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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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Tan cerca y tan lejos

Dominico Nadal, Cambio Total.

Definitivamente en Colombia pasan cosas inverosímiles. Un presidente que llega a una ciudad en donde sus delegados están dialogando con una guerrilla para dizque "conseguir" la paz y ese presidente no llega ni piensa llegar a saludar la Mesa en pleno reunida, eso si es bien raro, cierto mijito? Y porqué será, papacito?

Nada más lejos ni más cerca que el presidente JMSantos de las FARC-EP. Es que el presidente además que le tiene pavor a esos "guerrilleros terroristas", siente por ellos una profunda antipatía de clase. Ah, y tampoco pareciera que fuera conveniente para sus apetitos re-eleccionistas. (Han notado ustedes como se va pareciendo al narco-paramilitar ex presidente Uribhitler? ).

Será que jota eme cree que le estaría "entregando la soberanía" a las FARC por el simple hecho de ir al sitio de reunión y echarse una pasadita para demostrarle al mundo su verdadera disposición de paz? Será que jota eme se sentiría por de bajiado porque llegara a la Mesa y allí echara una ojeada y les preguntara a los delegados como se sentían?

Como creen ustedes, mijiticos, que lo tomarían los personajes que se están reuniendo en La Habana para la cumbre de la CELAC? Con seguridad esas cantidades de cerebros grises -por lo inteligentes- mirarían con buenos ojos ese gesto y quizás lo calificarían como un gesto de paz y concordia, no creen ustedes? Y con seguridad más de uno lo compararía con Uribhitler cuando este echó a los delegados internacionales amigos que querían ayudar a la paz hace algunos años.

Mas por que no lo hace jota eme? Insondables son los caminos del señor. O será que los gringos todavía no han dado el si de verdad a los Acuerdos de Paz? Qué importa si todavía son acuerdos parciales ya que como decía mi abuelita "de grano en grano se llena la gallina el buche"... Quizá le serviría a jota eme para ver si es verdad lo que dicen del ambiente de "camaradería" entre las delegaciones. Incluso le serviria para jalarle las orejas a algunos de sus delegados por no hacer las cosas bien... Porque de verdad que jartera que los delegados del gobierno y de las FARC estén todo este tiempo hablandose entre ellos y uno no haya escuchado lo planteado por el otro. Que jartera eso del "diálogo de sordos" que ha querido imponer el callejero, porque ahí sí que no vamos a ningún Pereira, jerto?

O será que los malos asesores de imagen que tiene jota eme no saben lo que es propaganda positiva y si de la negativa que le están haciendo cometer al candidato-presidente (otra coincidencia con Uribhitler, vea que cosa!).

Así están las cosas en materia de reuniones y de Paz. Pobre Colombia con tanto cegato que hay en el camino... Mas toca seguir adelante... No hay de otra!



“La 'pacificación' en Colombia no se detiene ni para tomar aliento”

Entrevista al escritor Hernando Calvo Ospina



Hernando Calvo Ospina es autor de una docena de libros, entre los que se encuentra “Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado”, que es la historia del sistema represivo en ese país. Aquí nos cuenta algunas etapas de la “tradición” violenta de un Estado que mantiene la imagen de democrático.

Annalisa Melandri. En América latina en los años ‘70 y ‘80 la mayoría de los países agonizaban bajo dictaduras militares sangrientas como fue el caso de Chile, Argentina y Uruguay entre otros. En Colombia, a excepción del general Rojas Pinilla, que gobernó entre junio de 1953 y mayo de 1957, y fue menos represivo que la mayoría de gobiernos elegidos, nunca han habido golpes de Estado ni juntas militares propiamente dichas. ¿Por qué? 
 
Hernando Calvo Ospina. Al revisar la historia, nos damos cuenta que en Colombia nunca ha existido una verdadera democracia, y que casi todos los gobiernos se han caracterizado por graves violaciones a los derechos humanos.

