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Despedida de Cristian Pérez - Sí a la Paz

Colombia: Falsa Democracia

Colombia: Falsa Democracia
Falsa democracia

RECOMENDADO CAMBIO TOTAL

[Colombia] Falsa democracia II: la democracia burguesa

Hernando Vanegas Toloza, Postales de Estocolmo. En el artículo de ayer abordamos, someramente, la historia de la democracia burguesa ...

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LOS RICOS NO VAN A LA GUERRA

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La llamada de Kerry a UribeVélez

Domínico Nadal, El Cuento de la Semana. Twitter

Leímos en un diario de circulación nacional en poder de la élite en el poder que el señor Kerry, consejero de estado de los Estados Unidos, le iba a hacer una llamada a Uribhitler –el narco-paramilitar No 82 en la lista Clinton- para ”charlar con él sobre la paz”.


He estado a la espera de qué charlaron y nada que sale alguna noticia. Entonces nos tocará imaginarnos de que hablaron. Tres escenarios:

El primer escenario sería que el señor Kerry –como todos los funcionarios gringos- le dice a Uribhitler que ellos están “muy berracos” porque él no le deja hacer la tarea a JM Santos que ellos, el imperio, le habían encomendado hacer en la “bananan republic”, es decir, hacer la paz con las FARC-EP para así evitarse el moscardón que a toda hora le está zumbando cuando ellos decidan meterse a Venezuela –oil, man- o cuando decidan meter las bandas de narco-paramilitares para que hagan la tarea tranquuilos por el petróleo.

El segundo escenario sería que mr Kerry le dice a Uribhitler que se tranquilice, que ellos lo tienen reservado para más altos designios, o sea, ser el servil lacayo que a toda hora estará metiéndose –injerencia  nefasta- en la política interna venezolana y dándole apoyo a la caterva de incapaces que no han podido con Maduro, imagínese, con Maduro, si ese de lo Maduro está que se cae.

El tercer escenario sería que mr Kerry llega todo “berraco”, le dice a Uribhitler que le “voy a dar en la jeta, marica”, que si usted no se acuerda que “mi gobierno”, el de Estados Unidos, lo tiene marcado con el Número 82 en la lista Clinton! Ah, ah? O usted se olvida que nosotros sabemos de todas sus andanzas con Pablo Escobar? Que sabemos sus andanzas de tráfuga con los narco-paramilitares? Qué no sabemos de la Masacre de El aro?, su aro, ay qué rico. Ud, cree que no sabemos las andanzas de su hermanito con los 12 ápostoles? Por qué está mariqueando a Santos, si el santico está hacienda bien la tarea! Así que párese firme porque lo vamos hacer extraditar para tenerlo a buen recaudo en los USA, más encadenado que el pobre Simón Trinidad, que hasta para echarse un pedo le colocan cadenas!


Imaginamos la cara de güevon que pone Uribhitler. Tartamudeando y con los calzones ensopados dice: “Perdón, perdón, pero si todo eso sucedió a mis espaldas. Mire usted, yo no tengo tan buena espalda, pero si usted quiere puede probar. Sí, sí?”.

Y colorín colorado, este cuento no ha acabado...

¿Qué están haciendo con el Banco Agrario?

No es aceptable que, mientras con una mano el Banco Agrario exige difíciles y engorrosas garantías a los campesinos y empresarios agropecuarios para prestarles dinero, con la otra mano otorgue multimillonarias garantías y créditos a unos pocos constructores privados.
Por: José Roberto Acosta - El Espectador

