Nos culpa de la lentitud en los avances, de atravesar toda clase de obstáculos, de salirnos de la Agenda pactada, de hacerle trampa al país. Nos presenta como narcotraficantes y terroristas, como violadores de menores y asesinos, como los peores enemigos de la patria.

No son los colombianos ni el país los cansados con el proceso de paz, como insisten los voceros neoliberales. Son ellos, los círculos privilegiados y guerreristas, los que odian que se hable de soberanía, de democracia plena, de modelos alternativos de desarrollo. Hacen y profundizan la guerra y el terror contra Colombia, mientras acusan de ello a los demás. Urge desenmascararlos.

Pactos que vinculan a Piedad Zuccardi con 'paras'

Entre la guerra, el olvido y las multinacionales

Recursos naturales de Colombia en poder de las multinacionales y transnacionales

Por: Nelson Lombana Silva/Pacocol.  La soberanía nacional por la cual luchó con tanto ahínco y abnegación el libertador Simón Bolívar, muriendo en la indigencia y en la turbulencia de la ingratitud y traición de Francisco de Paula Santander y su putrefacto séquito, bajo la dictadura del capitalismo salvaje en su modelo neoliberal en el siglo XXI, es apenas una caricatura grotesca que nada tiene que ver con la realidad. ¿Cuál soberanía nacional?
  

Santos y el genocidio de la Unión Patriótica

Juan Cendales
Ese Juan Manuel Santos es mucho tetra…..

Sabemos en Colombia que cuando a alguien se le dice que es muy tetra, es porque es muy tetratriple jijuemadre. O hijo de tantas. Mejor dicho, un hijo de la gran puta! Pero bueno, aquí vamos a hablar es de las 4 caras que tiene este mañoso jugador de póker que tenemos como presidente del país. Un verdadero tetraedro. Por la mañana habla de paz y en la noche invoca la guerra. A la media mañana habla de justicia y reparaciones y en la tardecita insulta a las víctimas.
Veamos esta afirmación:

“La paz que anhelamos, la que hoy se está jugando el Gobierno en La Habana, está íntimamente ligada con el reconocimiento de la UP como víctima colectiva”.

Son palabras de Doña Paula Gaviria, Directora de la Unidad Para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas. Las escribió en el diario El Tiempo, días después de haber asistido en nombre del gobierno de Santos al Encuentro Nacional Por la Dignidad de las Victimas de la Unión Patriótica. Son palabras muy justas. Las viene repitiendo incansablemente la UP desde que comenzaron los diálogos de la Habana Y se dijeron también incansablemente hace trece años cuando se iniciaron los fracasados diálogos de El Caguan. También dijo: “Desde el Gobierno acompañamos y apoyamos los actos y jornadas de reflexión, de memoria y de dignificación que buscan erradicar el silencio, la indiferencia y las complicidades que coadyuvaron a la persecución y a la eliminación de la Unión Patriótica”. Estas palabras merecieron un aplauso general y un reconocimiento. Pero también generaron algunas dudas. No por Doña Paula, sino por su jefe, el mañoso jugador de póker.

Y esta semana otra Alta funcionaria del gobierno, Adriana Calle, directora de la Agencia Nacional de defensa Jurídica del Estado fue la encargada de mostrar una cara de Santos diferente a la que había mostrado Paula Gaviria con muy pocos días de diferencia. Según la funcionaria, el gobierno está temeroso de que en la demanda contra el Estado colombiano por el Genocidio de la UP que avanza en su trámite en la Corte Interamericana de derechos Humanos se podrían colar “falsas víctimas” para estafar al Estado. Dijo que “En el caso de la UP hemos tenido problemas. Cuando la demanda se presentó estábamos en alrededor de 500 víctimas y hoy estamos en más de 5000”.