Para no ir muy lejos miremos el de Turbay Ayala (1978-1982). Este tuvo particularidades fundamentales dentro del marco represivo. A un mes de posesionado promulgó el Estatuto de Seguridad Nacional, que fue lo más cercano al modelo impuesto por las dictaduras del Cono Sur, estableciendo los mecanismos para sustentar la terrible ola represiva que llegó. Las Fuerzas Militares y de policía fueron investidas de facultades extraordinarias, incluidas las judiciales. Se criminalizó toda práctica de oposición política y a todo tipo de protesta social, asociando todo con la subversión. Las Fuerzas Armadas tomaron el poder en Colombia, en un proceso que venía caminando desde los años sesenta, y sin dañar la imagen “democrática” al tener a un civil al frente del gobierno.

Turbay terminó de hacer lo que su antecesor, Alfonso López Michelsen, empezó: militarizar las ciudades con el pretexto de acabar con las “redes de apoyo” de la guerrilla rural. Según Amnistía Internacional, 60 mil personas pasaron por las cárceles, casi todas bien torturadas. La inmensa mayoría sin ninguna relación con las guerrillas, las cuales no llegaban a tener ni mil combatientes en conjunto. (1)

Otra particularidad de este gobierno, es que por primera vez Colombia fue puesta bajo el juicio de organizaciones internacionales de derechos humanos, como la ONU. Lo que se volvió una costumbre hasta el día de hoy. A nivel interno también se le llamó la atención porque fueron reprimidos algunos “muchachos” de la burguesía intelectual. Esto ya era demasiado.

AM. Con el gobierno que siguió, el de Belisario Betancourt, ¿qué pasó? ¿No se intentó de alguna forma una “pacificación” nacional? 

HCO. El gobierno de Belisario Betancourt (1982-1986) fue más “terrible” que el de Turbay. Llegó a la presidencia hablando de paz, dio amnistía a los presos políticos, y empezó diálogos con algunas organizaciones guerrilleras. Y arrancó la matazón a ex presos políticos, dirigentes populares y miembros de organizaciones de derechos humanos. Claro, se dijo que era responsabilidad de sicarios “desconocidos”, o de “enemigos agazapados de la paz”. Pero poco a poco se fue confirmando que eran aparatos especiales de las fuerzas policías y del ejército.

Este gobierno institucionalizó la práctica más aberrante de la represión estatal, porque la víctima en este caso no está ni viva ni muerta: la detención-desaparición. Este gobierno, entre discursos y negociaciones de paz, también empezó a nacionalizar el paramilitarismo. El ejército coordinaba, mientras terratenientes, empresarios, y, especialmente, los narcotraficantes financiaban. Así el ejército le fue pasando la “guerra sucia”, la mala imagen, a un aparato que llegó a ser esencial en el corazón del terrorismo de Estado. Este gobierno fue el responsable de haberse opuesto a que las FARC se desarmaran y convirtieran en partido político, al haber comenzado el exterminio de los miembros de la Unión Patriótica, una propuesta de la organización guerrillera, con miras a dejar las armas.

AM. Hernando, entonces, ¿se puede decir que la práctica de terrorismo de Estado empezó con estos gobiernos? ¿O tiene otros orígenes? 

HCO. Para comprender el actual terrorismo de Estado, debemos recordar sus primeros y lejanos pasos. Es fundamental conocer la historia, y esta dice que el Estado colombiano ha sido uno de los vanguardistas en la represión a su población en el continente.

En los primeros 25 años del siglo pasado empezaron a llegar las empresas estadounidenses para apoderarse de tierras, oro, platino y petróleo, principalmente. Bueno, no se apoderaron: pidieron y los gobiernos dieron. En octubre de 1924 se dio una huelga contra la Tropical Oil. La huelga fue declarada “subversiva”. Era la primera vez que se utilizaba este término en el país para estigmatizar, y tener el pretexto a reprimir. Sobre los 3 mil obreros se lanzó al ejército, el que apenas empezaba a ser institución nacional.