Esta entidad oficial que pertenece a todos los colombianos ha extendido garantías bancarias a dos concesionarios de obras de infraestructura con el fin de garantizar el aporte de capital básico pactado, que ellos debieron haber realizado con sus propios recursos privados.
Los privilegiados son: Mario Huertas Cotes Ingeniería, a quien se le aprobaron garantías por $210.592 millones, y la constructora costarricense MECO, a la que se le aprobaron garantías por $268.381 millones. Lo anterior, sumado al crédito de $120.000 millones otorgado a la multinacional Odebrecht, involucrada en corrupción en Brasil, asciende a $598.973 millones en menos de un año, valor que triplica el dinero desviado ilegalmente en Agro Ingreso Seguro.
Ahora bien, como lo ha recalcado su presidente, “el Banco Agrario de Colombia es un banco comercial y que, si bien la mayor parte de sus recursos (que, por cierto, no provienen del Presupuesto General de la Nación) se destina al sector agropecuario”, sin embargo, el ministro de Hacienda les vendió la idea a los colombianos de que sería la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), también de propiedad de los colombianos, la entidad oficial que se encargaría de prestarles a los constructores privados para que adelantaran sus riesgosos y difíciles cierres financieros. Por esto, cabe cuestionar si el Banco Agrario debe inmiscuirse en el segmento de la FDN, o es por incompetencia de esta última que el Banco Agrario empieza a desfigurar su principal objeto social: el campo.
Y esto sin contar la pérdida para el banco de $12.208 millones en libranzas de Estraval, y que prometieron investigar internamente para determinar quién se benefició en comisiones de tan cuestionables operaciones.
Aunque todo lo anterior está enmarcado en la legalidad y con la aprobación de su junta directiva, cabe discutir la orientación que se le está dando a esta entidad, pues si va a ser lo mismo que la FDN, entonces los recursos de Isagén debieron haberse canalizado de manera distinta. ¿Por qué será que algunos buscan evitar que NO se aborden estos temas?
@jrobertoacosta1