Jael Quiroga, de la Dirección de la Unión Patriótica y de la Fundación Reiniciar, que adelanta el proceso contra el Estado colombiano, recordó que cuando el caso se presentó ante la Comisión Interamericana de derechos Humanos de la OEA en 1993, se hizo con la documentación de 1.163 homicidios, 123 desapariciones forzadas y 43 sobrevivientes de atentados. Posteriormente se empezaron a documentar nuevos casos, miles, tras un complicado proceso de búsqueda de la diáspora de sobrevivientes, víctimas y familiares de los militantes y dirigentes de la UP y el Partido Comunista, y de la base social y electoral en las sus regiones de influencia, pasos adelantados con la financiación del propio gobierno durante los años que duró la etapa bilateral de “Búsqueda de la metodología para encontrar la verdad, la justicia y la reparación en el caso de la UP”.

Han pasado 20 años desde que el caso fue presentado y documentado ante la Comisión Interamericana y durante ellos ha continuado la sistemática persecución de los sobrevivientes.

Hace pocos días, el 6 de octubre, fueron asesinados en el municipio de Algeciras en el departamento del Huila, Nancy Vargas y su esposo, Milciades Cano, dirigentes campesinos y sobrevivientes de la UP. Homicidios no contemplados en los 6.528 casos de victimas sustentados en enero de este año ante la Corte interamericana y que implican cerca de 3000 homicidios, 500 desapariciones forzadas, desplazamiento y exilios forzados y montajes judiciales.

Dos mujeres, dos funcionarias distintas y afirmaciones muy distintas. Una reconoce el Genocidio y la necesidad de esclarecerlo y repararlo. La otra afirma que se puede tratar de una gran estafa, de “falsas victimas” como se aventura a señalar esta funcionaria del gobierno de Juan Manuel Santos, el mismo que fue Ministro de Defensa de Uribe en la época en que se ejecutaron miles de casos de “falsos positivos” para intentar demostrar que estaban ganando una guerra que nadie ha ganado y que reclama una transformadora solución política.

“El que las hace, se las imagina”, dicen por ahí.

Cuba anuncia la unificación monetaria

El Gobierno de Raúl Castro anunció este martes el inicio de la unificación de los pesos cubano y convertible que circulan en Cuba desde hace 19 años, en un proceso que tiene aprobado el cronograma de ejecución.
“Ha sido acordado por el Consejo de Ministros (Ejecutivo) poner en vigor el cronograma de ejecución de las medidas que conducirán a la unificación monetaria y cambiaria”, señaló la nota publicada en el diario oficial Granma.

Actualmente en Cuba circulan dos monedas, el peso cubano (CUP), con el que la mayor parte de la población cobra sus salarios y paga productos y servicios básicos; y el peso cubano convertible (CUC), moneda fuerte equiparable al dólar.

En el anuncio hecho por el Gobierno de Raúl Castro, se aclara que se respetarán los ahorros bancarios de quienes obtienen de forma legal sus ingresos en CUC o en CUP.

“La unificación monetaria y cambiaria no es una medida que resuelve por sí sola todos los problemas actuales de la economía, pero su aplicación es imprescindible a fin de garantizar el restablecimiento del valor del peso cubano y de sus funciones como dinero”, indicó el Ejecutivo.

El Gobierno de Raúl Castro precisó que primeros cambios se darán en el sector de las personas jurídicas, para así propiciar “las condiciones para el incremento de la eficiencia, la mejor medición de los hechos económicos y el estímulo a los sectores que producen bienes y servicios para la exportación y la sustitución de importaciones”.

Señalaron que conforme como avance la ejecución del cronograma, se irán dando a conocer los detalles sobre las medidas que en cada momento correspondan, tanto a los especialistas de las entidades que deben participar en su implantación, como a la población.

Detallaron que a partir de ahora se continuará extendiendo la posibilidad de aceptar en las tiendas que venden en CUC, pagos en CUP con tarjetas magnéticas denominadas en esta moneda.
Agregaron que de forma  “experimental” se podrán efectuar pagos en efectivo en CUP “por el equivalente calculado a la tasa de cambio de Cadeca (casas de cambio) de 25 CUP por 1 CUC”, en lugares seleccionados por el Estado.

El diario Granma informó además que Raúl Castro encabezó este sábado la reunión del Consejo de Ministros donde se analizó el tema de la unificación monetaria y cambiaria en el área de agricultura y otros sectores de la economía.

teleSUR- Granma- Cuba Debate-RT/ao-MT
 

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