Ante el avance de huelgas y protestas, el razonamiento fue que existía una confabulación internacional del “comunismo”. Se sumó a ello la creación del Partido Socialista Revolucionario en 1926. A mediados de 1927 el ministro de Guerra dijo: “ La ola impetuosa y demoledora de las ideas revolucionarias y disolventes de la Rusia del Soviet […] ha venido a golpear a las playas colombianas amenazando destrucción y ruina y regando la semilla fatídica del comunismo .” (2) No olvidemos que en 1917 Lenin había creado al primer estado socialista.

En octubre de 1928 se promulgó la Ley de Defensa Social. Su eje central fue prohibir la formación de organizaciones populares y sindicales de oposición; impedir por todos los medios la difusión de “ideas socialistas”; establecer mecanismos que condenaran rápidamente a los implicados en los delitos contemplados en esa ley. Además, dejaba muy en claro quién decidía si una expresión social de inconformismo era legal. Esta ley marcó la pauta en la concretización de un marco teórico altamente represivo.

Así Colombia se adelantó 34 años a los teóricos del Pentágono estadounidense, en la formulación de la doctrina que ordenaba combatir al “enemigo interno”. (3)

¿Es que lo dictado por esa ley de 1928 difiere mucho de lo establecido en la actualidad?

AM. Respecto al tema que estamos tratando, o sea el terrorismo y la represión de Estado ¿cuáles son las diferencias, si las hay, entre el gobierno del actual presidente Manuel Santos y el de su predecesor Álvaro Uribe? 

HCO. En Colombia el sistema represivo no se recicla: se moderniza y aumenta su socialización. ¿Qué necesidad tiene el presidente Santos de inventar otros mecanismos represivos si ya todos los tiene en la mesa? Le bastan y le sobran. Lo único que está haciendo es seguir los pasos de Uribe, que a su vez se apoyó en los de Andrés Pastrana, el cual retomó y aumentó lo realizado por Cesar Gaviria, quien había adoptado leyes altamente represivas para frenar las protestas que trajo la entrega de la economía al neoliberalismo.

Recordemos que cuando Santos fue ministro de Defensa de Uribe se multiplicaron los llamados “falsos positivos”, o sea, civiles asesinados por el ejército o sus grupos paramilitares para hacerlos pasar por guerrilleros, y así mostrar “eficacia”. Santos hoy camina sobre los pasos de Uribe, aunque con su propio estilo. Uribe, con Santos como ministro, puso la represión acorde al momento internacional: la llamada lucha contra el “terrorismo”. En lo que sí Uribe innovó fue al permitir que la CIA trajera su mejor tecnología de espionaje, represión y muerte, además de entregarle la coordinación de los servicios de inteligencia colombianos. En ese entonces, Santos le brindó más espacio al MOSSAD israelí en esas labores de inteligencia contrainsurgente. Que esos extranjeros los mandaran, quizás fue algo vergonzoso para los militares y policías colombianos, debido a su gran experiencia. Pero es cierto que ante los resultados ellos se han llevado los aplausos.

AM. ¿Las diferencias entre Santos y Uribe serían entonces más de forma que de sustancia?
HCO. La manera de actuar de Santos se diferencia a la de Uribe en el estilo. Para Uribe, que es un terrateniente, Colombia fue su hacienda, y la mayoría de habitantes sus vacas a ordeñar y matar. Santos hace parte de la oligarquía tradicional, esa que ya está acostumbrada a gobernar, reprimir, arriar y matar a las “vacas”, se llamen obreros o campesinos. Entonces reprime de manera “natural”, no tiene necesidad de gritar que es él quien tiene el látigo.

AM. ¿Se puede decir que la oligarquía colombiana en su afán de agarrarse al poder se ha mantenido haciendo campañas de “pacificación”? 