El caín de América, Uribe Vélez

Decir que le extienden la mano a las FARC, como lo expresó Pacho Santos en la euforia del triunfo, y como lo repitieron el expresidente y luego el exprocurador, no deja de ser en el fondo una payasada.
Los puntos del acuerdo con las FARC que molestan hondamente a Álvaro Uribe son los de participación política y restitución de tierras. El de justicia le importa menos porque decir la verdad no es su fuerte. Su fuerte es mentir porque una mentira repetida una y otra vez termina calando en lo profundo de la psiquis, según Goebbels. El castrochavismo fue solo la punta de la madeja. La Colombia “venezolanizada” fue la otra. Las películas de terror suelen producir mucho más miedo si las vemos de noche. Detrás de esto hay toda una lógica porque la oscuridad ha sido siempre el “coco” de los niños y un espacio de inseguridad para los adultos. De noche todos los gatos son pardos. De noche salen las brujas, dicen, y los ladrones encuentran en esta un terreno propicio para sus fechorías. La terminación del conflicto armado era su “noche más oscura”, “su coco”, porque dejaba sin piso la tesis de la guerra eterna donde la guerrilla debía ser arrasada militarmente.
Decir que a Álvaro Uribe le interesa la paz del país es como asegurar que los zorros odian a las ovejas y por eso se las comen. A Uribe no le interesa el país, no le interesa que los niños de La Guajira se mueren de hambre y sed ni que el Chocó navegue en ese atraso eterno al que ha sido condenado por dirigentes como él que solo tienen intereses políticos para que sus hijos puedan tener una empresa que empezó con 10 millones de pesos y que 8 años después alcance un patrimonio que supera los 40 mil millones de pesos.
No es retórica que Colombia sea llamado desde hace varias décadas en el hemisferio como el Caín de América. No es retórica que Colombia sea el tercer país más desigual del hemisferio en la distribución de sus ingresos. Que solo el 10 % de los colombianos recibe el 90 % de todas esas riquezas que se generan en el territorio nacional es visto por algunos como el juego perfecto de la democracia cuando en realidad es solo un acto de injusticia que produce hambre, escasez y muerte. Cuando Daniel Coronell aseguró hace un mes que lo peor que le ha pasado al país es tener entre su clase dirigente a personas como Uribe y Ordóñez, que le hacen mucho más daño que cualquier guerrilla, en realidad no estaba diciendo nada nuevo porque la historia del país se ha caracterizado por tener entre sus gobernantes a una derecha extrema que arma guerras con el fin de mantener la hegemonía política.
De manera que aquellos que creen que lo del 2 de octubre fue el triunfo de una “democracia madura” como lo expresó Francisco Santos y no la manipulación de las masas por unos señores que ven en los colombianos un rebaño de borregos que pueden ser influido a punta de propaganda negra y la explotación de sus miedos más hondos, deberían preguntarse si en realidad la guerrilla va a aceptar la dejación de las armas sin ninguna contraprestación, que la marginen de la participación en política, entregue la fortuna que se le atribuye y vaya a la cárcel.
Uribe lo dijo: “A mí me quieren meter preso”. “Desde La Habana se dio la orden de mi salida de la Procuraduría”, aseguró Alejandro Ordóñez el día en que el Consejo de Estado anuló su reelección. Esgrimir que de lo que se trata es de una persecución política y no de la justicia cumpliendo con su deber constitucional fue el caballito de batalla del uribismo desde cuando sus alfiles y cercanos empezaron a ser investigados por la Fiscalía y condenados por la Corte Suprema de Justicia. Que las FARC iban a pasar de las armas al Congreso sin pagar un día de cárcel, que Timochenko ganaría la Casa de Nariño en un abrir y cerrar de ojos, que Colombia iba directo a parecerse a Venezuela, Cuba y cuanto país tuviera un mandatario de izquierda, hizo mella en esos temores legendarios que los colombianos arrastran desde los gobiernos de Luis Mariano Ospina Pérez y Laureano José Gómez Castro.
Alimentar esos temores en un país profundamente católico, homofóbico y godo, dirigido desde su independencia por una derecha extrema que se inventó a los “chulavitas” y a los “pájaros”, asesinos a sueldos pagados por terratenientes y los gobiernos de turno para erradicar del territorio nacional todo pensamiento liberal, despierta en los ciudadanos el miedo que produce la noche oscura y en los comerciantes y empresarios el fantasma de una Venezuela donde las expropiaciones se convirtieron en un reality de televisión, las exportaciones de productos nacionales se redujeron a un 5 % y las importaciones de se elevaron a un 95 %.
Aquí el único que se fortaleció políticamente fue Uribe porque la paz del país quedó herida de muerte, con una crisis política que va a aprovechar para enfilar baterías en la búsqueda de llegar a la Casa de Nariño en cuerpo ajeno. Decir que le extienden la mano a las FARC, como lo expresó Pacho Santos en la euforia del triunfo, y como lo repitieron el expresidente y luego el exprocurador Alejandro Ordóñez, no deja de ser en el fondo una payasada que pretende mostrar una reconciliación que no existe. Si pudieran, no durarían en enviarle el mensajeros, así como se lo enviaron a Carlos Pizarro poco después de entregar los fusiles, como se lo enviaron a Manuel Cepeda, a José Antequera y una larga lista de dirigentes políticos de izquierda que cayeron abatidos por las balas de los sicarios.
La propuesta del pacto nacional que promueve Uribe es también una entelequia que esconde una intención mucho más perversa: unir fuerzas para las próximas presidenciales y pasarle factura a Santos, a quien considera un traidor porque inició los acuerdos de paz con la guerrilla.

Lo único que queda claro de la derrota de la paz es que el país quedó fragmentado entre los que odian a las FARC por sus crímenes y admiran a Uribe por los suyos, y los que a pesar de haber sufrido los embates de la violencia desatada votaron por el Sí con el sueño secreto de construir, algún día, un país mejor donde todos quepamos.
* Docente universitario - Twitter: @joaquinroblesza - Email: robleszabala@gmail.com

Premian el inventor de los “FALSOS POSITIVOS” con el Premio Nobel de Paz

Miles de colombianos han sido asesinados en "Falsos Positivos" y ahora premian al inventor.