HCO. No hay que olvidar que la oligarquía le teme a todo, ¡porque hasta una huelga de médicos ha dado para que se declare estado de sitio! Todas las oligarquías del mundo tienen temor de perder el poder y sus riquezas. Y entre ellas saldan diferencias cuando ven en peligro sus intereses. Porque ellas sí que tienen conciencia de clase. Esa misma que le falta a muchos dirigentes de la izquierda mundial. Las oligarquías de la región, a diferencia de la colombiana, saben absorber, integrar y manipular la protesta social sin necesidad de llegar a los niveles represivos que hay en Colombia. Las “campañas de pacificación” en Colombia no se detienen ni para tomar aliento, pues eso es lo que le sobra a la oligarquía para reprimir.

Ya vimos que cambia de tácticas, de formas, se acondiciona, pero la represión contra el pueblo no ha parado, en particular desde el asesinato del dirigente del partido Liberal, Jorge Eliecer Gaitán, en 1948. Aunque como estrategia contrainsurgente empezó desde las primeras luces de los años cincuenta, cuando los campesinos de los llanos orientales y de otras zonas del país se empezaron a organizar para pedir tierras y algunas reformas. Colombia tuvo la primera escuela contrainsurgente de América Latina, en 1959. Y las FARC y el ELN nacieron en 1964...

AM. Los diálogos que se están llevando en Cuba, entre la guerrilla de las Farc y el gobierno colombiano, parecen haber logrado acuerdos en algunos puntos importantes. Sin embargo ya son muchos los muertos y las detenciones ilegales en lo que va desde los comienzos de este proceso, entre los luchadores sociales y los integrantes de la Marcha Patriótica. ¿Puede ser una estrategia del poder para cansar a la oposición y entre tanto tomar tiempo? ¿Cuánto tendrá que esperar el pueblo colombiano para vivir en paz y con justicia social? 

HCO. Por donde se metan las organizaciones populares, sindicales, campesinas o la Marcha Patriótica, siempre serán judicializados o asesinados algunos de sus dirigentes y militantes. No te olvides de: “Asusta a uno y asustarás a cien. Mata a uno y asustarás a mil”.

Lo que pasa es que una porción del pueblo colombiano tiene una capacidad de resistencia y de lucha increíbles. ¡No deja de asombrarme! Me quito el sombrero un millón de veces ante aquellos que siguen luchando allá. En nuestro país, donde nos acostumbraron a convivir con la muerte, el asesinato y la represión. Donde a un dirigente sindical o campesino, hombre o mujer, negro o indio, no se le saluda como es lo habitual: “¿cómo amaneció?”, si no “¿cómo?, ¿¡amaneció!?”

¿Cuánto tendrá que esperar el pueblo colombiano para vivir dentro de una real democracia, sin miedos a ser asesinado por balas o por hambre? Cuando la mayoría se una y lo exija, en las ciudades y campos. Ya es hora de que cese esta terrible noche tan larga, y que “la libertad sublime derrame las auroras”, como dice el himno nacional. Y esto puede llegar en cualquier momento. Todas las condiciones están dadas.


(*) Annalisa Melandri es periodista independiente y activista por la defensa de los derechos humanos – www.annalisamelandri.it

NOTAS
  1. Las principales guerrillas en ese momento eran las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); Ejercito de Liberación Nacional (ELN); Ejército Popular de Liberación (EPL), Movimiento 19 de Abril (M-19) y Autodefensa Obrera (ADO).
  2. Memorias del Ministerio de Guerra, Ignacio Rengifo , 1927 . Citado en Renán Vega Cantor: Colombia entre la Democracia y el Imperio . Editorial El Búho, Bogotá, 1989.
  3. Hernando Calvo Ospina. Colombia, laboratorio de embrujos. Democracia y terrorismo de Estado. Ed. Foca. Madrid, 2008. 

FARC-EP ¿Terrorismo o rebelión legítima?





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Por: Alexandra Nariño, integrante de la Delegación de Paz de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo FARC -EP

Este artículo es una breve lluvia de ideas sobre la guerra contra el terrorismo, la lista de organizaciones terroristas, y la inclusión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, FARC-EP, en la misma.
«La lista de organizaciones terroristas, como parte de la guerra mundial contra el terrorismo, se basa en un criterio totalmente subjetivo...»
Desde los ataques del 9/11, la llamada guerra contra el terrorismo tomó renovados bríos, en respuesta a una necesidad de sustituir la lucha anticomunista de la Guerra Fría. Aunque para muchas personas la guerra contra el terror es algo abstracto, otros la han sentido y vivido en carne propia. Ha sido un pretexto para invadir Irak, Libia, Afganistán y Siria, con un impacto humanitario desastroso en esos países, como es sabido.