Por Dick Emanuelsson.

TEGUCIGALPA / 2016-10-07 / El mandatario colombiano esta premiado por el Comité de OTAN en Oslo. Es realmente indignante pero no sorprendente.

El comité se ha destacado anteriormente de otorgar el premio a reconocidos genocidas como Henry Kissinger, Menachem Begin y para coronar su lista otorgó a Obama el premio manchado de sangre de los pueblos en lucha.

Cuando el Ejército colombiano tenía el comandante Alfonso Cano ante los fusiles, indefenso y ciego por haber perdido sus lentes, los militares se comunicaron con Santos y le preguntó qué harían. A pesar que las primeras negociaciones secretas entre las FARC y el gobierno de Santos ya habían iniciado para preparar el Proceso de Paz en la Habana, Santos no dudó un segundo; ¡“MÁTALO”! fue la orden de ese señor que, ante el revés del resultado del plebiscito el domingo pasado, revocó el Cese al Fuego Bilateral para la fecha 31 de octubre, año en curso en vez de formalizar jurídicamente el Acuerdo Final de la Paz con las Farc.

Dos días después el Comité noruego toma la decisión de otorgarle el premio.

No solo eso. ¿Quién inventó la insólita frase “Falsos Positivos”? Pues el señor Santos, en calidad de Ministro de Guerra del narcopresidente Álvaro Uribe Vélez. “Falsos Positivos” no es otra cosa que “Ejecuciones extrajudiciales”, o en boca del pueblo; Fusilamientos al adversario.

Pero los “adversarios” eran civiles, no guerrilleros. Jóvenes sin trabajo, discapacitados, y gente inocente. La orden del dúo Uribe&Santos a sus generales era ¡“PRODUCIR EL RESULTADO EN LITROS DE SANGRE”!

No nos extraña que le den el premio porque el país desde donde recogerá la medalla es miembro de la OTAN, la misma alianza de guerra que ahora se prepara para convertir el conflicto en Siria a una guerra final contra toda la oposición del planeta y de la humanidad a la política de exterminio de las luchas populares. ¡No nos engañemos!

Los verdaderos luchadores por la paz en Colombia se encuentran en las filas del pueblo, los que nunca dudaron un segundo de poner el pecho y su vida para acabar con una clase de asesinos y explotadores que son capaces de exterminar su propio pueblo para preservar sus privilegios.

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Ante la mezquindad, un Nobel