La lista de organizaciones terroristas, como parte de la guerra mundial contra el terrorismo, se basa en un criterio totalmente subjetivo, así lo destacan muchos académicos, políticos y otras personalidades. Es decir, al no existir una definición clara y global del concepto 'terrorismo', la inclusión de una organización en la lista corresponde a intereses de Estado, alianzas políticas y necesidades económicas.

Esto queda evidenciado en el caso de los Talibanes. Cuando se llamaban Mujahideen, en los años ochenta, fueron armados por los EEUU para combatir a los Soviéticos en Afganistán, y los llamaban 'luchadores por la libertad'. Los Palestinos están comprometidos en una resistencia legítima, según la ONU, mientras que son considerados terroristas por Israel. El ANC fue una organización terrorista hasta el año 2008 y ahora son considerados combatientes legítimos contra el Apartheid. ¿Qué hace que Hezbolá esté en la lista, siendo un partido legal en el Líbano, con senadores y diputados, mientras el partido fascista griego “Amanecer Dorado”, que ha matado y amenazado a activistas y sindicalistas, no lo está?

Las anteriores razones permiten afirmar que las FARC-EP, como organización insurgente, debe ser sacada de la siniestra lista. Es más, ésta no debería existir. Está claro que la guerra contra el terrorismo y la lista de organizaciones terroristas se utiliza para demonizar a diferentes organizaciones que sencillamente están luchando contra regímenes opresivos y anti- democráticos.

Recordemos la Declaración Universal de los Derechos Humanos: 
"Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión".

O la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, 1776: 
"Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, dirigida invariablemente al mismo objetivo demuestra el designio de someter al pueblo a un despotismo absoluto, es su derecho, es su deber, derrocar ese gobierno y establecer nuevos resguardos para su futura seguridad".


«…las armas son un mal necesario para protegernos contra un régimen caracterizado por no permitir, con la violencia, la participación del pueblo en la política.»
Es un hecho que estamos luchando contra la tiranía y la opresión; ese no fue sólo el motivo del alzamiento en armas de las FARC-EP; sigue siendo la razón para continuar nuestra lucha armada hasta hoy, a pesar de lo que algunas personas puedan creer o proclamar. Hemos dicho en varias ocasiones que no estamos casados ​​con las armas, es decir, las armas son un mal necesario para protegernos contra un régimen caracterizado por no permitir, con la violencia, la participación del pueblo en la política.

El asesinato de Jorge Eliécer Gaitán en 1948 es ejemplo de ello, y luego, el genocidio político de la Unión Patriótica en los años ochenta. Hoy en día, se sigue asesinando a líderes sindicales, defensores de derechos humanos, líderes de organizaciones de base y demás. Las noticias solamente muestran la punta del iceberg acerca de las innumerables violaciones de derechos humanos en Colombia.


Existen  malentendidos acerca de lo que somos, qué queremos y por qué lo estamos haciendo a través de las armas, producto de las tergiversaciones de las grandes corporaciones mediáticas, que generan (o más bien: fabrican) la opinión pública.
«El Gobierno nunca respondió a nuestra propuesta»
¿Quién conoce o ha leído algo sobre el proyecto piloto de las FARC-EP, presentado en el año 2000, para iniciar la sustitución de los cultivos de coca en Cartagena del Chairá, una de las zonas más afectadas por los cultivos de coca? Naturalmente, la idea era proporcionar infraestructura, vivienda, educación y todo lo necesario para que esa substitución de cultivos ilícitos fuera viable para los campesinos de la zona.
El Gobierno nunca respondió a nuestra propuesta. Todo lo contrario: reforzaron la táctica de las fumigaciones de los cultivos de coca, utilizando glifosato y generando una enorme crisis humanitaria en las zonas campesinas e indígenas, afectando a cultivos legales y así causando el desplazamiento de comunidades enteras.

Durante el período del proceso de paz en el Caguán, las FARC-EP llevó a cabo una gran cantidad de proyectos de vivienda, infraestructura vial y educación, proyectos que fueron inmediatamente bombardeadas por la fuerza aérea de Colombia, después de la ruptura del proceso de paz, para presentar el área como un desastre, causado por la insurgencia de las FARC.

Está claro, la inclusión de la guerrilla en la lista de organizaciones terroristas de la Unión Europea, ha sido  sugerida, o incluso presionada, por los Estados Unidos. No hay razones válidas por las que las FARC estarían incluidas en dicha lista.

Si las FARC-EP en realidad fueran una organización terrorista sin ningún fundamento político, entonces, ¿qué estarían discutiendo gobierno y FARC en la Mesa de Conversaciones de La Habana? Solo un vistazo a los seis puntos de la Agenda deja en claro nuestra esencia política: ¿Habría alguna necesidad de hablar de reforma agraria con una organización terrorista? ¿O de participación política? ¿Acerca de mecanismos para refrendar los acuerdos? ¿Hay de qué hablar con una organización esencialmente terrorista?

Por un lado, el gobierno colombiano y sus medios de comunicación quieren hacer creer al mundo que las FARC no tienen apoyo en absoluto entre la población civil. Por otro lado, están permanentemente deteniendo, amenazando y asesinando a personas presentadas como simpatizantes o militantes de nuestras filas.

«Mientras tratan a los productores de coca, amapola y marihuana y sus consumidores como criminales, las instituciones del Estado son cómplices de las actividades de los grandes cárteles de la droga…»
Proclaman a los cuatro vientos que somos una "narcoguerrilla" y pretenden que la gente crea que el problema real detrás del narcotráfico somos las FARC, tercamente negando que la problemática del narcotráfico es un problema social. Y lo es, tanto para los campesinos pobres que cultivan la hoja de coca, como para los -igualmente pobres- pequeños vendedores de drogas que viven en las calles de Chicago o Amsterdam. Mientras tratan a los productores de coca, amapola y marihuana  y sus consumidores como criminales, las instituciones del Estado son cómplices de las actividades de los grandes cárteles de la droga, cuya existencia depende de la connivencia de las autoridades.


Mi propósito no es convencer a la gente de nuestro papel como "los buenos de la película”. Se trata de medir los problemas sociales de Colombia en su justa proporción; por eso la propuesta de una Comisión de Revisión y Esclarecimiento de la Verdad sobre la Historia del Conflicto Interno. Es obvio que un conflicto tan largo ha causado víctimas de ambas partes y sólo a través de serias investigaciones imparciales podríamos iniciar un proceso de reconciliación nacional y lograr una paz duradera con justicia social.

Este momento es apropiado para reflexionar acerca de la inclusión de las FARC-EP en la lista. Los tiempos han cambiado, las conversaciones de paz son un paso en la dirección correcta. Nuestra eliminación de la lista de organizaciones terroristas sería un paso significativo hacia una sociedad inclusiva, en la que -estoy segura- las FARC pueden desempeñar un papel positivo como movimiento político.

Discurso de Raúl Castro: Esta Terminal, muestra concreta del optimismo de los cubanos (+ Fotos y Video)

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Discurso de Raúl Castro en la inauguración de la Terminal de Contenedores del Puerto del Mariel:
“Esta Terminal de Contenedores y la poderosa infraestructura que la acompaña son una muestra concreta del optimismo y la confianza con que los cubanos miramos al futuro socialista y próspero de la Patria… Debo significar que esta Terminal será la principal puerta de entrada y salida del comercio exterior cubano y su ubicación geográfica en la ruta de los principales flujos de transportación marítima en nuestro hemisferio, propiciará que se consolide su posición como una plataforma logística de primer orden a nivel regional.”
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