Emocionado, así escribo este viernes. Al despertar leí que al presidente Juan Manuel Santos le otorgaron el Premio Nobel de Paz. El reconocimiento llega en un momento de mezquindad del senador Álvaro Uribe Vélez y sus seguidores, quienes, con mentiras continuaron con su intento de arrebatarnos el sueño de alcanzar una salida negociada al conflicto armado con la guerrilla de las FARC.
La ambición de poder de quienes integran el Centro Democrático, el odio que los embarga, la gran capacidad de engaño que desplegaron para obstaculizar el comienzo de la implementación del acuerdo logrado en La Habana, y el apoyo que recibieron de algunos grupos económicos adversos al proceso con el grupo alzado en armas, reflejan una ruindad sin medida, que hoy se ve enfrentada a la comunidad internacional, que decidió reconocer la gestión de Santos en su esfuerzo de lograr la paz con las FARC.
Tanta falsedad quedó en evidencia tras la entrevista que Juan Carlos Vélez, exgerente hoy de la campaña del No, le concedió al diario económico La República. “Panamá y Brasil nos dijeron que la estrategia era dejar de explicar los acuerdos para centrar el mensaje en la indignación”, dijo el excandidato a la Alcaldía de Medellín, quien fue desmentido por sus propios jefes, razón por la cual se vio obligado a renunciar.
Pero antes de esa entrevista, la mezquindad ya era bastante evidente. Los opositores al Sí apelaron a imaginarios del miedo colectivo, a referentes sociales y políticos que caducaron hace varias décadas, a desinformar a las comunidades. Los engañaron a todos. En su codicia no cabe el ciudadano de a pie, el campesino, el indígena, el afro. Ahí solo admiten a empresarios igual de codiciosos; a los militares, unos honestos, pero otros violadores de derechos humanos; y a quienes quieren conducirnos al conservadurismo machista, racista, homofóbico y religioso.
Pese a las tristes realidades de la guerra, el senador Uribe se atrevió también a afirmar que en Colombia no se había vivido una guerra, negando así las imágenes de destrucción de los pueblos, los dolorosos rostros del desplazado, la profunda tristeza de las familias de los desaparecidos. Su intento de buscar el poder a toda costa lo llevó a negar, contra toda evidencia, lo innegable.
El Centro Democrático no representa a nadie, salvo a ellos mismos y a quienes están bajo su égida, entre ellos a buena parte del empresariado antioqueño que contribuyó a cerrarle la puerta a los acuerdos con las FARC. Así lo demuestran los contundentes resultados por el No en este departamento. Esa decisión se definió en las casas de campo de los empresarios paisas con argumentos tan banales como que si se aprobaban “iban a perder sus fincas”. Sus esposas ya estaban empacando maletas para salir del país ayer y vivir en sus apartamentos de Panamá, Madrid o Miami, ante el eventual triunfo del Sí. Ese es su compromiso con el país.
Lo que negó Uribe con la persistencia que lo caracteriza y con las trampas que lo destacan, lo reivindicó el Norwegian Nobel Committee, encargado de otorgar el Premio Nobel de Paz, al explicar porque Santos era el elegido: “El premio también debe ser visto como un tributo a los colombianos que, a pesar de grandes dificultades y abusos, no han perdido la esperanza de una paz justa, y para todas las partes que han contribuido al proceso de paz. Este tributo es también, en no menos medida, a los representantes de las innumerables víctimas de la guerra civil”.
La comunidad internacional resalta en el presidente Santos, y a través de él a todo su equipo negociador, que por cuatro años sacrificó su vida personal y de familia para enfrentarse a los voceros de las FARC durante cuatro años en La Habana, su arrojo para sacar adelante este proceso, pese a todas las adversidades, entre ellas las planteadas por quienes se oponen a los acuerdos con mentiras, trampas y engaños.
Pero el esfuerzo del mandatario de los colombianos no solo hay que verlo a través de la óptica de lo alcanzado en La Habana. Es importante destacar que Santos, durante su primer mandato (2010-2014), logró sacar adelante la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras (Ley 1448 de 2011), una norma a través del cual se busca satisfacer los derechos de todos los afectados por la guerra.
Tampoco debe olvidarse que durante el segundo periodo de gobierno de Uribe (2006-2010), se tumbó ese proyecto de ley argumentando razones económicas y de seguridad. Así quedó consignado en un comunicado fechado el 18 de junio de 2009 enviado al Congreso. De un lado se dijo que el costo de aplicación de la ley “crearía un trauma irreparable a las finanzas del Estado, haría imposible la reparación pecuniaria a las víctimas y el texto final no pasaría de ser letra muerta al servicio de una agitación electoral del momento"; y de otro expuso que “se constituye en una grave amenaza a la Seguridad Democrática, puesto que iguala a los terroristas con agentes al servicio del Estado, sin que estos últimos puedan tener un proceso judicial y una sentencia ejecutoriada que declare el daño a la víctima cuya responsabilidad sea atribuida a ellos".
Me alegró levantarme hoy con una noticia fundamental para el futuro del país, que resalta el esfuerzo del presidente Santos por buscar una salida negociada al conflicto armado con las Farc y, de paso, deja claro que la mezquindad no es el mejor camino para la reconciliación, así algunos se esfuercen en decir lo contrario.
* Periodista, director de VerdadAbierta.com - En Twitter: jdrestrepoe
 

Dossier Álvaro Uribe Vélez

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